La iglesia de Abamia, en Corao. / S. S .M.

Vía: elcomerciodigital.com

La Asociación Cultural Abamia espera un paso de la nueva dirección de Patrimonio del Principado

El pasado mes de febrero el nuevo director de Patrimonio del Principado de Asturias, José Luis Vega, zanjaba unilateralmente la polémica creada entorno a la restauración de la Iglesia de Abamia.
«Hubo una reunión de expertos», recordó el técnico y, como si aquello fuera palabra de Dios, el tema quedó cerrado entonces. Sólo faltaba una cosa que fijó para hacer «en breve». Eran las obras para concluir la actuación en esta iglesia, que están divididas en dos partidas. La primera, de unos 47.000 euros, para desarrollar una mejora de los trabajos ejecutados por la anterior empresa con respecto a la aplicación del estucado. La segunda, de 58.000 euros, para atender las peticiones recogidas por aquel comité de expertos reunido en el parador de Villanueva de Cangas de Onís: retirar los canalones, las bajantes y el estuco de los contrafuertes así como eliminar el mobiliario instalado en el entorno del templo.

Desde la Asociación Cultural Abamia esperan todavía la ejecución de tales trabajos cuya «inminencia» se había anunciado hace ahora dos meses. «Nos contaron una milonga desde el principio y digan lo que digan no nos moveremos de nuestra postura», aseguraban ayer. Por el momento «nosotros estamos esperando a que pase el tiempo y que se vea que el destrozo en este templo es cada día más evidente». A la vista está en una de las paredes, dicen, «que se encuentra totalmente resquebrajada sin que nadie haga nada».

Parece que el tema de la restauración de la iglesia de Abamia realmente aún no está zanjado. «Lo que han hecho es enmascarar el edificio en base a unas argumentaciones que no son científicas, se trata más bien de gustos porque si el estuco protegiera realmente lo harían en todo el Prerrománico», señalan. A su juicio, y tal y como mantuvo la asociación desde el principio, «a esta iglesia vinieron a experimentar, vinieron de modernos y la presión popular se les echó encima en contra de todo lo que hicieron, es decir, una chapuza», sentencian.

Nada más que decir

«Da igual que vengan nuevos aires a la dirección de Patrimonio, ellos ya dijeron todo lo que tenían que decir», añaden, «pero ahora deben hacer lo que dijeron». Y es que, recuerdan, «la obra está mal ejecutada, sin entregar, el estuco está como está y todo lo que tienen que retirar sigue allí». Al final desde la asociación llegan siempre a la misma conclusión «a nosotros se nos está engañando y discriminando». Para muestra, dicen, «está la experimentación y el cambio del valor estético que han hecho en este edificio». Ellos sólo pidieron desde un principio «la restauración de acuerdo con los criterios del Prerrománico».

«El estuco es lo que más se ve, pero el problema de degradación de una historia y el valor cultural de Asturias es también una realidad en la iglesia de Abamia», declara. «Desconocemos los intereses políticos que se esconden tras esta restauración, sabemos que Abamia no es nada para ellos, así que tendremos que cambiar el plano de actuación y volver a poner nosotros la historia en ese lugar».

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Aunque la noticia es de hace dos días (lo siento, pero no siempre hay tiempo para todo) recupero la información sobre esta escandalosa restauración de la iglesia románica de Abamia, de la cual ya se ocupó de denunciar muy oportuna, certera y ampliamente, nuestra amable profesora Alicia M. Canto hace ya más de un año.

El caso es que, a pesar de las protestas y denuncias que han llovido de todos lados, en este amplio espacio de tiempo, como se puede comprobar por la noticia, las autoridades regionales del Principado de Asturias no ha hecho nada por paliar tan desafortunada actuación restauradora, que, para colmo, ya presenta serios deterioros.

Todo el arte Prerrománico (y Románico) asturiano está pendiente de un plan de actuación estatal y autonómico tendente a salvaguardar tan importante patrimonio por su significación artística e histórica.

Cuando vino el ya ex-ministro de Cultura, César Antonio de Molina, a reinaugurar el Museo Arqueológico de Asturias, anunció un nuevo plan de actuación en este sentido, incluso la creación de un Centro internacional del Prerrománico «alojado en una de estas iglesias desacralizadas».

Ahora ha habido un nuevo cambio en el Ministerio de Cultura, con Ángeles González Sinde al frente, lo cual hace temer que las cosas vuelvan a quedar en stand by hasta que se recuperen las intenciones y los procesos que se reclaman al respecto.

Además, al comprobarse que -a escala autonómica- en más de un año ni siquiera se ha hecho nada para mitigar el desastre restaurador de Santa Eulalia de Abamia (excuso decir otros casos), podemos concluir que no queda más remedio que volver a recordar y denunciar tan lamentable estado de cosas.

Os pongo aquí debajo algunos enlaces por si alguien está interesado en ampliar la información.

"Abamia y el nuevo «Románico amarillo» asturiano", de Alcia M. Canto

El mismo artículo de Alicia M. Canto con fotos.

Otro artículo de Alicia M. Canto (relacionado con los dos anteriores), pero con múltiples enlaces para una perfecta compresión del asunto.

Enlace a la web de la Asociación Cultural de Abamia

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Comentario por Elpater el abril 17, 2009 a las 2:56am
Gracias, Alicia. Pero pensándolo bien, más que a un viejo maquillado me recuerda a una señora con mascarilla facial para hacerse esas cosas que ustedes se hacen y yo no porque ando barbado por la vida. Lo de la mascarilla puede tener más que ver porque también se ponen con ánimo protector, consolidante y hasta restaurador. Pero ¿por qué será que las señoras se la quitan antes de salir a la calle? No recuerdo a ninguna dama bien enmascarillada, por beneficioso que sea, en el paseo dominical ;-)
Comentario por Elpater el abril 17, 2009 a las 3:15am
Lo del tiempo no se lo niego, Giannini, posiblemente así será. Pero, si lo que se pretende es que sea así (a lo mejor pretenden repintarla cada dos o tres años, qué sé yo), bien podían haber escogido otro tinte, que viniera matizado de fábrica.

EN cuanto a lo de la Torre, hace tiempo que no paso por allí. Pero mi impresión ante unas fotos es que están haciendo unos rejuntados que poco tienen que ver con los originales. Es posible que los hayan puesto muy grandes para después retirar los sobrantes y las rebabas, no sé.

Cuando sí se respetó el rejuntado original fue en la rehabilitación del 92, con empleo de un mortero de cal con la misma composición del primitivo. Lo que pasó fue lo mismo que con el primitivo: que quince años después se fue al carajo por el ataque salino. Tengo la idea de que ahora están aplicando una mezcla de mortero con resinas, a ver si resulta, porque lo cierto es que había filtraciones gordas a partir de las juntas.

No sé cómo hicieron con la techumbre de Abamia. Pero espero que hayan empleado tejas más o menos irregulares, de las tradicionales, no tejas industriales todas igualitas y perfectas. Si lo que pretenden es devolver el estado original, vamos.

En cuanto al color original, sí que supongo que tenía una característica que, por lo que se ve, ahora ha desaparecido: le gustaba a los vecinos. Eso es algo indispensable, incluso para la protección futura. Si un monumento no es querido por la parroquia, si ésta no se siente orgulloso de él, mal futuro lleva. Incluso en el caso de que fuese imprescindible, o simplemente importante, entrar en ese novedoso juego de resituir los aspectos originales, antes de actuar de forma tan agresiva habría sido de rigor un esfuerzo de divulgación y un intento de convencer a los vecinos, que para colmo son quienes habían instado la restauración, de que la solución adoptada era la más adecuada. La impresión es de que se les trató con olímpico desprecio. Mala cosa, mala cosa.
Comentario por Giannini el abril 17, 2009 a las 4:31am
Una cosa más antes de plegar velas. Sobre restauración de vasijas, dejo el enlace a un artículo de X. Luis Ménde Fernández, restaurador de material arqueológico. Corresponde a la Peza do mes (X-2001) del Museo Arqueológico Provincial de Ourense, y tal y como señala Elpater, compruebo que ahora se dejan los huecos, aunque concederá que todo apunta a que la restauración se ve condicionada por dar una cohesión o estabilidad suficiente a la vasija. Se reintegra parte de la superficie cuando la reconstrucción del bien lo exige para darle un uso expositivo. Parece que este uso es compatible con la conservación.

Dolium

Dice el autor que las zonas reintegradas se tiñeron con tierras naturales para entonar con la pieza, y a la vez ponerlas en evidencia frente a lo original.

En Abamia, quiero recordar que no era viable el empleo de resinas, y también de memoria -que puede ser mala- recuerdo que se optó por un enlucido realizado con materiales tradicionales, similares al original: cal, barro, paja, etc. En la vasija, tras los procesos de reintegración de superficies, se elige un acabado en color similar al de las partes originales.

Parece que en estos dos casos se opta por soluciones similares; como es similar la solución de un restaurador de documento gráfico cuando injerta un fragmento de papel o pergamino. En todos los casos estamos ante superficies, sea un estucado, una vasija o un pergamino. Sobre el color, quiero recordar que se había documentado en una torre de la catedral de Oviedo. Se trataba de una argamasa cuya composición era la misma o prácticamente similar a la que aparecía en Abamia. Así pues, el Sr. Puras, decidió reintegrar el enlucido hasta un espesor conveniente empleando un acabado en color similar al que tendría el original.

Por cierto Elpater, ya que está por aquí, el que me dio una opinión nada favorable sobre las resinas y lo mal que funcionan cuando aparece el mal de la piedra, fue un Javier que nos puso al día en dispositivos de almacenamiento para ordenadores. Si coincide con él, pregúntele que me pareció interesante su experiencia.

Ángeles González-Sinde pírate
Comentario por Alicia M. Canto el abril 17, 2009 a las 10:31am
Véase este interesante artículo del arquitecto F. Jurado, en Traianvs, en el que explica paso a paso qué se hizo, por qué y para qué, desde que comenzaron los trabajos de conservación y mantenimiento del acueducto de Segovia, a partir de finales de 1992. El criterio fue conservacionista ("realizar la mínima intervención posible que garantice resultados operativos"), aunque claramente que no es el mismo caso que en Abamia, puesto que el acueducto está como era (como él también señala), pero vale por la exposición de una metodología coherente y completa, con la explicación de diferentes técnicas aplicadas (también hubo un problema sobrevenido con las resinas).

Interesante también es este documento docente suyo, de 2008: “El concepto de Patrimonio”, con bibliografía básica.

El Colegio de Arquitectos de Castilla y León-Este tiene en su web un documento de alto interés que puede interesar a muchos conocer, o serle de utilidad: Las Recomendaciones para el Análisis, Conservación y Restauración Estru..., redactado en 2004 por el ICOMOS (International Scientific Committee for Analysis and Restoration of Structures of Architectural Heritage).

Igualmente recomendable es una visita a este sitio catalán: TEORIA DE LA RESTAURACIÓ. Cartes de teoria de la restauració, decla.... Es una pena que no funcionen espacios como la “Carta de los Horrores”, pero mantienen una gran cantidad de documentos legales y orientativos, desde la Carta de Atenas de 1932. Algunos principios, ya modernos, que allí se establecieron, se han confirmado con el tiempo. Por ejemplo que los expertos “...specified that this work of consolidation should whenever possible be concealed in order that the aspect and character of the restored monument may be preserved...” Ya entonces consideraron que el aspecto final de una restauración no debe hacer irreconocible el monumento, que es lo que aquí ha ocurrido.
Comentario por Sastre el abril 17, 2009 a las 2:59pm
Sr. Giannini, no dice usted la verdad cuando escribe “no he puesto en tela de juicio la utilización del Photoshop por parte de la Asociación que nos ocupa”. Lo ha hecho deliberadamente en su comentario: “La diferencia de intensidad en el color resulta particularmente llamativa en las dos imágenes que nos muestran de cerca la fachada, de ahí mis sospechas sobre la intervención de algún maestro del Fotochop”. Además por si cabe duda, vuelve usted a la carga y apunta a que los motivos de la utilización del photoshop son para desviar la atención de lo único que importa (la magnífica restauración).
En su contestación, no solo no se retracta de sus palabras, sino que además, califica de demagogia las quejas fundadas o no de la Asociación. Me pregunto y quizá alguien más se pueda preguntar el porqué está usted tan enfadado con ellos y tan cariñoso con los otros.

Mi vista no es muy aguda, lo sé y por eso llevo gafas que me ayudan a enhebrar las agujas para mis costuras y también para ver que su consejo de ir al oculista tiene un tono irónico muy gracioso.
Yo también tengo mucha gracia cuando me pongo, así que le voy a recomendar que vaya usted a hacerse una colonoscopia a su estomatólogo, que me da a mí que sus tripas hacen ruidos extraños.

Dicho esto, si ha leído usted mi intervención con la atención que yo he leído la suya, verá que no he dicho nada sobre que “no vea la diferencia de color”. Yo he escrito “que no aprecio la utilización del photoshop por ningún lado”, que no es lo mismo y es mucha la diferencia. El cambio de color todavía lo puedo distinguir (o eso creo).
Tampoco me meto donde no me corresponde y no hablo nada sobre si la restauración está o no bien hecha. Eso lo dejo para los expertos, comisiones de expertos o gente expertísima, que pueden tener razón o que puedan no tenerla.
Sólo digo, que el color amarillo me parece a mí y solo a mí, horroroso, espantoso, y me quedo corto. Lo digo desde el punto de vista de un visitante ocasional de ese paraje por motivos que no vienen a cuento.

Le voy a explicar mi punto de vista con un ejemplo:
Usted va de invitado a una boda de cierto abolengo y me encarga a mí (que soy su sastre y tengo fama reconocida) un frac para quedar bien elegante, pagándome por adelantado (porque no fío) y le tomo las medidas. Pasado un tiempo razonable, le llamo por teléfono para que pase a probarse el proyecto de traje y, en cuanto usted lo ve, me dice horrorizado que no le gusta, que el frac de color amarillo pollo que primorosamente he cosido es una aberración.
Oiga señor Giannini (diría yo), que usted me pidió un frac y no me habló nada del color. Es más, el color amarillo pollo en un frac, yo que sé de lo que me hablo lo considero muy acertado y apropiado para el encargo que me realizó; si pregunta usted a una comisión de sastres, comprobará que las hechuras del mismo y la calidad de la tela utilizada son MAGNÍFICAS.
Usted se iría presuntamente algo enfadado a su casa y yo le terminaría el traje, que envolvería y se lo haría llegar por mensajería (evitando así que me parta la cara).
Como se siente engañado (sin razón, porque lo dice una comisión de sastres), empieza usted a despotricar contra mí entre mis colegas e incluso publica en internet unas fotos del dichoso trajecito en un foro de mi gueb favorita: cajondemodisto.com, y lo critica negativamente.
Puede algún compañero de foro llamarle a usted desagradecido, incluso puede decirle que usted carece de gusto estético, pero Sr. Giannini, sería de muy poca no sé como decirlo, si le llaman tramposo o demagogo o las dos juntas.
No me pienso bajar de la burra: el color amarillo pollo en un frac es lo de menos; lo importante es el traje en sí; y me repito, el frac es magnífico.
Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el abril 17, 2009 a las 4:23pm

No se agobie Sr. Sastre que el Sr. Gannini tampoco se va a bajar de su burra estucada de amarillo. La escasa permeabilidad de la misma lo impide, aun cuando se supone que así debería de ser en un toma y daca argumentativo.

Dice que no se le escapaba la idea de que las sombras de color o de luz se debieran simplemente al distinto comportamiento del sensor de la cámara al moverse el ángulo desde el cual se hacen las tomas fotográficas, pero, si no le hacemos observar la idea, se le escapaba del todo (y nosotros sin saberlo).

Argumenta también que la metodología de esta restauración ha evitado que se sigan deteriorando las pinturas del interior, como si esto fuera suficiente justificación. ¡Pues faltaría más que ni siquiera lo hubieran logrado! ¿Se imagina cualquiera que no hubiera sido así? No obstante, con ello admite implícitamente que dicha metodología restauradora ha sido parcialmente un fracaso, pues, aún cuando se ha conseguido -según dice- solucionar el problema del interior, ha sido a costa de destrozar el aspecto exterior.

En realidad, puede considerarse como un fracaso absoluto, pues todo proyecto de conservación debe tener como objetivo encontrar soluciones adecuadas tanto para el interior como para el exterior de la iglesia.

Luego argumenta que, ante el clamor popular de protesta por semejante adefesio restaurador, ningún otro experto en la materia se atreverá a desarrollar su trabajo por los lares asturianos.

Y yo, en eso, espero que su vaticinio se cumpla. Es decir, espero que los restauradores que tienen propensión a colocar estos estucos o revocos sin más miramiento que solucionar un problema de humedades, dándoles igual el edificio que sea, porque eso es lo práctico, pues cuanto más lejos estén del amplio y exclusivo patrimonio Prerrománico y Románico astur, mejor que mejor.

Y en todo caso, tenga en cuenta Sr. Gannini que las múltiples protestas que se han llevado a cabo han servido para que, al menos, no se extendiera por doquier y con suma facilidad tan espeluznante proceder restaurador. No quiero ni pensar en la posibilidad de que el mismo se siguiera aplicando (con los ejemplos que han hecho ya tenemos bastante) a todo el conjunto de edificios del Prerrománico y del Románico de Asturias.

Comentario por Giannini el abril 17, 2009 a las 11:41pm
Entro sobre todo para saludar al Sr. Sastre (y demás) y para pedirle que no se enfade, que cuando le recomendé una visita al oculista no fue con intención de ofenderle. Si el pelín de ironía lo hizo, retiro mis palabras. Tenemos puntos de vista distintos y no pasa nada.

En el fondo, tal y como señala el Sr. Caso, yo estoy montado tan ricamente en la burra impermeable y me quedo con ella: unos gustan de la ruina romántica, perfecto. Yo creo que en Abamia se ha actuado reintegrando una superficie con un criterio similar al que usaría un restaurador de documento gráfico con un papel carcomido o un pergamino al que le falta una parte; lo mismo que haría un restaurador de material arqueológico cuando se ve obligado a reintegrar partes que faltan en una vasija. En todos los casos de reintegraciones superficiales se usa un color similar al original y no pasa nada.

Saludos a todos.

Ángeles González-Sinde pírate
Comentario por Sastre el abril 18, 2009 a las 2:13pm
No es ofensa Sr. Giannini, sino desconsideración lo que advertí en su ironía, aunque a veces peco de ser demasiado susceptible. Ni me enfado ni me agobio (como dice el Sr. Caso). Menos aun después de sus palabras, y por mi parte retiro igualmente el estúpido consejo que le di. Comparto con usted que no pasa nada por tener opiniones distintas sino todo lo contrario. Pelillos a la mar y estrecho su mano virtualmente.

Lo único que le sigo reprochando (y no es nada personal, le doy mi palabra) son las expresiones innecesarias e injustas que ha tenido para la Asociación Cultural Abamía. Quienes la componen, no son merecedoras de ellas.
Usted defiende fervientemente el método y trabajo de los restauradores, sus razones tendrá y pueden ser de lo más respetables y autorizadas. Asimismo entenderá que el resto, pueda entender o no sus razones, e incluso sospechar de cuales pueden ser, pero sin pruebas... mejor callados creo yo. Esa es la razón de rogarle el mismo trato hacia la asociación y quienes la componen; incluso un trato más favorable si me apura, que por algo lo hacen sin ánimo de lucro.
Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el mayo 16, 2009 a las 5:03pm

Ayer viernes salía publicado en “La Nueva España” el siguiente titular:

“Cultura rescinde el contrato a la empresa que rehabilita la iglesia románica de Abamia.”

Lo cual no es de extrañar, tras el escandaloso desastre que supuso el trabajo de rehabilitación que se llevó a cabo (donde, si se descuidan, extienden el estuco amarillento hasta la misma techumbre), dado que a los pocos días ya se observaban desconchados, grietas, manchas, etc., como aquí se ha puesto críticamente de manifiesto.

No obstante, la decisión no invita a hacerse ilusiones, a pesar de las demandas vecinales y de la Asociación Cultural de Abamia. No se va a retirar ese estuco amarillento que hiere a los ojos. Antes al contrario, tal como reza la noticia, se rehabilitará la horrorosa rehabilitación anterior. Se confía en que la nueva empresa que se haga cargo del desaguisado elabore un estuco de mejor calidad y lo aplique con mejor ciencia. Ya veremos.

Eso sí, al menos se van a retirar el mobiliario futurista que habían puesto en su entorno.

Comentario por Alicia M. Canto el mayo 16, 2009 a las 6:45pm
Media buena noticia sólo, y gracias sobre todo a la presión continuada de los de los amigos de Abamia y del Tejo... Y un reconocimiento de que MC no lo había hecho tan bien como decían. Puede que lo de "volver a estucar" sea un error, quizá quieren decir que por fin van a usar resinas epoxídicas transparentes, como se ha hecho en otros edificios similares, sin ir más lejos en Naranco o en Oviedo. En cualquier caso, qué pena, y qué manera de tirar el dinero público; es lo que les pasa a muchos políticos cuando saben que a ellos no les va a costar nada el equivocarse, incluso una y otra vez, que para eso está el pueblo pagano. ¿Para cuándo una ley sobre las responsabilidades del político que gestiona mal? Qué menos que un buen ostracismo a la griega...

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