La inscripción que cambia la fecha de erupción del Vesubio que destruyó la ciudad de Pompeya

Un simple garabato escrito en carbón pone en duda la verdadera fecha de la erupción del volcán Vesubio

Un equipo de arqueólogos en Italia ha descubierto una inscripción que, según dicen, puede mostrar que los libros de historia han estado equivocados durante siglos.

Los historiadores han creído durante mucho tiempo que el Vesubio entró en erupción el 24 de agosto de 79 d.C., destruyendo la ciudad Pompeya, que pertenecía al entonces Imperio Romano. Esta fecha, sin embargo, genera dudas ya que entre las ruinas se han encontrado frutos otoñales y braseros de calefacción, que podrían ser evidencias de que el desastre ocurrió después de agosto.

Y ahora una inscripción de carbón, hallada recientemente, se suma a la evidencia de que la erupción quizás no ocurrió en agosto.

Los habitantes de Pompeya no lograron escapar de la erupción del volcán.

Relatos de la tragedia

Hasta ahora, los historiadores han determinado la fecha de la erupción con base en escritos antiguos que contienen testimonios de primera mano. Estos manuscritos provienen de Plinio el Joven, un reconocido abogado y escritor de la antigua Roma, quien escribió sobre la muerte de su tío, el famoso Plinio el Viejo.

"El 24 de agosto, alrededor de la una de la tarde, mi madre le pidió que observara una nube...", escribió Plinio el Joven en una carta a Tácito, un senador e historiador romano, sobre lo que había ocurrido ese día.

De acuerdo a su relato, Plinio el Viejo, que era un comandante de flota, tomó un barco para rescatar a quienes estaban en riesgo por el volcán. Plinio el Viejo partió, pero nunca regresó. Mientras tanto, Plinio el Joven veía cómo la catástrofe ocurría al otro lado de la bahía de Nápoles.

"Le he contado fielmente a usted lo que yo o un testigo recibimos inmediatamente después de que ocurriera el accidente, y antes de que hubiera tiempo de que la verdad pudiera variar".

Pero un nuevo hallazgo cuestiona las palabras de Plinio el Joven.

Los trabajos arqueológicos revelan cada día nuevos detalles sobre Pompeya.

Garabatos en carbón

Una inscripción descubierta en nuevas excavaciones en las ruinas de Pompeya está fechada 16 días antes de las calendas de noviembre en el antiguo calendario romano. Los romanos llamaban  calenda al primer día de cada mes, así que en nuestro calendario moderno la fecha de la inscripción corresponde al 17 de octubre.

"Dado que (la inscripción) se hizo en carbón frágil y evanescente, no pudo durar mucho, y es muy probable que se pueda fechar en octubre del 79 d.C", dijo el equipo de arqueología en un comunicado.

Estos arqueólogos creen que la erupción ocurrió el 24 de octubre del 79 d.C, es decir, dos meses después de lo que hasta ahora se pensaba.

Foto: Alberto Bonisoli (izquierda), ministro de patrimonio cultural y actividades de Italia, y Massimo Osanna, director general del Parque Arqueológico de Pompeya, sugieren una fecha alternativa para la erupción del Vesubio: el 24 de octubre del año 79 d.C.

¿Entonces los textos de Plinio el Joven están errados?

Su carta a Tácito fue escrita unos 20 años después de la erupción. De hecho, los textos originales ya no existen y nuestra lectura moderna de ellos está basada en traducciones y transcripciones que se han hecho a lo largo de los siglos.

Así, varias copias de las cartas tienen fechas que oscilan entre agosto y noviembre, aunque la fecha del 24 de agosto ha sido ampliamente aceptada.

La diferencia entre las fechas puede estar relacionada con la confusión que se presenta entre el antiguo y el moderno método de contar los días.

Fuente: bbc.com | 17 de octubre de 2018

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Comentario por Alicia M. Canto el octubre 17, 2018 a las 11:26am

El 17 de octubre, pero ¿de qué año? No parece que venga a continuación la fecha consular (que es la que daría el año exacto) y, sin ella, parece un poco elemental decir que, por ser a carboncillo, el grafito no se habría conservado si fuera de un año anterior al 79 d.C. ¿Pero sí pudo resistir la lluvia de lava o "lapilli", y luego el estar enterrado casi dos mil años? Tal explicación es poco verosímil. Lo más probable es que el grafito sea, en efecto, de un 17 de octubre, pero de cualquier año próximo anterior.

Y, por otro lado, es muy difícil creer que Plinio el Joven no supiera la fecha exacta de la erupción, que además incluía la de la muerte de su querido tío "el Viejo", máxime cuando era nada menos que Tácito el que le estaba preguntando.

En fin, es el tipo de titulares de prensa que fascina producir, y hasta leer, pero que son muy difíciles de probar cuando se va al detalle.

Por si alguien quiere leerla, copio aquí en español la primera de las dos cartas en las que Plinio el Joven recordó los hechos. Que, por muchos años que pasaran, para él sería de esas fechas que se graban a fuego en la memoria (como a nosotros hoy en día el 11-M, el 11-S, el 23-F, y con más motivo otras más privadas):

Epistulae VI, 16 

"Cayo Plinio a Tácito, salud

Me pides que te describa la muerte de mi tío a fin de que más verazmente se transmita a la posteridad. Te lo agradezco porque estoy convencido de que, si tú conmemoraras su muerte, alcanzará gloria inmortal. Porque, aunque haya perecido en la destrucción de una de las tierras más bellas, con tantos pueblos y ciudades, y aunque aquel inolvidable acontecimiento le asegure una vida inmortal y aunque él mismo haya dejado obras permanentes, la eternidad de tus escritos le añadirá eternidad. Considero felices a los que, por gracia de los dioses, les es dado hacer cosas dignas de ser escritas o escribir cosas dignas de ser leídas, pero felicísimos considero a los que cupo hacer ambas cosas.

Mi tío se contará en el número de éstos, tanto por sus libros como por los tuyos. Y así gustosamente me pongo a hacer lo que de mí solicitas. Estaba en Miseno y mandaba personalmente la escuadra. El noveno día antes de las Kalendas de septiembre (24 de agosto), casi a la hora séptima [más o menos a mediodía], mi madre le indicó la aparición de una nube de inusitadas grandeza y forma. Había tomado el sol y se había lavado con agua fresca y luego había comido un poco, y echado, estudiaba. Se calzó las sandalias y subió a un sitio desde donde se podía contemplar mejor aquel portento. Aparecía una nube y los que la miraban desde lejos no sabían desde que montaña salía, pero después se supo que se trataba del Vesubio. La nube tenía un aspecto y una forma que recordaba a un pino, más que a ningún otro árbol, porque se elevaba como si se tratara de un tronco muy largo y se diversificaba en ramas. Creo que ello se debía a que, al debilitarse la corriente que en un principio la impulsaba, la nube, sin esta fuerza impulsora o debido a su propio peso, se desvanecía a lo ancho y tan pronto era blanca como sucia y manchada, según llevara tierra o ceniza. Como hombre muy sabio, le pareció que aquel portento debía ser visto desde más cerca. Hizo preparar una nave libúrnica y me permitió ir con él, si quería, y le contesté que prefería quedarme trabajando, pues me había encargado que le escribiera ciertas cosas. Cuando salía de casa recibió un mensaje de Rectina, la mujer de Tasco, la cual le rogaba que la sacara de aquel trance, pues estaba atemorizada por el inminente peligro, ya que su villa estaba precisamente debajo de la montaña y sólo le era dado huir con navíos. Cambió de opinión y se afanó en llevar a término lo que había empezado con intención de estudio. Se embarca en cuatirremes con la intención de prestar auxilio no sólo a Rectina sino a muchos, porque aquel litoral era tan agradable que era muy frecuentado. Directamente se dirige ahí donde los demás huían, mantiene el timón en dirección al peligro, y tan ajeno al miedo que tomaba nota de los movimientos de aquella calamidad y de cuanto se ofrecía ante sus ojos. Cuanto más se aproximaba, la ceniza caía en las naves cada vez más caliente y más densa, y también pedruscos y piedras ennegrecidas quemadas y rajadas por el fuego, al paso que el mar se abría como un vado y las playas se veían obstucalizadas por los cascotes. Estuvo a punto de volver atrás, pero dijo al piloto, que se lo aconsejaba:

"La fortuna favorece a los fuertes. Dirígete a la casa de Pomponiano". 

Pomponiano vivía en Estabia, y la mitad del golfo lo separaba de nosotros, porque ahí el mar se interna a causa de una curva del litoral. Aunque por aquella parte el peligro no era tan inminente, por el momento, llevó sus enseres a las naves, dispuesto a escapar si amainaba el viento contrario. Este viento fue favorable a mi tío, que llegó, lo abrazó tembloroso y lo consoló y animó, con la intención de apartar su temor con serenidad. Ordenó que se le presentara el baño, y después se dirigió a la mesa, donde cenó alegremente o, lo que todavía es más digno de admiración, fingiendo estar alegre. Mientras tanto en el Vesubio relucían, en diversos lugares, anchísimas llamas y elevados incendios, cuyo fulgor y cuya claridad se destacaban en las tinieblas de la noche. Mi tío, para excusar el miedo, decía que se trataba de hogueras hechas por campesinos fugitivos o villas abandonadas que ardían. Entonces se fue a dormir y en verdad que durmió con un sueño profundo, pues sus ronquidos eran oídos por los que estaban de guardia en la puerta. Pero el patio por el que se llegaba a la habitación empezó a llenarse de tal modo de ceniza y de pedruscos que si hubiesen permanecido ahí, no hubieran podido salir. Se despertó y se reunió con Pomponiano y los demás que habían estado velando. Deliberaron si se quedarían bajo cubierto o si saldrían al raso, ya que el edificio vacilaba debido a frecuentes y largos temblores y parecía que sus cimientos se corrían de un lado para otro. No obstante, si salían a la intemperie eran de temer las lluvias de pedruscos, aunque más soportables. Cotejados ambos peligros, se optó por la segunda solución: en mi tío ello constituyó el triunfo de la razón sobre la razón, en los demás, el miedo sobre el miedo. Se pusieron almohadas en la cabeza, sujetas con trapos, única protección contra lo que caía. En otras partes había amanecido ya; allí seguía una noche más negra y más densa que todas las noches, sólo rota por antorchas y luces variadas.

Pareció oportuno ir a la playa y ver que posibilidades existían en el mar, que estaba desierto y adverso. Allí se echó sobre un lienzo y pidió agua fresca, y la bebió dos veces. A él le despertó y a los demás les hizo huir el olor del azufre, precursor de las llamas, y éstas llegaron luego. Se levantó apoyándose en dos siervos, pero cayó en seguida debido, a lo que creo, a que el vaho caliginoso le tapó la respiración y le cerró el estómago, que tenía muy delicado y propenso al vómito. Cuando nuevamente se hizo de día -y era el tercero desde que había dejado de ver- su cuerpo fue hallado intacto y tal como iba vestido; pero más tenía el aspecto de dormir que de estar muerto. Acabo, pues, añadiendo únicamente que te lo he contado tal como lo vi, o tal como oí relatar inmediatamente después de sucedido, es decir, cuando el recuerdo era reciente. Tú escoge lo que más te convenga, pues no es lo mismo escribir una carta que una historia, ni dirigirse a un amigo que a todos.

Ten salud."

La fuente (con la segunda epístola).

Comentario por antton erkizia el octubre 17, 2018 a las 11:45am

Interesante la inscripción.

Mayúsculas y minúsculas en un mismo texto, la /k/ de kalendas, un signo ortográfico tras NOV, como una coma. A continuación la /I/ con buen gancho del IN..., Aspa /X/ que más bien parece /Y/ por diferencia de presión...

Inscripción hecha a carbón. Y no es de época visigoda, es de 79 d.C. ante quem...

Comentario por Percha el octubre 17, 2018 a las 12:19pm

Coincido en que la falta del año es un buen “pero”, no obstante, Alicia, en el texto dice que en las copias de las carta de Plinio que nos quedan el mes varía de agosto a noviembre, lo que (de ser así) también sería un problema, supongo. Ya hace unos años se publicó en TA una entrada dudando de la fecha tradicional en base a los frutos encontrados, los ropajes etc:

Arqueólogo italiano aclara fecha de erupción del Vesubio que destru...

En todo caso, fascinantes los hallazgos de esta nueva etapa de excavaciones.

Comentario por Percha el octubre 17, 2018 a las 12:31pm

La foto más grande que he encontrado con la inscripción completa.

Comentario por Alicia M. Canto el octubre 17, 2018 a las 2:21pm

El problema, Percha, es que, si el año no está escrito a continuación, bien mediante la pareja de cónsules de la segunda mitad del año 79 d.C., que fueron (por muerte de Vespasiano el 23 de junio), su hijo Tito por 6ª vez y su otro hijo Domiciano como suffectus (sustituto), o alguno de los otros cuatro sufectos que hubo en ese año https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:C%C3%B3nsules_del_Alto_Imperio_... , o bien por la cita de la potestad tribunicia del emperador, que también es anual pero aquí no es esperable, por no habérsele citado primero con su titulatura (sería Tito), ellos no tienen forma alguna de probar que ese 17 de octubre es el del año 79, que es lo que ya están "vendiendo" como la verdad al mundo mundial (dicho sea con todo respeto hacia los colegas). La única verdad que podemos ver es que el año no aparece en el nuevo grafito, es justo lo que falta, sólo se lee un día, que puede ser de cualquier otro año algo anterior.

La historia de las familias de manuscritos de la Epístolas de Plinio es compleja, pero también los hay que dan el 24 de agosto, claro, y hasta ahora se tienen por más fiables. Algo de esa complejidad puede verse aquí.

Hace un rato encontré una foto que creo algo más grande, y la recorté un poco, ahí va:

Comentario por Alicia M. Canto el octubre 17, 2018 a las 2:40pm

Hay otros argumentos que usan que tienen explicaciones más sencillas, pero parece que no se les ocurren. Como eso de que "la ropa de los fallecidos estaba hecha de un tejido tupido, "lo que no se corresponde al tiempo caluroso de agosto" (eso lo leo ahora en la noticia de 2015 que recordó antes Ud.).

Bueno, pues desde luego que si yo me veo en medio de una lluvia de "lapilli" ardiendo y de lava, y tengo que huir en esas condiciones, no me tiro a la calle a cuerpo gentil, vestida de veranillo y con manga corta, ¡me pongo encima la ropa más gruesa que tenga en casa, abrigos, mantas y todo lo que encuentre! Parece algo bastante elemental pero, ya ve Ud., cuando algunos quieren probar sus ideas, a veces lo que las contraríe es que ni se les viene a la cabeza ;-)

Y, de todos modos, la temperatura media en octubre en el área de Nápoles tampoco es como para ir muy abrigado: 23º de máxima y 14º de mínima... Una delicia, y no para abrigarse ;-)

Es más, veo que hoy mismo, que es justamente 17 de octubre (vaya casualidad, ¿no?) hay allí 26 grados de máxima, ¡y llueve!

Comentario por Percha el octubre 17, 2018 a las 2:52pm

Gracias, Alicia, entiendo lo que quiere decir pero creo que los contrargumentos también tienen sus puntos fuertes. No sólo es la ropa, también la presencia de braseros, los frutos encontrados (uvas, nueces, granadas) o el dato que recoge la noticia de El País (lo pongo a continuación) de que el edificio en el que se encuentra el grafito estaba en construcción. Interesante debate, pues.


Pompeya ardió dos meses después


El hallazgo de una inscripción hecha a carboncillo demuestra que la erupción del Vesubio tuvo lugar el 24 de octubre y no el 24 de agosto

Un arqueólogo muestra algunos de los nuevos frescos descubiertos en Pompeya. CIRO FUSCO EFE


Los cadáveres petrificados iban demasiado abrigados, vestían prendas de lana y chaquetas largas que les cubrían el cuerpo. Había braseros en las puertas de las casas y algunos de los frutos carbonizados no correspondían a la fecha de su cosecha. Demasiados elementos no cuadraban con un 24 de agosto, fecha en que oficialmente el Vesubio había entrado en erupción y sepultado para siempre Pompeya. No había muchos más datos, y siempre se terminó encontrando una justificación que hiciese encajar por la fuerza los elementos de aquella apocalíptica escena. El último hallazgo en una de las paredes de las casas que emergen de las nuevas excavaciones en Pompeya ha mandado millones de libros de historia de nuevo a la imprenta. El Vesubio entró en erupción en otoño, y no en verano como se creía.

Una inscripción a carboncillo descubierta en la pared de una casa ha terminado con las dudas sobre la fecha de la erupción más famosa de la historia. Fue el 24 de octubre, y no el 24 de agosto del año 79 después de Cristo como se sostenía hasta ahora. La mayoría de manuales y libros de historia se agarraban a esa fecha basándose en una carta de Plinio el Joven enviada a Tácito. Sin embargo, algunos expertos ya apuntaban que el monje amanuense que debió transcribir la misiva en la Edad Media —probablemente no entendía ni una palabra de lo que copiaba— pudo haber cometido algunos errores que anticiparon dos meses la fatídica fecha.


Una arqueóloga muestra la inscripción hallada. CIRO FUSCO EFE

La descomunal máquina del tiempo que durante años ha sido Pompeya contenía un error básico de cálculo para viajar hasta aquellos días. Pero ha sido subsanado a través de la inscripción en una de las paredes de las casas que están emergiendo en las nuevas excavaciones de la llamada zona Regio V. El garabato de carboncillo estaba fechado en el “decimosexto día antes de las calendas de noviembre”, que según nuestro actual calendario correspondería al 17 de octubre. Es decir, una semana antes de la terrible erupción. Una época que, esta vez sí, coincidiría con el hallazgo de frutos carbonizados como castañas, granadas o nueces.

El director del parque arqueológico de Pompeya, Massimo Osanna, no tiene dudas de la autenticidad de la corrección. “Había algunas voces que apuntaban en esta dirección. Pero nunca encontramos una prueba así de fuerte. Teníamos dudas por algunos objetos encontrados o por los frutos que portaban. Pero también podían haber sido recogidos en otras épocas para otros usos. Este es un paso decisivo”.

La inscripción se hizo en carboncillo porque la casa estaba en construcción y, presumiblemente, los obreros se entretuvieron así con la idea de borrarla cuando estuviese terminada la construcción. “Ahora se explican tantas anomalías, como los braseros para el fuego que encontramos en algunos lugares y que, durante tiempo, se dijo que se usaban para otras actividades. Pero era difícil y muy extraño”. Tanto, que este martes hasta el ministro de Cultura, Alberto Bonisoli, se fue hasta el parque arqueológico para celebrarlo.

Pero la emoción de los descubrimientos va por barrios. Y Mary Beard, historiadora y experta en la antigua Roma, premio Princesa de Asturias 2016 y estrella mediática, responde a EL PAÍS en un correo electrónico algo menos entusiasmada que sus colegas. “La verdad es que desde hacía mucho tiempo se sospechaba que la erupción tuvo lugar en octubre. Esta es una gran pista extra, pero en realidad solo apoya lo que empezaba a ser ya la visión estándar de la situación”. Una visión, en suma, que deberá corregirse ahora en tantos libros, películas y obras teatrales.

Comentario por Percha el octubre 17, 2018 a las 3:00pm

Ya veo, Alicia, que está participando en el debate de El País ;). Recojo un nuevo argumento que ha aportado otro participante y que me parece muy interesante:

flying Flying: Y el denario de Tito nos dice que de agosto nada de nada. A quién hay que creer, a un monje que no sabe copiar o a la numismática imperial? Pero por muchas pruebas que se os pongan encima de la mesa seguimos con lo del "testigo presencial".

De hecho desde 1974 con el denario de Tito el asunto de agosto está cerrado. Uno no va encontrando acuñaciones posteriores a cuando se ha producido el sellado de un evento.

Comentario por Alicia M. Canto el octubre 17, 2018 a las 3:20pm

El principal argumento no es ninguno de ésos, Percha, sino que el año no está escrito en el grafito y por eso carece de prueba por sí mismo.

Muchas casas de Pompeya estaban en reconstrucción, pero no "en el año 79", sino desde los dos terremotos anteriores, el del 62 (el peor, que afectó bastante a Pompeya: lo cuenta Tácito en Ann. XV.22) y el del 64 d.C. Así que en realidad tenemos un marco de al menos 17 años para la reconstrucción de esa casa en concreto, y de otras. Pero de esa circunstancia no se dice nada en la noticia, y eso es lo que me fastidia, que se pastorea al lector como a un redil, sin darle toda la información, sino sólo la que necesita para creer en la versión que se le está suministrando: que de nuevo "están reescribiendo la Historia". Una vez más...

Es como lo de la ropa: repiten e insisten en que "Los cadáveres petrificados iban demasiado abrigados, vestían prendas de lana y chaquetas largas que les cubrían el cuerpo". Pero no dejan al lector pensar que eso sería lo más normal para protegerse si a uno le están lloviendo piedras y cenizas ardiendo. O que de un fruto carbonizado no se puede saber si es de la cosecha anterior... etc. etc.

Cada vez más me parece tramposo lo que tantas veces se está haciendo con la sociedad frente a este tipo de noticias.

En cuanto a la moneda de Tito, para empezar no es un denario. Como verá, allí he contestado a otros participantes en el debate, pero a ésta que Ud. me cita justamente no, por mucho que lo intenta, y por buenas razones anteriores.

Comentario por Percha el octubre 17, 2018 a las 4:41pm

Pues la moneda en la página de Patrimonio Numismático del Estado Italiano aparece como denario. Y recoge que la titulara se discute si es IMP XV o XIIII, aunque yo, la verdad, no veo ninguna de las dos ;)

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