Los vikingos notables de Islandia eran enterrados con caballos sementales

Los caballos modernos de Islandia son probablemente descendientes de los caballos que fueron enterrados en tumbas vikingas hace más de 1000 años. Crédito: Albina Hulda Pálsdottir.

Los arqueólogos han examinado en Islandia, durante décadas, los restos de más de 350 tumbas de la época vikinga. En aproximadamente 150 ejemplos se encontraron dientes o huesos de caballos. Genetistas y arqueólogos han examinado ahora el ADN de 19 caballos en tales tumbas, y han comprobado que todos ellos, excepto uno, eran machos.

Islandia era una isla densamente boscosa y deshabitada hasta que los vikingos se establecieron en ella en la década de 870. Los primeros vikingos en llegar fueron -según las historias que se relatan en el Landnámabók- nobles con sus familias que escapaban del tiránico gobierno del rey Harald Fairhair. Alrededor del año 930 la población de Islandia ya había aumentado a 9000 habitantes, y, por lo tanto, es sorprendente que hasta el momento solo se hayan encontrado 350 tumbas que datan de la época vikinga.

"Debería haber miles de tales tumbas", dice la estudiante de doctorado, Albína Hulda Pálsdottir, perteneciente al Departamento de Biociencias de la Universidad de Oslo. Como zooarqueóloga, es una experta en el estudio de restos animales hallados en excavaciones arqueológicas.

La modesta cantidad de tumbas vikingas hace que sea muy interesante estudiar las que se han encontrado. Los investigadores esperan tener una mejor comprensión de cómo vivían y pensaban los vikingos de Islandia, y estas tumbas proporcionan, además, una imagen más clara del ritual de sus enterramientos.

"Es razonable pensar que un vikingo que tenía un caballo en su tumba debía haber tenido cierto poder e influencia. En consecuencia, queríamos saber más sobre estos caballos, de qué sexo eran", dice Pálsdottir.

Albina Hulda Pálsdóttir (izquierda) y Sanne Boessenkool eliminaron todas las dudas: los caballos enterrados con vikingos islandeses eran hombres. © Bjarne Røsjø, Universidad de Oslo, CC BY 4.0

El ADN antiguo reveló el sexo de los caballos

No es fácil determinar el sexo de los fragmentos de huesos y dientes de caballos de más de 1000 años de antigüedad. Los caballos machos y hembras son bastante similares, tanto en tamaño como en apariencia. Los zooarqueólogos han tratado previamente de separar sexualmente los restos de los equinos hallados en las tumbas mediante el análisis de los caninos y la pelvis, y han descubierto que la mayoría de los mismos eran machos: sementales o caballos castrados. Las pelvis de los caballos machos son diferentes a las de los caballos hembra, y, por otra parte, en la mayoría de los casos, los machos tienen caninos grandes, mientras que la mayoría de las yeguas no tienen caninos en absoluto.

"Estos métodos de sexificación morfológica no siempre pueden usarse cuando los esqueletos están mal conservados. A menudo, en los restos enterrados no hay caninos ni huesos pélvicos. Por lo tanto, hemos establecido el sexo de 19 caballos analizando el ADN conservado en los fragmentos hallados: resultó que 18 de ellos eran machos", dice Sanne Boessenkool, también perteneciente al Departamento de Biociencias de la Universidad de Oslo.

Los caballos enterrados en las tumbas estaban en su mejor momento. No fueron sacrificados por ser viejos o padecer alguna enfermedad. Sanne Boessenkool, que es bióloga y experta en evolución y análisis de ADN antiguo, agrega, no obstante, que los restos de ADN no pueden ayudar a dilucidar si los animales machos enterrados eran sementales o animales castrados.

Mapa que indica las ubicaciones de las muestras utilizadas en este estudio. Las muestras se colorean de acuerdo con la determinación genética del sexo: rojo para las hembras, azul para los machos.

Caballos sementales como símbolos de poder

El zorro ártico, también llamado zorro polar, era el único mamífero terrestre que existía en Islandia antes de que se establecieran gentes en la isla. Pero esto cambió rápidamente cuando llegaron los vikingos e importaron animales como perros, ovejas, vacas, cerdos, cabras, gallinas y caballos. Al final, había muchos caballos en Islandia, y los arqueólogos, por tanto, no estaban seguros de lo que significaba que un vikingo fuera enterrado con un caballo. Pero cuando 18 de los 19 equinos analizados resultaron ser machos, los investigadores concluyeron que parecía haber habido una elección consciente de colocar un caballo macho en los enterramientos.

"Es natural imaginar que el sacrifico de animales viriles, y hasta cierto punto de animales machos agresivos, debió formar parte de un ritual de enterramiento que pretendía transmitir estatus y poder", explica el arqueólogo Rúnar Leifsson (izquierda), de la Agencia de Patrimonio Cultural de Islandia (Minjastofnun Islands) y uno de los colaboradores del artículo científico publicado en Journal of Archaeological Sciences.

"Además de los 19 caballos enterrados, hemos examinado los restos de tres caballos que se encontraron fuera de las tumbas. Todos estos eran hembras", dice Sanne Boessenkool. A estos caballos no se les había dado un funeral ceremonial, y probablemente fueron comidos. La impresión es, en resolución, que los animales machos y hembras tenían un estatus diferente.

Nueva luz sobre las tumbas

Interpretar los restos de las tumbas de época vikinga en Islandia ha supuesto todo un desafío, dado que muchas de las mismas salieron a la luz durante la realización de obras viales u otros proyectos de construcción hace entre 50 y 100 años, y en muchos casos no fueron examinadas por arqueólogos, enviándose solo una pequeña parte del material encontrado al Museo Nacional de Islandia. Por lo tanto, la mayoría de los esqueletos están incompletos.

"Es sorprendente que encontremos, casi exclusivamente, hombres de mediana edad en las tumbas vikingas de Islandia. Casi no hay niños, y muy pocas mujeres. No sabemos cómo se enterraba al resto de la población. Tal vez eran sepultados en pantanos o lagos, o hundidos en el mar", sugiere Pálsdottir.

También es sorprendente que los vikingos de Islandia desarrollaran, aparentemente, sus propias costumbres de enterramiento.

"Era común incinerar a los muertos en Escandinavia, de donde procedían los vikingos de Islandia, pero no encontramos rastros de cremación en la isla. Otros científicos han estudiado la aparición de diferentes isótopos en los esqueletos vikingos, dando como resultado que las mujeres encontradas en tumbas debieron haber venido a Islandia durante la edad adulta. Ello puede indicar que los primeros hombres que se asentaron en la isla trajeron mujeres desde Escandinavia", sugiere Pálsdottir.

Los vikingos no pensaban como nosotros

Sanne Boessenkool enfatiza que no debemos reflejar nuestras propias ideas culturales modernas cuando intentamos interpretar las tumbas de la era vikinga en Islandia.

"Hoy en día, pensamos en la muerte y el funeral como un final, y puede parecer inútil sacrificar a un gran semental para enterrarlo. Pero si la gente de aquellos tiempos creía en una vida después de la muerte, tal vez pensaban que el caballo cumplía una función", sugiere Boessenkool.

Albína Hulda Pálsdottir está de acuerdo: "En la actualidad, es fácil imaginar tales rituales como una forma de demostración de poder, tal vez como un 'consumo conspicuo', mediante el cual se pretendía demostrar riqueza y estatus, en lugar de cubrir necesidades reales. Puede ser que los vikingos pensaran de modo totalmente diferente", dice Pálsdóttir.

El concepto 'consumo conspicuo' fue introducido por el economista y sociólogo noruego-estadounidense Thorstein Veblen, quien consideraba que la motivación de tal comportamiento era demostrar poder y prosperidad, en lugar de satisfacer los propios deseos y necesidades.

Cráneos sobre estacas

En algunos casos, los investigadores han podido comprobar cómo habían sacrificado a los animales antes de colocarlos en las tumbas vikingas.

"Si el cráneo de un caballo tiene una fractura en la frente, está muy claro que fue sacrificado con un golpe en dicho lugar. También hay algunos casos en los que el caballo fue decapitado. Un ejemplo interesante, que no se incluye en nuestro estudio, proviene de una granja en Hofstaðir, en el norte de Islandia. Allí, los arqueólogos encontraron muchos cráneos de ganado con fracturas en la frente que mostraban cierto desgaste por delante, pero no en la parte posterior", dice Pálsdóttir.

Los arqueólogos deducieron que estos animales habían sido sacrificados ceremonialmente, posiblemente en conexión con una festividad donde los cráneos se colocaban sobre estacas fuera de los recintos vikingos, tal vez como una señal de advertencia. De este modo, un enemigo podía pensarlo dos veces antes de acercarse a una granja vikinga rodeada de calaveras sobre estacas. El desgaste de los cráneos sugiere que los mismos se dejaban en exhibición el tiempo suficiente como para que el clima y el viento dejaran marcas en el lado expuesto.

Los investigadores cortaban una pequeña porción de un canino para extraer suficiente ADN y determinar el sexo de los caballos. Crédito: Albina Hulda Pálsdottir, UiO.

Los ancestros del caballo islandés

Albína Hulda Pálsdottir y Sanne Boessenkool enfatizan que los caballos que existían en Islandia en la época de los vikingos no eran exactamente iguales a los caballos islandeses modernos.

"Las razas de caballos que tenemos hoy en día se criaron en el transcurso de los últimos 200 años aproximadamente, pero los huesos de caballos que hemos examinado son, por supuesto, mucho más antiguos. Sin embargo, podemos suponer que estos caballos son los ancestros de los caballos islandeses actuales", dice Boessenkool.

Sanne Boessenkool y Heidi Maria Nistelberger cortando un canino de un caballo de hace 1000 años para extraer su ADN. Foto: Brad Durrant

Los investigadores están trabajando ahora en establecer el sexo de los restos de varias especies animales de época vikinga utilizando el análisis de su ADN. "En el curso de este proyecto, hemos desarrollado un método simple para determinar el sexo utilizando ADN antiguo. Es un avance importante, porque no habría sido posible establecer el género sexual de más de la mitad de los caballos analizados en el estudio con otros métodos", explica Boessenkool.

"Dicho método es bastante fácil de usar en todas las especies que tienen cromosomas sexuales, y hemos demostrado que el método es certero. Tampoco necesitamos mucho ADN para obtener resultados seguros, por lo que esperamos que otros investigadores aprovechen la metodología que presentamos en el artículo publicado", agrega.


Aunque el método de los investigadores, como se ha dicho, se describe con más detalle en el artículo científico, reseñamos que el primer paso consiste en limpiar un diente o un hueso. Luego se obtiene una muestra que se tritura en polvo, de la cual se extrae el ADN. A continuación, el ADN se analiza utilizando un método llamado secuenciación de escopeta, mediante el cual los investigadores secuencian todo el ADN de la muestra. Ahora bien, en un diente de la era vikinga, puede haber una gran cantidad de ADN que proviene de otros organismos: "La mayoría del ADN antiguo que encontramos no es realmente de caballos. En algunos casos, tanto como el 99,5 por ciento corresponde a bacterias u otros organismos no definidos", dice Boessenkool.

Fuentes: phys.org| horsetalk.co.nz | 2 de enero de 2019

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