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Desarrollo de los trabajos arqueológicos. FOTO: UBU
La campaña de excavaciones de 2016 en el Pico de la Mora, situado en las proximidades de la localidad vallisoletana de Peñafiel, ha concluido recientemente con hallazgos interesantes. La mayor novedad ha sido la constatación de que el lugar, que estuvo ocupado en época Campaniforme (entre el 2500 y el 2000 antes de Cristo), se encontró protegido por una construcción de carácter defensivo la cual probablemente fuera erigida en aquellos momentos.
Hasta la fecha la posible muralla se conocía a partir de algunas prospecciones superficiales y varios fotogramas aéreos pero, durante diez días de este último mes de agosto, un grupo de siete investigadores ha llevado a cabo unos trabajos arqueológicos en uno de los puntos (sector septentrional) y ello ha permitido reconocer algunos rasgos de su estructura constructiva. En concreto, se ha averiguado que esta muralla era de unos 100 metros de longitud y 2'5 metros de anchura y que debió contar con un tosco paramento, tanto al interior como al exterior. En algunos puntos del recorrido se reconocen una serie de grandes bloques de caliza de entre medio y un metro de anchura, situados en la base de la estructura, que aparecen alineados y que sirvieron para soportar los empujes del relleno.
Éste, integrado fundamentalmente por un cúmulo de cantos de caliza de tamaño pequeño o medio mezclado con tierra, contiene también algunos interesantes materiales arqueológicos. A falta de dataciones absolutas, que se realizarán en breve a partir de los “carbones” que han sido recuperados entre el relleno, tales artefactos han permitido la adscripción al “horizonte Campaniforme” de esta obra. Diversas cerámicas lisas y algunos útiles líticos, como una pequeña lámina de sílex, son fácilmente paralelizables con los que aparecen en yacimientos campaniformes cercanos (por ejemplo: Pico del Castro, en Quintanilla de Arriba, Valladolid).
Foto aérea de Pico del Castro. FOTO: UBU
Estos trabajos han sido efectuados por un grupo de investigación dirigido por el profesor de la Facultad de Historia, Patrimonio y Comunicación de la Universidad de Burgos (UBU), José Antonio Rodríguez Marcos, y por la Universidad de Valladolid (UVa), en concreto por Rodrigo Villalobos García (quien ha dirigido los trabajos de campo), y han sido financiados por la Junta de Castilla y León.
Otros hallazgos
Otros de los resultados alcanzados son la constatación de que el lugar conoció una actividad propia de un pequeño hábitat hace unos 4.500 años. Esto queda probado por algunos hallazgos que se han recogido, dispersos por la superficie y laderas del alto, y en una cata que se ha abierto en el interior del recinto. En este sentido cabe señalar la presencia de un diente de hoz con pátina de haber segado cereal, algún objeto de barro relacionado con el hilado (fusayola), un buen número de núcleos de sílex y restos de talla del mismo material, y, sobre todo, un conjunto de cerámicas, la mayor parte de las cuales aparecen sin decoración y que vienen a sumarse a otras también lisas y a las pocas decoradas con motivos campaniformes que se habían recuperado en años anteriores sobre la superficie del área ocupada por el yacimiento.
Detalle del bloque que constituye el paramento y del relleno de la muralla prehistórica. FOTO: UBU
Las diferentes pruebas recogidas y muestras y observaciones realizadas en el Pico de la Mora configuran un conjunto ciertamente homogéneo desde el punto de vista de su atribución cronológica y ponen en evidencia que el lugar, en efecto, dio cobijo a un pequeño pero interesante asentamiento que fue habitado, en exclusiva, a finales del periodo Calcolítico de la Meseta Norte Española, durante el desarrollo de la denominada “etapa del Vaso Campaniforme”. En ese momento los moradores del lugar erigieron una muralla que protegía el acceso al poblado; la cual constituye la más antigua construcción que, de esta clase, se conoce en todo el sector central de la Meseta castellanoleonesa.
Un proyecto científico con perspectiva de futuro
La breve campaña que se ha realizado en Pico de la Mora ha abierto importantes expectativas a futuras campañas arqueológicas a desarrollar en este enclave. Los investigadores prevén completar la reconstrucción de las características de la muralla que cerró el hábitat Campaniforme y reconocer las principales características del espacio habitado que se instaló sobre el Pico de la Mora. Ambos extremos tienen indudable interés por el escaso conocimiento que, sobre ambos aspectos, tiene la arqueología en la actualidad.
Fuente: dicyt.com | 1 de septiembre de 2016
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