Para poder realizar tal propósito es necesario enfocar el estudio de la conducta prehistórica desde una perspectiva multidisciplinar, es decir, bajo la visión coordinada de las ciencias que precisamente estudian tal proceso humano: su conducta.
Aunque se escapen del tradicional enfoque del estudio de la Prehistoria, no cabe duda de que la Neurología, Psicología, Sociología y Biología evolutiva tienen mucho que decir al respecto. Pero tal tarea parece muy ardua, ¿es que va a ser necesario estudiar estas disciplinas, además de las propiamente relacionadas con los tradicionales estudios prehistóricos?
La respuesta sólo puede estar en nosotros mismos, en nuestra ambición por conocer mejor las causas del cambio histórico (hasta donde sea posible), y en la capacidad de trabajo que queramos dedicar. Los límites, como en toda tarea humana, muchas veces están marcados por nuestro propio interés y motivación. Aunque no siempre es cierto, el querer puede ser también poder.
Naturalmente no se trata de estudiar sin más tales disciplinas, sino adquirir unos conocimientos básicos y fundamentales que nos permitan elaborar un modelo sobre la forma en que nuestro cerebro funciona respecto a la conducta que realiza (Neurología y Psicología), que factores externos influyen (Sociología y medio ambiente) y cómo la evolución ha podido elaborar tales características (Biología evolutiva). Todo ello formaría un modelo multidisciplinar de la conducta humana.
Parece complejo, y en realidad lo es ¿quién dijo que el ser humano y sus actos son procesos de fácil comprensión?, pero no imposible de realizar, todo lleva su método y forma y, sobre todo, mucho trabajo.
Un factor importantísimo en esta labor es que tales ciencias en su aplicación deben de estar coordinadas, es decir, que no debe existir contradicciones entre ellas, pues no cabe duda que si así fuese alguna de ellas no estaría bien desarrollada, o le faltaría un desarrollo doctrinal importante.
Puede surgir la idea de que tal tarea no es posible, pues tales ciencias no están tan desarrolladas. Desde un principio, y de una forma general que es la que nos interesa en el mundo de la arqueología, puedo decir que la realidad es favorable en nuestro intento. Lo que realmente pasa es que la separación académica en nuestra cultura es de tal calibre que da ese apariencia. Podemos ser expertos en una ciencia (p. e. Prehistoria) y unos totales ignorantes de otras que precisamente tratan de lo mismo: la conducta humana (Neurología, Psicología y Sociología). Actualmente, estas ciencias en relación con la arqueología prácticamente están dadas de espalda, con una ignorancia mutua (tanto de unas como de otras).
También es fácil que aparezca la idea sobre la gran complejidad de tales ideas neurológicas o psicológicas, o que sólo están desarrolladas en revistas especializadas de casi imposible comprensión para legos en la materia. La realidad es que tampoco este es el caso. Los temas principales y básicos que nos interesan llevan ya muchos años fuera de tales revistas, y se están dando en numerosos libros de divulgación científica de fácil acceso, teórico y económico. Aunque ante tanta divulgación científica, como podemos saber cuales son los más interesantes. La clave ya la he mencionado antes, aquellos que en conjunto no discrepen entre sí, claro que pare ello hay que trabajar sobre ellos, lo que evidentemente llevo años haciéndolo. Tras esta larga perorata, no estaría de más señalar algunos de los diversos que han caído a mis manos, si da la casualidad que poseéis alguno no dudéis en preguntarme cualquier duda al respecto. Una advertencia, no todos están actualizados, ni pueden valernos, en los criterios anteriormente dichos, en toda su extensión, pero muchas de sus ideas si son válidas.
Bruner, J. (1984): Acción, pensamiento y lenguaje. Alianza Psicológica, nº2. Alianza Editorial S.A. Madrid.
Delgado, J. R. M. (1994): “Mi cerebro y yo”. Ed. Temas de hoy. Madrid.
Flórez, J.; García-Porrero, J. A.; Gómez, P.; Izquierdo, J. M.; Jimeno, A. y Gómez, E. (1999): Genes, cultura y mente: una reflexión multidisciplinar sobre la naturaleza humana en la década del cerebro. Servicio de publicaciones de la Universidad de Cantabria. Santander.
Locke, A. y Peters, Ch. R. (eds.) (1996): Handbook of Human Symbolic Evolution. Clarendon Press. Oxford.
Marina, J. A. (1998): “La selva del lenguaje. Introducción a un diccionario de los sentimientos”. Anagrama. Barcelona
Mora, F. (2001): “El reloj de la sabiduría. Tiempos y espacios en el cerebro humano”. Alianza Editorial. Madrid.
Noble, W. y Davidson, I. (1996): Human Evolution, Language and Mind. Cambridge: Cambridge University Press.
Rivera, A. (2005): Arqueología cognitiva. Origen del simbolismo humano. Arco/Libros, Madrid.
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