Foto: La figura representa un animal al que le falta la cabeza, casi todas las patas delanteras y la parte inferior de los cuartos traseros, y lleva marcas en el lomo.
Vía:
adn.es | EFE | 10 de septiembre de 2010
Un arqueólogo aficionado ha encontrado de manera casual en el municipio de Fabara (Zaragoza) restos de la escultura ibérica de un felino, del siglo V antes de Cristo, una pieza
"excepcional" porque retrae a unos siglos antes la implantación de la cultura íbera en el valle del Ebro.
Aunque la datación está pendiente de un estudio definitivo, la pieza, al parecer de una leona, de 83 centímetros de longitud y unos noventa kilos de peso, es un hallazgo
"muy importante", porque no es frecuente encontrar restos de escultura ibérica tan antiguos en el valle del Ebro, ha informado hoy el director general de Patrimonio del Gobierno de Aragón,
Jaime Vicente.
Los restos de esta escultura de arenisca, localizada hace apenas unos días cerca del río Matarraña, no eran identificables porque habían sufrido un proceso erosivo muy fuerte, al haber permanecido largo tiempo a la intemperie, pero al realizar unas obras para un camino hacia una granja le dieron la vuelta, ha explicado Vicente durante su presentación.
Un arqueólogo aficionado pensó que podía constituir un ejemplo de escultura ibérica y avisó al Departamento de Cultura del Gobierno de Aragón, que envió sus técnicos para analizar y valorar los restos que, según Vicente, consideraron como un
"objeto original, auténtico, de esa cultura", aunque las propias condiciones de su hallazgo, en superficie, impiden por el momento conocer el contexto.
A la pieza, posiblemente una leona, le faltan la cabeza, casi todas las patas delanteras y la parte inferior de los cuartos traseros, y posiblemente formaba parte de un monumento, quizás de carácter funerario u honorífico, ha agregado.
El arqueólogo
José Ignacio Royo, responsable del rescate de la pieza, ha señalado que faltan elementos clave para decir exactamente su funcionalidad.
La escultura se ha integrado desde el primer momento de su localización en las colecciones del Museo de Zaragoza, donde los técnicos han comenzado los trabajos de limpieza, conservación y análisis y en el que se exhibirá dentro de su sección de Ibérica y Celtibérica, dos culturas que ocuparon el territorio aragonés en un momento muy extenso de su historia, ha explicado el director general.
Vicente ha destacado que es la primera vez que se encuentra en el valle del Ebro un elemento monumental que refleja la existencia de una sociedad avanzada, jerarquizada, con muchos recursos, que utiliza símbolos similares a los de la zona de Andalucía, donde está la gran escultura ibérica, en un periodo de tiempo muy similar a la de esta escultura.
Aunque la pieza no se ha encontrado en ninguna de las excavaciones arqueológicas que se llevan a cabo en Aragón, está cerca de un yacimiento conocido y próximo a un lugar donde también ha aparecido algún resto ibérico, por lo que se integrará a los planes de investigación para avanzar en los próximos años en el conocimiento de los yacimientos asociados a esa escultura, ha explicado.
La última escultura de estas características encontrada en Aragón se remonta a los años 80 del siglo XX, y en la actualidad hay cinco del periodo íbero.
Estas otras esculturas del periodo íbero son los dos caballos del poblado del Palao de Alcañiz, un felino procedente de la antigua Tolous en Monzón, dos estatuas sedentes en Albelda y una cabeza de un personaje con gorro cónico, recuperada en las excavaciones de los años 80 del siglo XX, en la necrópolis tubular de la Avenida Martínez de Velasco en Huesca.
Foto: Uno de los caballos del Palao de Alcañiz (Teruel).
Foto: Pareja de estatuas sedentes de Albelda (Huesca).
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