A pesar de lo complejo del tema que intento exponer, creo que queda patente la conexión entre el pensamiento, la conducta y el lenguaje. Son tres procesos que siempre van íntimamente interrelacionados, de hecho son casi tres manifestaciones diferentes del mismo asunto.
El pensamiento es la planificación de la acción.
El lenguaje es la simbolización de la acción para exposición y realización social.
La conducta es la manifestación material de los otros dos procesos.
Si con el registro arqueológico podemos conocer elementos importantes de la conducta humana. ¿No podremos conocer también características de su pensamiento y de su lenguaje?
Sólo que hay que cambiar algo la manera de enfocar el estudio de los restos arqueológicos. Un útil interesa tanto sus características tecnológicas y tipológicas que lo caracterizan, pero también es muy interesante analizar las conductas que lo han hecho posible. Por ejemplo: la distancia en la que se ha obtenido la materia prima nos ofrece información importante sobre el concepto del espacio de la sociedad (que casualmente va aumentando lentamente hasta el inicio del Paleolítico superior), el aumento relación espacial y organización social de la población que lo creó, etc. Todo ello, desde una visión amplia de todas sus creaciones y con un análisis estadístico de su población aceptable.
Pero antes de introducirnos en la aplicación del modelo en el análisis arqueológico, creo conveniente realizar una síntesis del modelo psicobiológico sobre la génesis de la conducta humana que he realizado. Lo que presentaré próximamente.
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