Losa de mármol con una inscripción en hebreo encontrada en una excavación en el sur de Portugal. Foto: Dennis Graen.

Vía: Foundation Alpha-Galileo | 25 de mayo de 2012 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)

Arqueólogos de la Universidad Friedrich Schiller de Jena (Alemania) han encontrado una de las evidencias arqueológicas  más antiguas hasta la fecha de la cultura judía en la Península Ibérica en una excavación en el sur de Portugal, cerca de la ciudad de Silves (Algarve).

En una placa de mármol, que mide 40 por 60 centímetros, el nombre de "Yehiel" puede ser leído, seguido por letras adicionales que aún no han sido descifradas. Los arqueólogos de Jena creen que el nuevo descubrimiento podría ser la losa de una tumba.

Una cornamenta, que fue hallada muy cerca de la losa de la tumba, entre los escombros, dio una pista para determinar la datación. "El material orgánico de los cuernos pudo ser datado con certeza, mediante análisis de radiocarbono, alrededor del año 390 d.C.", explicó el responsable de la excavación, el Dr. Dennis Graen (izquierda), de la Universidad de Jena. "Por lo tanto, tenemos el llamado 'términus ante quem' para la inscripción, ya que debe haber sido creada antes de que se mezclara con los escombros y las astas".

La evidencia arqueológica más antigua hasta el momento de los habitantes judíos en el territorio de Portugal ha sido también la losa de una tumba con una inscripción en latín y la imagen de una menorá -un candelabro de siete brazos- datada en el 482 d.C. Las primeras inscripciones en hebreo conocidas hasta ahora datan del siglo VI ó VII d.C.

A lo largo de los últimos tres años el equipo de la Universidad de Jena ha estado excavando una villa romana en Portugal descubierta hace unos años por Jorge Correia, el arqueólogo del Concejo de Silves, durante un estudio arqueológico llevado a cabo cerca de la aldea de São Bartolomeu de Messines (Silves). El proyecto tiene como objetivo averiguar cómo vivían los habitantes del interior de la provincia romana de Lusitania. Mientras que la región de la costa portuguesa ha sido explorada muy bien, hay muy poco conocimiento acerca de estas regiones del interior.

El nuevo descubrimiento plantea interrogantes nuevos. "Nosotros estábamos, en realidad, esperando una inscripción en latín cuando dimos la vuelta a la losa de la tumba excavada", dijo Henning Wabersich (izquierda) miembro del equipo de excavación. Después de todo, no se han encontrado inscripciones hasta el momento y nada se sabía acerca de la identidad de los habitantes del recinto.

Sólo después de largas investigaciones los arqueólogos de Jena descubrieron con qué lengua estaban exactamente tratando, ya que la inscripción no fue cortada con especial cuidado. "Mientras estábamos buscándo a expertos que pudieran ayudar a descifrar la inscripción entre Jena y Jerusalén, la pista crucial vino de España", afirma Dennis Graen.

"Jordi Casanovas Miró, del Museo Nacional de Arte de Catalunya, en Barcelona -un conocido experto sobre inscripciones hebreas en la Península Ibérica- está seguro de que el nombre judío "Yehiel" puede ser leído en la losa, un nombre que ya se menciona en la Biblia. No sólo la temprana fecha es excepcional en este caso, sino también el lugar del hallazgo: nunca antes se han hecho descubrimientos de judíos en una villa romana", explican los arqueólogos de Jena.

El lugar del descubrimiento es una villa romana cerca de Silves. Foto: Dennis Graen / FSU

En el Imperio Romano, en ese momento, los judios por lo general escribían en latín, ya que temían medidas represivas. El hebreo, como en la placa de mármol descubierta, sólo volvió a entrar en uso después de la declinación de la supremacía romana, concretamente en el periodo siguiente a la migración de los pueblos del siglo VI o VII d. C. "También estábamos muy sorprendidos de que encontráramos huellas de los romanos -lusitanos romanizados en este caso- y de los judíos viviendo juntos en un contexto de zona rural", dice Dennis Graen. "Asumimos que algo como esto habría sido mucho más probable en una ciudad".

La información sobre la población judía en la región, por lo general, fue, en su mayoría, transmitida por las Escrituras. "Durante el concilio eclesiástico en la ciudad española de Elvira, alrededor del 300 d. C., normas de conducta entre judios y cristianos fueron emitidas. Esto indica que, en ese momento, debió haber habido un número relativamente grande de judios en la Península Ibérica", argumenta Dennis Graen, si bien la evidencia arqueológica se había perdido hasta el momento. "Sabíamos que existía una comunidad judía en la Edad Media, no muy lejos de nuestro lugar de excavación, en la ciudad de Silves. La misma permaneció hasta la expulsión de los judios en el año 1497".

Este verano los arqueólogos de Jena se ocuparán de su trabajo de nuevo. Hasta ahora han excavado 160 metros cuadrados de la villa, pero después de chequear el terreno quedó claro que la mayor parte del recinto todavía continúa cubierto. "Eventualmente, queremos saber más sobre la gente que vivía aquí", añade Graen. "Y, por supuesto, queremos resolver las preguntas que la inscripción en hebreo nos ha planteado".

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