Se acaba de publicar en la revista PNAS un artículo, en el que ha participado el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), que desmiente las similitudes entre los dientes de los asiáticos actuales y los denisovanos, una población humana extinta que coexistió con Homo sapiens y con los neandertales y cuyo ADN está presente entre un 4% y un 6% en poblaciones actuales de Australia, Melanesia y Papúa Nueva Guinea.
La dificultad en el estudio de los denisovanos radica en que, a pesar de la abundancia de ADN extraído, apenas se han encontrado fósiles que permitan reconstruir su aspecto físico. Hasta ahora, el registro fósil de este grupo consistía en dos dientes y el minúsculo hueso de una mano encontrados en la cueva de Denisova, en Siberia, de ahí su nombre.
A mediados de este año, se conocía el hallazgo de una mandíbula en el Tíbet, la mandíbula de Xiahe, que los científicos reconocían como denisovana a partir del análisis de sus paleoproteínas, convirtiéndose así en el primer denisovano hallado fuera de Denisova. Recientemente, un estudio en la revista PNAS liderado por Shara Bailey, de la Universidad de Nueva York, y con participación de la Max Planck de Leipzig (Alemania) llamaba la atención sobre la identificación en la mandíbula de Xiahe de un segundo molar inferior con tres raíces, en vez de las dos raíces habituales que presenta esta clase dental en los homininos.
Según Bailey y sus colegas, este rasgo dental es particularmente común en poblaciones asiáticas contemporáneas, hasta un 40% frente a menos de un 3,5% en poblaciones no asiáticas, por lo que concluyen que las poblaciones asiáticas actuales han heredado este rasgo de los denisovanos, como resultado de la hibridación de sus ancestros con esta población extinta.
Diente equivocado
El estudio que se acaba de publicar por la paleoantropóloga María Martinón-Torres (izquierda), junto a otros dos especialistas dentales, Richard Scott, de la Universidad de Reno (EE.UU.), y Joel Irish, de la Universidad de Liverpool (Reino Unido), rebate esta conclusión.
Por una parte, las altas frecuencias de molares con tres raíces en las poblaciones asiáticas se refieren al primer molar, no al segundo. Incluso en los grupos con mayor frecuencia de molares con tres raíces del mundo, los Aletus, este rasgo está presente en un 40,7% en los primeros molares pero solo un 1,9% en los segundos molares. Por lo tanto, la comparación de las frecuencias del rasgo de Xiahe con las poblaciones actuales estaría basada en el diente “equivocado”.
Por otra parte, el estudio detallado de la morfología del molar del denisovano de Xiahe revela que, aunque tiene tres raíces, su configuración es diferente de la que presentan las poblaciones humanas actuales y que tiende a ser más frecuente en asiáticos. La tercera raíz no solo es diferente en cuanto a su tamaño y forma sino también en cuanto a su posición. En otras palabras, la variación genética que causó el desarrollo de tres raíces en Xiahe es probablemente diferente de la que produjo molares con tres raíces en las poblaciones actuales, predominantemente de Asia.
“Son similares solo en apariencia, pero son rasgos diferentes”, afirma María Martinón. La investigadora, que lideró el Grupo de Antropología Dental del CENIEH durante ocho años advierte: “Aunque los dientes son la mejor herramienta que tenemos para estudiar especies que se han extinguido, tenemos que ser muy cautos y no extralimitarnos en las interpretaciones de rasgos aislados. Hablar de introgresión entre especies por tener una característica en común, que ni siquiera aquí es el caso, es muy arriesgado”, concluye.
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