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Foto: Cráneo de Ceprano
© G. Manzi, cortesía de M. Rubini, Superintendente de los Bienes Arqueológicos del Lacio.
Vía: Techno-Science. net | 27 de abril de 2011 | (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)
Uno de los retos de la paleoantropología consiste en determinar el ancestro común más reciente de los humanos modernos y los neandertales. Publicado en PLoS ONE, un estudio franco-italiano realizado por dos investigadores del equipo de Paleontología y Bioarqueología de la UMR 6578 (antropología biocultural, CNRS-Université de la Méditerranée-EFI) y un investigador de la Universidad de Roma (Sapienza, Dipartamento di Biologia Ambientale) sugiere, a partir de la comparación de numerosos cráneos fósiles, incluyendo el cráneo de Ceprano descubierto en Italia en 1994, que el Homo heidelbergensis podría ser la especie ancestral.
¿Cuál es la especie ancestral del Homo sapiens (es decir, el hombre moderno, el cual surgiría en África hace unos 200.000 años), y el Homo neanderthalensis (el hombre de neandertal, el cual se diferenciará en Europa algunas decenas de miles años antes)?
El estudio franco-italiano propone abordar esta cuestión crucial de la paleoantropología a partir de un célebre fósil descubierto en el Lacio, el cráneo de Ceprano, cuya datación ha sido recientemente reestimada en unos 400.000 años. Los autores de este trabajo han vuelto a analizar las características morfológicas de este fósil y lo han comparado con otras docenas de varios ejemplares, más o menos recientes, pertenecientes al género Homo: el Homo erectus, Homo ergaster, Homo heidelbergensis, Homo neanderthalensis y nuestra especie, Homo sapiens .
Los resultados de esta comparación a gran escala muestran dos cosas: en primer lugar, que el cráneo de Ceprano se coloca como el fósil más arcaico de la especie Homo heidelbergensis, y podría representar un puente entre los fósiles del Pleistoceno inferior (de 1,8 millones de años a 780.000 años) y el Pleistoceno medio (de 780.000 años a 130.000 años), y, en segundo lugar, que el Homo heidelbergensis se habría extendido en África y Eurasia en torno al límite entre el Pleistoceno inferior y medio, y sería el último ancestro común de los humanos modernos y de los neandertales.
Este trabajo aclara un período de la evolución humana que aún no ve la aparición de un consenso dentro de la comunidad científica. Por otra parte, su metodología original podría permitir reconsiderar numerosas problemáticas taxonomicas en paleoantropología.
Tal como concluyen en su trabajo publicado en PLos One:
1) Ceprano muestra fuertes afinidades morfológicas con los especímenes del Pleistoceno medio fuera de Europa, incluso más que con muchos de sus homólogos europeos, apoyando la conclusión antes mencionada de una sola especie generalizada;
2) Esta proximidad morfológica sugiere una dispersión que se produjo aproximadamente alrededor del Pleistoceno inferior/medio (780.000 millones de años), en África y Eurasia, y que es atribuible a una sola especie de deriva (es decir, encefalizada) humana;
3) Ceprano combina una arquitectura más primitiva del cráneo con características derivadas, por lo que, posiblemente, represente el morfotipo más arcaico de este taxón distribuido tanto en África como Eurasia;
4) Desde esta perspectiva, la morfología de Ceprano constituye un "puente" filogenético entre representantes Homo del Pleistoceno inferior y formas conexas (H. erectus sensu lato), y las poblaciones más recientes y derivadas incluidas en la especie Homo heidelbergensis;
5) Estas conclusiones son también coherentes con la nueva cronología propuesta para Ceprano (entre 430.000 y 385.000 años), al asumir una gran variabilidad en el Pleistoceno medio de Europa, con la aparición de algunas poblaciones o individuos aislados que exhiben retenciones de una forma más arcaica, mientras que otros parecen más derivados.
En resumen, nuestro análisis demuestra que Ceprano, como tal calvaria, podría representar una apropiada "contrapartida" del holotipo de Homo heidelbergensis (la mandíbula de Mauer), reuniendo juntas, al mismo tiempo, características observadas en lo especímenes humanos del Pleistoceno medio referidos a esta especie de amplia distribución y rasgos plesiomórficos compartidos con los seres humanos más tempranos o arcaicos.
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Interesante y novedoso estudio. Salvo críticas en contrario, ahora por lo menos deberíamos tener en cuenta que el cráneo de Ceprano ya no sólo no es pertinente adscribirlo a un Homo antecessor, a un Homo erectus, sensu lato, o a mezcla de Homo heidelbergensis y Homo rhodesiensis, o, finalmente, a una especie diferenciada conocida como Homo cepranensis.
Según esto, el cráneo de Ceprano es, lisa y llanamente, un precursor del Homo heildelbergensis, o, si se prefiere un Homo heidelbergensis arcaico, y además, y muy importante, el mismo se constituye en el antepasado común de los neandertales y los Homo sapiens. Se puede decir que de algún modo se simplifican y aclaran las cosas, pero a buen seguro no dejará de encontrar sus detractores.
En este sentido, hay que decir que, aun cuando la nueva datación proporcionada para el cráneo de Ceprano (400.000 años) entra dentro, más o menos, de determinadas tesis que exponen que la divergencia entre neandertales y sapiens se produce en ese periodo de tiempo considerado, y que, incluso, guarda también cierta correspondencia con la fecha otorgada por los resultados del análisis del genoma del neandertal, entra, sin embargo, en contradicción absoluta con los estudios realizados por Aida Gómez Robles, los cuales establecen que el divorcio entre neandertales y sapiens se habría producido hace un millón de años. De acuerdo con ello, es obvio entonces que el cráneo de Ceprano no sería el especímen que daría lugar a los neandertales y sapiens y habrá que seguir buscándolo.
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En Público.es recogen la misma noticia, y agregan la opinión del José María Bermúdez de Castro, la cual paso a reseñar para dejar constancia de la misma:
Es precisamente esta catalogación la que le chirría al codirector de las excavaciones de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro. "La idea que propone este trabajo es muy interesante, no es para nada descabellada. El problema es el nombre, que no termina de convencer", afirma Bermúdez de Castro, que, sin embargo, no duda de la teoría de que el fósil italiano sea ancestro común de sapiens y neandertales.
"Parece que una maldición persigue a este pobre cráneo. El problema es que es muy difícil de datar, ya que se encontró en una cuneta, fuera de su contexto", lamenta el codirector de Atapuerca , que la semana pasada presentó los resultados de un estudio que dejan en el limbo de las especies al primer europeo, una mandíbula de 1,2 millones de años que originalmente se catalogó como antecessor. Bermúdez de Castro considera que el trabajo publicado en PLoS ONE va en la misma línea que el suyo: "Estos hallazgos nos están obligando a reinterpretar el escenario de las especies".
También Discovery News también se eco de la noticia, recogiendo la opinión de varios expertos:
Chris Stringer, paleontólogo del Museo de Historia Natural de Londres, dijo que estaba de acuerdo con la mayoría de las conclusiones del nuevo estudio:
"Durante mucho tiempo he sostenido que el Homo heidelbergensis representaba nuestro ancestro común con los neandertales hace unos 400.000 años, y el fósil Ceprano, con su fecha tardía recién determinada, está muy bien situado cronológicamente para formar parte de este grupo ancestral común".
"Sin embargo, es un especímen bastante primitivo en varios aspectos, y, por lo tanto, puede ser que, al igual que algunas otras muestras de heidelbergensis en África y Europa, no represente la verdadera población ancestral del pasado. En mi opinión, todavía no sabemos dónde existió esa particular población, la cual puede incluso haber vivido en un lugar del que tenemos muy poca evidencia en la actualidad, tal como el oeste de Asia".
Por su parte, Ian Tattersall, curador de antropología del Museo Americano de Historia Natural, dijo que estaba de acuerdo en que el cráneo de Ceprano ha sido "apropiadamente asignado a la especie cosmopolita de Homo heidelbergensis. Pero en Europa, esta especie es contemporáneo con el linaje que conduce a Homo neanderthalensis".
Si el Homo heidelbergensis llegó antes que los humanos modernos "debe, por lo tanto, haber sido a través de un antepasado, probablemente de África y representativo de las especies".
Mientras que muchos ojos están sobre el hombre de Heidelberg como el probable ancestro común de los neandertales y de nuestra especie, el jurado aún está deliberando sobre qué pivote la evolución tuvo lugar.
El antropólogo Eric Delson, de Lehman College, Universidad de la Ciudad de Nueva York, cree que el nuevo estudio es "muy interesante y tiene un buen enfoque", pero cree que se necesita investigación adicional para aclarar exactamente cuándo, dónde y cómo, los neandertales y humanos modernos se originaron.
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