Las antiguas tallas de marfil realizadas por artistas fenicios, hace unos 3.000 años, ocultan desde hace mucho tiempo un secreto, aunque se muestren abiertamente en los museos de todo el mundo: las esculturas estaban originalmente pintadas con pigmentos y algunas fueron decoradas con oro.
Los investigadores se basaron, para concluir este diagnóstico, en análisis químicos realizados en Francia y Alemania, los cuales muestran que los artefactos de marfil fenicio, del siglo VIII a.C., ostentan trazas de metales que no son invisibles a simple vista (Anal Chem... 2013, DOI: 10.1021/ac4006167).

Estos rastros de metales se encuentran en los pigmentos comúnmente utilizados en la antigüedad, tales como el pigmento azul egipcio hecho a base de cobre o el pigmento de hematita realizado a base de hierro. Los metales no están normalmente en el marfil, ni en la tierra donde los artefactos fueron enterrados durante mucho tiempo, explica Ina Reiche (izquierda), una especialista en química del Laboratorio de Arqueología Molecular y Estructural de París. Reiche dirigió la investigación realizada sobre marfil original descubierto en Siria y ahora custodiado en el Museo del Estado de Baden, en Karlsruhe, Alemania.

Los fenicios eran comerciantes marítimos semitas, los cuales fueron pioneros en el uso de un alfabeto que más tarde fue adoptado en la antigua Grecia, y, al mismo tiempo, llegaron a controlar el valioso comercio del pigmento 'púrpura real' en todo el Mediterráneo durante el período 1500-300 a.C.

Foto: Posible reconstrucción de una línea de pintura en esta cabeza de león en marfil. El color, debido a la oxidación del hierro, podría ser también amarillo, marrón o negro.

Los especialistas habían sospechado que las esculturas de marfil fenicias podrían inicialmente haber sido pintadas, pero hasta la fecha la mayoría de los estudios habían examinado muy pocas manchas en las superficies de marfil, dice Reiche. Su equipo utilizó un sincrotrón para realizar una espectroscopia de fluorescencia de rayos X con el fin de analizar toda la superficie de los artefactos con una resolución micrométrica, lo que revela la distribución espacial de la pigmentación perdida.

"El conocimiento del aspecto original de un objeto puede ayudarnos a entender por qué era tan poderoso visualmente a los espectadores antiguos", dice Benjamin W. Porter (derecha) un arqueólogo de la Universidad de California, en Berkeley. Hay un montón de objetos importantes por examinar, añade.

"Esta técnica es transferible a otros tipos de arte antiguo cuyos pigmentos se han deteriorado, desde los relieves de pared del palacio del Imperio Asirio a las pinturas de las tumbas egipcias, así como a los recipientes de cerámica cotidiana cuya decoración se ha desgastado".

Los resultados también contribuyen a proporcionar nueva información sobre las técnicas polícromas y
efectos estéticos en marfiles hechos por escultores fenicios ya reconocidos por su hermosas
tallas. Además, el origen de las manchas de color púrpura podría estar asociada con la presencia de oro (restos dorados). El color púrpura se origina a partir de la formación de AuNPs (nanopartículas de oro) sobre el marfil. Si bien los mecanismos de formación de AuNPs sobre el marfil arqueológico todavía tienen que ser entendido, la presencia de AuNPs constituye una prueba sólida de la autenticidad de estos objetos de marfil, ya que no puede ser fácilmente reproducido sobre tales objetos en un laboratorio.