El arqueólogo británico Graeme Barker ha vuelto a poner de moda el conocido yacimiento neandertal de Shanidar, con el reciente hallazgo del individuo número 11 de la colección. Este yacimiento conoció su esplendor entre 1951 y 1960, cuando el arqueólogo norteamericano Ralph Solecki excavó una parte de la cueva y localizó restos fósiles de hasta nueve individuos. La antigüedad de los sedimentos de la cueva revela que los neandertales vivieron en ella hace entre 60.000 y 35.000 años.
La cueva de Shanidar se localiza en los montes Zagros de Irak, muy cerca de la frontera con Turquía y en la región del Kurdistán. Su importancia reside en cuestiones bien distintas. Para empezar y de modo general, sabemos que todo el próximo oriente es fundamental para entender una parte muy importante de la evolución humana en el último millón de años. En lo que respecta al yacimiento de Shanidar, el individuo número 3 se conserva fuera de las fronteras de Irak. Su residencia está en USA, en el Instituto Smithsonian y se expone en la entrada del Museo de Historia Natural de Washington. El resto de los fósiles (individuos 1, 2, 4-8) han podido desaparecer durante la guerra de 2003. Las réplicas de estos restos se conservan también el Instituto Smithsonian; pero no es lo mismo. La arqueóloga Melinda Zeder recuperó en 2006 los fósiles de la pierna y el pie del individuo número 10, así que aún quedan esperanzas para seguir aprendiendo de uno de los pocos yacimientos bien documentados de una región tan conflictiva.
Por otro lado, el yacimiento de Shanidar representó la fuente de inspiración de la escritora Jean Marie Auel, que estudió las características de los esqueletos hallados en este yacimiento. Así pudo dar vida a varios de los personajes del primer libro de su saga sobre la prehistoria: “El clan de oso cavernario”. Cada uno de los individuos recuperados entre los sedimentos de la cueva de Shanidar sirvió para recrear una historia muy personal de los personajes de esta novela, publicada en 1980.
Los restos fósiles de varios de sus individuos son testigos mudos de sus padecimientos físicos. El individuo 1 llegó a vivir hasta los 40-45 años. Había perdido un ojo y el brazo derecho y seguramente cojeaba de manera lastimosa. El individuo 3 (Smithsonian) había llegado hasta los 40-45 años, también en condiciones deplorables, debido a una degeneración de las articulaciones de sus piernas. Este individuo murió como consecuencia de una herida producida con un filo cortante (una especie de puñal de piedra), que interesó a la región de la novena costilla izquierda. Se puede especular sobre la violencia, que sin duda generó la rivalidad entre los propios grupos neandertales o de la violencia inter-específica entre Homo sapiens y Homo neanderthalensis.
El último aspecto que podemos señalar de este yacimiento es tal vez el más apasionante para los profesionales. La cueva de Shanidar se localiza en una región clave para entender la expansión de nuestra especie fuera de los confines de África. Cada vez estamos más seguros de que Homo sapiens colonizó una parte de Eurasia atravesando el estrecho de Bab el-Mandeb hace unos 100.000 años. Sin embargo, la historia de nuestra expansión a través el Corredor Levantino resulta si cabe mucho más apasionante. Durante nada menos que 60.000 años los neandertales fueron capaces de detener el avance de Homo sapiens por esta región. Nos mezclamos con ellos de manera puntual, pero quizá anticipamos un conflicto territorial en esa región, que aún permanece en nuestros días con otros protagonistas.
La cueva de Shanidar fue ocupada por los neandertales aún después de que las poblaciones de Homo sapiens hubiesen logrado pasar el muro de contención, para entrar finalmente en Europa hace unos 40.000 años. Los vestigios arqueológicos del yacimiento de Shanidar nos hablan de una población prehistórica notablemente avanzada, que permiten comprender su resistencia ante el avance de nuestra especie.
Los párrafos precedentes son tan solo un ejemplo de las lecciones que podríamos aprender de los yacimientos de esta región del planeta. Será difícil dar con ellos y aún más complicado poder excavarlos en condiciones normales.