Vista de la zona donde se puede apreciar la calzada romana y uno de los campamentos que conforman el yacimiento de La Carisa. - Fotos cedidas por Esperanza Martín

Fuente: Diario de León | Manuel C. Cachafeiro | 06 de juliio de 2014

La Cordillera Cantábrica, el monumento natural por excelencia de la montaña leonesa, marca también la frontera orográfica con Asturias. Un paso permeable que ha condicionado desde hace siglos la historia de pueblos y vecinos desde Laciana hasta Picos de Europa. Los puertos que se abren entre las cumbres han sido lugar de encuentro, campo de conflictos... Entre todos, sobresale el puerto de Pajares, con sus 1.378 metros de altitud sobre el nivel del mar, por ser la puerta de entrada a las ciudades más pobladas del Principado de Asturias.

Muy cerca del alto, a la derecha de la carretera mirando hacia Asturias desde esa imponente atalaya de montañas y nubes que se ve desde el antiguo parador, hoy cerrado, se encuentra el yacimiento arqueológico de La Carisa. Un puzzle aún por encajar que se ha convertido en el emblema del Principado para defender su legado romano, hasta el punto de estar tramitando que fue el primer camino a Asturias desde León, antes que Pajares. Un yacimiento, por otra parte, que los asturianos comparten con León, puesto que parte de uno de los dos campamentos que componen la zona estudiada está localizado en el término municipal de Villamanín. El que se llama Picu Llagüezos. El otro, ya en tierras asturianas, se denomina Curriechos.

Este último se descubrió en una campaña de excavaciones que arrancó en el año 2003 y que fue realizada por la Asociación de Amigos de La Carisa. Picu Llagüezos empezó más tarde, en 2011. Los trabajos están dirigidos por la arqueóloga Esperanza Martín (izquierda, en primer término) bajo la coordinación de Jorge Camino  (derecha). Aunque lo habían solicitado, la Junta de Castilla y León ya les ha comunicado que no financiará nuevas campañas arqueológicas por falta de fondos.

La Carisa y su calzada romana, bajando Pajares, entre los concejos de Lena y Aller, son hallazgos en medio del monte más agreste y, según las últimas investigaciones, Roma desplazó allí nada menos que 2.500 legionarios para el avance desde Legio leonesa hacia la costa gijonesa.

El yacimiento debe su nombre a Publio Carisio, un militar romano que venció a los astures en Lancia, y que fue también fundador de Mérida, al que las investigaciones iniciadas en Asturias le atribuyen el mando. Según esa teoría, Vía Carisa -el campamento y la calzada- pudieron ser construidas durante los periodos estivales de los años 26 y 25 antes de Cristo.

Moneda emitida por Publio Carisio durante las Guerras Cántabras para pagar a las tropas con moneda fiduciaria.

¿Qué importancia tiene La Carisa para el mundo de la arqueología? ¿Es tan importante? Según la responsables de los trabajos de campo, Esperanza Martín, el yacimiento de Llagüezos es el primer lugar que atestigua la entrada de las tropas romanas en su avance de conquista en dirección Norte desde León. «Junto al campamento de Curriechos se vincula una vía estratégica cuyo derrotero se consolidó con el tiempo entre Legio y el oppidum Noega en la bahía de Gijón», explica la arqueóloga, que añade: «Tradicionalmente se ha venido dando poco peso a la romanización en la región (Asturias), debido al desconocimiento de yacimientos asociados a la introducción de agentes romanos entre los astures. Desde el comienzo de la investigación por parte del equipo de Jorge Camino este ámbito, al menos en la zona central de Asturias y León, se ha cubierto», indica.

La distribución de los campamentos, así como la construcción de la vía y la selección de entradas, radicalmente diferentes a los documentados en otras partes (no sólo de Hispania, sino del Imperio), están ofreciendo interesantes datos para el conocimiento de los modelos de conquista, según los responsables del estudio.

Lo sorprendente es que las tropas romanas no acamparan en las inmediaciones de Pajares, el paso histórico entre ambas comunidades. Y para eso, Esperanza Martín tiene también respuesta: «Pasan por arriba por cuestiones estratégicas. Los ataques son poco menos que imposibles. No hay posibilidad en desenfilada, ni al descubierto. Tenga en cuenta que son campamentos de verano, inhabitables durante el invierno. El paso por Pajares supondría un peligro para los grupos romanos. Un contingente militar sólo puede desplazarse haciendo uso de una infraestructura viaria previamente consolidada, como son las calzadas romanas. Si hubieran pasado por Pajares (que también se cubre de nieve en invierno), hubieran sido blanco fácil para posibles ataques. La motivación es estratégica».

Pero mientras en Asturias La Carisa se ha convertido en un emblema a estudiar, sólo con el freno echado de la crisis y los recortes, hasta el punto de que se acaba de pedir su inclusión en la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de la Ruta de la Plata en el Parlamento asturiano, en León el interés es mínimo. Si acaso en el Ayuntamiento de Villamanín, que lo ve como un atractivo turístico más. La Junta General del Principado, el parlamento asturiano, aprobó el pasado 13 de mayo esa inclusión de la Ruta de la Plata dentro del patrimonio protegido de la región, respaldando así lo que había hecho poco antes el Senado, con la petición de que dicho trazado sea declarado como Patrimonio de la Humanidad. «En este contexto, y dada la reciente realización de estudios de identificación de la ruta en Asturias, se estima procedente iniciar el procedimiento administrativo para declarar BIC esta vía histórica en su tramo asturiano».

Y ahí empieza la polémica. O sigue. Entre la Vía de la Plata que defiende Astorga, que discurrió entre la ciudad bimilenaria y Mérida, y la Ruta de la Plata, que alarga el recorrido histórico hasta Gijón, dejando al margen a Astorga, y que encontraría en el yacimiento de La Carisa su punto de unión para defender que desde León los romanos también intentaron alcanzar el mar.

De hecho, en la página web de los ayuntamientos de la Asociación de la Ruta de la Plata, entre ellos tres leoneses (Pola de Gordón, León y La Bañeza) se da ese argumento para defender sus tesis. «En época del emperador Augusto y sobre todo durante los reinados de los emperadores Trajano y Adriano, ya se configura como una calzada romana que en sus inicios unía Emerita Augusta (Mérida) con Asturica Augusta (Astorga), y que continuaba hasta Sevilla por el sur, y hasta Gijón por el norte a través de la Vía Carisa, calzada romana impulsada por el general Publio Carisio, cuyo objeto era unir los asentamientos militares de tierras leonesas con el mar Cantábrico».

Lo que está confirmado es que Curriechos, el que está en Asturias, data de las Guerras Cántabras. En el caso de Llagüezos las fechas no están tan ajustadas, porque solo se ha excavado un año, aunque se cree que es algo anterior, dentro de la misma época. «Aunque no se pueda descartar su existencia, no hay muestras de una batalla en los alrededores entre astures y romanos», es la conclusión más clara hasta ahora.

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