Red social de Arqueologos e Historiadores
Hoy encontré en la barra derecha esta noticia, y no puedo evitar comentarla aquí, porque es un nuevo ejemplo de dos "pocos": Por un lado, de lo poco que parece gustar a algunos profesionales reconocer lo que otros hicieron antes de ellos (como en el reciente caso del "inédito" teatro de Medellín), y, por otro, de lo poco que se molesta la prensa en general en hacer una pequeña investigación sobre cualquier tema "inédito" o "novedoso" que van a ofrecer a sus lectores (como en el actual caso de Iruña-Veleia y tantos otros); además sin evitar cae en los consabidos topicazos tipo "Indiana Jones", "mapas del tesoro" y demás. Primero la noticia, donde me permito destacar en negrita lo que más me ha llamado la atención o simplemente no es verdad:
LA CIUDAD PERDIDA ESTÁ EN MEDINA DE LAS TORRES
El Instituto de Arqueología encuentra los restos de Contributa Iulia, de la que hablaba Plinio en el siglo I; mañana se celebra la primera visita guiada al yacimiento para los vecinos del pueblo
12.12.08 - Celia Herreras
INDIANA Jones sobra en Extremadura. Para desvelar misterios y buscar ciudades perdidas ya está al Instituto de Arqueología, dependiente del CSIC, que ha empezado a dibujar un nuevo mapa del tesoro.
Tras una campaña de excavación de varios meses acaba de confirmar con criterios científicos que los restos de la ciudad romana de Contributa Iulia Ugultuniacum (sic!), de la que sólo se tenían noticias por fuentes escritas, está en el pueblo extremeño de Medina de las Torres, de apenas 1.400 habitantes, y situado en la Vía de la Plata, cerca de Zafra.
Contributa era hasta ahora «algo así como una ciudad perdida», explicó ayer Antonio Pizzo, el arqueólogo e investigador que dirige el proyecto científico de la excavación.
El escritor latino Plinio El Viejo hablaba en el siglo I de esta urbe situándola en la provincia Baetica, entre los ríos Baetis (Guadalquivir) y Anas (Guadiana), en la zona de de la Beturia Céltica; estaba en el ámbito jurídico Hispalensis, y poco más se sabía de ella (sic!).
Hasta el BOE
Distintos estudiosos la habían situado en lugares varios, y hasta el mismo Boletín del Estado (sic!) la ubicó en 1998 en Azuaga.
El 10 de febrero de 1998 se declaró Bien de Interés Cultural al conjunto histórico de esta localidad extremeña, y en el texto de su declaración se especifica que esta población «se levanta en el confín sureste de la Baja Extremadura, centro romano bajo la denominación de Contributa-Iulia Ugultuniacum o Municipium-Iulium».
Lo cierto es que hasta que no se ha completado la primera fase de la excavación de la ciudad romana descubierta en el cerro de Los Cercos, a dos kilómetros de Medina de las Torres, no se sabía con certeza cuál era su ubicación.
Cómo era Contributa
Los restos encontrados hasta ahora muestran una ciudad congelada en el siglo IV, ya que no se han encontrado estructuras de los siglos anteriores.
Por el momento, esa imagen congelada muestra «una ciudad de tamaño medio, que conserva casi la misma estructura que debió tener en la época fundacional, y que conserva de forma global todas las actividades y estructuras de una ciudad típica romana, con su puesto de control en la puerta, una muralla en funcionamiento, calles muy bien organizadas, estructuras ordenadas y canónicas, con actividad comercial, y también con sus edificios públicos, o por lo menos con uno de ellos, en plena actividad, a pesar de que el siglo IV ya era un momento muy difícil para las ciudades romanas», describe Antonio Pizzo.
El mayor inconveniente es que la ciudad encontrada hasta ahora está muy arrasada, con restos de estructuras que no superan el metro de altura, al igual que ha ocurrido en otras urbes romanas que se fueron vaciando después del siglo IV, permaneciendo después vacías y abandonadas durante cientos de años.
Durante mucho tiempo, explicó Pizzo, Contributa fue como una cantera a cielo abierto de diversos y valiosos materiales. Prueba de ello es la iglesia del pueblo, que fue construida «íntegramente» con sillería de granito procedentes de la ciudad romana. En su interior también pueden encontrarse trozos de columnas e inscripciones de mármol empotradas en sus muros.
Como aspecto positivo de los hallazgos, el director científico de la excavación destaca que una ventaja de las ciudades abandonadas es que todos los restos parciales que se encuentran están perfectamente contextualizados, y además la base y cimientos de sus estructuras urbanas están sin tocar, por lo que facilitan su interpretación.
Cuando un arqueólogo se encuentra con la oportunidad de poder excavar en una ciudad recién descubierta, «siempre es una incógnita», describe Pizzo.
«Lo más importante que uno espera encontrar, más que lo que se consideran piezas o estructuras bonitas, son restos que permitan restituir una porción válida de la zona para poder reconstruir la historia de la ciudad», señala el investigador.
Tecnología punta
Antes de comenzar a excavar, el Instituto de Arqueología quiso asegurarse bien de cuál era el terreno que pisaba y para eso no dudó en echar mano de la tecnología más puntera que se ha utilizado hasta ahora en Extremadura en yacimientos arqueológicos: la magnetometría, que registra las diferencias de densidad magnética de los cuerpos del subsuelo.
Los datos obtenidos se interpretan con la ayuda de unos programas informáticos que indican las estructuras que se encuentran en los niveles más bajos del subsuelo.
El aparato y la especialista que sabía utilizarlo (Laura Cerri) se desplazaron a Medina de las Torres desde la Universidad de Siena (Italia), que ya tiene una larga experiencia en su utilización arqueológica y es un referente internacional en este campo.
También se realizó otra planimetría del subsuelo con otro instrumento tecnológico utilizado en otros casos por el Instituto de Arqueología de Extremadura, el georadar, que fue facilitado por el Instituto Tecnológico de la Roca Ornamental y Materiales de la Construcción (INTROMAC).
Cuando terminó todo el proceso de prospección tecnológica, los investigadores cruzaron las planimetrías obtenidas, y se dieron cuenta de que el primer problema al que se enfrentaban era decidir por dónde empezar.
Dada la limitación de recursos y de tiempo disponibles en una campaña de excavaciones, había que elegir bien los lugares en los que se iba a trabajar para obtener el mayor número de datos posible.
Teniendo en cuenta las densidades de las estructuras detectadas con la tecnología, al final se decidió intervenir en dos puntos: en la parte más alta del cerro, donde se habían documentado «restos muy potentes, de gran envergadura», y en otra zona más alejada, colina abajo.
Restos del ¿Foro?
Al parecer, la decisión fue acertada porque, entre otras cosas, se han encontrado los restos del que sería un gran edificio público vinculado a alguna actividad pública, rodeado de una zona pavimentada con restos de mármol.
Dado que la excavación se terminó antes de que pudiera acabarse la prospección de toda la zona por la que continúa la estructura, Antonio Pizzo aún no se atreve a ponerle nombre a este edificio, aunque otros investigadores del Instituto ya casi lo dan por hecho, y barajan la hipótesis de que podría tratarse de los restos del Foro de la ciudad.
Más clara está la interpretación de otros restos descubiertos en esta primera campaña, como una de las puertas de la ciudad, con dos torres rectangulares al lado, y en cuyo umbral de mármol todavía son visibles las huellas que dejó el paso de los carros, o los huecos en los que iban montados los engranajes de hierro que permitían mover la puerta.
La entrada da a una calzada pavimentada con cantos rodados y guijarros que sigue hacia el centro de la antigua ciudad. Al principio de la calzada, a la derecha, se han encontrado los restos de otra calle donde hay una fuente pequeña y un puesto de control de la puerta. Las dos calles encontradas definen toda una manzana edificada, situada a la derecha, de índole industrial, «quizás unos almacenes para productos agrícolas». El edificio se distribuye alrededor de un gran patio central. También ha aparecido un lienzo de la muralla que rodeaba la ciudad, y que se constata que sigue las curvas del nivel del terreno, por lo que se puede hacer una estimación de por dónde continúa.
Empeño de los vecinos
Quizás la ciudad perdida (hasta ahora) hubiera permanecido enterrada para siempre si no hubiera sido por el empeño del Ayuntamiento de Medina y de sus vecinos, que llevan años llamando a varias puertas hasta conseguir que se excavara el yacimiento en el que aparecieron en el siglo XIX varias esculturas togadas monumentales que adornan ahora el patio del Museo Arqueológico Provincial de Badajoz, destacó Pizzo.
Todo empezó en 1845, cuando tras constatar la presencia en la superficie de restos arqueológicos, en el Ayuntamiento de Medina se decidió crear una Comisión de Monumentos que lideró la primera excavación que se realizó en la zona, dirigida por el estudioso local José Antonio Barrientos.
En esta prospección aparecieron varios restos de época romana, que no se localizaron con exactitud, y que además se vincularon entonces con la mítica Perceiana, el lugar en el que, según la leyenda, el padre de Santa Eulalia habría refugiado a la Santa para evitar su martirio, explicó el alcalde de Medina, Marcos Chamizo, que se confiesa totalmente entusiasmado con los nuevos descubrimientos por lo que ello puede representar para el pueblo. Estos mismos vecinos podrán participar mañana en la primera visita guiada al yacimiento, a partir de las 12 horas. El futuro de Medina de las Torres empieza a escribirse con palabras esperanzadas y el entusiasmo de futuros proyectos, todos relacionados con los trabajos de excavación, investigación y conservación de los restos, y con el desarrollo turístico de la zona. La historia se convierte en este caso en sinónimo de puestos de trabajo, y los hallazgos arqueológicos, en simientes de prosperidad.
Proyectos de futuro
Entre otras cosas, el Ayuntamiento confía en que la Junta les conceda subvenciones para organizar sucesivos talleres de empleo en el que formar profesionalmente a personal para realizar las excavaciones, a la vez que trabajan en las futuras campañas, y también quiere presentar otros proyectos para el desarrollo de la comarca con temas turísticos. El Instituto de Arqueología también presentará proyectos de investigación para realizar más prospecciones en la zona.
El municipio aspira a la construcción de un centro de interpretación en el que poder colocar las estatuas que se encontraron en el siglo XIX. «El problema es que cuando se encuentran restos importantes en Mérida, se quedan allí, pero cuando se encuentran en otro sitio, se los llevan», criticó el edil.
Marcos Chamizo quiere que la suerte no se limite a pasar cerca del pueblo, sino que se instale en la localidad dando una continuidad al proyecto de investigación. «Espero que esto no sea sólo el boom de un día, que termine olvidándose si no se hace más. Para eso necesitamos mucho apoyo», recordó el alcalde.
Fuente: http://www.hoy.es/20081212/regional/ciudad-perdida-esta-medina-2008...
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Mi comentario crítico:
Al leer todas estas cosas he sentido primero, como es natural, alegría por que se comience por fin a excavar una importante ciudad, de la que propuse, hace ya bastantes años (1995-1997), que fuera la cabecera o capital de una "pentápolis" al modo celtibérico, que estaría compuesta, según propuse, por cinco núcleos: Medina, Zafra, Alconera, Fuente de Cantos y Los Santos de Maimona.
Pero en segundo lugar no he podido evitar asombro y desagrado por la forma en que el Dr. Pizzo presenta las cosas: Según él, desde Plinio el Viejo (77 d.C. nada menos), esta ciudad estuvo "perdida" hasta ser "encontrada" en 2008. Vamos, que nadie sabía que Ugultunia estaba en Medina antes que él (o ellos), pues allí se había apuntado sólo Perceiana, y otros autores "habían ubicado Ugultunia en lugares varios" (se entiende que no aquí), o en Azuaga (éste, por cierto, es en verdad un grueso error de quien redactó los informes de la Junta de Extremadura, al proponer y declarar BIC el yacimiento, y no por cierto "en el Boletín del Estado") en el Boletín de la Junta de Extremadura, al incoar el expediente en 1995 y al resolverlo, en 1998).
Hombre, pues no, eso no es así. Amicus Plato, sed magis amiga veritas, que decía Aristóteles latinizado, y sigamos sirviendo a la verdad, según nuestra inveterada y sabemos que incordiante costumbre. Parece muy poco justo, para resaltar más los méritos propios, silenciar que (excepto para la Junta de Extremadura), en los últimos 32 años, desde 1976 al menos, varios investigadores del territorio extremeño ya habíamos fijado esta ciudad de la Beturia Céltica, Contributa Iulia Ugultunia (no "Ugultuniacum", que es otro error) exactamente aquí, en "Los Cercos" de Medina de las Torres, y con argumentos igualmente "científicos", como las numerosas inscripciones aparecidas en él o en los alrededores.
Aquí doy una breve lista de los autores que "se olvidó" de citar el Dr. Pizzo, por orden de precedencia: H. Galsterer (1971), Rodríguez Bordallo-Ríos Graña (1976, en el V Congreso Estudios Extremeños, que terminaban justamente lamentando que no se destinaran medios para excavar allí), R. Wiegels (1976 y 1985), P. Sillières (1990), A.T. Fear (Gerión, 9, 1991), yo misma, con toda certeza y con nueva inscripción municipal (Canto 1991, págs. 286-288, pongo la foto aquí debajo), y también en 1995 y, sobre todo, en 1997, dando a Medina como cabeza de la citada pentápolis (en 1995 y en mi libro Epigrafía Romana de la Beturia Céltica, Madrid, 1997, nº 102, p. 104 y foto 65, publicada ya en 1991, nº 5, de donde se recogió en HEp 4, 157, AE 1991, 1012 y AE 1992, 914), Hispania Epigraphica 7, 1997, pág. 43 y ss.) o G. Kurtz y C. Domínguez (1998, en la Guía del Museo de Badajoz), etc. etc., porque hay más.
Ugultunia. Ara votiva al Júpiter de la ciudad, con mención de la misma El texto dice: [I(ovi) O(ptimo) M(aximo)] / Cons[erv(atori)] /3 Contrib[ut(ae)] / Iuliae / Valeri /6 Rusticus et / [++cia++ [d(onum) d(ederunt)?] (© foto y lectura Alicia M. Canto, Epigrafía Romana de la Beturia Céltica, Madrid, 1997, nº 102, p. 104 y foto 65).
En Internet hay suficiente información para comprobar todo lo que digo. Incluso en Celtiberia.net (y cómo no), el usuario "Alfonsohispania" abrió en 2005 un "Lugar" sobre la ciudad, de título "CONTRIBVTA IVLIA VGVLTVNIA. BADAJOZ Medina de las Torres", con las coordenadas y el "cómo ir", al que otros (Juan Gil y yo) contribuímos con imágenes y mapas de ubicación en época romana, por ejemplo http://celtiberia.net/verlugar.asp?id=560, o aquí, de 2005: http://celtiberia.net/verimg.asp?id=1988, donde decía (y perdón por la necesaria autocita):
"La ciudad de Contributa Iulia Ugultunia (y no Ugultuniacum, como erróneamente se suele citar) resultaría ser, según mi propuesta, un municipio polinuclear, como una "pentápolis", al menos desde época de César, lo que explica bien su epíteto ("Contributa"), con materiales epigráficos en cinco actuales municipios: Medina de las Torres, Zafra, Fuente de Cantos, Alconera y Los Santos de Maimona (BA), más otros dispersos. Pero su capital administrativa debió de ubicarse en "Los Cercos", cerca de Medina que, como su nombre indica, siguió siendo el núcleo principal en la época árabe."
Como puede comprobarse tras todo lo expuesto, Medina de las Torres no era de ningún modo "UNA CIUDAD PERDIDA", como afirman (la periodista será fiel, imaginamos) el/los arqueólogos que la han empezado a excavar ahora, sino una ciudad muy bien ubicada por consenso de la ciencia, aunque todavía sin excavar en condiciones en sus niveles romanos. Porque tampoco se aclara en la noticia que ya se había excavado allí en sus fases pre y protohistóricas (información también interesante para el lector y para el vecino), trabajos que fueron publicados en 1988 y 1989 por M. Corrales y A. Rodríguez Díaz, de la Universidad de Extremadura.
Para el que conoce un tema la lectura de este tipo de noticias y afirmaciones siempre sorprende, y, como el lector podrá comprender, a veces hasta molesta (cuando "llueve sobre mojado").
Bastante suerte tienen ya los arqueólogos del Instituto de Arqueología de Mérida, que hacen una gran labor y no necesitan de estas plumas suplementarias, con poder excavar un lugar que estaba perfectamente identificado, como se había pedido tantas veces, y ése es su mérito, además de lo que encuentren a partir de ahora. Por eso no debía de costarles tanto (o al menos eso se deduce) reconocer el mérito de los investigadores anteriores que ya lo sabíamos y lo dijimos sin excavar. Y no somos ni uno ni dos, ni lo dijimos antes de ayer. El Instituto tiene una buena biblioteca de arqueología extremeña y en general sus miembros la conocen muy bien.
En fin, esperemos que al menos en las futuras publicaciones sí lo hagan. No sólo sería lo más científico y serio, sino lo más ético.
Y los periodistas también podrían tomar nota de que hoy en día, disponiendo del chorro de información que hay de Internet, es bastante sencillo buscar información casi de cualquier tema. Para que, cuando se trate de "hallazgos novedosos", si la fuente de la noticia se "olvida" de citar detalles tan importantes como éste, ellos puedan complementar la información más correcta, o hacer al entrevistado las oportunas preguntas que lo aclaren.
Dicho todo, por supuesto, con la mejor voluntad. De que se atribuya a cada uno lo suyo, de que estas conductas se corrijan y de que se informe correctamente al ciudadano.
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P.D.- Añadí un comentario similar al pie de la noticia misma, y ya hay quien está de acuerdo. Se agradece. Con más tiempo completaré la bibliografía citada, y añadiré alguna más antigua aún, y alguna otra imagen.
P.D. 2.- Poco después, el periódico eliminó todos los comentarios al pie, de forma que los lectores que en los años sucesivos van cayendo en aquella noticia carecen de información sobre la irrealidad de buena parte de ella... Pero así funciona a veces la prensa en este país. La verdad, aunque se pruebe, es vista como una ofensa, sobre todo si la dice alguien "de fuera". Una lástima.
P.D. 3.- Más asombrosamente aún, en 2010 se volvió a repetir la misma copia de ideas sin citar a su autor. En este caso se trataba de la excavación de la basílica de la ciudad. Según el arqueólogo Jesús Alonso, el edificio "demostraría que la localidad tuvo rango de capital comarcal en ese periodo histórico”... y "en los textos clásicos de Plinio el Viejo, se cita que tanto Cúriga, actual Monesterio, como Contributa, haciendo referencia a Medina de las Torres, formarían parte de una antigua asociación de ciudades para la organización de un territorio". Naturalmente, una basílica por sí sola no deja deducir ninguna capitalidad pero, sobre todo, ¡Plinio no dijo nada de eso!... Al pie del enlace consta figura mi nueva protesta, llena de enlaces, y a ella me remito.
Pero ya veremos qué publican finalmente, y si tienen a bien reconocernos algún mérito a los demás.
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