En esta entrevista, la catedrática de la UAH, Primitiva Bueno (derecha) explica el hallazgo, en el túmulo céltico de Barnenez, en la Bretaña Francesa, considerada la construcción megalítica más antigua de Europa.

Esta investigación forma parte del proyecto CICYT, concedido el año 2012 y denominado ‘Los colores de la muerte’.

-Háblenos del hallazgo, profesora

-Con el proyecto CICYT nos planteamos documentar, con metodologías muy especializadas, la presencia de pinturas dentro de los megalitos de la Bretaña Francesa, donde se encuentran los megalitos más conocidos e importantes de Europa. Hasta el momento no se habían documentado pinturas, que no son fáciles de apreciar a simple vista debido a problemas de conservación. La metodología utilizada es la misma que ya habíamos aplicado en la Península Ibérica con muy buenos resultados.

El objetivo a más largo plazo es corroborar, en colaboración con investigadores franceses e ingleses, que en todos los monumentos megalíticos atlánticos hay pinturas, hay decoraciones funerarias, demostrando así que mucho antes que en Egipto se decorasen las pirámides, en Europa ya se utilizaba la pintura y diversas técnicas de grabado. Además, es muy interesante averiguar con qué realizaban estas decoraciones, es fundamental conocer el tipo de pigmentos que utilizaban desde todos los puntos de vista: cultural, simbólico... porque estas pinturas hablan de historias muy complejas sobre ritos relacionados con la muerte hace 6.000 años.

Muchas veces los pigmentos están hechos con materia orgánica y eso nos permite datarlos con carbono 14 y, por tanto, podemos proponer fechas para el megalitismo atlántico como nunca antes se ha podido hacer. En La Península Ibérica este sistema ha dado interesantes resultados.

-Es una investigación puntera y prueba de ello es que este grupo de investigación lleva más de 20 años trabajando en estos ámbitos, sobre todo en la Península Ibérica

-Sí, la UAH tiene un equipo consolidado de investigadores en arte prehistórico y prueba de ello es el desarrollo de estas líneas de investigación, que tienen mucha importancia para el estudio de la Prehistoria europea. Ahora estamos trabajando en Francia y vamos a trabajar también con investigadores ingleses. En Portugal, además, estamos desarrollando varios proyectos.

-¿Qué cuentan los megalitos, las pinturas megalíticas y la decoración de estos contextos funerarios?

-Dicen mucho. En primer lugar dicen que hace 6.000 años el ser humano ya tenía unos rituales mortuorios con una ideología muy concreta: los monumentos se construyen con una orientación determinada, los muertos se colocan de una determinada forma... y lo que se pinta en las paredes tiene un mensaje concreto, de tal forma que en el frontal de la cámara se pintan los temas principales: normalmente individuos cazando; y los ortostatos, los soportes, están decorados con vestimentas, a modo de grandes estelas que nosotros interpretamos como ancestros que guardan los cadáveres de esos recintos funerarios...

Estamos hablando, por tanto, de unas culturas complejas, con una ritualidad muy desarrollada que implica movimientos de piedras enormes. Por ejemplo, el gran menhir de Locmariaquer, en la Bretaña francesa, mide más de 15m. de altura. En Portugal y en el norte de la Península Ibérica hay menhires de más de 6 metros también...Esto, traducido a toneladas, habla de una movilización ingente de piedras, pero a nivel cultural también nos dice que en Europa estos grupos humanos del Neolítico tenían una fuerte cohesión social y un mundo ideológico y simbólico muy potente.

-Debe ser muy emocionante que las hipótesis se conviertan en evidencias

-Es muy emocionante. Nosotros ya publicamos en el año 2002, en la revista 'L’Anthropologie',que tenía que haber decoraciones en los monumentos clásicos del mundo atlántico, así que fue muy ilusionante entrar en Barnenez y descubrir, gracias a nuestras técnicas, porque debido a problemas de conservación no son fáciles de apreciar a priori, que las pinturas estaban allí. Llevamos muchos años trabajando para generar modelos que nos permitan comprender la ritualidad de ese mundo tan antiguo, y parece que funcionan, y eso es satisfactorio.

-¿Cuál será el siguiente paso?

-Nuestra idea es continuar trabajando en este ámbito en colaboración con un equipo de la UMR 6566 del CNRS, dirigido por Luc Laporte, y con un equipo de físicos y químicos de la UNED, dirigidos por A. Hernanz. Contamos con el apoyo de la Direction Régional des Affaires Culturels de Bretagne y el departamento de Tourisme de Morbihan.
Las perspectivas que abre este proyecto son de gran interés para aplicaciones en otros conjuntos megalíticos atlánticos. En la actualidad trabajamos para elaborar una candidatura de proyecto europeo con las mismas líneas de investigación.