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Mural de una aldea agrícola de Andy Buttram [Crédito: Dickson Mounds / Illinois State Museum]
El crecimiento de la agricultura condujo a una cooperación sin precedentes en las sociedades humanas, según concluye un equipo de investigación, pero también conllevó un aumento de la violencia, una visión que ofrece lecciones para el presente.
Un nuevo estudio, publicado en Environmental Archaeology, y realizado por investigadores de la Universidad de Connecticut, la Universidad de Utah, la Universidad de Troy y la Universidad Estatal de California, Sacramento, examina el crecimiento de la agricultura en el este de América del Norte hace entre 7.500 y 5.000 años, y descubre que, si bien la domesticación de las plantas fomentó una nueva cooperación entre las personas, también experimentó un aumento de la violencia organizada intergrupal.
"Estábamos interesados en comprender por qué la gente pasó de la caza y la recolección a la agricultura", dice Elic Weitzel (izquierda), un estudiante de doctorado en Antropologia en la Universidad de Connecticut.
"Luego yo comencé a interesarme por lo que sucedió en las sociedades agrícolas después de que hicieron ese cambio y comenzaron a cultivar a mayor escala".
El equipo usó el modelo de "distribución libre ideal" para observar patrones sobre cómo los individuos se distribuyen en un área, es decir, aquellos lugares que las personas comienzan a ocupar primeramente por ser los mejores. Varios factores hacen que un área sea más adecuada, como es el acceso a los alimentos, el agua, las materias primas y como refugio. Para medir la idoneidad, el equipo observó un indicador llamado "productividad primaria neta", que es una medida de la energía disponible basada en las plantas que se hallan en dicha área. En áreas de mayor productividad primaria neta, habrá más personas agrupadas y, en consecuencia, más conflictos.
"Si vives en un área adecuada, puedes exigir y evitar que otros accedan a lo que tienes, pero eso ha de convertirse en un proceso cooperativo, porque una persona sola no es tan efectiva como todo un grupo para defender un territorio", dice Weitzel.
Una población en crecimiento puede disminuir la idoneidad de una ubicación con el tiempo, pero eso no siempre significa una disminución de la calidad de vida. Para estudiar esto, el equipo también tomó en consideración el concepto conocido como 'Principio de Allee', el cual establece que la aptitud individual, o la probabilidad de supervivencia y reproducción, aumenta a medida que crece la densidad de la población como resultado de los comportamientos cooperativos. Weitzel explica que en algo como un cultivo de plantas los comportamientos cooperativos representan algo valioso, y el valor de tal conducta cooperativa se hace evidente.
"La transición de una sociedad de caza y recolección a una sociedad agrícola depende de la colaboración", dice el coautor Stephen Carmody (izquierda), de la Universidad de Troy. "El desarrollo de la agricultura parece haber sucedido solo en nueve lugares del mundo, por lo que el este de América del Norte es una parte única para estudiar el proceso. La agricultura fue una de las transiciones más importantes que sucedió en el pasado, pues cambió toda nuestra situación económica".
Desarrollos tales como esfuerzos combinados para cosechar y defender el territorio, y posiblemente incluso compartir semillas entre grupos, podían ocurrir con la cooperación interpersonal, lo que conlleva mayores posibilidades de supervivencia para el grupo.
Como dice el adagio, 'muchas manos hacen un trabajo más liviano', y, según Weitzel, la investigación realizada trata sobre la cooperación y la competencia al mismo tiempo.
"Cuando un recurso como los cultivos domesticados es abundante y predecible, es cuando esperamos que sea defendible", dice. "Otros grupos pueden querer acceder a dicho cultivo en caso de que fracase, por ejemplo. Hay por tanto cooperación y también aspectos de competencia. Cosechar y defender".
Weitzel explica que el período de tiempo analizado, hace entre 7.500 a 5.000 años, no es solo cuando los investigadores encontraron individuos que se agrupaban y vivían cooperativamente en lugares de alta calidad, sino también cuando constantan un aumento de la violencia intergrupal, tal como lo demuestran los esqueletos que exhiben efectos de la "toma de trofeos".
"Por supuesto, hay signos de violencia a lo largo de la historia, pero la 'toma de trofeos' es un tipo diferente de violencia", dice Weitzel. "El vencedor elimina una parte del cuerpo del perdedor como señal de que ha ganado, y arranca el cuero cabelludo o corta manos, pies, o cabezas. Esa primera evidencia parece haber surgido al mismo tiempo que la domesticación de plantas".
Esto refleja el límite del 'Principio Allee': un punto en el que la densidad de población supera un número óptimo y, como resultado, la idoneidad disminuye.
"Como la 'distribución gratuita ideal' y los 'efectos Allee' predicen, en cierto punto los beneficios de la cooperación comienzan a disminuir y se produce una dispersión nuevamente. Hay incentivos para estar cerca de otras personas, pero estas no son suficientes", argumenta Weitzel.
Después del aumento de la violencia con la 'obtención de trofeos', hay un período de tiempo en que las poblaciones se dispersan una vez más, aunque las mismas aún se agregan. Durante el período de dispersión, los investigadores encontraron una disminución correspondiente de la violencia y la 'obtención de trofeos'.
"Vemos muchas cosas que nos parecen modernas, por ejemplo, la desigualdad social y el cambio climático", dice Carmody. " Estos procesos son fundamentales y problemas a gran escala, y muchos de ellos se relacionan con el origen de la agricultura".
Al comprender las interacciones humanas tempranas, Weitzel dice que este conocimiento puede ayudar a entender nuestro presente e incluso influir en la forma en que pensamos el futuro.
"Esta es una de las formas en que la arqueología es relevante para la sociedad contemporánea y futura", dice. "El empleo de modelos sobre el comportamiento humano y las relaciones en sociedad puede ayudarnos a superar los problemas actuales de acción colectiva. Todos estaremos mejor si cooperamos".
Fuente: Universidad de Connecticut | 4 de marzo de 2020
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