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Este cuerpo de una mujer de 35-45 años, con un lujoso ajuar funerario, es uno de los más información puede aportar a los arqueólogos. / Cedida por Rafael Garrido.
La gran dama descansaba en mitad de una tumba circular. Sola. Su cuerpo estaba recubierto con 15 pequeñas chapas de oro y su cuello rodeado de 48 cuentas marfil. Conservaba, además, los tres botones de perforación en uve que cerraban sus desaparecidos ropajes. La mujer es solo uno de los 160 cuerpos hallados en las excavaciones de Humanejos, en Parla (Madrid), y desenterrados por los expertos en los últimos diez años en el que está considerado “el cementerio prehistórico [entre el segundo y tercer milenio antes de Cristo] campaniforme más grande de la Península”, según adelanta hoy EL PAÍS.
A los restos se les está realizando actualmente pruebas de carbono 14 en la Universidad de Groningen (Holanda) para determinar la datación exacta, mientras que los análisis genéticos se están efectuando en los laboratorios de ADN de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y de Maguncia (Alemania). Trabajan, además de la Comunidad de Madrid que sufraga los costes, investigadores de las universidades Autónoma y Complutense de Madrid y de empresas privadas.
Plano del yacimiento de Humanejos (Parla, Madrid). En azul la zona intervenida, en rojo las tumbas campaniformes.
El yacimiento es descomunal en dimensiones y excepcional en hallazgos, que van desde el Calcolítico a la Edad Moderna. Comenzó con una extensión de 2,5 hectáreas y ya supera las 20. Se extiende, al menos, por los municipios de Parla y Torrejón de la Calzada y fue descubierto a finales del XIX por unos caminantes franceses que incluyeron en su libro de viajes un grabado de los restos de una iglesia mudéjar en mitad de la nada. En los años ochenta del siglo XX, la extinta Diputación de Madrid efectuó investigaciones previas, pero no fue hasta que se construyeron la autovía A-42 y el desarrollo del polígono industrial PAU-5 en 2008, cuando el yacimiento dejó boquiabiertos a los investigadores. Además del cementerio, se detectaron más de 2.000 estructuras domésticas en cuyo interior se encontraron cerámicas, animales, enseres y pertenencias.
Planta, sección y fotografía de la tumba nº 9 de Humanejos (Parla).
Raúl Flores Fernández, codirector de las excavaciones, habla de “impacto mundial” al referirse a unas investigzaciones que son sufragadas por los dueños de los terrenos recalificados, la Comunidad de Madrid y el Museo Arqueológico Regional, donde ya se han restaurado 110 objetos de cerámica, 56 de ellos campaniformes (del 2.500 al 2.000 a.C.), y que conforman “la mayor colección de España” de este periodo.
Los datos hablaban por sí solos: 100 tumbas, 160 individuos, 2.000 estructuras (cabañas) y numerosos ajuares, que incluyen cientos de piezas prehistóricas, de hachas a collares, pasando por herramientas o puñales.
La necrópolis de Humanejos -sin contar lo hallado de etapas históricas posteriores- incluye tres periodos fundamentales: Calcolítico precampaniforme (3300 a 2500 antes de Cristo), Calcolítico campaniforme (2500 al 2000) y Edad de Bronce (del 2000 al 1300 antes de Cristo). Los ajuares pertenecientes al precampaniforme están compuestos por cuentas de collares de variscita (procedentes de Zamora), además de hachas, puñales de cobre y 30 elementos metálicos, así como 110 objetos de cerámica.
Los ajuares campaniformes incluyen, por su parte, 56 piezas de cerámica, tanto decoradas como lisas, armas de cobre, más de 50 cuentas de marfil, puñales, puntas de lanza, punzones y hachas. A esta etapa corresponden también 19 chapas de oro, de las que 15 fueron encontradas en el cuerpo de la gran dama, el personaje principal femenino.
El cadáver de esta mujer fue descubierto dentro de una tumba circular de 2,8 metros de diámetro y 1,2 metros de altura. Rafael Garrido Pena, codirector del proyecto y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, sostiene que “el cuerpo corresponde a una mujer notable de la época”. "Lo demuestra el hecho de que su cadáver haya sido encontrado solo [lo normal es que se colocasen dos por tumba], así como el gran ajuar que la acompañaba".
Se sabe que la mujer fue enterrada con ropa, aunque no se han detectado restos de su vestimenta, ya que únicamente han aparecido los tres citados botones. No se conoce con exactitud con qué se cubrían los individuos pertenecientes a este periodo, aunque en el yacimiento suizo de Petit Chasseur se encontraron varias estelas funerarias que presentaban personajes que llevaban vestimentas con decoraciones idénticas a las exhibidas en las piezas cerámicas campaniformes.
Ajuares campaniformes de la tumba nº 9 de Humanejos (Parla).
Y es que el “enigma campaniforme” –los técnicos rechazan llamarle cultura o pueblo- se extendía de Marruecos a Dinamarca, y de España a Chequia. ¿Puede una comunidad ocupar toda Europa, no compartir el mismo ADN y, sin embargo, sí ciertos objetos de prestigio? Esta es una de las grandes incógnitas que los especialistas aún no han resuelto.
Las pruebas de ADN demuestran que los diversos pueblos que compartían estos elementos propios del campaniforme, no formaban una unidad racial, sino comercial. Es decir, había un trasiego de bienes entre las comunidades que compartían este tipo de bienes.
Lo que sí está comprobado gracias a los descubrimientos recientemente publicados y otros en marcha es que "se produjeron numerosos movimientos de población a lo largo de este periodo en toda Europa, en el contexto de las relaciones sociales y comerciales que se establecieron entre las distintas comunidades de Europa Occidental. Recientes estudios han demostrado que en Reino Unido en torno al 90% de la población fue finalmente sustituida durante el periodo campaniforme por individuos venidos de Centroeuropa”.
Paloma Sobrini, directora general de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, avanza que "el Gobierno prepara una "gran exposición con lo hallado en el Museo Arqueológico Regional" que dirige Enrique Baquedano. "Es algo que debe ser conocido por los ciudadanos y es una muestra perfecta de la colaboración entre entidades, universidades, mundo de la ciencia y particulares".
Los primeros vestigios campaniformes fueron hallados en Ciempozuelos (Madrid) y Écija (Sevilla) en 1894 y 1888, respectivamente. Los prehistoriadores Bosch Gimpera y Alberto Castillo lanzaron las primeras hipótesis como una “cultura originada en la Península” en la década de los años veinte, que se plasmaron en el libro 'La Cultura del vaso campaniforme (su origen y extensión en Europa'. En la década de los cuarenta esta teoría se incluyó en el tomo de Prehistoria, de la célebre 'Historia de España' de Menéndez Pidal.
Tumba nº 2 de Humanejos (Parla), con detalle del agujero de poste en cuyo interior se recuperó el ajuar cerámico fragmentado.
Vaso campaniforme de la tumba nº 2 de Humanejos (Parla).
El franquismo aprovechó estos hechos para intentar divulgar que la cultura campaniforme, originaria de España, había llegado a dominar toda Europa, puesto que se han hallado objetos correspondientes a esta etapa (prácticamente iguales) desde Chequia a Portugal y desde las costas de Marruecos a Dinamarca.
No obstante, en los años sesenta, científicos holandeses determinaron que era mucho más probable que el origen de este misterioso fenómeno se encontrase en Centroeuropa, como una derivación de la llamada Cultura Cerámica Cordada. El inglés David Clarke impulsó, posteriormente, la teoría de que la supuesta cultura campaniforme no era otra cosa que un enorme intercambio comercial de “objetos de prestigio” entre los líderes dirigentes de la época.
Ahora bien, esta hipótesis abre una pregunta hasta ahora irresoluble: “¿Cómo se pudo transportar objetos a miles de kilómetros de distancia hace más de 4.000 años?" No hay respuesta. De momento, aunque esta puede hallarse en Humanejos.
Fuentes: elpais.com | researchgate.net | cadenaser.com | 15 de septiembre de 2018
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Qué buena noticia la de este enterramiento de una matriarca.Y también la colaboración entre las administraciones.Ojalá se haga pronto la exposición sobre las excavaciones
Al suroeste de Parla (Madrid), en un terreno de suaves lomas que se inclina ligeramente hacia el arroyo Humanejos, se esconde una de las necrópolis prehistóricas más grandes de toda la Península Ibérica. Los datos sobre la población allí enterrada y sus tumbas, algunas de las cuales contenían lujosos ajuares, hablan por sí solos de la envergadura del yacimiento, de más de 20 hectáreas de extensión: un total de 168 individuos que habitaron la zona en los siglos III y II a.C., entre el Calcolítico y la Edad del Bronce, 83 tumbas y unas 2.500 estructuras descubiertas.
El análisis del sitio, descubierto a finales del siglo XIX pero investigado en profundidad desde 2008, cuando unas obras para la construcción de una carretera pusieron de manifiesto el impresionante cementerio que allí se escondía, sigue ofreciendo pistas sobre la estructura de la población prehistórica peninsular. "Humanejos, por la enorme calidad de los hallazgos y por la abundancia de tumbas, es un yacimiento único para analizar las sociedades ibéricas de los milesios III y II a.C.", explica Rafael Garrido (izquierda), doctor en Prehistoria y codirector del proyecto.
Porque en esta necrópolis se hallan los vestigios de tres etapas históricas diferenciadas —además de restos de los periodos romano o musulmán—: Calcolítico precampaniforme (3300-2500 a.C.), Calcolítico con y sin campaniforme (2500-2000 a.C.) y Edad del Bronce (1900-1400 a.C.). Nuevos datos sobre las investigaciones fueron revelados la semana pasada en una conferencia celebrada en el Museo Arqueológico Nacional; y tras hacer dataciones de Carbono-14 a la gran mayoría de los individuos y examinar los datos genéticos de 22 de los cuerpos desenterrados, las grandes incógnitas a las que se enfrentan ahora los expertos giran en torno a las relaciones de parentesco y a las abultadas diferencias cuantitativas entre hombres y mujeres.
En cuanto al primer campo de estudio, los análisis de ADN realizados en los laboratorios de la Universidad de Harvard indican que ninguno de los muestreados que dieron positivo presentan vínculo de parentesco de primer grado.
"Que ninguno comparta el 50% del genoma quiere decir que no hay padres e hijos en los 12 analizados (en los demás no sabemos claro)", explica Garrido a este periódico. "Hay algunos pocos con vínculos de parentesco (que comparten un 25%, es decir son hermanos o tíos-sobrinos). Los demás nada de nada. Si no comparten nada quiere decir que pertenecen a linajes o grupos familiares distintos, que no se cruzaron".
"Lo que sí sabemos es que las tumbas contemporáneas del Campaniforme sin restos del mismo eran de la gente menos favorecida, pues tienen pobres ofrendas y el estudio de sus huesos indica más enfermedades y peor nutrición. Hay más mujeres en ellas que en las tumbas campaniformes (que suponemos que son las de las élites dirigentes y familias más pudientes), pero en las tumbas de las élites también hay mujeres de importante posición social", añade Garrido.
El experto resume que, como se ha demostrado en otras investigaciones, es probable que hubiese diferencias de género, pero por encima de ellas estaban las "de clase" o sociales: "Ser mujer en sí mismo no era una desventaja. Había mujeres de alta alcurnia y buena vida, pero si además de pobre eras mujer, pues tus condiciones de vida serían probablemente peores. Aunque los hombres también experimentarían esa jerarquización social entre ellos". No obstante, se espera que Humanejos pueda aportar nuevas claves para comprender esta organización social.
El yacimiento ilustra una compleja trayectoria de la evolución de enterramientos funerarios a lo largo de dos milenios, en los que se registraron curiosos fenómenos. Mientras que las tumbas datadas en el Calcolítico pre-Campaniforme y en el Campaniforme sin restos del mismo presentan ajuares con una abundante cantidad de objetos, desde armas como un puñal de sílex a ornamentos —en una de estas fosas se halló el cuerpo de una mujer con un collar de 44 cuentas marfil, 15 perlas tubulares de oro (derecha) que adornaban el pelo y tres botones de perforación—, en las del Campaniforme contemporáneo y las de la Edad del Bronce apenas se ha encontrado cerámica identificable u otros objetos.
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