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Huellas registradas en la cueva de la Bàsura (Italia). Crédito: Isabella Salvador.
Hace alrededor de 14.000 años, un grupo de cinco personas descalzas -dos adultos, un preadolescente y dos niños- caminaron e incluso gatearon por un oscuro pasillo de una cueva, según un nuevo estudio que ha analizado las huellas de manos y pies que dejaron estos individuos.
Para iluminar su camino, esta gente del Paleolítico superior probablemente prendió fuego a manojos de palos de pino que los arqueólogos también han encontrado en la cueva, la cual es conocida como Grotta della Bàsura, en el norte de Italia.
El techo de la cueva era tan bajo que, en una parte, estos antiguos exploradores se vieron obligados a gatear, dejando tras de sí "la primera evidencia de huellas humanas dejadas durante un proceso de reptación", es decir, en una posición de "agachado y gateando", según el autor del estudio realizado al respecto, Marco Romano (izquierda), investigador postdoctoral en el Instituto de Estudios Evolutivos de la Universidad de Witwatersrand, Sudáfrica.
Los investigadores han sabido de la antigua presencia humana en la Grotta della Bàsura desde la década de 1950. Pero el nuevo análisis presentado es la primera mirada que se realiza con alta tecnología sobre estas huellas en particular, y para lo cual los investigadores han utilizado escáneres láser, análisis de sedimentos, análisis geoquímicos, arqueobotánica y modelado 3D para estudiar las mismas.
Había tantas huellas, 180 en total, que los investigadores pudieron ser capaces de saber lo que sucedió ese día del Paleolítico superior. Según los diferentes tamaños de las huellas parece que había cinco personas en la cueva, como ya se ha mencionado: un niño de 3 años, un niño de 6 años, un preadolescente (de 8 a 11 años) y dos adultos.
Este grupo iba descalzo y no parece que llevaran ropa (al menos no dejaron huellas de la misma en la cueva). Después de caminar casi 150 metros dentro de la cueva, el grupo llegó al Corridoio delle Impronte (Corredor de las Huellas), y entonces comenzaron a gatear en fila, con el niño de 3 años yendo en la parte de atrás.
"Empezaron a caminar muy cerca de una pared lateral de la cueva, lo que es una manera más segura de hacerlo y que también es utilizada por otros animales, como, por ejemplo, perros y osos, cuando se mueven en un entorno poco iluminado y desconocido", dijo Romano a Live Science en un correo electrónico.
"Poco después, la altura del techo de la cueva disminuía hasta 80 centímetros, lo que les obligó a gatear, colocando sus manos y rodillas sobre el sustrato de arcilla", explica Romano.
Los exploradores pasaron luego por un cuello de botella de estalagmitas; atravesaron un pequeño estanque, dejando huellas profundas en el suelo anegado; subieron una pequeña cuesta más allá del Cimitero degli Orsi (Cementerio de los Osos), y, finalmente, llegaron a la sala terminal conocida como Sala dei Misteri (Sala de los Misterios), donde se detuvieron.
Una vez en esa habitación, "El adolescente y los niños comenzaron a recoger barro del suelo y mancharon con el mismo una estalagmita a diferentes niveles según su altura", comenta Romano. Las antorchas del grupo dejaron, además, varias huellas de carbón vegetal en las paredes. Posteriormente, salieron de la cueva.
Un aspecto de la cueva.
La actividad del variopinto grupo muestra que "Los niños muy pequeños ya eran miembros muy activos en las poblaciones del Paleolítico superior, incluso en actividades aparentemente peligrosas y sociales", afirma Romano.
El hecho de que los miembros del grupo estuvieran descalzos y no hayan interferido con los osos que usaban la cueva como dormitorio de invierno, sugiere que la exploración del ambiente subterráneo tuvo lugar a fines de la primavera o el verano.
El nuevo estudio "Es un trabajo excelentemente presentado", dice Matthew Bennett (izquierda), profesor de Ciencias Ambientales y Geográficas en la Universidad de Bournemouth, en el Reino Unido, el cual no participó en la investigación. "Es un ejemplo de la sofisticación con la que ahora podemos registrar huellas, ya sean humanas o de animales".
Sin embargo, dado que los investigadores ya sabían que los antiguos humanos vivían en el área y usaban esta cueva, el hallazgo no contribuye mucho a la comprensión científica de la gente del Paleolítico superior, comenta Bennett. "Es un grupo de individuos que exploran una cueva, lo cual es genial, pero lo sabíamos de todos modos", dijo a Live Science.
Bennett agregó que no es raro encontrar tantas huellas de niños entremezcladas con las de los adultos en esa época. En parte, esto se debe a que los niños probablemente superaban númericamente a los adultos durante el Paleolítico superior, y porque, además, los niños realizan más pasos, ya que sus piernas son más cortas que las de los adultos. Por otra parte, "Los niños suelen hacer cosas tontas: bailan, corren, y no caminan económicamente en una dirección", dice Bennett. "Tiene sentido estadístico, pues, que se hayan encontrado muchas huellas de niños".
El estudio fue publicado en línea hoy (14 de mayo) en la revista eLife.
Fuentes: livescience.com | dailymail.co.uk | 14 de mayo de 2019
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