Entre otros objetos, se han localizado restos óseos de los animales consumidos, fragmentos de molinos y otros enseres empleados en la preparación de los alimentos, fragmentos de contenedores cerámicos, restos del proceso de manufactura de herramientas de piedra y elementos ornamentales -cuentas y sortijas- elaboradas con concha y hueso.

La diversidad y calidad de manufactura de los elementos ornamentales confirma el valor simbólico-ideológico que estos tuvieron para las primeras comunidades agrícolas y ganaderas.

Recorte en la financiación

Los trabajos de la campaña de este año finalizan este viernes 3 de julio, antes que en años anteriores debido al recorte en la financiación de las intervenciones.

Según revela la Universidad Autónoma de Barcelona en una nota, esta reducción  imposibilita llevar a cabo campañas de más larga duración y excavar lugares donde se hayan preservado elementos arquitectónicos en madera, dados los recursos necesarios para su estudio y conservación.

Sin embargo, los investigadores han destacado el importante número de comunicaciones científicas presentadas en congresos internacionales en los últimos años sobre los hallazgos del yacimiento y la forma de vida de las poblaciones que lo habitaron.

Producción científica

Por ejemplo, en los últimos cuatro años (2011-2014), los investigadores del proyecto han participado en 20 congresos internacionales en varios puntos del continente europeo y americano, así como en otros encuentros de ámbito estatal.

Igualmente, en el mismo periodo han sido publicados 16 artículos en revistas internacionales de gran impacto científico, además de colaborar en la publicación de numerosos libros.

A su juicio, el proyecto científico de La Draga tiene una gran visibilidad internacional en el mundo de la investigación sobre las primeras sociedades neolíticas, convirtiéndolo en uno de los proyectos de referencia y adalides para el conocimiento de la prehistoria en Europa occidental.

En la campaña de este año han participado en las diversas tareas de excavación unas 60 personas. La mayoría de los participantes provienen de varios puntos de la geografía catalana, debido, en gran medida, a la participación de estudiantes del Grado de Arqueología de la UAB; se han desplazado también personas de otros puntos de España, así como de Brasil, Serbia, Polonia, Francia, Italia y Grecia.

Otros objetos hallados en 2013.