Los arqueólogos barajan cronologías de entre 350.000 y 400.000 años

Fuente: La Voz de Galicia.es | 7 de febrero de 2015

Los investigadores que trabajan en el proyecto "Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno de la cuenca media del Miño" tienen previsto terminar en breve plazo un extenso estudio geomorfológico de la depresión de Monforte iniciado hace varios años, que ayudará a trazar un panorama de las diferentes ocupaciones humanas que se sucedieron durante el Paleolítico en esta área geográfica. Los investigadores esperan que el análisis detallado de los terrenos -y especialmente de las antiguas terrazas fluviales-, combinado con el de los numerosos hallazgos arqueológicos realizados en la zona en los últimos años, sirva para componer un cuadro cronológico fiable de los poblamientos más antiguos del valle.

En cuanto a la edad que pueden tener las las industrias paleolíticas de aspecto más antiguo que se han descubierto hasta ahora en la zona, los investigadores barajan actualmente una cronología que oscila aproximadamente entre los 350.000 y los 400.000 años. Según explica el arqueólogo Arturo de Lombera  (izquierda), codirector de los trabajos de campo, estas estimaciones se han realizado comparando la tipología de los artefactos de Monforte con las de otros yacimientos del norte de la península cuya antigüedad se conoce con precisión gracias a las dataciones radiométricas. Es el caso del yacimiento de Trinchera Galería, en la sierra de Atapuerca, donde se hallaron unas industrias muy similares a las depresión monfortina, cuya edad se ha cifrado en unos casos en 360.000 años y en otros en 450.000 años. También son muy parecidas a las de Monforte otras industrias descubiertas en el yacimiento de Ambrona, en Soria, datadas entre hace 366.000 y 314.000 años.

Por ahora no fue posible realizar una datación de este tipo con los artefactos de Monforte, ya que ninguno de ellos apareció en posición original, es decir, sepultado en una capa de suelo formada en la misma época en la que supuestamente fueron fabricadas las piezas. Hasta ahora solo se hizo un intento de este tipo, a raíz de unos sondeos arqueológicos realizados en el 2009 en la zona de As Lamas, donde aparecieron numerosas industrias líticas esparcidas sobre el terreno.

Datación fallida

En dichos sondeos se hallaron varios artefactos enterrados, pero un análisis efectuado con el método de la termoluminiscencia del cuarzo indicó que la antigüedad de la capa de terreno en la que aparecieron esas piezas no cuadraba con la que teóricamente corresponde a ese tipo de tecnología. Ese terreno se formó hace unos 39.000 años -en el Paleolítico Medio, la época del hombre de Neandertal-, mientras que la tipología de los artefactos que contenía pertenece al Paleolítico Inferior, una etapa mucho más antigua. «Eso indica que los artefactos fueron desenterrados de su ubicación original por riadas o arrastres de tierras y después de salir a la superficie volvieron a quedar enterrados en otra capa de terreno que se formó mucho después, lo que impide obtener una datación absoluta», añade De Lombera.

En los tiempos del Homo heidelbergensis, el antecesor de los neandertales

Los rastros arqueológicos más antiguos localizados hasta ahora en la depresión monfortina corresponden cronológicamente a la época del Homo heidelbergensis, la especie humana que precedió al hombre de Neandertal en el occidente de Europa. Los Homo heidelbergensis poblaron el continente desde hace al menos 600.000 años y hace alrededor de 200.000 años fueron reemplazados por los neandertales, que según ciertas hipótesis serían sus descendientes directos. Diversos especialistas consideran por otra parte que esta especie extinta es solo una variante regional del Homo rhodesiensis, que vivió en África aproximadamente en la misma época.

Los primeros restos fósiles del Homo heidelbergensis se descubrieron en Alemania en 1907. Durante mucho tiempo fue considerado como la especie humana más antigua de Europa, pero el puesto le fue arrebatado a finales de los años noventa del siglo pasado con el descubrimiento del más primitivo Homo antecessor -el hombre de Atapuerca-, que ya estaba presente en el continente hace 1.300.000 años.

En Atapuerca, por otra parte, se halla la mayor concentración de fósiles de Homo heidelbergensis descubierta hasta ahora en el mundo. Estos vestigios se encuentran el yacimiento de la Sima de los Huesos, excavado de forma sistemática a partir de 1984. En el lugar se recuperaron los restos de cerca de una treintena de individuos, que son de una importancia fundamental para el estudio de esta especie.

Depresión de Monforte de Lemos

Un importante conjunto de artefactos encuadrados en la tecnología achelense

La tecnología lítica achelense -también conocida por los arqueólogos como modo tecnológico 2- es ampliamente conocida en la Península Ibérica. Según las dataciones, más recientes, las herramientas de este tipo fueron fabricadas y utilizadas en esta parte del continente durante un larguísimo período que iría desde hace en torno a 800.000 años hasta hace unos 20.000. A lo largo de este tiempo, las industrias achelenses fueron experimentando diversos grados de evolución. Los especialistas dividen básicamente esta tecnología en tres grandes períodos, denominados respectivamente inferior, medio y superior.

Las industrias achelenses de Monforte, según explica Arturo de Lombera, no parecen corresponder a los tipos más antiguos. «Estarían situadas más bien entre los períodos medio y superior», señala el arqueólogo.

Otras industrias gallegas

En diferentes puntos de Galicia se conocen otros conjuntos de artefactos líticos que muestran rasgos técnicos similares, por lo que se supone que pueden pertenecer a la misma etapa cultural. Es el caso de las industrias descubiertas en los yacimientos de Louselas -en Ribadeo-, As Gándaras de Budiño -en O Porriño- y Portomaior -en As Neves-, así como en diversos lugares de los alrededores de Ourense.

Los yacimientos al aire libre de Monforte destacan por su abundancia de materiales, entre los que se reconocen los artefactos más típicos de la tecnología achelense, como los bifaces, los triedros y los hendedores. De Lombera apunta que la gran cantidad de industrias descubierto en la zona indica la existencia de poblamientos humanos numerosos y continuados durante esa larga etapa de la prehistoria remota, lo que sin duda está relacionado con su condición de área estratégica de paso entre los valles fluviales del Miño y del Sil.

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