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(Crédito de la imagen: mauritius images GmbH / Alamy Stock Photo).
Desde finales del siglo XIX, sabemos que otros tipos de humanos alguna vez vagaron por nuestro planeta. En ese momento, los científicos reconocieron que determinados fósiles desenterrados en cuevas de toda Europa pertenecían a humanos arcaicos ahora conocidos como neandertales. Durante ese tiempo nuestra comprensión de los neandertales ha experimentado cambios drásticos.
A principios del siglo XX, los científicos concebían a los neandertales como simiescos y casi bestiales. Pero en las últimas décadas evidencias inequívocas indican que nuestros parientes humanos más cercanos se aparearon con nosotros en múltiples momentos. Además, artefactos encontrados en varios yacimientos sugieren que los neandertales podrían incluso haber tenido proyectos estéticos.
Ludovic Slimak (izquierda), explorador y arqueólogo del Centro de Antropobiología y Genómica de Toulouse en Francia, ha estado fascinado por la arqueología desde que tenía cinco años y ha pasado más de 30 años buscando a nuestros parientes humanos más cercanos en cuevas de casi todos los continentes.
Puesto al habla con Live Science sobre su nuevo libro, "The Naked Neanderthal: A New Understanding of the Human Creature" (Pegasus Books, 2024), nos comenta por qué los neandertales no son simplemente otra versión del Homo sapiens, qué es lo que nos dice su apareamiento con los humanos modernos, cuál fue nuestro primer y último encuentro con ellos, y lo que los mismos significan sobre nuestra propia naturaleza humana.
Tia Ghose: ¿Cómo empezó a interesarse por los neandertales?
Ludovic Slimak: Debía tener unos 18 años. Muy, muy temprano, pasé mucho tiempo rastreando a este tipo de humanos. He escrito mi primer libro, "El neandertal desnudo", después de más de 30 años de búsquedas sobre estas criaturas.
Existe una cierta percepción de un neandertal como una bestia, si bien desde hace 20 o 40 años tenemos en Europa otra percepción de los neandertales como otros "nosotros mismos". Y creo que, después de trabajar tantas veces con millones de herramientas neandertales, buscándolas en cuevas por todas partes, creo que esto último esta equivocado.
Lo importante de este libro es que, con mi conocimiento muy preciso de estas poblaciones, utilizo a los neandertales para intentar comprender quiénes somos nosotros, los Homo sapiens. Al definir "¿Qué es un neandertal?", de hecho, he crado un espejo que nos permite hablar sobre nosotros, definirnos y comprender qué somos y hacia dónde nos dirigimos, eventualmente.
TG: La imagen del neandertal cuando yo era niño era infrahumana en cierto nivel. Pero en los últimos años hemos aprendido que los neandertales y los humanos se aparearon en múltiples lugares. Y no solo se aparearon, sino que obviamente tuvieron hijos de modo quenuestro ADN tiene parte de su ADN. ¿Cómo crees que eso ha cambiado nuestra comprensión sobre quiénes eran? ¿O no ha cambiado?
LS: Sabemos que todos los Homo sapiens de hoy en día, en diferentes grados, tenemos cierta cantidad de ADN neandertal, y ello nos permite decir: "Está bien, entonces no desaparecieron, sino que todos nos unimos y hemos creado una nueva humanidad"
Sin embargo, de hecho, eso no es lo que dice el ADN, en absoluto. Cuando se busca ADN antiguo, de hace 45.000 a 40.000 años, todos los primeros Homo sapiens tienen ADN neandertal reciente, y es por eso que a día de hoy portamos algo de ADN neandertal. Ahora bien, cuando intentas extraer ADN de los últimos neandertales, contemporáneos de esos primeros Homo sapiens (digamos de hace entre 50.000 y 40.000 años), no hay un solo neandertal con ADN proveniente de un Homo sapiens. [Nota del editor: excepto un neandertal de Siberia de 122.000 años recientemente estudiado].
Y esto es algo increíblemente importante en términos de antropología cultural, porque el intercambio de genes nunca es una historia de amor. En toda sociedad tradicional, está la cuestión de las identidades que vamos a construir entre dos grupos, y eso es lo que llamamos patrilocalidad.
Cuando dos poblaciones están cercanas la una de la otra, pero son muy distintas –tal vez porque tengan un idioma y tradiciones diferentes, pero que están en territorios vecinos– van a intentar intercambiar a sus mujeres. Eso significa que las mujeres tienen movilidad, es decir, eso significa que tu hermana se irá a otro grupo social de humanos...
Neandertales y 'Homo sapiens', cuyos cráneos se muestran arriba, hibridaron en Eurasia hace 250.000 años
TG: Ellas van a otro lugar para casarse y tener hijos, ¿no?
LS: Cierto si hacemos eso tu hermana entrará en mi grupo, y con ello nos convertiremos en hermanos; nos uniremos todos y nos convertiremos en una comunidad más grande y más poderosa. Esto es algo universal en antropología.
Y sabemos también por el ADN que esta cuestión de la patrilocalidad, esta movilidad de las mujeres, también era la misma para los neandertales.
Pero cuando vemos lo que pasó en el momento del contacto, observamos que todos los Homo sapiens tienen parte del ADN neandertal, pero no hay un solo neandertal con parte del ADN de los Homo sapiens. Esta es una cuestión importante para entender la extinción de los neandertales y la interacción precisa que hubo entre las dos poblaciones.
Pero puede suceder que tu hermana, tu hermana neandertal, se tenga que venir conmigo a mi comunidad de Homo sapiens, pero mi hermana no va a ir contigo. Esto es algo que muy raramente sucede, pero es posible cuando hay una guerra total entre dos poblaciones. Y, en ese caso, acabas considerando que el otro grupo son los transgresores de ciertos tabúes y que ya no son humanos. Los matarás a todos, pero te quedarás con los niños y las mujeres.
Con ello no quiero decir que haya habido un genocidio de los Homo sapiens con los neandertales. Eso podría haber sucedido en ciertas regiones, pero no creo que ese haya sido el proceso de extinción de los neandertales.
¿Qué podría haber ocurrido? Creo que sí, que intercambiaban a sus hermanas, pero que tal vez las diferencias genéticas entre ambas poblaciones eran tan importantes que, a pesar de intentar el mestizaje, no funcionó. Las dos poblaciones, ciertamente, intentaron intercambiar genes, pero sabemos que el ADN de sapiens y neandertales estaban separados por 500.000 a 300.000 años de distinción genética y lo que llamamos su interfecundidad era muy parcial. Sabemos por el ADN que cuando estas dos poblaciones hibridaron entre ellas tuvieron hijos, pero estos niños, si eran varones eran estériles o no podían sobrevivir. Entonces, creo que sí, que la población neandertal intentó practicar el mestizaje y hacer alianzas con otros grupos, pero eso, simplemente, no funcionó.
TG: Entonces, ¿estás diciendo que todos los apareamientos habrían sido con mujeres neandertales que se iban a las comunidades de los Homo sapiens, y que sus hijas eran las únicas que transmitían sus genes?
LS: Es muy probable que hubiera un proceso que funcionara así. Pero, por supuesto, también debemos tener en cuenta que nuestra comprensión sobre el valor del ADN antiguo es muy parcial.
Entrada de la cueva Mandrin, cerca de Montelimar, en el sur de Francia.
TG: ¿Hay algún artefacto o descubrimiento que creas que dé pistas sobre su cultura?
LS: Lo primero sobre lo que debemos darnos cuenta es que los datos arqueológicos son muy, muy ricos. Si está interesado en entender "¿Quiénes eran los neandertales?", estos dejaron tras de sí millones de herramientas, armas y elementos de pedernal. De hecho, tenemos demasiados datos y no podemos analizarlos todos. El problema que tuvimos al trabajar con todos esos millones de objetos es que cada vez, realmente, no "veíamos" a los neandertales.
Te daré un ejemplo muy sencillo para que lo puedas entender. Tú sabes que he encontrado restos del primer Homo sapiens en Europa continental. Hallé en la cueva de Mandrin, en Francia, restos que tienen más de ..., mientras que anteriormente pensábamos que los Homo sapiens no habían llegado a Europa hasta hace 45.000 años.
Tenemos allí en Mandrin miles de objetos que fueron abandonados por estos primeros Homo sapiens. Cuando tomamos estas herramientas, están hechas puntas de pedernal, al igual que las herramientas realizadas por los neandertales. Cuando las analizo son todas iguales. Eso significa que si vieras cien de estas puntas, y las 10.000 siguientes, todas son iguales. Incluso si tomas medidas con precisión de 1 milímetro todas son iguales.
Pero cuando se trata de herramientas y armas neandertales, hay algo muy importante. Cada uno de estos artefactos es impresionante. Son muy bonitos, como la artesanía del Homo sapiens. Cada uno de esos objetos es completamente diferente. Eso significa que cada objeto era único.
Es como si el artesano, el hombre de neandertal, cuando tomaba el pedernal, la materia prima, la roca, comenzara ya a trabajar. Es decir, mira la morfología, mira la textura, mira el color y, en función de ello, elabora su proyecto. Y cada objeto que elabore será único. Hay una creatividad increíble allí.
Entonces, ¿qué teníamos en el momento del contacto entre ambas poblaciones? Pues que no estamos ante un grupo de Homo sapiens supercreativos que se encuentra con criaturas inferiores. Lo que hubo fue el encuentro entre nosotros, criaturas supereficientes, y ellos, criaturas supercreativas. Y dicha eficiencia, la normatividad, la uniformidad es algo muy importante que define al Homo sapiens, y ese es el mensaje de mi libro.
Recreación de familia de Homo sapiens.
Hay algo peligroso en el Homo sapiens. Pero no digo eso para decir: "El Homo sapiens es una criatura muy mala en la Tierra". El encuentro entre el neandertal y el Homo sapiens no fue un encuentro entre el bien y el mal.
Es probable que nosotros fuéramos muy eficientes..., que con nuestra simple presencia en el mismo territorio, los neandertales se hubieran desvanecido como en una ola. No éramos ni somos malos. Somos simplemente lo que somos, biológicamente.
Y seguimos siendo criaturas súper eficientes. En realidad, lo que vemos es que estamos destruyendo nuestro planeta, pero no porque seamos malvados, sino porque somos demasiado eficientes. Estamos destruyendo toda la biodiversidad no porque queramos destruir el planeta, sino porque no podemos hacer nada con respecto a nuestra propia forma de ser humanos. Ahora bien, podemos luchar contra eso, pues nuestras culturas pueden transformarse.
Hay algo en nosotros que es muy especial, que es muy peligroso, pero podemos cambiarlo. Ahora bien, sólo podemos hacerlo si nos damos cuenta de ello y le ponemos palabras.
TG: ¿Cómo lo cambiarías? ¿Cuáles serían las cosas que cambiarías de nosotros para evitar que destruyamos nuestro planeta?
LG: En el Homo sapiens hay un deseo de hacer todos lo mismo, todos juntos. Pero ¿qué vamos a hacer con eso?
Si todos queremos hacer lo mismo, todos juntos, en nuestra propia sociedad, en nuestra sociedad sapiens, eso también significa que... una sola persona o un grupo de personas pueden cambiar el mundo.
Fuentes: livescience.com | ancientpages.com | theconversation.com | 7 de febrero de 2024
Reconstrucción del aspecto de un padre neandertal y su hija. Tom Bjorklund.
Barba profusa y extensa, morena, y una imponente frente en la que aterriza una gran melena, Ludovic Slimak (Romans-sur-Isère, 1973) tiene la apariencia de un druida galo moderno —o de un aventurero de otra época—. Y casi se podría decir que lo es: un sabio sobre una de las criaturas más enigmáticas que han poblado el planeta, el neandertal. El arqueólogo y paleoantropólogo francés es una de las eminencias mundiales en el estudio de esta especie y sus sociedades, pero sus investigaciones en los últimos años también están revolucionando la historia de cómo el Homo sapiens conquistó Europa occidental.
Slimak, científico virtuoso a la hora de plantear nuevas preguntas, está sumergido en la confección de una trilogía literaria para desentrañar los enigmas, los que se puedan, sobre qué tipo de criatura fue el neandertal y por qué desapareció tan rápidamente. Ahora llega a las librerías españolas la primera entrega, El neandertal desnudo (Debate), un extraordinario esfuerzo intelectual, basado en más de tres décadas sobre el terreno, que trata de liberar a esta humanidad del "rol de mimo" en el que se ha visto atrapada por culpa de nuestros propios prejuicios. Desde su despacho, con techo de madera que se asemeja a una cabaña y en el que distinguen varios libros antiguos y un microscopio, confiesa que en el fondo es una reflexión sobre qué somos nosotros mismos, los sapiens.
Respuesta. Hay que ser conscientes de que estas dos imágenes siguen existiendo. La visión arcaica, de una humanidad inferior, está ahí. La otra corriente, con un efecto péndulo, tiene como la voluntad desde hace unos 50 años de rehabilitar a esta humanidad, y en este proceso se ha puesto en evidencia una serie de comportamientos a través de descubrimientos arqueológicos que sugerirían que en realidad el neandertal tenía todas nuestras capacidades y que, al fin y al cabo, era como un otro "nosotros- mismos". Al escribir este libro, sabiendo que mi posición es la de un arqueólogo que ha pasado 33 años sobre el terreno explorando estas poblaciones, siguiéndolas en su espacio de vida y analizando millones de objetos, nunca me había preguntado a nivel profundo qué eran estas criaturas. Cuestioné campos de consciencia que no me había cuestionado antes, abrí puertas que me llevaron a otras salas con más puertas.
Siempre se ha planteado una pregunta a nivel de gradación, es decir, si en el neandertal hay algo de sapiens o no, de superior o inferior. Pero me di cuenta de que esa no era la buena pregunta. No es tanto una cuestión de poner en escala uno respecto a otro, sino una cuestión de lo que las humanidades son como tal. La buena pregunta es si tiene la misma concepción del mundo que nosotros, los sapiens, tenemos en todas las culturas. Nunca se había planteado la pregunta de si existe una etología neandertal, si existe una manera neandertal de concebir el mundo.
P. De ahí lo de neandertal desnudo...
R. Hemos puesto en el neandertal todas nuestras fantasías. No conseguimos desnudarnos de nosotros mismos, y ese es el gran problema del eurocentrismo. Gran parte de la comunidad académica dice que el neandertal básicamente somos nosotros, y hemos entrado en este proceso de rehabilitación porque hemos sido racistas. Pero en nuestra visión, para que el neandertal sea humano, tiene que ser como nosotros, y la definición de racismo es: para que tú seas humano debes ser como yo. Y eso es lo que hemos proyectado de forma inconsciente sobre el neandertal: su rehabilitación es un proceso de asimilación y por tanto un tipo de racismo 2.0.
P. ¿Los neandertales fueron más creativos que los sapiens? Esa es una idea sorprendente...
R. Los objetos sapiens son bellos pero cansinos: cuando has visto los primeros los demás son iguales. En los neandertales la diferencia es que cada objeto es único, y cuando intentas cuestionar ese carácter, uno se da cuenta de que el proceso artesanal se adapta a la materia que estaba explotando según el color del sílex, su textura, su morfología, etc. En función de todo ello, y en el marco de su cultura, el artesano va a cambiar su proyecto, pero lo va a adaptar para crear algo que responde a la materia que tiene entre manos, y al hacerlo entra en una dialéctica con los elementos naturales, desarrollando una creatividad absoluta y total.
Ese proceso artesanal cotidiano es invisible en las producciones sapiens, en las que hay una repetición y uniformización. Cuando comparo los elementos de un yacimiento del Líbano con los que aparecen en el valle del Ródano, separados por 3.000 kilómetros en línea recta, básicamente son los mismos. Es decir, había unas estructuras sociales con unas redes sociales muy amplias y una voluntad de hacer grupo todos juntos. Eso no dice que el sapiens sea superior al neandertal, sino que cuando hacemos todos lo mismo y respondemos a la misma norma, entonces somos mucho más eficaces. Y esa eficiencia, esa eficacia, es lo que distingue al sapiens del neandertal con unas poblaciones muy normativizadas y otras mucho más ricas en creatividad, pero también mucho más frágiles.
P. En el libro dice que cada vez es más difícil creer que los neandertales sobrevivieron más allá de hace 42.000 años. ¿Pero qué ocurre con la misteriosa industria musteriense, característica de esta especie, de Byzovaya (Rusia). ¿Es posible que esta especie siguiese con vida hace 28.000 años?
R. Respecto a las últimas poblaciones neandertales sabemos que a escala continental (Eurasia) es muy difícil encontrarlas desde hace 40.000 años. Pero en los extremos, en Gibraltar y el círculo polar ártico, donde no encontramos restos humanos, pero sí artefactos que van en continuidad estricta con la tradición neandertal, hay elementos que nos llevan a una complejidad. La pregunta es: ¿a qué nos estamos enfrentando? Yo intento no ser radical y es posible una opción de continuidad que hay que seguir explorando. ¿Dónde están los mestizos neandertales-sapiens? Sabemos de poblaciones de las que hay evidencias genéticas, pero ningún resto físico.
No sé si pasado el límite de los 40.000 años todavía pudo haber neandertales en la punta sur de Europa o en esas franjas polares. Pero son puertas que hay que abrir, y, como muchas otras respecto al neandertal, mejor tenerlas abiertas que tener visiones muy cerradas que necesariamente son reduccionistas de la realidad de ese mundo.
P. El neandertal es una criatura escurridiza, como también lo es el tema de su extinción. Defiende en el libro que su desaparición está ligada a la llegada de otra humanidad, el sapiens, más que a cuestiones climáticas o a un colapso genético. ¿Cómo se pudo haber desarrollado ese proceso?
R. Cuando perseguimos a los últimos neandertales buscamos episodios como los que acabaron con los dinosaurios: un meteorito y ahí ya no queda nada. Pero a mí me parece muy importante fijarnos en que los procesos de extinción de los seres humanos nunca son 'pim pam pum'. Cuando los europeos llegaron a Améerica había unas civilizaciones con unas redes sociales, culturales y económicas muy estructuradas. Pero el contacto provocó un efecto dominó, y algunas poblaciones cayeron por sí mismas. Hay conflictos y epidemias, pero ninguno de estos procesos históricos singulares permite explicar la extinción de una población desde el sur de la península ibérica hasta Siberia, la cual estaba en toda Eurasia y adaptada a todos los entornos. La teoría dominante ahora mismo es que hubo un cambio climático y se evaporaron.
El paisaje de la cueva de Mandrin, un yacimiento en el que Slimak lleva tres décadas exxcavando. Ludovic Slimak.
P. ¿El gran interrogante que queda por resolver sobre los neandertales es saber cómo pensaban?
R. Exacto. [Slimak muestra la réplica de una dentadura y dice que es un descubrimiento reciente: una de las series dentales neandertales más completas del mundo que se dará a conocer en breve en un artículo científico] Parece que lo que nos interesa son los cráneos vacíos, pero si te pongo el de Einstein y el de un pescador griego o marroquí no vas a ver ninguna diferencia. Mientras nos centremos en morfologías óseas, mientras sean antropólogos físicos y genetistas los que hablan del neandertal, no vamos a plantear la buena pregunta de qué pasaba con la caja. Lo podemos escanear con las mejores tecnologías, hacer gráficos y estadísticas, pero eso no nos va a decir cómo esas poblaciones concebían el mundo.
Sin embargo, los neandertales nos han legado millones de artefactos, no sabemos qué hacer con tantos objetos... Pero con la artesanía vemos todo el sistema operativo, la manera de concebir la relación con la materia, con el territorio, la manera de concebir un instrumento, un arma... Y ahí entramos de manera frontal y directa en el pensamiento de esa población, y eso es lo que nos interesa. Los grandes interrogantes no vienen de la antropología ni de la genética, que nos dan elementos interesantes, aunque son prácticamente series de anécdotas, y la definición de una estructura mental neandertal es algo fundamental, porque hoy solo hay una humanidad que es sapiens y por eso no tenemos nada con qué compararnos.
P. El neandertal como reflejo de nosotros mismos...
R. En general, nos comparamos con los grandes simios, los gorilas, chimpancés, etcétera, pero surgieron hace 10 millones de años. Y al hacerlo nos comparamos con algo muy lejano y evidentemente ponemos al Homo sapiens en un pedestal por su creatividad respecto a otros animales. Pero hay un sesgo en esa comparación. Si yo defino la estructura mental de otra humanidad extinguida, paralela, divergente, pero no en 10 millones de años, sino en 400.000-500.000 años, la creatividad artesanal del neandertal gana. En el lado sapiens lo que tenemos es la eficacia, la norma y la estandarización. De repente este libro que se llama El neandertal desnudo se podría llamar El sapiens desnudo o El espejo sapiens, porque en la última parte utilizo al neandertal para encontrar palabras respecto a lo que nosotros somos hoy.
Creo que la llegada del sapiens no fue a través de conflictos violentos o de un genocidio, sino simplemente que por su eficacia se produce una selección darwiniana. Es decir, tenemos ese pequeño grupo creativo que es suprimido por una ola de gente mucho más organizada y mucho más eficaz. Y ese proceso no nos habla solo de la última gran extinción de la humanidad, sino que nos habla de lo que nosotros somos en el mundo como población hipernormativizada. La rehabilitación del neandertal es también el rechazo de la alteridad. Hay algo que nos choca: el hecho de que la humanidad puede ser distinta.
P. La eficacia del sapiens ha tenido un efecto adverso: la erradicación de muchas otras formas animales y está reduciendo los entornos naturales...
R. Las poblaciones sapiens tienen una eficacia tremenda, una eficacia que no llegamos a controlar. Y por eso este libro es importante, porque pone palabras para concienciar respecto a lo que somos en el mundo. La historia del siglo XX nos recuerda que ese rechazo de la diferencia puede ser peligroso. Y estamos haciendo lo que estamos haciendo en el siglo XXI. No hablo ya de guerras, sino de la guerra contra el mundo natural que hacemos sin querer.
En el hombre hay dos capas: la naturaleza, la etología, y después la cultura. Y ahí hay una esperanza. Si no nos concienciamos vamos a repetir la historia del siglo XX, pero de forma mucho más terrible, porque, cuando hayamos erradicado todo nuestro entorno, la población humana va a colapsar. Y esto no lo digo como fatalidad. Nuestra cultura puede morder la naturaleza: ese es el mensaje de este libro. Es decir, la población sapiens tiene la posibilidad de tener estructuras culturales que nos permitan estar en una mejor armonía con otros seres humanos y con otras formas de biodiversidad.
P. Hace unas semanas se publicó un estudio en Nature que revelaba que el Homo sapiens alcanzó las latitudes más altas de Europa hace más de 45.000 años. Este hallazgo es un importante respaldo a su teoría de que los humanos modernos colonizaron el continente en tres oleadas registradas entre hace 54.000 y 42.000 años...
R. Sí. Hasta ahora se pensaba que los sapiens llegaron a Europa occidental entre hace 45.000-42.000 años y yo propuse el año pasado una teoría distinta, no con restos humanos y ADN, sino con herramientas de esta especie. Llegué a la conclusión de que las industrias de transición, que son los primeros sílex que aparecen en Europa hace 45.000 años y que habíamos atribuido a los neandertales, solo podían ser obra del Homo sapiens porque se trata de producciones estandarizadas, que son nuestra forma de pensar. Y lo interesante es que lo que se había propuesto en ese artículo era un modelo predictivo.
P. Otra de las ideas más interesantes que plantea en el ensayo es que se registró un supuesto intercambio de mujeres, una práctica de patrilocalidad, entre neandertales y sapiens, aunque en una sola dirección. ¿Qué evidencias hay en este sentido?
R. Cuando se recupera ADN de los sapiens más antiguos de Europa, de hace 48.000-45.000 años, esas poblaciones ya tienen genes neandertales, entre un 3-6%. El intercambio genético se había producido poco tiempo antes y todos los sapiens lo presentan. Ahora empezamos a tener un corpus genético bastante importante de neandertales tardíos, y cuando se consigue extraer ADN de estas poblaciones contemporáneas de sapiens, no hay ningún neandertal que presente genes sapiens.
Esto plantea un problema antropológico fundamental. Claude Lévi-Strauss, en Las estructuras elementales del parentesco, habla precisamente de la patrilocalidad. "Tu hermana viene a mi grupo y mi hermana va al tuyo". No es una historia de amor, sino alianzas entre poblaciones para garantizar la persistencia científica de nuestro grupo y crear una alianza social y convertirnos en un grupo fuerte. Todo esto conlleva un intercambio genético, pero que es equitativo. Es decir, no podemos tener el intercambio de un lado sin registrarse en el otro.
P. Pero con neandertales y sapiens no hay ese equilibrio...
R. Lo que vemos es que todos los sapiens tienen genes neandertales, pero no hay neandertales que tengan genes sapiens. Esto nos plantea un problema de antropología cultural fundamental que nunca ha sido explorado antes. De forma subyacente entendemos que tu hermana viene a mi grupo, pero mi hermana no va al tuyo. Eso solo existe cuando hay guerras totales en ciertas poblaciones tradicionales. Esto daría a entender un genocidio total y no creo en absoluto que este fuese el caso aquí. Tal vez hubo conflictos y verdaderos genocidios en algunas regiones, pero eso no puede explicar la extinción de una población desde el sur de la península ibérica hasta Siberia.
Neandertal y sapiens se encontraron seguro, hicieron todo lo posible por intercambiar sus genes, pero es posible que no funcionara bien o solo de forma parcial. Lo que nos dice la genética es que en esos casos, en que neandertal y sapiens tenían un descendiente macho, o bien no era viable y moría muy joven, o bien nacía muerto o era estéril. Estas poblaciones seguramente intentaron desarrollar toda su estrategia de intercambio social, cultural, etcétera, pero no funcionó. Al final fue la población más eficaz, con una tasa de reproducción más clara, la que suprimió, barrió, sin quererlo probablemente, a las otras poblaciones.
Fuente: elespanol.com | 19 de marzo de 2024
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