Foto: El equipo de José Aparicio limpia las piezas halladas en la Cova Foradà de Oliva durante una excavación arqueológica. :: LP
El descubrimiento del esqueleto neandertal el pasado verano en la Cova Foradà de Oliva, -el conjunto óseo más completo hallado en España-, ha avivado la esperanza entre historiadores y antropólogos de que pueda haber más restos humanos de esta etapa prehistórica en el yacimiento.
El equipo del jefe de arqueología de la Diputación de Valencia, José Aparicio, tiene previsto reanudar hoy las excavaciones tras la reciente autorización de la Dirección General de Patrimonio, organismo dependiente de la Conselleria de Cultura.
Los trabajos estarán focalizados, por una parte, en la búsqueda de más signos neandertales; en piezas de industria lítica, instrumentos, armas y herramientas de piedra, así como restos de fauna y alimentación. Todo ello es lo que esperan encontrar los especialistas durante los trabajos arqueológicos que se prolongarán durante todo el mes de agosto.
En segundo término, van a intentar llegar al fondo de la cavidad, que con toda probabilidad aportará datos sobre el primer asentamiento del lugar. «Queremos averiguar el momento en que los primeros seres humanos ocuparon la cueva, que siempre va a ser antes del 100.000 antes de Cristo», comentó ayer Aparicio.
El experto fue quien encontró el esqueleto el 20 de agosto de 2010, a nueve metros bajo tierra, durante la anual campaña de excavaciones que el centro de investigaciones arqueológicas de la Diputación realiza en la Cova Foradà, una de las más importantes de Europa.
Asimismo, Aparicio pretende realizar un muestreo de todos los niveles de ocupación, desde el 8.000 antes de Cristo hasta el 100.000 antes de Cristo para ver la evolución del paisaje «en cuanto a los tipos de vegetación, cambios geomorfológicos, movimientos eustáticos del nivel del mar, alejamientos e invasiones del costa y las regresiones y transgresiones marinas en periodos de varios miles de años».
Primeros estudios del fósil
Foto: Eulàlia Subirà, segunda por la izquierda, y José Aparicio, a su lado, junto al neandertal. :: LP
El esqueleto neandertal, que tiene alrededor de 40.000 años, viajó en febrero a Cataluña con la finalidad de someterse a un TAC para conocer con detalle la morfología de los huesos que se esconden tras el bloque de piedra.
Los restos humanos de época musteriense, es decir, del Paleolítico Medio, se están estudiando en la actualidad en la Universidad Autónoma de Barcelona para, posteriormente, restaurarse en el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social de Tarragona. Los primeros estudios, centralizados en el cráneo, permiten confirmar que es neandertal «por su morfología».
Asimismo, también se puede apuntar que es un adulto, que no hay signos de carroñeo y que no murió por enfermedad, «dado que no hay evidencia de patologías, al menos en la cabeza», según explicó ayer Eulàlia Subirà, profesora de Antropología Biológica de la Universidad Autónoma de Barcelona y responsable del equipo que está llevando a cabo la investigación del neandertal de Oliva. «Hemos empezado por el cráneo, donde hay una parte liberada que se está restaurando. De hecho, gran parte ya está sin la concreción calcárea», explicó Subirà.
Proceso lento
El proceso de recuperación es lento, según relata la experta, y no se puede acelerar «para no fragmentar el fósil». El problema más frecuente con el que se están encontrando los antropólogos es liberar al esqueleto de la concreción calcárea. Estos trabajos se están realizando por medios mecánicos y químicos procurando no dañar los huesos. Una vez esté el cráneo recuperado, los especialistas continuarán bajando por la columna vertebral. Posteriormente, se articularán debidamente las piezas y tras el cuidado antropológico que deberá proporcionar datos esenciales como la filiación, edad, sexo, patologías, posición cronológica, alimentación o ADN, el esqueleto se integrará en un estudio arqueologico-histórico-antropológico completo a cargo de todos los investigadores.
Precisamente, la profesora Subirà tiene la intención de visitar la Cova Foradà de Oliva a lo largo de este mes para realizar un análisis de estratigrafía que permita averiguar el contexto en el que vivió el neandertal.
