Red social de Arqueologos e Historiadores
Aspecto del claustro de la finca Mas del Vent, cerca de Palamós (Girona). /VINCENT LEROUX
¿Quedan todavía en España joyas artísticas desconocidas, aunque sean del siglo XII? Parece que sí. La última y sorprendente noticia al respecto ha saltado en las proximidades de Palamós (Girona), con el hallazgo (¿o habría que decir redescubrimiento?) de un claustro excepcional, sobre cuyo origen románico los expertos albergan pocas dudas y al que se ha buscado muchas semejanzas con el del monasterio de Santo Domingo de Silos, en Burgos.
El anuncio saltó durante las recientes jornadas que bajo el título Arte fugitivo organizó el grupo EMAC de investigación sobre románico y gótico de la Universidad de Barcelona. Lo presentó Gerardo Boto, profesor de Arte Medieval de la Universidad de Girona, especializado en el análisis de la plástica monumental románica y en la iconografía y la organización del espacio eclesiástico medieval. De pronto, Boto dejó a profesores y estudiosos con la boca abierta cuando explicó que, en el jardín de una finca privada de Palamós, existía desde hacía más de medio siglo un claustro románico. Los asistentes a las jornadas no dieron crédito cuando este experto en historia y arte de la Edad Media desveló que no se conocía su procedencia exacta y que el monumento no estaba inventariado como bien cultural, ni por supuesto, protegido por administración alguna. En definitiva, que era un edificio anónimo, sin nombre ni apellidos.
Gerardo Boto conoció la existencia de esta construcción de forma casual. La edición francesa de la revista de decoración AD publicó, en su número 94 de julio y agosto de 2010, un espectacular reportaje sobre la vivienda del suizo Kurt Englehorn y su mujer Carmen, en Mas del Vent, una inmensa finca de 22 hectáreas localizada en la zona de la Fosca, en el término de Palamós. En el reportaje, el fotógrafo Vincent Leroux no pudo evitar fijar su objetivo en la enorme galería de arcos románicos del claustro que bordeaba la piscina. Pese a las reticencias del propietario, el fotógrafo tomó la imagen de aquel espectacular conjunto de piedra que bordeaba la no menos espectacular piscina entre los pinos: la imagen fue publicada en la revista a doble página.
Desde que tuvo constancia de la existencia de este nuevo edificio, Boto ha intentado sin descanso acceder al interior de la vivienda para estudiarlo, pero los propietarios del mismo no se lo han permitido. “Jamás he podido acceder al interior de la propiedad”, confesó decepcionado el historiador durante su presentación. Pero sí consiguió las fotografías de Leroux, de 80 megas de calidad, algo que le ha permitido buscar en primer plano las características de lo que, según su opinión, es un claustro románico con todas las de la ley.
Según Boto las galerías miden, aproximadamente, 20,8 y los 21,9 metros de largo, unas medidas que determinó a través de las imágenes aportadas por Google Earth. Cada una de ellas presenta diez arcos sobre columnas y capiteles dobles, salvo en el medio, que es cuádruple. De las otras dos galerías que acabarían de cerrar el claustro de 44 capiteles no se conservan columnas ni arcos y los capiteles reposan directamente sobre las basas.
Tras analizar estas imágenes Boto asegura que el claustro de Palamós es comparable, en distintos aspectos, a los de Silos y Las Huelgas, los dos en Burgos, y al de Santa Maria de Ripoll, en Girona, porque en todos ellos, algo infrecuente en los claustros españoles o hispanos, las columnas dobles están esculpidas por separado, mientras que los capiteles que las coronan forman un solo bloque.
Además, en los capiteles de Palamós aparecen representadas figuras humanas y gran número de elementos vegetales y animales, sobre todo aves, leones y jabalíes, y monstruos, como grifos, arpías y dragones... pero no escenas religiosas. El investigador resaltó las grandes dimensiones “insólitas en el panorama del románico hispano” de los arcos: más de tres metros y medio desde la clave de los arcos hasta las bases, independientemente de que algunos de los fustes fueran nuevos para restituir los perdidos.
El profesor Boto explica entusiasmado: “Tanto en el aspecto estilístico como en el temático, la mayor parte de los capiteles de Palamós están enraizados con el repertorio del claustro de Silos, tanto con el llamado Primer Taller, realizadas hacia 1100, como del llamado Segundo Taller, realizados hacia 1165. No hay duda: el operario que realizó estos capiteles conocía las formas y los registros de Silos”.
Boto se cuestionó durante tiempo la autenticidad del conjunto y se planteó la posibilidad de que todo fuera, tan solo, un decorado cinematográfico. Pero ahora, y a falta de que otros expertos confirmen su diagnóstico, no tiene dudas: “Seguí la pista de los posibles reproductores por moldes o por labra directa y en el siglo XX solo un moldeador tomó moldes de los capiteles de Silos, cuyos positivos en yeso se encuentran en el Museo de Reproducciones Artísticas, en el Victoria and Albert de Londres, en el museo de la Real Academia de Bellas Artes y en el propio Silos, pero no son los de Palamós. Tampoco hay constancia que se instalara en el monasterio ningún cantero para reproducir los capiteles”, explica.
Pero la prueba más contundente sobre la autenticidad del conjunto la encontró Boto en el Archivo Municipal de Palamós. Allí ha localizado una serie de imágenes del proceso de montaje de las arcadas que se remonta a 1959. “En ellas se ven la naturaleza pétrea de las piezas, su peso, su erosión de siglos y las marcas de montaje incisas normales en piezas románicas. Las fotos no muestran ningún atisbo de modernidad o falsedad. Si estos arcos no son auténticos, podemos dudar de la autenticidad de todo lo que vemos en fotos y en directo”, concluye tajante.
Según la revista francesa que dio a conocer la existencia del claustro románico, la construcción fue adquirida por el abuelo del actual propietario en Madrid, en los años cincuenta. Boto no duda de la fecha y apunta que quizá llegaron en 1958 a Palamós, pero sí de la procedencia: en su ponencia defendió que procedía de la provincia de Segovia o Burgos. “Seguro que este singularísimo patio porticado conoció estaciones intermedias en su trayecto desde su origen hasta su destino actual junto al Mediterráneo. No sabemos si estos estadios intermedios estuvo montado o empaquetado en cajas”, comenta.
Paralelamente a la acción investigadora de Boto, la Asociación de Amigos del Románico emprendió el año pasado una campaña para conseguir que se inventaríe y proteja la construcción y que sus dueños permitan analizarla. “En febrero de 2011 escribimos a los representantes legales de los dueños exponiéndoles nuestra intención de estudiarlo y conseguir una protección patrimonial acorde con su relevancia histórica artística. No nos han contestado”, se lamenta Juan Antonio Olañeta, presidente de la asociación. “No entendemos por qué no permiten el acceso, si tenemos en cuenta que la vivienda se alquila”, asegura Olañeta. En efecto, en la página web del grupo Rough Luxe , propiedad de Kurt Englehorn, se pone a disposición del cliente 11 fabulosas mansiones repartidas por todo el mundo, entre ellas la de Mas del Vent de Palamós. En la descripción se asegura que es una vivienda del siglo XVIII reformada por el equipo de arquitectos RCR para disfrutar de la naturaleza, pero para nada menciona el claustro, que tampoco aparece en las imágenes promocionales.
La asociación también se ha dirigido a las diferentes administraciones: Ayuntamiento de Palamós, responsables de patrimonio de Castilla y León y de la Generalitat de Cataluña, y Ministerio de Educación y Cultura, pidiendo que inicien los trámites para protegerlo. En septiembre de 2011 recibieron una breve respuesta de la Generalitat asegurando que se está siguiendo el protocolo de actuación que prevé la ley de patrimonio catalán de 1993. La nota aseguraba: “La actuación ha de conducir a la inspección por parte de nuestros técnicos del citado claustro”. Sin embargo, el director general de Patrimonio, Joan Pluma, reconoce que todavía no se ha hecho: “En unos días se enviara al juzgado un requerimiento con la intención de que nuestros técnicos puedan comprobar su existencia y si es auténtico”, asegura Pluma. Desde el Ministerio, tras la consulta realizada por este diario, han respondido a la asociación que “se ha dado traslado a la petición para estudiarla” y que en todo caso será la Generalitat de Cataluña la que tendrá que valorar las medidas a adoptar. Desde Castilla y León están interesados en el tema, pero no manifiestan intención de hacer nada, más allá de contactar con la Generalitat. Por fin, María Gràcia Artigas, concejala de Cultura y Patrimonio de Palamós, admite conocer la existencia del claustro, pero sostiene que “el ayuntamiento no tiene previsto hacer ninguna acción de forma inmediata. Es como si un particular tuviera en casa un Picasso; no nos corresponde a nosotros, porque al parecer es un elemento patrimonial castellano”. Sin embargo, la ley de patrimonio estatal y autonómica no excluye los bienes en manos privadas.
José Luis: Gracias por recordar mis tempranas reticencias con respecto a este imponente (demasiado...) claustro. Comparto igualmente la extrañeza de Paloma, Roberto y Percha de que tantos expertos en románico, y sociedades dedicadas a él, no hayan tenido sombra de duda sobre la autenticidad. Aunque también anoté aquí, por aquellos primeros días del boom periodístico (del 5 al 8 de junio), que el Dr. Boto me parecía más precavido y expectante tras la visita de los tres técnicos de la Generalitat (primer y segundo comentarios, ambos del día 8/6). Algo que me llamó mucho la atención, aunque las seguridades sobre la autenticidad, y las propuestas sobre el posible origen, hayan continuado, y sido mayoría indiscutible.
Ahora bien, no menos me han extrañado las afirmaciones del Prof. Merino de Cáceres aparecidas el día 28 de junio, de las que se hizo eco José Luis el jueves pasado. Porque los días 21 y 22 de junio este mismo experto aseguraba, con el mismo aplomo, que el claustro era auténtico, de comienzos del siglo XII, que seguía el estilo del Primer Maestro de Silos, e incluso, con cierta sonrisilla complicidad y misterio, que era "de la provincia de Burgos... esto, es castellano...".
Este dictamen, apenas 6 días antes, se emitió en este brevísimo reportaje de "Madrid Oculto", en el Diario de la Noche (el de Ana Samboal) de Telemadrid, el 21 de junio:
Mientras, en los reportajes de prensa paralelos a su actual opinión, da a entender, bueno, afirma claramente, que él de antes ya sospechaba que no era bueno, para un libro que saldrá en septiembre, con frases como:
"El experto en arquitectura medieval Merino de Cáceres seguía la pista de Byne junto a su colaboradora María José Martínez en un trabajo de documentación para un libro sobre venta y expolio de arte español que saldrá a la luz el próximo septiembre. Fue entonces cuando aparecieron multitud de imágenes sobre "un claustro en el medio de la nada" dentro del archivo Moreno que custodia el Ministerio de Cultura. "Tenía un aspecto acartonado, un tanto sospechoso", refleja el arquitecto" [...] . "Los investigadores intentaron documentar el origen del extraño conjunto... Nadie hablaba de él y pensamos que era una imitación", apunta Merino de Cáceres"[...] ¿Cuáles son esas claves? Las medidas de la galería, el deterioro de la labra con respecto a las fotografías de los años treinta, el confuso programa iconográfico y el procedimiento del anticuario Ignacio Martínez llevan a los investigadores a consolidar su postura.[...] Precisamente, a Merino de Cáceres le llamó la atención el aspecto que los sillares mostraban en las fotografías de Moreno. "El claustro estaba nuevecito, no tenía pátina y muestra las marcas de un cepillo de cerdas de acero para envejecer la piedra y, además, carece de restos de labra, no tiene la huella del hacha ni del trinchante", explica. [...] Por último, el profesor de la Politécnica de Madrid hablaba en este medio la pasada semana de las "sorprendentes medidas" de la obra de Palamós. A Merino de Cáceres le parecieron tan perfectas que había algo raro. "En los claustros, se regulariza la planta y la organización de los monasterios aunque finalmente se desvirtúan las medidas por circunstancias como la orografía", explica. En cambio, esta obra era "sorprendentemente perfecta", fabricada por "un buen arquitecto" y con un "extraordinario resultado..."
Me parecen muy bien todas estas observaciones, y sobre todo una de las que ahora hace ("¿Para qué van a montar en otro sitio un claustro que pudieron fotografiar y documentar en el emplazamiento original?"). Pero, como lectora crítica, no me encaja en absoluto que estas sospechas las tuviera él desde el principio ("En plena efervescencia mediática, un miembro de la familia que se encargó de instalar el claustro en el patio de una casa en Ciudad Lineal da a los investigadores otra pista al hablar del montaje de una obra que venía de Salamanca..."), o sea, entre el 5 y el 12 de junio, pongamos por caso, con lo que el mismo autor afirmaba el 21 de junio: Claustro auténtico, comienzos del XII, inspirado en el primer Silos, y origen Burgos.
Más curioso aún: en un reportaje del día siguiente, el 22, por el contrario descartaba Burgos, y decía saber el origen del claustro, pero no poder o querer darlo a conocer:
http://www.laopiniondezamora.es/zamora/2012/06/22/claustro-palamos-...
Doctor en Arquitectura y profesor en la Escuela Politécnica de Madrid
José Miguel Merino de Cáceres
«El claustro de Palamós no es de Segovia ni de Burgos»
Merino de Cáceres sabe ya «con rotundidad» de dónde procede la celebre galería y advierte que su origen «no está ni en Burgos ni en Segovia» como han apuntado las principales quinielas. Hoy mismo desvelará el secreto....
-¿Cómo ha asistido al fenómeno mediático que ha provocado el claustro de Palamós?
-Me parece muy bien que la gente recupere el interés por el patrimonio.
-Dicen los conservadores que para comprobar la procedencia de un claustro, es necesario tener una fotografía, un plano, una factura… ¿Usted tiene alguna prueba de este tipo sobre la obra de Palamós?
-He medido el claustro y lo tengo dibujado, sé las dimensiones. El claustro es perfecto, es clásico de 99 pies. Es realmente sorprendente.
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Espero que en la obra que publicarán en otoño él y su colega se ocuparán de fundamentar estas sospechas, y la cronología de las mismas, mejor de lo que ahora me parece que están. No se puede estar tan seguro de que el claustro es bueno los días 21 y 22 de junio, y el 27 o 28 decir que es todo falso. Bueno, se puede cambiar de opinión en pocos días, a base de las informaciones y opiniones que uno va leyendo, claro. Pero lo que no se puede es a la vez querer dar a entender que uno "ya lo sospechaba desde el principio". Porque no está bien, y además porque luego vienen las pruebas de hemeroteca a desmentirle a uno (para los viejos "rockeros veleyenses" de Celtiberia.net y Terraeantiqvae, ¿no nos suena esta actitud a algo familiar? ;-)).
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Ítem más, unos datos extra:
Soberbia colección de 180 fotografías, debidas a la Fundación Santa María la Real, presidida por Peridis, en Flickr, a través de romanicodigital.com. Ésta es " La mayor base de datos documental del Románico Español, totalmente accesible desde internet con más de 100.000 referencias y sigue en aumento".
Tienen espacio en Facebook, en el que el entusiasmo inicial parece algo desinflado.
Por último, por si ayuda a alguien a cultivar o reforzar su sentido crítico ante este tipo de hallazgos "inauditos" (desde el punto de vista de alguien que trabaja hace años en el apasionante mundo de los falsos y las copias), voy a poner dos de las fotos, de entre las de la galería que acabo de citar en Flickr, que resumen lo que a mí más me llamó la atención desde el principio (y, con perdón, esto sí tiene "prueba de época"). La primera muestra una insólita combinación de acabados, estilos y pátinas, en sólo un pequeño sector:
mientras la segunda muestra cierta verdad sobre los capiteles: que los que parecen buenos son los que están en el suelo, y no montados sobre columnas y arquerías.
Cuando uno escudriña y compara, se da cuenta enseguida de que ahí hay algo que "dont'works", que dirían los anglófonos, que "no funciona". Dejando siempre un resquicio para el error humano, of course! ;-)
Y "to be continued", me temo. Esperemos (en plan "análisis grafológico") a ver qué dictaminan los tres técnicos de la Generalitat de Catalunya. Casualmente, el 6 o 7/6 mandaron a Palamós un arquitecto y dos arqueólogos... ;-), así que no faltará mucho para que puedan llegar a una opinión fiable. Saludos.
Un ‘ejercito’ de técnicos para el claustro de Palamós. Diez expertos emitirán un informe a mediados de este mes
Foto: Vista del claustro en los jardines de la finca Mas del Vent en Palamós. © MARCEL.LI SÁENZ.
Fuente: José Ángel Montañés, Barcelona | El País.com, 2 de julio de 2012
Todo un ejército de hasta diez miembros visitó ayer el claustro de estilo románico de Palamós para recabar nuevos datos de cara a un futuro dictamen. Sea por las críticas que recibió el Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña por no incluir a ningún historiador del arte en el equipo que visitó a comienzos de junio el claustro, sea por la falta de resultados tras el análisis de los dos arqueólogos y el arquitecto que lo estudiaron, la Generalitat citó ayer, a las 11.30 de la mañana en la puerta de Mas del Vent, la finca donde está situado el claustro, a diez expertos dispuestos a aportar su grano de arena para resolver la dudas sobre esta construcción. Arqueólogos y arquitectos de la Generalitat, historiadores del arte, entre los que había conservadores del Museo Nacional de Arte de Cataluña, geólogos de la Universidad de Barcelona, restauradores del Centro de Restauración de Bienes Muebles de Cataluña y varios expertos del Instituto de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura, que cuenta con una base de datos con la información de todas las canteras españolas, decisiva a la hora de determinar la procedencia de la piedra, se personaron en Mas del Vent. Todos ellos estudiaron el claustro durante dos horas. Fuentes de la Generalitat confirmaron la visita y aseguraron que se trabaja “para tener resultados concluyentes a mediados de este mes”.
El 7 de junio, dos días después de que EL PAÍS informara sobre la existencia del claustro, la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat envió a tres técnicos con el objetivo de elaborar un informe sobre cuándo fue creado y su lugar de procedencia: quizá el siglo XII y algún monasterio o iglesia de la comunidad de Castilla y León, tal y como apuntaban las primeras hipótesis. De esa visita solo trascendió que los técnicos aseguraron que el claustro “no era ninguna réplica de cartón piedra”. También que “en unas semanas” se tendría un resultado que podría llevar a iniciar un proceso para catalogarlo y protegerlo. Tras la visita de ayer parece que se está en el punto de partida.
“El día que dé a conocer los resultados será con la seguridad de que no se van a cuestionar”, aseguró Joan Pluma, director general de patrimonio catalán, tras la primera visita y conocerse que los dueños cuestionaban la autenticidad de la obra, motivo por el cual no lo habían incluido en el inventario de patrimonio.
Los diferentes especialistas convocados ayer tendrán que ayudar a confeccionar un informe para precisar el grado de autenticidad del claustro, subrayar qué partes se elaboraron hace siglos y cuáles son fruto de una reintegración moderna realizada por los operarios contratados por el anticuario Ignacio Martínez a partir de 1931, cuando los sillares fueron transportados, desde su lugar de origen, hasta un solar de Ciudad Lineal de Madrid.
La Opinión de Zamora, el uno de julio:
Jaime Nuño, Director del Centro de Estudios del Románico en la Fundación Santa María la Real:
«Si es auténtico, el claustro de Palamós está entre lo mejor de nue...
José María Sadia
La Fundación Santa María la Real es una de las instituciones más importantes del mundo en el estudio, divulgación y puesta en valor del arte románico. Cuando el redescubrimiento del claustro de Palamós tomó los medios nacionales, muchas miradas estaban puestas en el centro de Aguilar de Campoo, que acudió a la única visita que se ha realizado a la finca de Mas del Vent para inspeccionar el bien. Además de su presidente, el arquitecto José María Peridis, acudió Jaime Nuño, director del Centro de Estudios del Románico en la fundación. Lejos de un juicio apresurado sobre la autenticidad de la galería, Nuño llama a la calma para realizar una investigación pausada. De paso, apoya la labor del historiador Gerardo Boto, el experto que puso el foco de la actualidad sobre el claustro que el anticuario zamorano Ignacio Martínez comercializó en los años treinta del pasado siglo.
—Ante la irrupción del claustro de Palamós en los medios, ¿cómo reacciona la Fundación Santa María la Real?
Ya conocíamos la obra por su publicación en la revista de Amigos del Románico. Tenemos muy buena relación con Gerardo Boto, que incluso desarrolla un curso de arte medieval en la fundación. Él lo da a conocer, todo se queda ahí y, de repente, irrumpe en la prensa nacional. Cuando supimos que los propietarios permitirían una visita a la prensa, asistí junto a José María Peridis, el presidente de Santa María la Real, e intenté tomar todas las fotografías posibles.
—¿Cuál fue su primera impresión?
Si me piden una opinión rápida, yo digo que es un claustro bueno con algunos añadidos bastante evidentes. ¿Puede ser una falsificación? Puede serlo, pero muy buena, pensada por alguien que conoce perfectamente el románico, algo complicado en los años treinta. Debemos darnos un tiempo para estudiar la iconografía e identificar posibles anacronismos. Yo recomendé hacer análisis petrológicos para conocer el origen de la piedra, y también de las pátinas y de los pólenes para saber cuánto tiempo ha dado vueltas por ahí.
—No sale con una conclusión clara de la visita
Mi primera impresión es que la obra es buena, pero la historia no se basa en «un vistazo simple». Si vas al médico y te diagnostican hepatitis solo porque tengas la cara amarilla, nadie se fiaría ya que puede ser un síntoma de otra enfermedad. El claustro está descontextualizado y llama la atención que no haya habido noticias de una galería tan grande. Además, hay influencias de muchos sitios, desde San Juan de la Peña a Salamanca y desde el sur de Palencia hasta el entorno de Silos. Todo esto nos lleva a una duda razonable. Es necesario hacer pruebas para determinar si es falso y, si es verdadero, habrá que saber de dónde procede. Sin datos, solo habrá especulaciones.
—Queda claro que emitir un juicio sobre la autenticidad de la obra es muy complejo, ¿verdad?
Fotografiar un claustro durante hora y media es distinto que estudiarlo. Solo cuando me di tiempo ante el relieve del castillo, el añadido más evidente, pude comprobar que está hecho de nuevo. Hay aspectos que apuntan a la autenticidad y otros, sin embargo, a la falsedad. A los historiadores se nos pide un diagnóstico inmediato y si acertamos solo es porque tenemos un cincuenta por ciento de posibilidades. Antes de decir un sí rotundo, hay que analizar y resolver las dudas.
—¿Qué pruebas necesitamos para saber con rotundidad si el claustro es una obra medieval? ¿Son los estudios petrológicos la clave?
Los estudios petrológicos solo nos dirán de donde procede la piedra. Si conocemos el origen, podremos establecer que fue edificado en un radio de unos treinta kilómetros por las dificultades del transporte que había en la Edad Media. Por ejemplo, sería extraño que la piedra se localizara en Madrid o Toledo. También se ha hablado de Villamayor, pero Salamanca no era una zona de grandes monasterios para tener un claustro de estas características. Todo apuntaba al origen de los grandes monasterios, como San Pedro de Gumiel de Izán (Burgos). Yo mismo lo pensé, pero no encaja porque allí no hay ese tipo de material. Si las canteras son de un sitio extraño, es un argumento a favor de la falsedad.
—¿Qué información nos pueden dar las pátinas y las marcas de las piezas?
Tenemos que estudiar las pátinas para saber qué elementos orgánicos e inorgánicos hay dentro de los capiteles. Si se han tratado de falsificar con un ácido, tal vez se pudiera detectar. Podremos ver, asimismo, coloraciones artificiales. Deberíamos también estudiar la erosión para saber si está descompensada. Por último, también he dicho que sería bueno hacer análisis de pólenes y restos de tierra para saber en qué sitos ha estado.
—También se han emitido juicios sobre la superficie de la piedra tallada, ¿qué elementos se utilizaban en la Edad Media para trabajar?
En época románica, se utiliza la escoda o trinchante en los sillares. Se trata de un hacha que tiene un filo por un lado y una punta o pico en el talón. Le dan hachazos a la piedra como si fuera un taco de madera porque el material es muy blando cuando sale de la cantera. Esta herramienta deja unas marcas muy características que se pueden apreciar si la erosión no las ha borrado. Este registro no se aprecia en Palamós ni en los sillares antiguos ni en los modernos, algo que nos impide emitir un juicio.
—Usted ha pedido tiempo para el historiador Gerardo Boto
Entiendo que los medios quieran respuestas rápidas y sencillas, pero Gerardo Boto, a quien corresponde realizar el estudio, necesita tiempo. Ha recibido mucha presión para que se mojara de alguna manera. Parece que si eres prudente y no das respuestas taxativas se puede entender que no tienes la suficiente categoría como investigador. Es todo lo contrario: cuando alguien con un simple vistazo dice sí o no, creo que debemos desconfiar. Los buenos historiadores son personas prudentes que prestan más tiempo a los elementos que menos encajan con la línea de la investigación. Los malos esconden lo que no les cuadra. Yo pensé en Gumiel de Izán desde el principio y ahora pienso que hay muchos elementos que no casan, ahí hay otra mano.
—El experto en arquitectura medieval Merino de Cáceres ha hecho pública una sólida investigación en la que apunta a una reproducción ideada por el anticuario zamorano Ignacio Martínez. ¿Qué le parece su argumentación?
Me da la impresión de que ninguno de sus argumentos es definitivo. Por ejemplo, dice que está mejor conservado en Madrid que en la actualidad siendo de origen medieval. Debemos tener en cuenta que un claustro expuesto al aire y al agua de la lluvia, sin ningún tipo de protección, ni en Madrid ni en Palamós, el deterioro ha podido ser mucho más rápido en estos años que en siglos anteriores.
—Merino de Cáceres pone en cuestión que alguien trasladara el claustro para montarlo en otro sitio y poder así fotografiarlo y promocionar su venta
La familia del restaurador que montó la galería declaró que la intención del anticuario era venderlo en Estados Unidos y ya se ha hablado de la relación de Ignacio Martínez con Arthur Byne. Puede que el negocio no se hubiera cerrado por la muerte de Byne y Martínez se quedara con el claustro y sin la operación hecha. Si estuvo veinte años en Madrid es porque no encontró comprador. A mí lo que me parece absurdo es que se levante la tapia de la finca de Ciudad Lineal más de un metro para proteger algo que no es auténtico. Si el claustro de San Juan de Duero de Soria lo encontramos en otro sitio, diríamos que es falso por su originalidad. Y sin embargo, sabemos que es verdadero.
—Ningún catálogo monumental de la época recoge información de la galería. Parece difícil que una obra así pasara desapercibida
Del claustro de San Pedro de Gumiel de Izán no se conoce nada, ni siquiera un dibujo, pese a que fue un gran monasterio.
—¿Por qué cree que toda España ha puesto sus ojos en Palamós estas últimas semanas?
Hay varios factores. Por un lado, la Edad Media está de moda, es una época que atrae. El románico ha promovido la creación de gran cantidad de páginas en Internet. Asimismo, de ser bueno, el claustro de Palamós sería de lo mejorcito que hay en España. Como tercera reflexión, queda claro cuál es el poder de la prensa diaria. La revista Románico publicó la información de esta obra y pasó desapercibida. Solo cuando la prensa nacional lo saca en portada, adquiere la dimensión actual.
—El claustro ha puesto el foco en la despreocupación por conservar el patrimonio de la sociedad de principios del siglo pasado y cómo eso ha cambiado en la actualidad, ¿no cree?
Entre la época de la desamortización y mediados del siglo XX se hicieron barbaridades inimaginables. El diccionario de Pascual Madoz, de mediados del siglo XIX, dice que las Murallas de Ávila estorban al crecimiento de la ciudad. Para los políticos de aquella época, todo lo que sonaba a Edad Media les recordaba al antiguo régimen y a la opresión señorial. Apostaban por eliminar los testimonios, pero así no acabas ni con la historia ni con el sufrimiento de la gente en aquella época. Por destruir el Valle de los Caídos no se va a acabar con el dolor de quienes murieron allí. Estamos demasiado acostumbrados a destruir y lo que hay que hacer es tener todo presente. Quien ignora la Historia está condenado a repetirla.
—Frente al descuido y al olvido florecen ejemplos como el de Zamora, que actualmente restaura buena parte de su patrimonio románico. ¿Qué reflexión conviene hacer?
En cada una de las piedras de Zamora hay algún gen de nuestros antepasados. Es nuestra cultura, la forma de vivir, de construir las casas, la de rezar, de enterrarse€ De relacionarse en sociedad. Las iglesias fueron hasta después de la Edad Media verdaderos ayuntamientos, puntos de información, de mercado€ Fueron el elemento regidor de la vida durante muchos siglos. Ser conscientes del valor que supone todo eso que nos hace a nosotros mismos como personas es fundamental. Debemos aprender a conservar todo eso, pero también a divulgarlo.
—Santa María la Real hace una labor impagable en la puesta en valor del patrimonio. ¿Cómo juzga los primeros meses de desarrollo del portal Románico Digital?
Estamos satisfechos porque estamos consiguiendo los dos objetivos marcados. El primero, construir la gran base de datos del románico español y europeo. También queremos que Románico Digital debe ser el gran punto de encuentro de los especialistas y aficionados en torno al patrimonio medieval. Nuestras enciclopedias llegan a 1.500 bibliotecas, mientras que la web llega a todo el mundo y esto es fundamental para enriquecer nuestra base de datos.
Me había prometido a mí misma no intervenir más en este tema porque este papel de advocata diaboli que a veces tengo que ejercer no me gusta mucho. Siempre hay quien lo interpreta mal, y lo de "hacer amigos" por esta vía no me da buen resultado ;-) Pero hay declaraciones que por fuerza la sacan a una de la pasividad, y ahora ha sido ésta, en la reciente entrevista al Sr. Nuño del 1 de julio que acaba de rescatar Percha:
"—Usted ha pedido tiempo para el historiador Gerardo Boto
Entiendo que los medios quieran respuestas rápidas y sencillas, pero Gerardo Boto, a quien corresponde realizar el estudio, necesita tiempo. Ha recibido mucha presión para que se mojara de alguna manera. Parece que si eres prudente y no das respuestas taxativas se puede entender que no tienes la suficiente categoría como investigador. Es todo lo contrario: cuando alguien con un simple vistazo dice sí o no, creo que debemos desconfiar. Los buenos historiadores son personas prudentes que prestan más tiempo a los elementos que menos encajan con la línea de la investigación."
Es exactamente la misma idea que el Sr. Nuño desarrollaba en su artículo de Canal Patrimonio del 13-6-2012, llegando a acusar a los medios de prensa, y a la "presión pública", de "crueles" (¡!):
"Hasta que llegó la prensa y entonces todo se magnificó, se desbordó y la parsimonia anterior se convirtió en urgencia. En una semana todo se precipitó… Esta enorme presión pública, que no se hubiera producido si todo hubiese discurrido como acostumbra, por la paciente senda del estudio histórico, no por el vertiginoso camino de la noticia de actualidad, es una crueldad que no se puede consentir y que angustia hasta el más entero de los investigadores…"
No me parece ni medio justo echarle ahora la culpa a los medios de prensa, y menos al público expectante, de una supuesta "presión" que habría obligado al Prof. Boto, el 5 o 6 de junio de 2012, a anunciar el claustro de Palamós como completamente auténtico y original, sin la cautela debida que -según nos sugiere el Sr. Nuño- el autor quería mantener a toda costa.
Porque las cosas no han sido así. Hay antecedentes, y comprobables, de que el Prof. Boto ha dispuesto de bastante tiempo, al menos desde el verano de 2010, y de que ha mantenido ya una producción científica sobre Palamós, en forma de al menos dos artículos publicados, y al menos una conferencia (al margen de L'Art Fugitiu, el 6-6-12: "És una obra d'enorme magnitud històrica, la més gran troballa dels darrers anys en art romànic"), en los que, sin presión mediática y sin prisa ninguna, pues los primeros son de 2010 y 2011, desde el mismo título fue taxativo, y dio a entender una completa seguridad en la autenticidad del claustro, aunque operara sólo sobre fotografías. Paso al detalle:
1) El primer artículo publicado es el muy citado “De Silos al Mediterráneo. El último claustro románico inédito de España”, en Románico. Revista de Arte de Amigos del Románico (AdR) 11, 2010, pp. 32-41. Me ha costado trabajo encontrarlo en Internet, pero por fin lo he podido leer, gracias al meritorio repositorio digital del Museo de Burgos. Facilito aquí su enlace para quien tuviera la misma curiosidad que yo. No debemos de ser muchos los que lo hayamos leído por esta vía, ya que hoy, con la mía, lleva desde que está ahí sólo 6 descargas.
En este artículo el autor manifestaba haber conocido el claustro por la revista Architectural Digest-Francia nº 94, de julio-agosto de 2010 (en realidad es el número de 21-6-2010, pág. 102 ss.), aunque se le lee otra cosa en El Faro de Vigo, 11-6-2012. Boto no dice el lugar exacto donde está el claustro, sólo que está "En el jardín de una residencia privada de la costa catalana" y, en el pie de la fig. 1, en "una localidad de la provincia de Girona". Lo que me resulta nuevamente chocante porque, según pude comprobar hace tiempo aquí, en la revista francesa sí se decía el lugar: "Más del Vent, Palamós, parc naturel de La Fosca... LE LUXE À L'ÉTAT BRUT... Il aime écouter les créateurs parler de leur travail et découvrir des lieux uniques comme le spectaculaire Mas del Vent à Palamos, près de Barcelone, dont il nous fait partager l'histoire (p. 102)"). Pues bien, copio sólo algunos fragmentos en los que, como puede comprobarse, no hay mucho de "toda la investigación fue algo así como una lucha contra mi propio escepticismo" (ibid.):
"ESTE breve articulo da a conocer la existencia de unas galerias claustrales romanicas que han pasado por completo inadvertidas para la literatura historico-artistica hasta la fecha… Dos hileras completas de arcadas claustrales y los capiteles y basas correspondientes a las otras dos constituyen por si mismas un descubrimiento tan insolito como imprevisible, maxime si tenemos en cuenta las dimensiones del conjunto. Si las piezas presentan una calidad estetica explicita y pueden sugerirse algunos paralelos estilisticos, el hallazgo resulta ya mas que estimable. [...]
La genealogia del grueso del conjunto resulta inequivocamente silense, hasta el extremo de que en numerosas piezas nos encontrarnos ante replicas completamente literales de las labras del Segundo Taller silense, e incluso insolitamente, de algunas piezas del portentoso Primer Taller..."
Y termina:
"Ademas de lo detallado hasta este punto, merece la pena destacar especificamente la presencia de un relieve insertado sobre el haz de cuatro columnas del perfil norte, en su cara exterior, esto es, el costado que en su dia miraba al patio descubierto. Se trata de un castillo esquematico, perfilado por tres torres con merlones y sendas ventanas, una gran puerta y trama de sillares. Su paralelo mas evidente se puede reconocer en la sigilografia del rey Alfonso VIII (Archivos de las catedrales de Valladolid)… En otras palabras, me temo que este singularisimo patio porticado conocio estaciones intermedias en su trayecto desde el establecimiento castellano del que procede hasta su destino actual, a los pies del Mediterraneo."
Las palabras "copia", "falso", "posible", "cautela", "prevención", e incluso "escepticismo", no aparecen en este primer artículo ninguna vez. Por el contrario, está seguro de que es románico, copia de Silos, y de que procede de Castilla.
2) La conferencia tuvo lugar en la Universidad de Murcia, el 13 de abril de 2011, y su título tampoco deja lugar a la duda: "De Silos al Mediterráneo: El descubrimiento de un nuevo claustro románico".
3) El segundo artículo es éste, en el homenaje al conocido medievalista Xavier Barral:
Gerardo Boto Varela, “Le cloître roman castillan replacé à Palamós (Girona). Avant-propos pour une étude”, Mélanges-Homage (sic) à Xavier Barral i Altet, según lo recoge la revista Templa, París, 2012, dándolo como aún en prensa. En realidad el voluminoso homenaje ya apareció hace unos meses, enero de 2012, bajo el título Le plaisir de l’art du Moyen Âge. Commande, production et réception de l’oeuvre d’art. Mélanges offerts à Xavier Barral i Altet, París, Picard, 2012, y en él vemos realmente la contribución que digo del Prof. Boto, cuyo título va en el mismo rotundo sentido: "claustro románico castellano reubicado en Palamós" (curiosamente, creo que no se ha hecho ninguna referencia en prensa, tampoco el autor, a este segundo trabajo científico).
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Creo que los datos objetivos y comprobables que doy, sin más intención que poner las cosas en su justo sitio, son prueba suficiente de que el Prof. Boto, que tiene acreditados grandes conocimientos de románico, y en concreto sobre Silos y su círculo (su obra, recogida parcialmente en Dialnet, me parece a primera vista excelente, siendo un investigador aún joven), no ha sufrido la "cruel presión" que el Sr. Nuño echa ahora en cara a la prensa y al público.
De hecho, veo ahora que, desde que se empezó a conocer su ya citado artículo en Románico 2010, en enero de 2011, al menos uno o dos intervinientes del Foro de Románico, buenos conocedores también del románico (ignoro si a su nivel o no, por los nicks), ya encontraron muy sospechosos algunos detalles, como la desmesura de las medidas o el buen estado de conservación de muchas partes, y sobre todo "Demiguel" lo calificó incluso (ver aquí, y aquí) de "pseudorrománico". Creo que el Dr. Boto al menos conocerá o leerá este tipo de foros especializados, y pudo haberlo tomado, hace más de año y medio, como una llamada a la cautela, y como un aviso de que no todo era tan claro y auténtico como él lo veía.
El propio Dr. Boto, pero sólo tras la visita de los tres primeros expertos que envió la Generalitat y la suya, según creí captar en aquel momento, es cuando entra en la vía de la cautela (aquí, aquí y aquí) y para mí que en sus propias declaraciones a El Faro de Vigo, pocos días después, el 11 de junio, dejó ver el motivo real de su angustia (no es difícil imaginar que ahora la tiene), tanto que pasó a ser el titular:
"He sacado a la luz el claustro de Palamós sabiendo que pongo en riesgo mi prestigio":
–Sí, y lo he hecho sabiendo que pongo en riesgo mi prestigio y mi credibilidad. Si al final nada es tan valioso, saldré perdiendo. Si hay, como creo, cosas valiosas, habrá merecido la pena. Yo entendí que, incluso desde un punto de vista deontológico, debía asumir ese riesgo. […]
De acuerdo, le creeremos. Pero esa misma deontología investigadora y social prescribe no cargar a los demás las culpas o errores propios. Todo el que investiga, y más cuando publica mucho, puede cometer un error en un momento dado. Pero (y vuelvo a ello, como el día 1 hice con Merino de Cáceres) ahora hay hemerotecas digitales, y hay muchos medios de seguir bastante a fondo un tema de tiempo atrás.
Creo que lo más aconsejable es, si llega el caso de que se pruebe que el dichoso claustro es una espléndida copia sobre algunas partes buenas (cosa que, como recordé aquí casi al principio, el 8 de junio, ya advirtieron Carmen Gómez-Moreno y otros dos expertos medievalistas del MET de Nueva York en 1966, pero calificando el claustro directamente de "falso"), reconocer abiertamente el fallo cometido, y seguir adelante.
No es buena política, como acaba de hacer el Sr. Nuño, la de echar la culpa de las supuestas "precipitación y urgencia" a la prensa y al público. Ambos gremios sólo repiten, o leen y se enteran, de lo que los expertos les dicen.Y, por otro lado, en la publicitación de este bonito claustro (para mí desde el principio tiene también bastante "pseudorrománico", como sabéis) queda claro que no ha habido ni la una, ni la otra. El Dr. Boto ya se había "mojado" a favor de su autenticidad y de su origen castellano, sin presión ninguna y hacía bastante tiempo.
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Queda claro, tras este mensaje cargado de información y detalles, que no mantengo mi palabra conmigo misma ;-) . Pero aún así, terminaré con una curiosidad que vi ayer: la opinión de un "experto" de muy otro tipo y laya: Erik el Belga, el famoso ladrón "por amor al arte", según él dice ("Gracias a mi labor son muchas las obras que actualmente están bien conservadas en colecciones privadas..."), que vive tranquilamente en Marbella. El día 6 le ha preguntado el periodista José Mª Sadia (que está haciendo un seguimiento exhaustivo del tema Palamós, desde La Opinión de Zamora), sobre el claustro, y afirma que "Falsificar el claustro de Palamós es ridículo porque costaría millones de dólares"... "De ninguna manera. Falsificar una obra de esta categoría costaría millones de dólares, no hay canteros capaces de hacer este trabajo", y remata con un contundente "este es un claustro digno para un expoliador como yo".
Como diría un castizo: "Ahí queda eso" ;-)
Siguen dando su opinión diversos expertos. Ángela Franco Mata, conservadora jefe de arte medieval del Museo Arqueológico Nacional, da su parecer en La Opinión de Zamora («La delicadeza del marfil desaconseja que el Bote de Zamora salga d...). Apuesta en el artículo por que se trata de una obra de románico palentino, concretamente el monasterio de Benevívere. A raíz de este, el historiados Alejandro Valderas propone que podría tratarse también del monasterio de San Benito de Sahagún, en este artículo de El Diario de León: ¿Y si Palamós fuera San Benito?
Novedades sobre el claustro, hoy en El País:
Palamós o el claustro de la discordia
José Ángel Montañés
La Generalitat de Cataluña ya tiene un veredicto sobre el claustro de estilo románico ubicado en la finca de Mas del Vent de Palamós: según el Govern, la construcción de estilo románico es solo eso. No es románica, tan solo una recreación contemporánea y una escenografía. Pero la cosa no es tan sencilla como parece.
Según ha sabido EL PAÍS, los técnicos que visitaron el edificio el pasado 2 de julio estuvieron reunidos el jueves durante más de seis horas en la sede de la Consejería de Cultura para consensuar el valor histórico-artístico de la construcción. No fue tarea fácil. Tenían que dilucidar si las galerías de arcos que han permanecido ocultas a la opinión pública durante medio siglo eran auténticas, y por lo tanto del siglo XII tal y como se había planteado en un primer momento, o formaban parte de una obra falsa del siglo XX, tal y como sus propietarios actuales mantienen, cosa que les excusaba de no haberlas declarado como bien patrimonial y, lo que es peor, a no aplicarle ningún tipo de protección legal.
Según ha trascendido, la Generalitat y la decena de técnicos especialistas convocados, entre los que se encuentran los arqueólogos Eduard Riu y Susana Manzano; la arquitecta de la Generalitat Olga Bas; Jordi Camps, conservador del área de románico del Museo Nacional de Arte de Cataluña y Àlex Massalles, restaurador de escultura del mismo museo; Màrius Vendrell, profesor del departamento de Cristalografía de la Universidad de Barcelona; Pere Rovira restaurador de piedra del Centro de Restauración de Bienes Muebles de Cataluña, además de un par de técnicos del Instituto de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura, —pero ningún experto, aunque parezca paradójico, en escultura románica castellana, pese a que todo apunta a que este es el origen primero del claustro—, presentarán en unos días un documento sobre el ya célebre claustro en el que se afirmará que las piedras carecen de valor histórico.
Durante el maratoniano encuentro, cada uno de los especialistas expuso el resultado de sus análisis al resto de técnicos. Riu, en representación de la Generalitat, tras argumentar que percibió que el edificio “era una falsedad desde el primer momento”, negó la posibilidad de que acabara protegido. Según este arqueólogo de la administración catalana “España no es un desierto cultural para que una estructura así no deje rastro de ningún tipo” y “no se desmonta de modo oculto un bien patrimonial sin que se entere nadie". En su exposición destacó que era extraño que el claustro “no estuviera documentado en ninguna publicación” y que no era normal que al desmontar un bien para trasladarlo se hiciera en su totalidad, como al parecer había ocurrido con el de Palamós.
Al parecer, Riu no tuvo presentes en su argumento las 36.000 piedras del monasterio de Sacramenia, que en 1925 viajaron a Estados Unidos en 11.000 cajas. También utilizó en su argumentación la opinión publicada en la prensa por especialistas como la del arquitecto José María Merino de Cáceres, que defiende en algunos artículos —pero no en todos— que el claustro es una obra perfecta en cuanto a medidas, según los cánones monásticos, pero realizada por arquitecto moderno y por lo tanto falsa. Merino, en apenas unos días, ha defendido dos posturas totalmente antitéticas.
Sin embargo, no todo el mundo mantuvo la misma opinión. Hubo expertos que defendieron con argumentos científicos que el claustro sí es una obra antigua y posiblemente románica. El geólogo Vendrell afirmó que él, al no ser historiador del arte, no podía asegurar si el claustro era románico o no, pero como geólogo especializado en patrimonio cultural —dirige el laboratorio de referencia en Cataluña sobre el tema— sí pudo asegurar que las piezas pétreas del claustro de Palamós tienen varios siglos de antigüedad, los transcurridos desde que fueron sacadas de la cantera. Vendrell también se opuso a la opinión que mantiene que la rápida degradación observada en las piedras desde los años 30 del siglo XX, cuando el claustro estaba en Ciudad Lineal de Madrid, y su aspecto actual, es fruto de su juventud y argumentó los otros muchos factores que pueden propiciar esta alteración, entre ellos la contaminación atmosférica.
Riu aseguró durante la jornada que la Generalitat ve difícil realizar nuevas visitas al claustro que permitan llevar a cabo nuevos estudios. Los técnicos sugirieron de forma casi unánime que el claustro debería gozar de la máxima protección que contempla la Generalitat, la de Bien Cultural de Interés Nacional, mientras ulteriores estudios determinen su historia: aun en la hipótesis de una construcción moderna, consideran su valor artístico innegable. La Generalitat no dejó claro que esa sea su intención.
El veredicto de la Generalitat es un punto y seguido a la historia que saltó a los medios de comunicación el pasado 5 de junio cuando EL PAÍS publicó la noticia de que el profesor de Historia del Arte Medieval de la Universidad de Girona, Gerardo Boto, denunció en el congreso sobre Arte Fugitivo la existencia de estas arcadas situadas, desde 1959, en una finca privada de Girona a las que no se le permitía el acceso para poder examinarlas y estudiarlas, tras haberlo pedido en los dos últimos años. La Generalitat, conocedora de su existencia, al menos desde julio de 2011, tampoco había hecho nada, y solo tras la publicación de la noticia, presentó una denuncia en el juzgado exigiendo a los propietarios, el suizo Kurt Engelhorn y la sociedad Explotaciones Agrícolas y Forestales Brugarol SA, poder visitar los restos. A los dos días, tres técnicos de la Generalitat, entre ellos el propio Riu, pero ningún historiador del arte, lo visitaban por primera vez, y al día siguiente, las puertas de la enorme finca del Mas del Vent se abrían para todos los medios de comunicación.
La falsedad que plantea la Generalitat presenta algunos interrogantes. Entre ellos, el de si tenía algún sentido en la España de los años treinta llevar a cabo una empresa tan cara en tiempo y dinero como la de inventar un claustro, cuando era posible adquirirlo original más barato; cuál era el cliente dispuesto a pagar ese alto coste; si alguien estaría dispuesto a correr el riesgo de vender una obra falsa que, de ser descubierto, arruinaría para siempre su negocio; y si había alguien con el conocimiento de arquitectura, escultura, historia y sigilografía capaz de llevar a cabo una obra tan medieval ocho siglos después.
Ocho décadas de idas y venidas
-En 1931 un anticuario madrileño, Ignacio Martínez, adquiere el claustro. Se desconocen datos sobre su procedencia. Comienza el montaje del conjunto en un solar situado en el distrito de Ciudad Lineal, propiedad de una marquesa amiga de Martínez, que le encarga al anticuario y restaurador Julián Ortiz Fernández su restauración y cuidado. El claustro se pone a la venta por cinco millones de pesetas.
-Hans Engelhorn, antepasado de Kurt Engelhorn, actual dueño, compra la obra en 1958 y a principios de 1959 comienza el traslado a Palamós (Girona).
-En 1967 los propietarios encargan al Museo Metropolitan de Nueva York un informe, basado en fotografías, en el que se duda de la autenticidad de la obra.
-La edición francesa de la revista de decoración 'AD' publicó, en julio de 2010, un espectacular reportaje sobre una vivienda en una finca privada, Mas del Vent. El claustro en la piscina de la casa llamó la atención del fotógrafo de la revista.
-Gerardo Boto, profesor de Arte Medieval de la Universidad de Girona, motiva el inicio de las investigaciones sobre el misterioso claustro.
-En junio de 2012 EL PAÍS publica la historia del conjunto y, por primera vez, los dueños abren las puertas de Mas del Vent a técnicos y a prensa.
-El jueves, 19 de julio de 2012, la Generalitat convoca una reunión de expertos, que dura seis horas, y en la que se producen importantes desacuerdos en relación a un dictamen definitivo de autenticidad del claustro.
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Dimes y diretes en torno al ‘enigma de Mas del Vent’
Borja Hermoso
Todo lo que rodea al claustro de estilo románico de la finca Mas del Vent de Palamós, incluida su piscina de casa de campo de millonarios con buen gusto y los coquetos pinos colindantes, huele a misterio. Y si algún sabueso de la ficción histórica quiere husmear un poco en el asunto y echar la imaginación a volar, ahí tiene chicha. ¿Por qué no? Ya ocurrió con el superventas José Luis Corral y el Códice Calixtino robado (y ahora recuperado) en Santiago: que ambos dos acabaron felizmente casados en forma de novelón.
Abundante chicha hay, en efecto, en este asunto de piedras milenarias —o no—, investigadores desinteresados —o no—, políticos solo movidos por el servicio a la sociedad y zarandajas así —o no— y la tradicional evidencia de bonachones curas vendiendo cosas a anticuarios ojo avizor. O no. A lo peor todo fue un sueño. O un montaje circense de piedra. También tendrán chicha ese hipotético novelista, su hipotético editor y el hipotético adelanto editorial a buen seguro astronómico, en la propia actitud de los responsables de la Generalitat. Unos gestores político-culturales que, más allá de convocar a un grupo de expertos para poner en común y consensuar con ellos la postura a adoptar en cuanto a la autenticidad o no del claustro, les sientan a la mesa para decirles algo así como: “Señores, esto es lo que hay, y esto es lo que tenemos que consensuar y firmar de forma unánime”. Y como las unanimidades impuestas suelen ser perezosas y un pelín indignas, ocurre que el anhelado consenso ha saltado por los aires —al menos por ahora— y algunos de los profesores, técnicos y estudiosos han dicho nones.
Tan extravagante resulta sostener que el claustro de Mas del Vent es románico desde la primera hasta la última piedra como pretender que alguien se tomó la molestia, en el siglo XIX o XX, de fabricar su personal montaplex de piedra para sacarse unos cuartillos. Casi todos los expertos que han dado su opinión en este rocambolesco asunto —historiadores del arte, arquitectos, arqueólogos, geólogos, conservadores...— han mostrado un mayor o menor grado de escepticismo en cuanto a la autenticidad del enigma de Mas del Vent. Normal. Sostener con tanta rotundidad que todo es un pastiche, chocar, choca. Pero una cosa está clara: sea cual sea el dictamen final, el misterio seguirá revoloteando por entre el aire limpio del Bajo Ampurdán.
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Pero no obstante continúan apareciendo nuevos artículos que apuntan a la autenticidad sugiriendo nuevos emplazamientos de origen:
Diario de Burgos :
¿Y si el claustro de Palamós fuera el original de San Pedro de Arla...
Diario de León:
Un reportaje de los años 50 asegura que el claustro de Palamós es d...
Este tiene origen en las investigaciones realizadas por el blog Sol y Moscas (aquí y aquí)
Foto del artículo de prensa de los 50 sacado del blog Sol y Moscas
Bueno, pues finalmente se resuelve, o no, el enigma. Pero podían haber dicho de donde procedían las piedras y en que se basa el geólogo para asegurar que hace siglos que las piedras fueron retiradas de la cantera, porque desde el punto de vista "forense" esta prueba tiene casi más peso que las otras, a no ser, que fueran tan previsores de desmontar un edificio antiguo original hecho de grandes sillares de piedra para usarlos para labrar los nuevos. De todos modos, si finalmente se comprueba plenamente que es falso, habría que buscar el nombre del artista que ha engañado a tantos expertos en románico, no creo que hubiera tantos canteros en España que fueran profundos conocedores del románico. Ahora a esperar a que se haga público el informe de la investigación.
En La Opinión de La Coruña:
Gerardo Boto: ´Mi drama es que no he encontrado aún el origen del c...
En El País:
El claustro de Palamós tiene elementos del siglo XII
J. M. Martí Font
La Generalitat de Cataluña acaba de hacer público en Barcelona el dictamen definitivo sobre el claustro de estilo románico de Palamós, situado en la finca privada de Mas del Vent, en las proximidades de la localidad gerundense. Según el informe de los expertos, el claustro sería producto de una reconstrucción de tipo historicista a partir de lo que los expertos han definido como "elementos originales que pueden situarse en torno al siglo XII". Se confirma, por lo tanto, la existencia de arte la época románica en el conjunto del claustro a pesar de que, coinciden los técnicos coordinados por la dirección de patrimonio de la Generalitat, la mayor parte del conjunto habría sido elaborado "a principios del siglo XX". Estas conclusiones salen a la luz después de dos maratonianas reuniones del comité de expertos celebradas en Barcelona y que habían provocado cierta controversia ante la disparidad de criterios en torno a la autenticidad o no del claustro.
«Mi drama es que no sé encontrar el origen de la obra» dice Gerardo Boto Varela profesor de arte medieval en la Universidad de Gerona.
«Las marcas de los zócalos y la iconografía de algunos capiteles prueban que es parcialmente auténtico» esto es lo que Gerardo boto opina en la revista el Correo de Zamora. del claustro romanico de Palamos
La inspiración de la escuela de Santo Domingo de Silos (Burgos) queda clara en la iconografía. Sin embargo Boto, que piensa que una parte de los capiteles son verdaderos, se centra en otros cuyo estilo es diferente. Dos de ellos muestran la impronta del entorno de Aguilar de Campoo. En las fotografías del Archivo Moreno se pueden consultar cuidadosamente fotografiados. En el primero de ellos aparece el juez Sansón abriendo la mandíbula de un león. En el segundo, varios grifos (una mezcla de león y águila) pican racimos de uvas. «Las fotos de las iglesias donde están estos modelos no se conocían en 1931», razona Boto, quien deduce que «solo un escultor antiguo, que manejaba los libros de modelos de la época, pudo hacerlos».
Foto capitel al que se refiere Boto
En el claustro hay otro capitel en el que esta representado varios grifos
Yo le voy ha dar una pista de donde ha sacado la iconografia del segundo capitel, varios grifos.
Hablaremos de las pinturas románicas de San Pedro de Arlanza, obra maestra de la pintura tardorrománica castellana y trágico ejemplo de abandono institucional y mercadeo de nuestra historia... pero de momento vamos a dejar esta parte de lado, y centrarnos en el arte en sí.
Las pinturas en cuestión se encontraban en origen ocupando la planta superior de una construcción de dos plantas adosada al claustro, de las que la inferior fue sala capitular. Decoraban seguramente los cuatro muros, aunque el muro oeste se había perdido al sustituirlo por una arquería barroca
Se trata de unas pinturas poco comunes por su marco y temática profanos; el único conjunto similar en España parece ser el de la sala capitular de Villanueva de Sigena (Huesca). En ambos casos el contexto parece haber sido similar: una sala utilizada por los dignatarios que visitaban el monasterio, favorecido por la nobleza y los reyes; aunque en el caso de Arlanza la falta de datos no permite asegurarlo.
Las pinturas estaban distribuidas por los tres muros originales conservados en la dependencia. En cada uno de ellos se encuentra un vano central a los lados del cual se distribuyen las escenas principales. Estas están distribuidas en cuatro bandas. La inferior es lisa de color granate; sobre ella se encuentra un friso con escenas y figuras diversas, blancas sobre fondo rojo o azul. Por encima de ella están los paneles principales, de grandes dimensiones; estos muestran, enfrentados a cada lado del vano, un animal cada uno sobre un fondo de decoración vegetal o arquitectónica; son las piezas más vistosas y de mejor calidad. En las enjutas de los arcos se disponen pequeñas figuras, básicamente aves y castillos. Coronándolo todo y uniendo todas las escenas corría un friso con motivos geométricos y vegetales del que apenas quedan restos.
Muro norte de la sala de pinturas pogan atencion en la pintura del castillo (para ver ampliada hacer clic en la imagen)
Muro norte: se inicia con un fragmento de escena con decoración vegetal, cuya continuación sería destruida por la reforma de la sala en época barroca que abrió tres arcos en el muro oeste. Sigue una puerta rematada con las armas de Castilla, un bonito castillo en oro sobre campo de gules. A continuación, los paneles principales. A la izquierda, una suerte de ave de largo cuello y patas, y bajo ella un friso de aves. El de la derecha no se conserva, aunque en dibujos se recoge un fragmento de ala que podría indicar otra ave similar, mirando en la misma dirección. Entre ambos paneles se hallaba una ventana en arco de medio punto de aspecto tardío apoyado sobre capiteles de decoración difícil de reconocer. Se conserva la pintura de una de las enjutas de esta ventana, con un bicho fantástico.
Muro este de la sala de pinturas (para ver ampliada hacer clic en la imagen)
Muro este: en el centro de este muro se encontraba el acceso principal a la sala, en forma de arco escarzano con pequeños pájaros en las enjutas de los que se conserva el sur. Lo flanqueaban dos grandes leones afrontados junto a escenas arquitectónicas, la norte de aspecto islámico (o simplemente de tradición mozárabe) y la sur de apariencia románica. El mejor conservado es el sur; el norte está en paradero desconocido. Sólo se ha conservado el friso sur, con figuras de peces
Muro sur de la sala de pinturas (en el lado izquierdo esta representado un imponente grifo que fue representado en capitel ha que se refiere Gerardo Boto) para ver ampliado hacer clic en la imagen.
Muro sur: es el que mejor se había conservado. Estaba centrado en torno a una ventana geminada con un castillo pintado entre ambos arcos. Los dos paneles principales se conservan: el izquierdo con un imponente grifo y el derecho con un no menos espectacular dragón. Detrás de ambos, elementos vegetales. El friso inferior es el más variado de todo el conjunto; muestra diversas figuras animales, humanas o fantásticas interactuando en lo que casi parecen representaciones de fábulas, idea reforzada por la antropomorfización de los animales.
Castillo sobre capitel la misma representacion tiene el claustro romanico de Palamos encima de uno de sus capiteles
No les recuerda esta pintura de ave con cuello largo algunas de las aves representadas en el claustro romanico de Palamos
Pintura GRIFO se encuentra en el Museu Nacional dArt de Catalunya de Barcelona
Museo Nacional dArt de Catalunya lugar donde esta situado el GRIFO de San Pedro de Arlanza al menos estas pinturas no han terminado decorando una piscina como el claustro romanico de palamos.
Las Pinturas de San Pedro de Arlanza es un conjunto de pinturas al fresco procedentes de la decoración mural de la Torre del Tesoro situada sobre sala capitular de la abadía benedictina de San Pedro de Arlanza, en Castilla y León, España. Los restos de aquella decoración se encuentran dispersos entre el Museu Nacional d'Art de Catalunya de Barcelona, que custodia seis fragmentos, el Fogg Art Museum y The Cloisters de los Estados Unidos, restando un fragmento en colección particular.
Maqueta de San Pedro de Arlanza la zona señalada en rojo es la Torre del Tesoro
Para más informacion sobre el claustro romanico de Palamos hacer clic aqui Maestro de Covarrubias
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