Red social de Arqueologos e Historiadores
Los pueblos indígenas de Oceanía tienen cierto porcentaje de ascendencia denisovana Fotos: Mike Keesey.
Fuente: sbs.com.au | KERRI WORTHINGTON | 6 de febrero de 2013 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)
La secuenciación del ADN de una antigua especie humana ha dado más pistas sobre la historia de la evolución de los humanos modernos.
Un equipo de científicos de Alemania ha publicado recientemente los resultados de su nuevo método de análisis genético, con el cual reconstruyeron la totalidad del genoma de homínidos poco conocidos: los denisovanos.
Utilizando material recogido de un hueso del dedo pequeño y dos dientes hallados en una cueva al este de Siberia (izquierda), los científicos encontraron que los denisovanos compartían un ancestro común tanto con los neandertales como con los humanos modernos.
Pero fue la revelación de que los pueblos indígenas de Australia, junto con los melanesios que viven en Papúa Nueva Guinea y las islas cercanas, tienen una conexión más reciente con los denisovanos lo que ha levantado las cejas.
Científicos del Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva, en Liepzig, Alemania, han desarrollado una nueva tecnología revolucionaria que les permite analizar las cadenas más pequeñas de ADN del hueso del dedo denisovano.
Análisis anteriores ya habían comprobado que se trataba de una antigua especie que no correspondía a los humanos modernos ni a los neadertales. Lo que habían encontrado pertenecía a una joven, a una niña de ojos marrones, cuyo cuerpo ha estado en la cueva de Denisova, en Rusia, alrededor de 80 mil años. Poco más se podía saber, definitivamente, acerca de ella. Pero su ADN muestra que los denisovanos estaban estrechamente relacionados, aunque son distintos a los neandertales. Y también muestra que, aunque todos los humanos modernos, excepto los africanos, tienen genes neandertales, sólo los individuos con ancestros melanesios tienen ADN denisovano.
Los investigadores creen que probablemente un grupo de antepasados partió primero de África hace entre 300.000 y 400.000 años y se separó rápidamente. Una rama se convirtió en los neandertales, que se expandieron por Europa y la otra rama migró hacia el este y se convirtió en los denisovanos. Cuando los humanos modernos salieron de África hace entre 70.000 y 80.000 años, primero se encontraron a los neandertales y posteriormente entraron en contacto con los denisovanos
Un investigador del Instituto Max Planck, Mark Stoneking (izquierda), en declaraciones a la ABC, explica:
"La cantidad de ascendencia denisovana en los nativos de Australia y Nueva Guinea se estima alrededor de un 4 a 6 por ciento. Y si ese es el caso, entonces eso también es, creo, un poco extraordinario, dado que significa que los denisovanos estaban más extendidos que cualquier otro homínido, con la excepción de nosotros".
Esto ha cambiado la manera en cómo los científicos piensan acerca de la migración humana en el mundo.
El científico que lidera la investigación es el paleogeneticista Svante Pääbo (abajo).
Hablando a través de una conferencia online, el Dr. Pääbo dice que ahora estamos comenzando a tener una idea de lo que era el mundo cuando los humanos modernos comenzaron a salir de África.
"En Occidente hubo neandertales, en el este había denisovanos, y tal vez también otras formas de seres humanos que todavía no hemos descrito. Los seres humanos modernos surgieron en algún lugar de África, y salieron de la misma presumiblemente hacia Oriente Medio. Se encontraron con los neandertales, se mezclaron con ellos y continuaron propagándose por el mundo. Y en algún lugar del sudeste de Asia se toparon con los denisovanos, hibridaron con ellos y continuaron su expansión a través del Pacífico".
Pero no todos están convencidos que los resultados del ADN demuestren entrecruzamientos entre especies humanas.
Darren Curnoe (izquierda) un biólogo evolutivo y antropólogo de la Universidad de Nueva Gales del Sur, dice que la secuenciación del genoma podría estar contando una historia sobre la hibridación o podría estar solo mostrando cómo los genes humanos han mutado durante milenios.
"Es controvertido. Creo que muchos de nosotros estamos tomando una línea escéptica y no porque tengamos una oposición especial a la idea de que nuestros antepasados pudieran haber hibridado con otras especies. Es más que esto. Se trata de que es un área muy nueva y la tecnología está avanzando a un ritmo muy rápido. Las comparaciones que se han hecho con genomas vivos, si se quiere, son bastante limitadas en este momento. Así que muchos de nosotros estamos buscando más comparaciones, más precisión en los datos. Y queremos ver en particular comparaciones realizadas con miembros de nuestra especie, la cual también tiene decenas de miles, tal vez cien mil años de antigüedad".
¿Y qué piensa la gente indígena acerca de las revelaciones de que su ADN tiene ese único vínculo con los denisovanos?
Mitchella Hutchens, es una mujer Wardandi Yorga del sudoeste de Australia Occidental. Su familia ha estado trabajando estrechamente con los arqueólogos y científicos genéticos excavando cuevas en esa región. El trabajo se centra actualmente en los restos de plantas y animales, pero el equipo científico ha abordado la posibilidad de encontrar restos humanos antiguos y pruebas para evaluar los vínculos con las poblaciones indígenas que viven en el área hoy en día. Mitchella Hutchens habla de más hallazgos científicos acerca de las primeras poblaciones humanas en Australia; la historia oral indígena está cada vez más justificada.
"Nos gusta desafiar a los científicos y disfrutar con ellos ideando nuevas teorías. Nos han dicho, básicamente, que al principio teníamos sólo 18.000 años. Ellos redescubrieron algo más y dijeron que teníamos 24.000 años de antigüedad, y, como los descubrimientos continuaron, se ha ido más allá en los últimos estudios del caso. Entonces les explicamos que, desde nuestro punto de vista tradicional, siempre hemos venido de este país y que nuestro espíritu nació de la tierra de la cual los antiguos vinieron".
Michael Westaway (derecha), es jefe de los estudios de los entornos culturales en el Museo de Queensland. Está involucrado en un proyecto que compara el ADN de los seres humanos antiguos hallados en el sur de Asia y en los pueblos indígenas de Australia, particularmente en el área de Lake Mungo, al oeste de Nueva Gales del Sur.
El Dr. Westaway dijo que hubo preocupación por parte de los pueblos indígenas cuando los científicos comenzaron a hablar acerca de mapear el genoma humano en la zona. Pero su equipo ha tenido la experiencia opuesta, después de haberse tomado un tiempo para hablar con las gentes aborígenes sobre la importancia de estas investigaciones y la información que puede revelar.
"Algunos grupos no son muy positivos, pero otros son bastante favorables y están deseosos de saber más. Sobre todo la cuestión de que quizás las antiguas poblaciones se movieron a través de Asia central en algún momento después de hace 100.000 años interactuando con homínidos parientes ya extinguidos. Quiero decir que creo que es una cosa fascinante y muchas personas están interesadas en sus orígenes. Hay un montón de maneras diferentes con las que podemos ver los orígenes. Podemos verlos a través de la ciencia, podemos mirarlos a través de las creencias cristianas o islámicas, y también podemos verlos a través de las historias originarias de los aborígenes y su cosmología y espiritualidad. Así que estas cosas no tienen por qué estar en conflicto necesariamente. Creo, en realidad, que son bastante complementarias en muchos aspectos".
La antropólogo cultural, Emma Kowal (izquierda), de la Universidad de Melbourne, dice la genética de poblaciones no es un campo investigación que muchos aborígenes australianos consideren especialmente relevante para sus vidas.
Pero la Dra. Kowal aduce que los pueblos indígenas con los que ha trabajado no se sienten amenazados por los últimos descubrimientos en la investigación del ADN:
"Ciertamente no ha sido el tipo de fuerte reacción negativa lo que hemos visto, como por ejemplo en los Estados Unidos, donde una serie de grupos aborígenes han paralizado investigaciones de ADN de restos humanos y la investigación de ADN por completo debido a la preocupación de que la historia científica de la migración humana está en conflicto con sus creencias cosmológicas de que la gente vino de ese lugar".
Para la mujer indígena Hutchens Mitchella, no hay nada remotamente desconcertante sobre estar vinculada a través de los genes a personas del presente y del pasado de otras partes del mundo.
"De todas nuestras antiguas enseñanzas, en mi familia en particular, siempre hemos sido instruidos en que somos personas universales que comparten un nido. No importa de qué color seas. Sólo tenemos que cuidar el nido y cuidar de los demás. Para nosotros, la parte divertida de esto es decirle a la gente los hechos, y muy a menudo tienen que tener la prueba científica para que sean capaces de exponerlos y seguir adelante. Así pues, cada vez que ellos analizan uno de nuestros hechos como verdadero refuerzan nuestras historias y lo que hemos estado diciéndoles. Por tanto, supongo que también hay otra cara del asunto".
Impresionante
¡ que maravilla la ciencia!, cuantas sorpresas nos esperan.
Comentar
Bienvenido a
Arqueologia, Historia Antigua y Medieval - Terrae Antiqvae
Terrae Antiqvae es una Red Social sin ánimo de lucro. Necesitamos tu apoyo para el mantenimiento del sitio. Apadrina esta Comunidad
Derechos de Autor:
Terrae Antiqvae® is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Información legal: Terrae Antiqvae® es Marca registrada por José Luis Santos Fernández. Marca nº 2.679.154 - Clase 41, Madrid, España. Reservados todos los Derechos. En Internet desde Julio de 2001.
Normas de la Comunidad (Aviso Legal): Netiqueta - Términos de servicio
© 2024 Creado por José Luis Santos Fernández. Tecnología de
¡Necesitas ser un miembro de Arqueologia, Historia Antigua y Medieval - Terrae Antiqvae para añadir comentarios!
Participar en Arqueologia, Historia Antigua y Medieval - Terrae Antiqvae