La naturaleza humana no es tan proclive a la guerra, según un nuevo estudio

 

Fuente: WIRED | Brandom Keim| 18 de julio de 2013 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)

 

Teniendo en cuenta la larga y terrible historia de violencia entre grupos de personas, es fácil pensar que los seres humanos están predispuestos a la guerra. Pero un nuevo estudio sobre la violencia en las sociedades contemporáneas de cazadores-recolectores, las cuales pueden dar pistas sobre la vida humana en la prehistoria, sugiere que el comportamiento bélico es un fenómeno relativamente reciente.

 

Claro, los seres humanos son violentos, dicen los investigadores, pero la mayoría de las matanzas de los cazadores-recolectores son más resultado de temperamentos caldeados y enemistades personales que de conflictos entre grupos.

 

Los resultados "contradicen la idea de que los seres humanos tienen una tendencia evolutiva a formar coaliciones para matar a miembros de grupos vecinos", escribieron los antropólogos Douglas Fry (izquierda) y Patrik Soderberg (derecha) en su trabajo de investigación publicado en Science el pasado 18 de julio.

 

"La gran mayoría de nosotros asume que la guerra es antigua, que es parte integrante de la naturaleza humana", dijo Fry. "Este tipo de percepciones tienen influencias muy fuertes en lo que sucede en la sociedad actual".

 

Fry y Soderberg esperan iluminar una época que se extiende desde hace unos 10.000 años, cuando las herramientas metálicas aparecen en el registro arqueológico, hasta hace alrededor de unos 2,5 millones de años, cuando el uso de herramientas de piedra se generalizó. Este periodo se define en nuestra autoestima antropológica como la adolescencia de la humanidad, un crisol evolutivo que daría forma a nuestra especie.

 

Un punto de vista, reforzado por los estudios sobre los conflictos entre los chimpancés y los testimonios arqueológicos dispersos de muertes violentas en los seres humanos prehistóricos, sostiene que la violencia entre grupos ha sido común y constante, reflejándose e influyendo en la naturaleza humana.

 

Algunos otros investigadores consideran que esa opinión es injustificadamente oscura, una especie de versión científica del pecado original. Dicen que la violencia humana colectiva es una aberración, no una característica básica de la vida. En este campo es Douglas Fry quien, en su obra publicada en el año 2007, Beyond War: The Human Potential for Peace ("Más allá de la guerra: el potencial humano para la paz"), argumentó que a menudo se han malinterpretado las evidencias arqueológicas sobre la guerra prehistórica y se ha exagerado la violencia de los modernos cazadores-recolectores.

 

Un análisis transcultural encontró que las poblaciones de cazadores-recolectores nómadas rara vez se organizan para atacar a otros grupos, con la excepción de los miembros de la sociedad indígena Tiwi de Australia (en la foto). Crédito: © Bill Bachman / Alamy (Ver artículo de Science News)

 

En la mayoría de las sociedades de forrajeo o recolección, dijo Fry, la agresión letal era infrecuente, y en el registro arqueológico la violencia no toma carácter entre intergrupal hasta hace relativamente poco tiempo, cuando la gente se estableció en sociedades cada vez más grandes, más complejas y jerárquicas.

 

En el nuevo estudio, Fry y Soderberg consultaron las historias etnográficas de 21 sociedades recolectoras nómadas, compilando una base de datos sobre todas las incidencias documentadas de agresión letal y que se podían encontrar en relatos dignos de confianza a lo largo de los dos últimos siglos.

 

Se contaron 148 incidentes en total, de los cuales más de la mitad involucraban a una sola persona que mataba a otra. Sólo en un 22 por ciento participan múltiples agresores y víctimas múltiples, y únicamente un tercio de los conflictos son entre grupos.

 

La mayoría de los asesinatos fueron motivados por celos sexuales, en venganza por un asesinato anterior, o por insultos u otras disputas interpersonales. La violencia colectiva entre grupos es la excepción, no la regla. Para Fry, el peso de la evidencia sugiere que los orígenes de la humanidad fueron, si no exactamente pacíficos, tampoco excesivamente bélicos.

 

"Cuando nos fijamos en estos grupos forrajeros se ve una gran cantidad de cooperación. Hay homicidios en algunas ocasiones, pero, en general, las personas se llevan muy bien. Los seres humanos tienen capacidad para la guerra, nadie lo puede negar, pero hacer de la misma una parte fundamental de la naturaleza humana significa estar manifiestamente fuera de contacto con los datos", dijo Fry.

 

La toma de posición de Fry en la historia de los conflictos ha conllevado alguno en sí mismo. Sam Bowles (izquierda), un economista del Instituto de Santa Fe y teórico del comportamiento, que postula que las tendencias cooperativas humanas fueron formadas por la guerra, dijo que el nuevo trabajo "no es compatible con las implicaciones más amplias que reclama".

 

El nuevo conjunto de datos es limitado, dijo Bowles, porque excluye a las sociedades menos nómadas, a las sociedades pastoriles, e incluso si la guerra no era omnipresente, niveles modestos serían suficientes para dar forma a nuestra evolución social, dijo.

 

El antropólogo Richard Wrangham (derecha), de la Universidad de Harvard, que ha estudiado los conflictos entre los chimpancés, no está preocupado por la omisión de sociedades pastoriles, pero dijo que los relatos de los cazadores-recolectores modernos no son guías fiables del pasado.

 

"Estas sociedades están ahora dispersas, y a menudo viven al lado de otras sociedades agrícolas más poderosas dijo Wrangham. En el pasado, al vivir junto a otras sociedades forrajeras, con menos desequilibrio de poder, habrían sido más belicosas", dijo Wrangham

 

Fry está de acuerdo en que las sociedades recolectoras modernas son ventanas imperfectas sobre los orígenes de la humanidad, pero adujo que los datos sugieren una tendencia que encaja con la escasez de evidencias arqueológicas sobre la guerra antes de 10.000 años atrás, cuando surgieron las sociedades asentadas y complejas.

 

El antropólogo George Chaplin (izquierda), de la Universidad del Estado de Pennsilvania (USA), que no ha estado directamente involucrado en el debate, está de acuerdo en que "los primeros ancestros humanos debieron haber sido más pacíficos que lo que un modelo sobre los chimpancés podría predecir".

 

Chaplin, que escribió recientemente acerca de la aparición de conflictos de grupo en el este de América del Norte -lo cual parece haber sido impulsado por el aumento de las poblaciones humanas y el advenimiento de los arcos- dijo que las claves para un entorno pacífico son la existencia de grandes áreas de forrajeo y un baja densidad de población.

 

Dada la dificultad de reconstruir la historia en sus comienzos, el debate sobre la guerra y la naturaleza humana podría no ser resuelto. Sin embargo, la simple posibilidad de que los seres humanos no son por naturaleza guerreros tiene implicaciones inmediatas, subrayó Fry.

 

Supuestos de este tipo dan forma a las preguntas que los investigadores exigen. "Hay mucha discusión sobre matar y asaltar sin darse cuenta que se quita importancia a otros aspectos de la vida de los cazadores recolecrores, tales como los mecanismos de mediación de conflictos que toda sociedad primitiva tenía", añadió.

 

"Tal vez la presión selectiva principal fuera no matar". En la explicación de la guerra, no deberíamos mirar a la naturaleza humana tanto como a los ambientes humanos, a las estructuras sociales y a las tecnologías. Tal vez la tendencia a la guerra no está en nuestra biología, sino en nuestra sociología.

 

"Este tipo de preguntas acerca de la naturaleza de la humanidad, sobre la naturaleza de la sociedad, son muy relevantes hoy en día", dijo Fry. "La gente me ha dicho: 'Siempre hemos tenido guerra. Siempre tendremos guerra'. Tal vez no sea necesariamente así", concluye.

 

Artículos relacionados:

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Vendettas, not war? Unpicking why our ancestors killed (New Scientist)

Origini recenti per la passione umana per la guerra (Le Scienze)

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Comentario por David Montero el julio 21, 2013 a las 8:46am

El problema con la guerra es que no tiene la misma significación que la mera violencia y en la mayoría de los casos se mete en el mismo saco para fomentar estudios sobre "la violencia innata" sin más matices. En eso tienen razón los dos antropólogos. De hecho, al reconocer que en los primitivos actuales se dan condiciones que no fomentan la existencia de agresiones grupales, se da la razón a la tesis de base de que la capacidad de desarrollar conductas violentas depende de factores ambientales y hay que ir con cuidado al aplicar el adjetivo "innato". Muchas veces se ha frivolizado con él. En su libro Anatomía de la destructividad humana Erich Fromm contabilizó varias decenas de sociedades primitivas, llegando a la conclusión de que en un número muy elevado de ellas no existía la violencia en grado relevante porque se habían desarrollado mecanismos de control de los conflictos eficaces. Y el principal valedor de los impulsos agresivos innatos, Konrad Lorenz, varió bastante sus posiciones hacia el final de su vida. A mí la tesis de Fromm, que distingue entre capacidad para y pulsión innata, me parece válida.

Sea como sea, el fenómeno de la guerra entre naciones, pueblos o sociedades es un fenómeno traspasado de culturalidad, tanto en las causas que lo provocan como en los métodos para desarrollarse. El hecho de que los soldados necesiten entrenamientos psicológicos muy duros para matar, que en las guerras modernas se adoban con el uso de drogas y otros estimulantes, y que, aún así, son muchos los soldados que se muestran incapaces de entrar en combate convincentemente, sugiere que la exaltación bélica es algo minoritario en la especie humana. Que sea debido al miedo o a la empatía, es otro tema. 

Un caso interesante en este sentido es que al principio de la segunda guerra mundial hubo que sustraer a las unidades del Ejército Alemán de la tarea de matar judíos porque "minaba su moral". Sobre la capacidad de las unidades limpieza étnica para acostumbrarse a algo que causaba una tremenda repugnancia en principio es interesante Mosse, George L. (2000): La imagen del hombre en la creación de la moderna masculinidad. Madrid, Talasa. La capacidad de habituación, gregarismo y sumisión al mando es otro tema. Son las causantes de que sólo un pequeño número de integrantes de los cuerpos de policía en la Polonia ocupada se negaran a participar en las masacres de judíos o desarrollaran tácticas de disimulo para evitar implicarse.

Comentario por María // el julio 22, 2013 a las 12:03am

Si,yo no sé si a estas alturas de la vida ( o de las ciencias sociales)tiene mucho sentido plantearse si los humanos tenemos una violencia "innata" .Como especie animal ,me imagino que tenemos los resortes para defender lo que consideramos vital (territorio ,comida,prole , "pareja ").

Claro que,como humanos,cada cual puede tener un nivel distinto de tolerancia y un concepto distinto de lo que considera vital para su supervivencia.Creo que en todas las sociedades hay sicópatas,matones ,gente que disfruta empleando la fuerza y dominando al prójimo pero seguramente son minoritarios. 

Y dentro de cada grupo humano se valorará de una manera u otra el recurso a la violencia.Y en unas sociedades se promoverán unas actitudes u otras (culturas del honor ,por ejemplo)  Supongo que a los grupos de cazadores recolectores ,que son muy pequeños ,no les interesa perder individuos y tratarán de llegar a acuerdos.

Nuestra sociedad teóricamente ama la paz pero sus élites no dejan de promover conflictos bélicos  y de ensalzar la  guerra " justa" (para otros,la guerra es "santa").Y de promover la competividad como signo de valía.Conflictos bélicos  secundados muchas veces  por grupos humanos que se sienten amenazados en su identidad o en su supervivencia ,seguramente en contextos de crisis económica. 

Creo que en esto,como en todo somos parte de naturaleza y parte de cultura.

Tampoco descartaría que las actitudes violentas de los chimpancés puedan estar relacionadas con la disminución de sus territorios por la acción humana ,incluso con aprendizajes de comportamientos humanos.

De todas formas ,me hace gracia la noticia,porque hablan como si fueran ellos los primeros que han estudiado el asunto.Sin embargo lleva años tratándose,por ejemplo por Malvin Harris y por muchos otros que no conozco

Comentario por David Montero el julio 22, 2013 a las 7:43am

En el caso que cuenta Mosse, una compañía de la policía nazi destacada en Polonia, el acicate más efectivo contra los que se negaban a participar en las masacres eran las acusaciones de cobardía y falta de hombría. Es un tema interesante el de la violencia y el machismo/valor que es un binomio que funciona mucho. 

Comentario por Augusto Pugliese Rossi el julio 22, 2013 a las 3:57pm

Quizá la clave esté en lo que dice María: "Supongo que a los grupos de cazadores recolectores ,que son muy pequeños ,no les interesa perder individuos y tratarán de llegar a acuerdos." Es posible que en esos grupos los conflictos se resolvieran mediante la negociación o los duelos singulares. En ese último caso, quienes hubiesen representado a su grupo alcanzarían como premio una alta posición social.

Comentario por María // el julio 23, 2013 a las 9:36am

Si  yo m e imagino que el combate singular   en el mundo antiguo iba también en ese sentido ;en  Roma,el combate entre Horacios y Curiaceos   surge precisamente para que " no corra  sangre "

Marvin Harris en su trata el tema   en la Introducción a la Antropología general   en el capítulo 16 Regulación demografíca y guerra

Introducción a la Antropología general,Marvin Harris

http://es.scribd.com/doc/82824374/Introduccion-a-La-Antropologia-Ge...

Cita los combates de cantos (creo  recordar que jocosos )entre los Inuit como forma de resolver conflictos ,en este caso dentro del grupo.

Y en

  La evolución de las sociedades humanas

 de Allen W. Johnson y Timothy Earle

también se trata la manera de resolver conflictos y las estrategias diferentes en los distintos tipos de sociedad.

Entre los ¡Kung se valora mal la prepotencia y son mal vistos los matones y personas agresivas (tan mal vistos que por lo visto se les podía  llegar a matar en una solución poco pacífica :-)sin embargo,entre Los  Yanomani del Amazonas,considerados el  pueblo agresivo por antonomasia , a los matones se les contrata precisamente para defender al grupo y disuadir a los enemigos.Aunque también  suelen acabar siendo víctimas de la venganza de los  parientes de aquellos a los que ha asesinado..

Como mar de fondo está la lucha por los recursos y el rapto de mujeres. 

 David  ,puede  además del miedo a la represión  , el sometimiento al grupo sea una estrategia evolutiva de la especie de la que debamos intentar librarnos.

Sí es interesante la relación institucionalizada entre masculinidad y violencia.

Se asocia  a la lucha de los machos alfa  una parte de esa violencia pero las mujeres  ¿ podríamos ejercerla igual si se nos fomentara?De hecho,cada vez hay más casos ,por desgracia ,de agresiones entre chicas jóvenes y está cambiando el modelo de heroína,desde la Wendy “ madre –esposa tranquila “ de Peter Pan  a Lara croft..:- )

Además,como dices,la mayoría de los hombres no disfruta yendo a la guerra ,hay que drogar a los  soldados etc.Y eso ha ocurrido desde la prehistoria.Por eso también se ha desarrollado toda una ideología en torno a la guerra,el valor ,la camaradería,la patria ,el heroísmo.Y encima en las guerras modernas,  en cuyos motivos teóricos se vá dejando de creer ….

Saludos a ambos

Comentario por Augusto Pugliese Rossi el julio 23, 2013 a las 6:22pm

El combate entre campeones para dirimir un conflicto entre grupos parece más racional que la guerra. Sin embargo en tiempos históricos es una excepción, como en el caso de Horacios y Curiacios, y a pesar del duelo entre campeones no se evita la batalla,como parecerían demostrar los relatos del combate entre Paris y Menelao o entre David y Goliat. Que yo recuerde, el último que pretendió terminar una guerra mediante un combate singular fue nuestro Carlos V, que desafió sin éxito a Francisco I, un "rey caballero" bastante poco caballeroso.

Para un cazador, habituado verter sangre y al manejo de las armas, no creo que resultara demasiado difícil convertirse en guerrero y creo que el trofeo bélico está estrechamente emparentado con el trofeo del cazador.

Es probable que la inclusión de todo el grupo en la contienda sea una consecuencia de sociedades más estratificadas y la aparición de líderes que prefirieran dirigir un combate antes que participar en él. 

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