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Foto: La fíbula de Preneste S. VII a. C. Roma.
Vía: laRepubblica.it | Giovanni Gagliardi| 5 de junio de 2011 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)
Investigaciones científicas realizadas por "La Sapienza" (Universidad de Roma) y el Consejo Nacional de Investigaciones (CNR) han confirmado la autenticidad de la preciosa fíbula etrusca y la de su inscripción, la evidencia más antigua de la lengua latina.
¿Verdadera o falsa? El caso de la fíbula Prenestina, expuesta en el Museo Nacional de Etnografía "Luigi Pigorini", ha quedado finalmente resuelto. La autenticidad del precioso broche, datado en el siglo VII a. C., y de su inscripción, considerada la evidencia más antigua de la lengua latina ha sido confirmada por estudios científicos realizados por Daniela Ferro, del Instituto para el Estudio de Materiales Nanoestructurados (ISMN) del Consejo Nacional de Investigación, y por Edilberto Formigli, restaurador y profesor de la Universidad "La Sapienza" de Roma y Florencia.
La fíbula, hallada en Palestrina, la antigua Praeneste, había sido objeto de un intenso debate sobre su autenticidad y contexto desde su lanzamiento oficial en 1887 por el arqueólogo alemán Wolfgang Helbig (izquierda).
Los dos especialistas, que durante años han llevado a cabo análisis multidisciplinares sobre la tecnología y la orfebrería antigua, han presentado hoy, en el Museo 'Pigorini', los resultados de la investigación micro-analítica realizada en el laboratorio del Departamento de Química de la Universidad de Roma con el microscopio electrónico de barrido.
La joya de oro, de 10,7 cm de largo, y datada en torno a la mitad del siglo VII a. C., tiene, en la parte exterior del soporte, la inscripción "Manios med fhefhaked Numasioi"; en latín clásico: "Manius me fecit Numerio", esto es, "Manio me hizo para Numerio", el más antiguo testimonio de la lengua latina que ha sobrevivído.
"El estudio de una reliquia", dice Daniela Ferro, del Ismn-CNR, "requiere la elección de métodos de análisis no destructivos y no invasivos. El uso de la microscopía electrónica de barrido, acompañada con microsondas electrónicas de rayos X de dispersión de energía, permite observaciones de alta resolución de la superficie y, al mismo tiempo, adquirir datos sobre la composición química de sus elementos. En particular, la fíbula ha sido estudiada con un instrumento equipado con una cámara que le permite moverse ampliamente sobre el objeto e investigar todas sus partes sin dañarlo".
El equipamiento científico ha permitido establecer la metodología y composición en la misma antigüedad que la datación previamente asignada al broche, a pesar de los intentos de limpieza y abrasión de los últimos siglos. De hecho, a pesar de que con el oro aún no se han encontrado métodos de datación, ahora sabemos que algunas técnicas de orfebreria habían alcanzado un alto grado con los etruscos y existen numerosos estudios hoy en día que describen sus características.
"Es un artefacto de alta joyería, hecha en la parte del soporte con una lámina de alto contenido en oro, un material dúctil para ser grabado con la punta de una aguja", añade la investigadora. "La inscripción se realizó de la misma manera. También han sido identificadas las reparaciones llevadas a cabo antiguamente, como la presencia de un pan de oro para ocultar una pequeña fractura, mientras que el uso de amalgama de oro para fortalecer la parte móvil de la lengüeta (es decir, la punta ndr) podría ser reciente. Es poco probable que un falsificador operase en la particularidad de su procesamiento y usara aleaciones de oro en un período donde el conocimiento de los procedimientos de orfebrería etrusca no eran particularmente conocidos en detalle, por lo que no podría haberlos conocido salvo con sofisticadas herramientas tecnológicas disponibles sólo hoy en día".
Vía: laRepubblica.it | 5 de junio de 2011
La fíbula de Preneste: un siglo de debates.
El preciosos broche fue objeto de largas discusiones acerca de su autenticidad y también de vicisitudes atormentadas.
Fue presentado oficialmente por primera vez por el arqueólogo alemán Wolfgang Helbig en 1887. El investigador afirmaba haberla comprado a un amigo en 1876, y señaló como lugar del hallazgo la tumba Bernardini. Un sepulcro principesco, descubierto en 1851 y excavado desde 1871, cerca de la antigua ciudad de Praeneste, la actual Palestrina.
A continuación, la fíbula Prenestina fue donada en 1889 al Museo Nacional Etrusco de Villa Giulia por el anticuario Francesco Martinetti, quien la compró probablemente a Helbig. En 1900 fue transferida al Museo Nacional de Prehistoria, Etnografía y Kircheriano, del Colegio Romano, uniéndola al inventario de restos de la tumba Bernardini, una tumba principesca del periodo orientalizante descubierta en Palestrina en 1876. La pertenencia de la fíbula a la tumba Bernardini no era, sin embargo, segura.
En 1960 el conjunto de restos de esta tumba fue trasladado al Museo Etrusco de Villa Giulia, mientras que la fíbula permaneció en el Museo de Prehistoria y Etnografía. El 27 de noviembre 1979 estalla un verdadero "caso": la fíbula de Preneste es declarada una falsificación. La erudita Margherita Guarducci (izquierda), en una reunión de la Accademia de Lincei, niega la autenticidad de la pieza argumentando que la inscripción se hizo en Roma a finales del siglo XIX por el mismo Wolfgang Helbig.
Arqueólogos, epigrafístas y lingüistas se agitan. Las reacciones son inmediatas y vivaces, tanto en apoyo de la autenticidad del objeto y de la inscripción, como en apoyo de la falsedad de la inscripción, grabada en la edad moderna. Mientras tanto, en los libros de texto no se menciona la inscripción de la fíbula.
Al final de los años ochenta Edilberto Formigli estudia la estructura física de la fíbula y confirma su autenticidad. No obstante, para algunos lingüistas seguía habiendo dudas sobre la inscripción.
Koenraad, como geoquímico me gustaría que me explicase una cosa. ¿Para qué es necesario lavar una pieza arqueológica de oro con agua regia? ¿No valdría con simple agua? Y no vale las libre voluntad personal como argumento.
Otra cosa, ¿qué credibilidad científica tendría usted, o los estudiosos de la fíbula, para no personalizar, si se descubriera que en sus trabajos no se han realizado las pruebas alegadas y se han insertado gráficas y fotos falsas, o manipuladas? ¿Dónde iría su carrera científica?
Por último, en el caso de Oded Golan había pruebas físicas en un sentido y en el otro y por eso se absolvió al acusado. Así que dichas pruebas no fueron en absoluto determinantes para aclarar si la pieza es o no auténtica.
Gracias, dudo que sea un procedimiento normal, ni ahora ni entonces. También serviría para disimular el amaño reciente sobre la pieza, digo yo. Y quizás se podrían usar ácidos menos agresivos.
Goren reconoció que había restos de pátina en algunas letras. En todo caso las pruebas no resolvieron nada.
Se ha dejado sin responder a la parte intermedia.
Cuanto sabe de falsificaciones, Koenraad. No está nada mal.
El caso de Oded Golan se ha cerrado en el juzgado, dejando abiertas todas las posibilidades. En el mundo académico la cuestión se debatió desde diversos ángulos (el filológico también) y ha quedado cerrado en sentido contrario: nadie quiere saber nada de la llamada "tablilla de Jehoash" porque hay argumentos suficientes para considerar que es falsa. En todo caso, hay una cosa clara: no hay una sola opinión científica, sino la de la mayoría casi unánime de los científicos del IAA y una minoría de un organismo geográfico, cuyo nombre ahora no recuerdo, bastante tenaz, es cierto. Así que en ciencia también caben opiniones (es lo más corriente en estos casos) y hay que tener en cuenta diversos criterios. Y que un juez (con un máster en arqueología) haya dictado sentencia no quiere decir más que un juez ha dictado sentencia y considerado que no había evidencias jurídicas de que Golan hubiera falsificado la tablilla. ¿O es que los debates científicos los resuelven los jueces? ¡Estaría bueno!
La teoría de la VERDAD CIENTÍFICA contra las opiniones de los otros es un invento driesschiano que, al parecer ha leído "algún libro" -eso dice-, pero no tiene mucha idea de epistemología.
Koenraad, la verdad es que resulta Ud. un poco cargante con sus constantes alusiones y "verdades" en una materia que desconoce, y también con su invariable tendencia de transformar a su gusto lo que lee, o cree leer.
En mi frase "Y de las inscripciones deje Ud. que nos encarguemos los epigrafistas, como suele ser la costumbre científica", que según Ud. sería lo mismo que "los estudios de autenticidad son la exclusividad de los epigrafistas", resulta que escribí un "SUELE", se lo repito, "SUELE", cuya misión en lengua española es precisamente dejar un margen posible para otras circunstancias. En este caso lo dejé a propósito para lo poco (pero la mayoría de las veces nada) que pueden completar las ciencias "exactas" al estudio de la grabación antigua o no de un texto. Cosa que Ud. continuamente confunde y equipara con las pruebas hechas sobre los soportes, cuando no son lo mismo.
Repetiré por enésima vez (desde 2006, pronto ya hará 9 años...) que un soporte puede ser antiguo, y no serlo lo escrito sobre él. Y eso vale para los escasos ejemplos en los que se ha querido ampliar por vía físico-química la autenticidad del soporte a la del epígrafe, como serían los casos de Veleia, de la fíbula de Preneste, de la tabula Lougeiorum, o de las tablillas de Astorga. Sí, éstas también, aunque a Ud. y a otros les parezcan ya de autenticidad inamovible (por cierto que la lista de errores básicos que se pueden leer en el artículo que Ud. cita sería bastante larga, aunque Ud. no los advierta).
2) Por otro lado, tiene gracia que me vaya citando como novedades las publicaciones que yo misma he ido dando y enlazando (las de D. Ferro y E. Formigli 2015, o las de Gordon, Guarducci, Maras... todas las de la fíbula que cité la primera),
3) pero cuando asegura Ud. que "...parece que molesta mucho esta posición [que me molesta a mí, se deduce] ... una 'autopsia' por expertos de ciencias naturales es absolutamente necesario"...
¿Qué parte es la que Ud. no entiende, o pretende ocultar o manipular, de mis clarísimas frases a favor de lo mismo, el día 24 de mayo pasado (hace ocho días):
"Me quedo por ahora con ganas de leer los que faltan por ser subidos, y sobre todo los de D. Ferro-E. Formigli y A. Franchi De Bellis, que se suponen completarán el detalle arqueométrico de forma más satisfactoria de lo que se anunció en 2011 [...] Claro que algo puede haber cambiado, y seguro que mejorado, en las técnicas y los aparatos de estudio, y por eso hay que esperar otro poco para leerlo..."
Pero, Dr. Van den Driessche, ¿es de verdad Ud. tan realmente incapaz de darse cuenta de que, si las nuevas analíticas de la fíbula "me molestaran", simplemente me habría callado, no habría dicho nada aquí de la reciente monografía, Ud. tampoco se habría enterado de nada, y al menos en este post estaríamos libres de sus habituales cantinelas? ¡Y menos aún cuando se puede comprobar con tal facilidad que yo misma dejé por escrito que estaba deseando leer las novedades arqueométricas!
De verdad que es Ud. un verdadero tostón. A ver cuándo se cansa de tratar de desacreditarme con tan poco éxito (pues por fortuna aquí scripta manent), y sobre todo cuándo se cansa de usar esta fíbula para "el caso Veleia". Que se le ve demasiado "el plumero"...
¿Que yo ahora "ya admito la relevancia de investigaciones de tipo físico-químicas para dirimir la edad de una inscripción"? Otra vez deja Ud. claro que no se entera de nada, o simula muy bien que no se entera. Lo que le dije a Barandiaran es exactamente lo mismo: "La datación de la pieza no es la datación de lo que se puede leer en la pieza. No hay pruebas para datar lo que está escrito".
Como dije por aquí y por allá hace muchos años, sólo se podría en el caso de que en el ductus quedaran restos de haber usado instrumentos de un material que no existiera en la antigüedad, y aún así la datación sería siempre relativa.
¿Y qué están haciendo con la fíbula? Pues eso es lo que estoy esperando poder leer, porque, como ya dije aquí mismo hace 4 años, y repetí hace una semana, ni siquiera el propio analista Formigli creía que se pudiera nunca fechar la inscripción de la fíbula, justamente porque en el XIX se limpió con agua regia ("se la atacó químicamente", dijo exactamente), cuando ese ácido se lleva todo por delante, y además tenía una pátina moderna. Se lo repetiré, que él decía lo mismo que yo, y a ver si esta vez se entera:
"Sin embargo, el problema más importante, el de la autenticidad de la inscripción, queda sin resolver. Por otro lado, a la vista de las manipulaciones sufridas por la fíbula, y del cubrimiento de las letras por una pátina que no nos es posible levantar, por constituir ahora ella misma un documento histórico, dudo que se pueda acertar en el futuro, con los métodos arqueométricos, a afirmar algo verdaderamente definitivo".
Sobre ello decía Formigli justo antes de esta conclusión (en el punto 5), que la pátina rosácea que presentaba la fíbula (compuesta de materia orgánica, sobre todo ceras) era completamente distinta de las normales en excavación, y que (literalmente) "se trata, pues, de una pátina artificial aplicada para devolver a la fíbula un aspecto antiguo después de los tratamientos del siglo XIX. Como los "cráteres" (sic) de ataque químico están recubiertos con esta pátina, de ello se deduce que son anteriores a la aplicación de la misma".
Eso pensaba Formigli antes, lo mismo que yo, y espero a saber cómo es que ha cambiado tanto de opinión.
Y sobre las tablillas de Astorga se va Ud. a quedar con las ganas, ya lo leerá cuando lo publique.
Lo que digo, vaya peñazo...
Pues si se pueden refutar los estudios simplemente con las argumentaciones que ustedes alegan al informe Navarro, Alicia va a tener razón.
Ah, y no sigo con su rollo. Este es un foro para hablar de la fíbula y su problemática. Cuando conozcamos los nuevos análisis veremos.
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