Los neandertales han sido vistos hasta hace poco como simples salvajes: potentes cazadores pero con poca capacidad de atención y destreza manual. Sin embargo, en los últimos años, los científicos se han dado cuenta de que eran mucho más refinados de lo que se había pensado, capaces de cuidar a los débiles, enterrar a sus muertos e incluso adornarse con plumas y abalorios.
Ahora, un nuevo estudio publicado en Science Advances, y dirigido por la profesora de la Universidad de Tübingen, Katerina Harvati (izquierda), revela que los neandertales eran también muy similares a los humanos modernos en su expresión física. El estudio, que analiza los huesos de las manos y los brazos de los neandertales, revela que estos individuos en realidad no dependían principalmente de la fuerza en sus actividades cotidianas, pues usaban el agarre manual con la misma de precisión que nosotros lo hacemos.
"La robusta anatomía de los huesos de la mano de Neanderthal nos llevó a creer que manejaban sus tareas diarias principalmente por la fuerza, aunque los descubrimientos arqueológicos indican cada vez más que mostraban un comportamiento cultural sofisticado", explica la Dra. Katerina Harvati en un comunicado.
Los resultados del estudio fueron posibles gracias a un nuevo enfoque en orden a investigar y descifrar las diminutas marcas que dejan en los restos esqueléticos los músculos de los dedos y pulgares. Durante muchas décadas, se ha sabido que el esqueleto de cualquier individuo responde a las fuerzas resultantes del uso habitual de los músculos a lo largo de su vida, y, en consecuencia, los huesos se vuelven más robustos en los puntos de mayor tensión.
Por tanto, se puede comparar las lesiones y las áreas de robustez esquelética distintiva de los neandertales con datos modernos. Uno de los estudios previos descubrió que las lesiones esqueléticas de los neandertales eran similares a las de los jinetes profesionales de rodeo. Los autores sugieren que esto podría deberse a que el tipo de caza que llevaban a cabo los neandertales implicaba acercarse mucho a la presa para lancearla, obligándolos a aferrarse a su arma cuando el animal herido se revolvía.
Se muestran los huesos de la mano con el accesorio muscular para ambos tipos de agarre. Azul: precisión, rojo: fuerza. Crédito: Copyright Katerina Harvati, Universidad de Tübingen.
Albañiles versus escritores
En el nuevo estudio los investigadores analizaron datos esqueléticos comparativos modernos de 50 humanos póstumos que habían donado sus cuerpos a la investigación científica. Todos ellos tenían historias de vida bien documentadas, aunque los orígenes precisos de la muestra no fueron presentados. Un grupo tenía una historia ocupacional caracterizada por el agarre manual con fuerza: albañiles, canteros y carpinteros. Otro grupo se caracterizaba por haber realizado un trabajo manual menos intensivo, con mayores requisitos de precisión, entre los que se incluían sastres, zapateros, ensambladores, un escritor y un pintor.
El análisis estadístico resultante fue ejemplar, proporcionando un marco que relaciona ciertas combinaciones de marcas esqueléticas con el trabajo pesado y el trabajo más liviano, respectivamente. Sin embargo, las suposiciones que sustentan la selección de los grupos podrían ser cuestionadas, dado que puede ser el caso de que los albañiles y carpinteros también confíen en la precisión manual de su trabajo.
Dos ejemplos de agarre de precisión que involucran principalmente el pulgar y el dedo índice durante la producción y el uso de escamas líticas.
Aún así, los datos obtenidos fueron interesantes y los investigadores los compararon con los datos arqueológicos de seis restos de neandertales y seis especímenes humanos modernos tempranos. Los resultados fueron muy claros en lo que respecta a la muestra neandertal. Todos sus restos esqueléticos mostraban similitudes fuertes y consistentes con el grupo moderno de humanos tempranos con agarre de precisión. Sorprendentemente, los resultados fueron menos claros para la muestra de humanos modernos tempranos. Solo tres especímenes coincidieron con este grupo con agarre de precisión. En cambio, dos estaban consistentemente relacionados con el grupo de trabajo pesado y, para el último de ellos, los resultados fueron ambiguos.
La sorpresa aquí no es que se haya demostrado que los neandertales tenían una adaptación que implicaba destreza manual y agarre de precisión, sino más bien que esto haya sido alguna vez una cuestión de duda.
Tecnología lítica levallois. Crédito: Didier Descouens / wikipedia, CC BY-SA.
Pistas sobre las sociedades prehistóricas
La tecnología lítica levallois, utilizada a menudo por los neandertales para elaborar una gama de lascas y herramientas líticas de forma predeterminada requeriría una capacidad cognitiva esencialmente moderna para concebirla y una gran destreza manual para lograrla.
Por lo tanto, este trabajo continúa la tendencia de las últimas décadas de incorporar a los neandertales a la familia humana como seres complejos. Claramente, estos individuos gestionaron sus mundos sociales y culturales a través del poder del cerebro y la sofisticación tecnológica.
Tal vez los resultados mixtos de la muestra humana moderna temprana tengan una importancia aún mayor. Aquí tenemos indudables miembros de la familia humana que no han demostrado evidencia de un uso habitual del agarre con precisión a lo largo de su vida. ¿Cómo podemos explicar esto? Se puede sugerir que estos antepasados pudieron haber sido más especialistas en términos de trabajo que los neandertales. Es decir, podría haber habido una estratificación social en los grupos de humanos modernos tempranos del Paleolítico superior en la que determinados individuos tenían diferentes ocupaciones y tal vez estatus.
Con todo, la muestra es bastante pequeña, por lo que se necesitarán más investigaciones para resolver esta cuestión. El siguiente paso será aplicar estas técnicas a nuevos materiales en mayores cantidad, y quizás con una base más refinada del material comparativo.
No obstante, en general, esta es una valiosa y sólida investigación que refuerza lo que debería ser una amplia aceptación de los neandertales como seres complejos y sensibles equivalentes a nosotros mismos.
Fuente: Phys.Org | 27 de septiembre de 2018
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