No es raro que la mención de los conceptos de la individualidad personal o social, del tiempo y del espacio, nos suenen a temas filosóficos muy difíciles de relacionar con la arqueología que tanto nos gusta y apasiona. El principal motivo es que de todos los autores conocidos de la Prehistoria prácticamente ninguno se hace eco del origen y desarrollo de tales conceptos, evidentemente porque ni su formación profesional, ni la tradicional explicación de los yacimientos arqueológicos hacen la más minina referencia a estas abstracciones.
Sin embargo, no todos los prehistoriadores opinan lo mismo. Como ha podido comprobar de primera mano la prehistoriadora Almudena Hernando (1999; 2002: 119-143), profesora de la Complutense de Madrid, la forma en la que los conceptos temporales y espaciales se realizan de forma diferente para cada grupo humano.
Un ejemplo característico lo constituyen algunas sociedades primitivas actuales, como ocurre en diversos grupos de amerindios del Amazonas (Bororo, Kayapó, Yanomami, etc.). En su conducta se aprecia ciertas limitaciones en sus propias formas de vida y comunicación, naturalmente en comparación con las nuestras. Sus necesidades tienen siempre cierto carácter urgente, al tener que realizarse dentro de los parámetros del aquí y ahora, por lo que el futuro lejano no existe. Igualmente, estos grupos humanos presentan un concepto temporal limitado a un futuro próximo, donde deben realizarse las acciones que son capaces de pensar. De la misma manera, para ellos, el espacio queda limitado al territorio conocido por medio de sus propias experiencias, el resto es como si no existiera. Tened en cuenta que son seres humanos absolutamente iguales, en el sentido biológico, que nosotros.
El tiempo y el espacio son diferentes para ellos y para nosotros, la realidad es que al no existir como entidades materiales fáciles de observar y coger, hay que crearlos partiendo de cero, lo que significa unas capacidades cognitivas altas, motivación suficiente y adecuación demográfico oportuna.
El conocimiento de cómo realizan las sociedades primitivas actuales estos conceptos, sólo nos puede aportar la certeza de su diferencia, y cierta idea de cómo pudieron los humanos del Paleolítico realizar dichos avances simbólicos. La identificación y el grado de desarrollo que debieron alcanzar en el pasado estos conceptos y el de individualidad deben estudiarse en común, pues todos ellos constituyen la parte estructural del lenguaje. Lo que parece un tema de estudio de filosofía, se convierte en un aspecto casi desconocido de la realidad de nuestros ancestros en el Paleolítico.
Creo, que es importante, e incluso apasionante, introducirse en el estudio de estos procesos, que, por otra parte, son temas en los que puede que seamos pioneros en el estudio de la naturaleza cognitiva y simbólica humana.
* HERNANDO, A. (1999): Percepción de la realidad y Prehistoria, relación entre la construcción de la identidad y la complejidad socio-económica en los grupos humanos. Trabajos de Prehistoria, 56 (2): 19-35.
* HERNANDO, A. (2002): Arqueología de la identidad. Akal. Móstoles (Madrid).
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