Un tesoro de 'hacksilber' que data de mediados del siglo XI a. C. y encontrado por la expedición Leon Levy en Ashkelon. Crédito: Museo de Israel por Haim Gitler y Autoridad de Antigüedades de Israel por Clara Amit.
Antes de la invención de la acuñación con imágenes de íconos religiosos, los emperadores y ególatras locales, así como los pueblos del Levante meridional prehistórico, usaban pequeños artilugios de plata prácticamente pura como dinero o como pre-dinero, según a quién se le pregunte. Quizás resulte irónico que la plata que usaban los antiguos israelitas y sus predecesores en la región tuviera que ser importada y “pagada” mediante trueque, es decir, con otras mercancías.
La procedencia del intercambio de manos de plata en el Levante meridional prehistórico, cananeo e israelita, fue informada en la Conferencia de Geoquímica Goldschmidt por un equipo de científicos y numismáticos franceses, israelíes y australianos: Liesel Gentelli, Janne Blichert-Toft, Francis Albarede del CNRS y Université de Lyon, Gil Davis, de Macquarie University y Haim Gitler, del Museo de Israel.
Para ser claros, el resultado no es de un gran impacto. No había mineral de plata en la zona del Levante.
“Incluso antes de la acuñación existía el comercio internacional y los 'hacksilber' eran uno de los productos básicos que se intercambiaban por bienes”, dijo Gentelli (izquierda) en la conferencia aludida.
Entonces, ¿de dónde provenían exactamente las piezas de plata, conocidas en el argot académico como hacksilber, que es la palabra alemana para trozos de plata cortada? Para averiguarlo el equipo realizó un análisis geoquímico de los rastros de plomo en 45 piezas de hacksilber encontradas en 13 enclaves diferentes que datan del 1300 a. C. al 586 a. C., en el actual Israel y los territorios palestinos, incluidos Ein Gedi, Ekron y Megiddo.
Al comparar sus hallazgos con muestras de mineral, encontraron que la mayor parte de la plata se había extraído en el sur del Egeo y los Balcanes: Macedonia, Tracia e Iliria. También se descubrió que algunos hacksilber provenían de lugares tan lejanos como Cerdeña y España, dicen los investigadores.
Antes del dinero la gente podía compartir, intercambiar, prestar: hoy te doy una cabra y espero vagamente una recompensa mañana, por ejemplo. O podrían dar directamente y confiar en el karma. En cualquier caso, esto se reduce a un intercambio directo del valor.
Con el tiempo, comenzaron a surgir representaciones indirectas del valor y la riqueza. En Mesopotamia hace más de 7.000 años, y en todo el Cercano Oriente y el valle del Indo algo más tarde. A medida que se desarrollaba la agricultura y el sedentarismo, la gente, antes de la alfabetización, usaba fichas de arcilla con simbología simple que se interpretaban como representativas de un valor. Las fichas simples podían tener formas como discos con líneas grabadas que representan una unidad de trigo, cebada o aceite, por ejemplo. Las más sofisticadas podrían incluir imágenes zoomorfas como una vaca y símbolos que servían para indicar la propiedad y el valor del bovino.
Posteriormente, en diferentes formas y en diferentes lugares, el dinero comenzó a emerger. Todavía, hasta el día de hoy, los investigadores discuten sobre cómo se empleó este intercambio indirecto del valor de una cosa.
Cortes de lingostes de plata utilizados para el comercio previo al dinero. Crédito: Clara Amit, Autoridad de Antigüedades de Israel.
Algunos piensan que los hacksilber fueron simplemente una forma temprana de dinero en la Edad del Bronce Final en esta parte del mundo. Otros argumentan que los hacksilber fueron un producto previo al dinero, y no entramos a debatir ese argumento.
El hecho es que las piezas de plata, algunas originadas a partir de tozos forjados estropeados, se usaron en el Cercano Oriente como medio de pago antes de que se inventaran las monedas, lo que sucedió hace aproximadamente 2.700 años en el reino de Lidia, hasta donde sabemos.
En lo que es hoy Israel, los hacksilber se usaron como dinero o pre-dinero desde hace unos 4.000 años hasta el 300 a. C. En otras palabras, el comercio con ellos es anterior a la fundación de Roma y el surgimiento de los reinos de Israel y Judá. Y trozos de plata cambiaban de manos a medida que se desataba la guerra de Troya, señalan los investigadores de manera evocadora.
Estos hacksilber consistían en pequeños lingotes de plata, así como fragmentos de los mismos rotos y joyas, y se usaban claramente tanto en el comercio local como internacional. Vale la pena agregar que cualquier acumulación de un conjunto de hacksilber no necesariamente se originaba en el mismo lugar.
Su irregularidad en su composición no tenía por qué significar una diferencia, puesto que -según creen los investigadores- su valor se determinaba pesando el conjunto en una balanza con pesos estandarizados. Los comerciantes de antaño los guardaban en la versión antigua de las cajas registradoras: dentro de vasijas de barro.
Una sopresa a destacar de la investigación llevada a cabo es que el comercio de plata en el Egeo y el Mediterráneo occidental continuó, aunque en menor medida, después del llamado
colapso de la civilización de la Edad del Bronce Final en 1200 a. C. Los grandes imperios de los hititas, los antiguos egipcios y babilonios se hundieron en el caos y la violencia; las civilizaciones egeas de los minoicos y micenicos implosionaron. Algunos incluso piensan que los eventos descritos en la Ilíada -como la destrucción de Troya- y la Odisea pertenecen a este período. Las ciudades costeras de Canaán y Ugarit, en Siria, fueron arrasadas y, mientras tanto, los
Pueblos del Mar, quienesquiera que fueran, se levantaron y se fortalecieron.
Sin embargo, en ese desorden enorme y clamoroso, ¿qué fue lo que continuó, al menos hasta cierto punto? El comercio de la plata. “Investigadores anteriores creían que el comercio de plata había llegado a su fin tras el colapso social al final de la Edad del Bronce tardío, pero nuestra investigación muestra que los intercambios entre el sur del Levante y el mundo del Egeo nunca se detuvieron”, dice Gentelli. “La gente de todo el Mediterráneo oriental permaneció conectada. Es probable que la plata fluyera hacia el Levante como resultado del comercio o el saqueo".
El tinte verdoso atestigua una alta proporción de cobre en la aleación. Crédito: Yael Yelovitz, Autoridad de Antigüedades de Israel.
También es cierto que la importación de plata disminuyó en tal grado que los lugareños, ya fuera deliberada o desesperadamente, recurrieron al fraude, según ha demostrado una investigación separada. Cuando la agitación social descendió sobre Canaán, en el momento que sus ciudades cayeron y los ejércitos de Egipto se retiraron para curar sus heridas junto al Nilo, parece que los comerciantes locales de la Edad del Bronce Final, u otros, comenzaron a degradar el valor de los hacksilber.
Los tesoros que preceden al colapso de la Edad del Bronce eran de plata casi pura, pero, después del período del colapso, la plata se adulteró. Los tesoros que datan del período de la implosión se aleaban con cobre, que era local. Procedía de Timna, una mina de cobre en el Negev. También se agregaron otros ingredientes, tal como el arsénico, para que los trozos parecieran estar hechos de plata casi pura.
De hecho, los investigadores sospechan que los primeros estafadores que manipularon la plata y crearon falsos hacksilber pueden haber sido los propios antiguos egipcios: cuando el caos asomó la cabeza, necesitaban divisas fuertes, por así decirlo.
El equipo actual niega cualquier capacidad para relacionar sus hallazgos sobre el comercio de plata con eventos históricos específicos, pero agrega que su análisis “muestra la importancia del comercio de los 'hacksilber' desde antes de la Guerra de Troya, y que algunos estudiosos datan a principios del siglo XII a.C., hasta la fundación de Roma en 753 a. C., y luego hasta el final de la Edad del Hierro en 586 a. C., marcada por la destrucción del Templo de Salomón en Jerusalén por Nabucodonosor”.
Es a partir de entonces cuando empezaron a surgir las monedas. Las primeras no eran más uniformes que los hacksilber; no todas estaban hechas de metal, pues algunas eran de piedra. De todos modos, alrededor del 450 a. C., el sur de Levante le había dado brillo a las monedas y ese fue el final de los hacksilber como moneda, si es que lo fueron alguna vez.
Al comentar el estudio llevado a cabo, el Dr. Matthew Ponting (izquierda), profesor titular de Materiales Arqueológicos de la Universidad de Liverpool, dijo: "Es un nuevo trabajo importante que ilustra nuestra comprensión del comercio y las rutas de intercambio en el Levante durante la Edad del Hierro Temprano. El hecho de que toda la plata encontrada en la región habría tenido que ser importada presenta interesantes posibilidades para investigar las rutas comerciales de manera más general, así como para aprender más sobre el uso y la preferencia de las aleaciones durante este importante período de la historia".
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