"El nuevo descubrimiento en el yacimiento de Tel Ganub Qasr Al-Agouz, es quizás el sitio monástico más antiguo atestiguado arqueológicamente, no solo en Egipto, sino en el mundo", afirmó
Victor Ghica (izquierda), profesor de Antigüedad y Estudios Cristianos Tempranos y jefe de la misión arqueológica noruego-francesa.
"Ya hacia el año 350 d.C. había sociedades monásticas bien establecidas en los límites del Imperio Romano, que es extremadamente temprano. Esto es algo de lo que no nos habíamos dado cuenta antes", aduce Ghica.
“Estas excavaciones revelan una imagen del monacato temprano diferente de la que ofrecen los textos oficiales de la Iglesia. Demuestra que esos textos se produjeron con una agenda política en mente, intentando crear una determinada visión del monacato que estaba centrada en esas figuras fundadoras. Pero eso era propaganda de la Iglesia,” desliza Ghica.
“No discutimos que esas figuras fueron fundadoras del movimiento monástico, sino que existieron otros grupos. Estos restos demuestran que el monacato temprano era más rico de lo que nos dicen las fuentes literarias”.
Vista de los restos del sector 6. Foto: V. Gica.
El yacimiento está situado a unos 370 km al suroeste de El Cairo, en el oasis de Bahariya, y ha sido objeto de tres temporadas de excavación en colaboración con el Instituto Francés de Arqueología Oriental (IFAO) y MF University College de Noruega. Los yacimientos arqueológicos de época romana más cercanos están a una distancia de entre 2,4 y 3,8 km, lo que hace que el yacimiento esté algo aislado.
Este aislamiento, así como la organización de las zonas internas de los seis sectores del yacimiento, la presencia de los restos de tres iglesias y los grafitis en las paredes indican el carácter monástico de la comunidad que vivió aquí.
“Es interesante reseñar, respecto al aislamiento de los monjes que leemos en textos literarios, que este es relativo. Estaban aislados, sí, pero nunca se situaban demasiado lejos, porque necesitaban cosas. No había tierras agrícolas en los alrededores, así que dependían de las aldeas cercanas para su alimentación, o de los viajeros que frecuentaban estos caminos”, cuenta Ghica.
Vista de los restos del sector 3. Foto: V. Gica.
"El sector 1, investigado este año, representa una ermita construida en cinco fases, que abarcan desde la primera mitad del siglo IV hasta el siglo VII", reveló Ghica. El núcleo del sector son las zonas excavadas en la roca, que comprenden una iglesia y los espacios litúrgicos adyacentes. A continuación se construyeron otras cuatro zonas: dos celdas, una cocina-refectorio y una sala de distribución, seguidas de posteriores ampliaciones y renovaciones consistentes en otras cuatro salas, una de las cuales era una iglesia.
Basándose en la estratigrafía, los análisis de radiocarbono, los conjuntos cerámicos y las monedas, la fecha de fundación de la etapa más temprana de esta ermita puede situarse en torno a mediados del siglo IV, lo que la convierte en el emplazamiento monástico cristiano más antiguo conservado que se ha datado con certeza.
El hallazgo demuestra que los monjes estuvieron presentes en la zona desde el mencionado siglo IV d.C., aseguran los investigadores, al señalar que "el descubrimiento ha ayudado a comprender el desarrollo de los edificios y la formación de las primeras comunidades monásticas en esta región de Egipto".
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