Grabados en rocas de esquisto supuestamente hallados por Mellaart en Çatalhöyuk. Sin embargo, se han encontrado bocetos iniciales de los mismos en el apartamento de Mellaart en Londres. Crédito: © Luwian Studies.

Un famoso arqueólogo, bien conocido por haber descubierto el extenso asentamiento turco de 9.000 años de antigüedad llamado Çatalhöyük, parece que falsificó varios de sus hallazgos antiguos y es posible que haya también llevado a cabo un "taller de falsificadores", según afirma un investigador.

James Mellaart, que murió en 2012, habría creado algunos de los murales "antiguos" de Çatalhöyük que supuestamente descubrió; también falsificó documentos que registraban inscripciones halladas en Beyköy, una aldea en Turquía, dijo el geoarqueólogo Eberhard Zangger, presidente de la Luwian Studies Foundation a Live Science. Zangger examinó el apartamento de Mellaart en Londres entre el 24 y el 27 de febrero pasado, encontrando "prototipos", como los llama Zangger, de los murales e inscripciones que Mellaart había afirmado que eran reales.

Foto: James Mellaart durante una entrevista.

"Usó el mismo enfoque durante más de 50 años. En primer lugar, adquiría un conocimiento tremendamente amplio y profundo sobre el área que le interesaba. Luego, intentaba utilizar este conocimiento para desarrollar un panorama histórico coherente", sostiene Zangger. Este proceso, en sí mismo, no es infrecuente para un arqueólogo o historiador. La única diferencia es que los investigadores legítimos buscan posteriormente evidencias que apoyen o refuten sus ideas. En cambio, "Mellaart fabricaba dibujos de artefactos y realizaba traducciones de presuntos documentos para reforzar sus teorías", continúa Zangger.

Foto: Eberhard Zangger inspeccionando documentos de James Mellaart.

Solicitud desde más allá de la tumba

En 1995 Mellaart le escribió a Zangger sobre varias inscripciones supuestamente procedentes de un pueblo turco llamado Beyköy, escritas en una antigua lengua llamada Luwian. Mellaart afirmó que él no podía leer ni escribir la lengua Luwian, pero que estaba planeando describir su hallazgo en una publicación científica. Mellaart había mencionado las inscripciones brevemente en un artículo que publicó en 1992 en el boletín de la revista Anglo-Israel Archaeological Society. 

En una nota que Zangger encontró en el apartamento, Mellaart escribió que, si las inscripciones de Beyköy no se publicaban completamente antes de su muerte, los investigadores deberían entonces hacerlo por él. 

Zangger, junto con Fred Woudhuizen, un investigador independiente, tomó entonces el proyecto y publicó detalles sobre una larga inscripción en el mes de diciembre pasado en la revista Proceedings of the Dutch Archaeological and Historical Society. Esa inscripción supuestamente data de hace 3.200 años y habla de un príncipe troyano llamado Muksus. Sin embargo, algunos especialistas sospecharon que podía ser una falsificación.

Según las notas de James Mellaart, esta inscripción en lengua Luwian fue copiada por el arqueólogo Georges Perrot en 1878 en Beyköy, Turquía. La inscripción se remonta a más de 3.200 años y trata del surgimiento de un reino llamado Mira, dirigido por un príncipe troyano llamado Muksus, y de cómo lanzó ataques contra objetivos de todo Oriente Medio, destruyendo el imperio hitita, junto con otros reinos. Crédito: James Mellaart.

Y ahora parece que muchas, si no todas, de las inscripciones no publicadas son falsificaciones, dice Zangger, señalando que no está del todo seguro de que la inscripción publicada el pasado mes de diciembre fuera completamente elaborada por Mellaart. Los documentos encontrados en el apartamento del mismo muestran que, lejos de ser incapaz de leer la lengua Luwian, Mellaart era muy hábil en este idioma antiguo, afirma Zangger.

Los supuestos documentos del Texto Beyköy creado por Mellaart. Izquierda: elementos individuales de información histórica en cartón. Centro: primer borrador escrito a mano. A la derecha: la supuesta traducción terminada y firmada: "Yo, Artahulas, escribí (esta tableta) en el día de Ura-Tarhundas". Crédito: © Luwian Studies

Zangger dijo que se sentía traicionado por el hecho de que Mellaart le pidió a los investigadores que publicaran sus falsificaciones después de su muerte. "Me siento como si hubiera abusado de mí”, se queja Zangger. La correspondencia encontrada en el apartamento indica que Mellaart intentó conseguir que otros interesados publicaran sus falsificaciones antes de morir, aduce Zangger, y agrega que “Mellart no tenía escrúpulos cuando se trataba de dañar las carreras profesionales de otras personas".

También en el apartamento encontró Zangger piezas de esquisto grabadas con bocetos iniciales de los murales que Mellaart afirmó haber descubierto en Çatalhöyük, sugiriendo que estos también eran  falsificaciones. Las fotografías de los bocetos fueron publicadas online por la Luwian Studies Foundation.

Mellaart publicó por primera vez descripciones de los murales de Çatalhöyük en 1962 en la revista Archaeology, y dio a conocer más ejemplos durante las décadas siguientes. Algunos de los murales que Mellaart describió en publicaciones exhiben solo dibujos y no fotografías reales, y todavía no está claro cuántos de esos murales de Çatalhöyük son falsos. "Mellaart produjo una mezcla de hechos publicados, datos inéditos e imaginarios. Es algo prácticamente imposible de desentrañar", dice Zangger.

Foto: James Mellaart usó piezas de esquisto para grabar sobre ellos bocetos iniciales de las supuestas pinturas murales de Çatalhöyük.

El mundo de "Harry Potter"

La carrera de Mellaart no discurrió sin controversias. En 1964, fue acusado de ayudar inadvertidamente a traficantes que intentaban vender artefactos robados y se le prohibió excavar en Turquía. "Después de eso, todavía le quedaba medio siglo de vida y durante ese tiempo parece haber ingresado cada vez más en un mundo imaginario. Quizás quería vengarse de algún modo engañando a sus colegas de campo", afirma Zangger.

La carta de 1995 a Zangger muestra tanto el profundo conocimiento histórico como la fértil imaginación de Mellaart. En la misma se  proporciona  una descripción detallada de lo que dicen los textos de Beyköy, nombrando numerosos lugares antiguos, así como personas y eventos. Mellaart creó una elaborada historia de fondo para los textos, aduciendo su falsa declaración de que no podía leer la lengua Luwian, y diciendo que tales textos habían sido parcialmente descifrados por otros investigadores que habían muerto en 1995. 

"Fred Woudhuizen y yo identificamos a unas 260 personas, así como nombres de lugares. Es muy parecido al tipo de mundo de Harry Potter. Los nombres son consistentes y aparentemente tienen sentido. Mellaart era evidentemente un genio en algunos aspectos, pero empleó mal su talento, causando así un tremendo daño al campo de la arqueología", concluye Zangger.

Ian Hodder, quien actualmente lidera las excavaciones en Çatalhöyük, se negó a comentar nada sobre la situación.

Fuentes: Live Science | Luwian Studies | 12 de marzo de 2018

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Comentario por Alicia M. Canto el marzo 17, 2018 a las 10:51am

Asombroso... y muy penoso. No es extraño que Zangger se sienta completamente estafado. Pero no deja de ser curioso que Mellaart consiguiera engañar desde 1962 a tantos supuestos expertos, arqueólogos pero también a los de los jeroglíficos luvitas.

Comentario por Morfeo Gómez el marzo 18, 2018 a las 12:33am

Engaños, mentiras, teorías erróneas...¿quien pedirá perdón por tantos años de hacernos creer que el neanderthal era una bestia primitiva? ¿

¿Es otro tipo de engaño?

Realmente la arqueología debe mucho a la fantasía, y de lo único que podemos estar seguro es que las ideas y representaciones van a cambiar.

Comentario por antton erkizia el marzo 18, 2018 a las 1:00pm

Preguntas de un observador desde su absoluta ignorancia:

--(Me) pregunto: El tal Jame Mellaart, que "pidió" que otros investigadores publicaran sus hallazgos si a él no le alcanzaba hacerlo en vida, el tal James Mellaart ¿fue tan burdo, pregunto, de dejar su apartamento lleno de "huellas" de su falsificación? ¿Ni se imaginó que esos investigadores posteriores, que accederían a sus documentos, l´ogicamente sí para poder publicarlos, encontrarían su taller de falsificación? ¿Tan cutre?

--(Me) pregunto: Si el tal James Mellaart exhibió/publicó dibujos de sus hallazgos...parece hasta lógico que hiciera uno y mil bocetos de estos hallazgos...Que no digo yo que no sean pruebas de falsificación...pero podrían ser pruebas de reproducción para publicarlos, o reproducirlos para mejor comprenderlos... ¿Se podría saber si estos bocetos son posteriores a los "hallazgos" o anteriores a los "hallazgos"?

--(Me) pregunto: con estos datos, se puede publicar: "Y ahora parece que muchas, si no todas, de las inscripciones no publicadas son falsificaciones, dice Zangger, señalando que no está del todo seguro de que la inscripción publicada el pasado mes de diciembre fuera completamente elaborada por Mellaart"? (El subrayado es mío)

"No está del todo seguro", pero concluye dándolo por hecho que es una falsificación con:

"Mellaart era evidentemente un genio en algunos aspectos, pero empleó mal su talento, causando así un tremendo daño al campo de la arqueología", concluye Zangger.

--"Asombroso...penoso...No es extraño que Zangger se sienta completamente estafado". Lo que era solo "parecer", ¿ya tiene valor de prueba y ya tiene sentencia condenatoria?  Pregunto, solo pregunto. (Que a lo mejor sí ha quedado probado, pero en el texto no me parece tan probado.)

Comentario por Jose MT el marzo 18, 2018 a las 7:36pm

En cualquier caso, inquietante. Las preguntas que hace el Sr. Erkizia son pertinentes.

Comentario por Jose MT el marzo 18, 2018 a las 9:46pm

... pero falta preguntar también: si su suspicacia no estuviera respaldada en argumentos bien fundados ¿qué otro motivo tendría Zangger para poner en duda grandes porciones del trabajo (incluso, del suyo propio) sobre los Luvitas?

Comentario por Morfeo Gómez el marzo 19, 2018 a las 5:13pm

Inquietante que todavía no se pueda decir tajantemente que sean falsificaciones o no. Aunque hubiera una ligerísima duda de que son piezas reales, la duda no se elimina. Como inquietantes son las dudas sobre la Dama de Elche, por ejemplo.

Y todo esto es inquietante porque puede haber muchas falsificaciones en la historia indetectables, y no somos capaces de descubrirlas.

Comentario por Morfeo Gómez el marzo 19, 2018 a las 5:41pm

De 2000 piezas, 1900 falsificaciones.... el problema es algo masivo, no puntual.

http://www.onemagazine.es/museo-arqueologico-nacional-arqueologia

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el marzo 20, 2018 a las 3:36am

Estimado Sr. Antton Erkizia:

Veo que no se ha molestado (a la hora de hacer sus preguntas-valoraciones) de leer siquiera los enlaces que puse en el post (a veces pienso que no sé para qué los pongo). Si lo hubiera hecho, habría podido comprobar que en la entrevista al profesor Zangger, que presenta Luwian Studies, éste dice claramente, respecto a si la principal inscripción jeroglífica luvita (de la cual publicó una traducción en diciembre pasado junto con otro colega) era real o no, lo siguiente:

No lo sabemos. En el estudio de Mellaart no encontramos borradores u otra evidencia de una falsificación de esta inscripción. La alegación de que él manejó un taller de falsificación se refiere a otros documentosEn la publicación de la inscripción jeroglífica en lengua luvita en diciembre pasado, el lingüista holandés Fred Woudhuizen y yo enumeramos los argumentos a favor y en contra de la autenticidad de este documento. Llegamos a la conclusión de que prevalecían los argumentos a favor de su autenticidad. No hay nuevas ideas hoy, y Fred Woudhuizen todavía cree que la inscripción jeroglífica es auténtica. Pero, por supuesto, ahora hay más razones para el escepticismo. No me atrevería a dar un juicio yo mismo.

O sea, que con independencia de que otros especialistas sí ponen en duda la autenticidad de esta inscripción (motivos para dudar de la misma hay más que de sobra si se indaga un poco en el asunto, tal como se ha reflejado en la prensa a raíz de la publicación de su traducción), el profesor Zangger no emite un  juicio definitivo, pero sí dice claramente que otros documentos en poder de Mellart, por él supervisados, tienen todas las papeletas ser falsos. En consecuencia, no es de extrañar que diga que puede 'parecer' que otros muchos documentos elaborados por Mellart puedan ser del mismo tenor.

En cuanto a su primera pregunta, sobre cómo es posible que se pudiera visitar el apartamento de Mellart, la prensa (y los enlaces que puse) dan buena cuenta de ello. Tenga presente que Mellart dijo sólo que sus trabajos sobre las inscripciones luvitas deberían ser publicados tras su muerte por otros especialistas. No dijo que para ello fueran a su apartamento y los cogieran sin más para tal fin y comprobaran todo el material que por allí tenía. ¿Que ocurrió entonces? Pues, dado lo que se ha publicado, me permito suponer la siguiente secuencia de hechos:

Foto: Alan C. Mellart (izquierda) junto a Eberhard Zangger examinando los documentos pertenecientes a James Mellart.

1º Que el encargado (tras las muerte de Mellart) de proporcionar las inscripciones luvitas a los especialistas para su publicación fue su propio hijo,  Alan C. Mellaart, el cual, conviene saberlo, por lo visto no tiene formación profesional ni en Historia ni en Arqueología. Allan C. Mellart se ocupó de enviar al profesor Zangger los trabajos sobre las inscripciones luvitas que su padre quería que se publicaran tras su fallecimiento. Tal circunstancia así acontenció: Zangger junto con otro colega publicó una traducción crítica sobre la principal inscripción, y otras que le acompañaban, en el mes de diciembre pasado (véase los enlaces del post, repito).

2º Tras esta publicación, el profesor Zangger pidió permiso en el mes de febrero a Allan C. Mellart para visitar el apartamento de su padre, a fin de examinar otros documentos y materiales que James Mellart poseía de su actividad arqueológica en Çatalhöyük, y así ocurrió. Una vez en disposición de examinar toda la documentación y materiales que en el apartamento había, el conocimiento experto de Zangger verificó que estaba ante pruebas que llevaban a la conclusión de que James Mellart había producido determinadas falsificaciones, comenzando por el hecho de que encontró bocetos originales de los dibujos que aparecían en los esquistos grabados de Çatalöyük y que supuestamente decoraban las paredes de las casas. Entiendo que cuando Zangger habla de 'bocetos originales' se está refiriendo no ha copias de esos grabados, sino a la elaboración por parte de Mellart de esos dibujos, es decir, dibujos que iba abocetando y elaborando hasta dar con su forma final con arreglo a sus pretensiones demostrativas y que luego presentaba como reliquias prehistóricas verdaderas (algo de lo que ya había sido acusado igualmente cuando presentó también como verdaderos, en otro momento de su vida, determinados motivos geométricos que aparecían en las paredes de la casas de Çatalhöyük como el origen de los dibujos geométricos de las alfombras turcas denominadas kilim, y sin más pruebas que sus propios dibujos sobre tales motivos). Y, por lo visto, no solo eso. Llegó a comprobar que Mellart, que se había pasado años diciendo que no entendía la lengua de los luvitas, pues resulta que no, que tenía un conocimiento suficiente de la misma a tenor de los escritos hallados en el apartamento. Ambas pruebas son, desde luego, suficientes como para dudar muy seriamente de la conducta profesional de James Mellart. Y no me extiendo más al respecto porque, si no, este escrito se me hace, de momento, muy largo. 

3º A la vista de todo ello, y tras las consecuencias derivadas de la visita de Zangger al apartamento de James Mellart cabría preguntarse por qué su hijo lo permitió. Sólo me cabe una explicación: Alan C. Mellart, que no era especialista en Historia ni en Arqueología, como dije, no tenía ni idea de lo que su padre guardaba allí. Es posible, incluso, que a James Mellart le sobreviniera la muerte sin sospechar que alguien podría entrar en su apartamento y examinar sus documentos y materiales. O que aún contemplando esa posibilidad no tuvo tiempo para deshacerse de los documentos y materiales que pudieran comprometerle antes de fallecer. 

Por lo demás, su hijo Alan C. Mellart, como nada sabía, ni nada sospechaba (¿por qué iba a creer que su padre no era una persona honorable y que podía haber en el apartamento evidencias al respecto?), accedió a dar permiso de visita al profesor Zangger. 

Una de las reflexiones que me llevan a concluir que este relato de hechos es correcto (salvo datos nuevos que aparezcan), es que el propio Alan C. Mellart no ha dicho nada, por ahora, sobre las consecuencias de la visita de Zangger al apartamento y el diagnóstico que seguidamente formuló sobre el trabajo arqueológico de su padre como consecuencia de ello. No sé si en un futuro dirá algo, pero todo indica que, como se suele decir, metió la pata bien adentro.

PD:

Sr. Morfeo Gómez: 

Tengo que decirle que hoy en día no existen "inquietantes dudas" sobre la autenticidad de la Dama de Elche. Desde 2011, en que se realizaron análisis de los restos de cenizas hallados en su cavidad trasera, se confirmó su función así como su antigüedad íbera. Puede usted leer al respecto la siguiente noticia: 

Cómo la ciencia resolvió el misterio de la Dama de Elche

Comentario por antton erkizia el marzo 20, 2018 a las 10:03am

Buenos días, Guillermo Caso de los Cobos:

Sí que abrí cada uno de los enlaces que usted puso, los abrí un par de veces, y no ví pruebas o indicios suficientes (que los habrá, ya le dije que los habría pero que no los veía)... y sigo sin ver pruebas o indicios suficientes como para que "el discípulo" Zangeer saque conclusiones así:

"Mellaart era evidentemente un genio en algunos aspectos, pero empleó mal su talento, causando así un tremendo daño al campo de la arqueología".

(NB 1: La primera pregunta que (me) hacía yo no es: "cómo es posible que se pudiera visitar el apartamento de Mellart". Yo no preguntaba si tenían permiso para entrar (supongo que sí).

Me preguntaba esto: "¿Ni se imaginó (Mellaart) que esos investigadores posteriores, que accederían a sus documentos, ...para poder publicarlos, encontrarían su taller de falsificación?.

Bien importante el matiz. Y sigo sin encontrar respuesta alguna en sus enlaces.

NB 2: Y también (me) preguntaba y sigo preguntando si los bocetos "originales" (originales, claro, del propio Mellaart) son anteriores a los hallazgos de los dibujos grabados de Çatalöyük o ensayos posteriores a los hallazgos y hechos con el fin de reproducirlos.

Usted mismo, en su extensa explicación, tiene que "suponer" una serie de acontecimientos, suponer.

Pero convendrá conmigo que el juicio "final" en el post es bien rotundo y en negrita:

"Mellaart era evidentemente un genio en algunos aspectos, pero empleó mal su talento, causando así un tremendo daño al campo de la arqueología", concluye Zangger.

Gracias por intentar responder a mis preguntas.

Comentario por antton erkizia el marzo 20, 2018 a las 10:27am

Matizo mis propias palabras: Puede haber razones para dudar de la autenticidad. (Por ejemplo, si los bocetos estaban siendo reproducidos "de memoria" _cosa harto difícil-  y no desde fotos de los grabados, etc.).

Es lícito dudar de la autenticidad; sólo he querido decir que no es lo mismo "dudar de la autenticidad" que "asegurar la falsedad".

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