Investigan 51 ciudades mayas en la Cuenca Mirador de Guatemala

Arquitectura Maya en relieve de la ciudad Nakbe. (Universidad de Arquitectura de Guatemala)

Fuente: La Gran Época.com | Anastasia Gubin | 25 de abril de 2013

El arqueólogo Richard Hansen (izquierda), presidente de FARES (Foundation for Anthropological Research and Environmental Studies), destacó la importancia de la Cuenca Mirador en Guatemala, como la cuna de la civilización maya, donde están investigando una concentración de 51 ciudades con miles de monumentales pirámides.

 

En este lugar se congregó el mayor número de ciudades mayas del período preclásico, período desde 1200 a. C. hasta 150 d. C, que se cree fue gobernado por un poderoso Reino Kan. Se construyeron las primeras calzadas conocidas en el mundo y se creó un arte y estilo propio de la región.

 

La Cuenca Mirador, cuna del jaguar y un sin número de especies exóticas, se encuentra al norte de la ciudad de Flores, en Petén, y se extiende hasta más allá del límite fronterizo con Campeche, México. Comprende una región de unos 2.156 kilómetros cuadrados, que ahora están protegidos por el Gobierno, bajo el nombre del Proyecto Mirador, liderado por el Dr. Hansen, y que incluye, entre otros, la colaboración de la Fundación Patrimonio Cultural y Natural Maya (PACUNAM) y la Global Heritage Fund (GHF).

 

En declaraciones a La Gran Época, Hansen reveló que desde el 87 están trabajando en este lugar de la selva y “hasta la fecha hemos investigado 51 ciudades y  tenemos los mapas de éstas“.

 

Ocho de ellas están incluidas en un gran proyecto turístico ecológico sostenible. Se destacan El Mirador, Nakbe, Tintal, Xulnal y Waká.

“Son ciudades de varios tamaños, desde enormes hasta pequeñas, pero ahí están”, dice Hansen. “Calculamos que desde la frontera con México había un millón de habitantes en toda la cuenca”.

 

“Ellos estaban viviendo muy bien, había una gran productividad agrícola. Todo el mundo trabajando en esfuerzos comunes, construyendo pirámides,construyendo las primeras carreteras del mundo”relata el arqueólogo.

 

Los mayas de la cuenca producían y se alimentaban especialmente de maíz,  frijol, calabazas, muchas frutas tropicales y también perros. “Comieron muchos perros, venados y pavos. También los aztecas comían perros”, sostiene Hansen.

 

Se realizaron estudios de los insectos y de las especies de plantas, “para entender cómo era el mundo cuando los mayas entraron ahí”, y los resultados revelaron que “había esta misma vegetación”, que ahora. “Tenemos (registros) del polen, indicando que había la misma vegetación, que hay ahora”, aclara el arqueólogo.

 

Aunque el paso del tiempo borró muchas de las evidencias, las ciudades identificadas por el proyecto y los arquitectos de Guatemala,  demuestran una excelencia en la construcción, con exquisitos y precisos relieves artísticos. El conocimiento que se usó para construir estas ciudades “es totalmente autóctono, es totalmente original maya”, dice Hansen.

 

“Por lo que hicieron, aparentemente había conocimiento de los Olmecas porque resolvieron (las construcciones) al mismo tiempo. Los Olmecas no son la cultura madre, sino que representan una cultura hermana”, aclara el arqueólogo.

Foto: Richard Hansen observando expresiones coloridas mayas en una de las tantas estructuras de la Cuneca Mirador (GHF)

¿Por qué los mayas construyeron las pirámides más grandes del mundo en esta zona?.

Hansen responde: “porque tuvieron los recursos políticos económicos y sociales para poder justificarlo. Las pirámides son puro relleno de piedras y lodo, son sólidas”, dice el arqueólogo. “El objetivo más que todo era religioso, destinadas para ceremonias e identidades. Son pirámides no como en Egipto. En Egipto son todas funerarias. Estas son más funcionales, tienen escalinatas, tienen cuartitos arriba, tienen mascarones, y tienen arte por todos lados, para alabar a Dios, o a los Dioses".

 

Según el escritor mexicano, Claudio Obregón, para los mayas en épocas posteriores, “las pirámides eran como montañas mágicas ‘Huitz’, entidades, sujetos o sepulcros de dignatarios”. Ellos hacían creer al pueblo que les permitía conectarse con los dioses, sus ancestros y entidades de la naturaleza.

 

Tan solo en la ciudad de El Mirador, a lo largo de los cientos de años del preclásico, se construyeron miles de pirámides.

 

Respecto a las magníficas calzadas, éstas eran de 40 a 50 metros de ancho, de hasta 6 metros de alto, rellenas de piedra y cubiertas de una gruesa capa de estuco. Sus sendas se observan desde las imágenes satélites o Google Earth.

 

Casi todas las ciudades mayas de la cuenca estaban vinculadas por estas calzadas. No tenían ningún tipo de vehículo. Eran solo para el ser humano, para caminar. Además se consideraban parte de un ritual ceremonial. Representando un cordón del ombligo al cielo, explica Hansen. “Según los mayas cuando se cortó el cordón, es  cuando se perdió el contacto con los Dioses y perdieron su cultura”, destaca el arqueólogo.

La arquitectura se caracterizó por  la superposición de edificios, donde al cambio de un gobernante, las estructuras quedaban inmersas entre las nuevas, como un legado de grandiosidad. Su sello fue la precisión tanto en el estilo de decoración, como en la pintura y en la disposición y colocación de materiales.

 

Entre las construcciones, destacan las de tipo ceremonial, que corresponden al juego de la pelota y los templos. Los  juegos de la pelota en la cuenca eran considerados un deporte y no eran usados para sacrificios como se muestra más adelante en Chichén Itza, en México.

Foto:  El Templo de Kukulcán en la zona arqueológica de Chichén Itzá.

“No creemos que hubieran tantos sacrificios hasta el período post clásico, por causa de la influencia Azteca. Tenemos sacrificios, pero no en gran escala, hasta el post clásico”. Respecto al ejemplo en Chichén Itza, Hansen cree que fue “una postura hecha de los gobiernos, de unos reyes… No creemos que todos los juegos a la pelota eran así. Era una actividad deportiva. El orgullo de cada pueblo era su tipo de pelota. Mire lo que pasó en Roma, cuando tiraban a los cristianos a los leones y los gladiadores. Como seres humanos podemos ser magníficos o podemos ser muy malos”, declara el arqueólogo.

 

Las otras construcciones eran las del tipo astronómico, con observatorios y pirámides gemelas. 

 

“Estaban relacionadas con los solsticios y los equinoccios. Estaban orientadas para los movimientos del Sol, más que todo en el mes de febrero, cuando tenían que  sembrar el maíz. Simbólicamente recreaban la creación del mundo”, dice a La Gran Época Richard Hansen.

 

Para los mayas, había un Dios masculino y un Dios femenino, una pareja celestial. También había varios dioses que eran representación del mismo, con confusos vínculos, como el Dios de la lluvia, el Dios del pájaro, Dios del maíz, etc. Según Hansen, "con ello se quería seguramente formar solidaridad con las poblaciones; para unificar la población en una ideología política religiosa y económica. Lo raro, es que en las pirámides preclásicas los mascarones no son retratos históricos (como en el período clásico), sino de los dioses. Como el dios del Sol”, dice el arqueólogo.

 

En su arquitectura sobresalen además las colosales estructuras político-administrativo y de elite, que según los arquitectos guatemaltecos, les permitía mostrar una imagen imponente para ejercer una acción dominante sobre el resto de la población.

 

Las construcciones domésticas incluían viviendas que se ampliaban a medida que crecía la familia. Otros hallazgos corresponden a laberintos, baños de vapor y mercados de material pétreo. Estaban organizados en varias ciudades estado, cada una independiente entre sí, y que a su vez  controlaba el territorio. Una ingeniosa ingeniería de diques urbanos y rurales mantenía el control de las aguas.

 

El vasto conocimiento maya de la cuenca abarcaba  también una singular escritura de glifos, y una preciada artesanía tipo códice, que en algunos casos relataba muchos datos históricos.

 

 

 

(Parte II)

El Mirador

El Mirador es la ciudad más grande entre los 51 sitios investigados en la Cuenca Mirador, cuna de la civilización maya, en el norte de Peten, Guatemala. Surgió como un poderoso centro político y administrativo, y como capital de la región, en cuyo sitio se encontraron estructuras de 800 años a. C.  según los últimos descubrimientos del equipo liderado por el arqueólogo, Richard Hansen, profesor asociado del Instituto Mesoamericano de Investigación en Antropología de la Universidad Estatal de Idaho en Estados Unidos, y presidente de la Fundación FARES (Foundation for Anthropological Research & Environmental Studies).

 

En este sitio se están concentrando en este momento 17 investigaciones del Proyecto Mirador, señala el investigador. Previamente se había estudiado la ciudad Nakbe, una de las más antiguas y cuyos registros arqueológicos datan de más de 1000 años a. C.

 

La antigüedad de las ciudades mayas de la Cuenca hace pensar que se trata de la cuna de la civilización maya, según describe el antropólogo.

 

Aquí se encuentra la Pirámide Dantala más alta de América, con 70 metros de altura. Tiene 2.800.000 metros cúbicos, lo que la hace más voluminosa que la pirámide de Keops. Su plataforma equivale a unas tres canchas de fútbol de ancho y seis de largo. Hoy, parte de los trabajos de conservación están en esta pirámide, con modernos métodos que permiten preservar el estuco que usaron los mayas.

 Foto: Piràmide Danta en la ciudad maya El Mirador, con sus 70 metros, la màs alta de Amèrica ( GHF)

Además, está la pirámide del Complejo El Tigre, de 55 metros de altura, cubierta aún por unas 60 plantas. Es la segunda más alta del Mirador.

 

En la ciudad se encuentra el Templo de la Garra de Jaguar (estructura 34), donde ya se consolidaron los túneles y los relieves. Se cree que aquí se encuentra la tumba del monarca llamado con ese nombre. Fue una gran sorpresa cuando se descubrió que en una cerámica de vaso códice, fabricada cientos de años más tarde, en el período clásico maya, se nombró entre la lista de los antiguos reyes mayas, al Rey Garra de jaguar, que Hansen cree que podría corresponder.

 Foto: Preservando la estructura 34 con el relieve de la Garra del Jaguar

“Estamos a la espera que llegue la tecnología para localizar la tumba de estos señores. Es que es un patrón muy diferente al del (período) clásico. En lo clásico habría sido fácil. Pero en el preclásico no conocemos el patrón del entierro”, aclara.

 

La ciudad El Mirador logró un gran tamaño en los años 300 a. C. con edificios con padrones arquitectónicos muy bien definidos, en especial del tipo triádico, es decir formados por 3 estructuras piramidales, donde generalmente la central era la mayor y las otras dos comunicadas por escaleras. Un ejemplo de ello es el complejo El Tigre.

Las construcciones mayas eran de piedra y revestidas de un estuco de fuerte color rojo. El estuco se obtenía por la quema de piedra caliza y la leña verde, hasta conseguir una especie de arena, a la cual inyectaban el color vegetal. Por los efectos de las lluvias, la humedad y las temperaturas, era renovado constantemente hasta llegar a unos 30 centímetros de espesor. El abuso de esta técnica, les significó una indiscriminada tala de bosques.

 

Al igual que los Olmecas, se cree que los mayas de la cuenca comercializaron la obsidiana y el jade, piedras que se extraían de las montañas de Guatemala y que eran consideradas sagradas. Entre Belice, pasando por la cuenca Mirador y Chiapas, se cree que se mantenía una  movida red de comercio.

 

El Mirador se encuentra conectado por una gran calzada o Sakbé, a la ciudad de Nakbe, descubierta en 1962 por Ian Graham.

 

Otra vía de comunicación existe entre El Mirador y la ciudad de Tintal, la cual fue recientemente desmalezada. Además, las calzadas se pueden encontrar en Bejucal, El Porvenir y Wakna, sin embargo, se cree que todas las ciudades estaban interconectadas por caminos.

Nakbe

En la cuenca del Mirador se encuentra la ciudad Nakbe, que significa “Por el camino”, una de las más antiguas, de 1.000 años a. C., y cuya historia se remonta a la época en que las poblaciones migratorias se establecieron para poblar este territorio mesoamericano, y donde hoy hay al menos 144 excavaciones mayores realizadas por el Proyecto Mirador, de acuerdo a la Universidad San Carlos de Guatemala.

Foto: Nakbe, vista aérea de una reconstrucción de la ciudad maya de 1000 a.C. (U.Arquitectura de Guatemala)

Cada vez que se excavó alguna nueva estructura, el arqueólogo Richard Hansen explica que éstas debían ser cubiertas para evitar la destrucción, por la erosión que causa la humedad y las lluvias. “Hemos hecho mucho más en  Nakbe entre los años 1987 al 98, pero en aquella época el gobierno me obligaba a rellenar las excavaciones. Con un poco de ayuda económica podremos destapar eso muy fácil y muy rápido. Gracias a Dios que están así, pues sólo ahora tenemos la tecnología para dejarlas abiertas. Antes no había esa tecnología, habría fracasado”, aclara el especialista, al referirse a “el diseño de los techos protectores” y los materiales para proteger los estucos. “Estamos bien, solo faltan los centavos para poder continuar, eso es lo difícil”.

 

En Nakbe, gigantescas estelas muestran hombres vestidos al estilo característico preclásico y diseños con jugadores de la pelota. Se observa un gran desarrollo de la agricultura a su alrededor.

 

Las estructuras o edificios públicos estaban construidos sobre dos plataformas de más de seis metros de altura y desde estas estructuras se ven numerosas pirámides. Su arquitectura era del tipo tríadica, formada por formas piramidales, donde la central solía ser la mayor.

 

Uno de los importantes hallazgos en esta ciudad, fue una estela de tres metros de alto la cual está representando en la parte superior a los héroes Popol Vuh.

 

Nakbe fue uno de los centros de producción de artesanía estilo códice elitista, de varios niveles socioeconómicos, que usaba un tipo de arcilla particular de la región.

 

Destaca aquí el “vaso códice con escribas’, donde representa a dos escribas sentados con las piernas cruzadas, forma característica de los mayas. Ambos tienen códices envueltos en cuero de jaguar sobre la mano y brazo izquierdo, mientras la mano derecha señala el códice. Tienen el glifo Ahau y el signo Akbal, lo que indica que se trata de seres sobrenaturales. Ambos tienen siete dedos en los pies.

 

La mayoría de las estructuras en el resto de ciudades mayas cercanas son del período preclásico superior.

Foto: Famoso estuco del nadador del preclásico tardío Maya, situado en la gran Acrópolis central ( Fundación FARES)

Otras ciudades de la Cuenca Mirador

Desde la localidad guatemalteca Carmelita, punto de partida para los turistas que se afanan en conocer los misterios de esta civilización, hasta llegar a El Mirador, se pueden visitar otras ciudades, entre ellas El Tintal, la segunda ciudad maya en tamaño y también mayor que Tikal, ubicada al exterior de la cuenca. 

 

Esta antigua ciudad ubicada más al sur, estaba conectada con El Mirador por medio de una calzada maya de unos 20 kilómetros de longitud. En Tintal, se detectaron unas 850 estructuras con características urbanas y una canalización para drenar las aguas que incluía incluso un drenaje mayor en los alrededores, para evitar las inundaciones en el período de lluvias.

Foto: Vista desde la pirámide principal de El Tintal, mirando hacia el sitio vecino de El Mirador.

Destaca el gran complejo La Isla con estilo piramidal. Sobresale con sus 50 metros de altura cubiertos de bosque verde.

 

Los templos y centros ceremoniales eran característicos en Tintal y en diferentes asentamientos de la cuenca.  Además en esta ciudad había juegos deportivos de la pelota. Aquí, uno de los más grandes, es de unos 42 metros de largo.

 

En otra de las ciudades mayores, Xulnal, los arqueólogos encontraron una gran plataforma de unos 64 metros de largo, y la construcción de una aguada que permitía un gran flujo. Una pirámide de 25 metros de altura, un juego a la pelota y un conjunto con varios patios, es parte de su numerosa urbanización.

 

En Porvenir, se descubrieron 9 plazas y más de 70 grupos residenciales. Su plaza principal es del tipo de Acrópolis con patios a diferentes niveles y palacios, además de tener una calzada de 91 metros de largo que la une a otros grupos.

 

Muchos otros centros urbanos, todos contienen pirámides, plazas y acrópolis. Su arquitectura expuesta, evidencia los saqueos y la depredación humana que sufrieron. Las acrópolis en algunas ciudades eran el eje central, pero en Xulnal, Tintal y Wakna, en cambio, se observa el típico patrón triádico.

 

La Fundación FARES, en conjunto al Gobierno de Guatemala, la Fundación Global Heritage Fund (FHG), la Fundación Patrimonio Cultural y Natural Maya (PACUNAM), el Instituto de Antropología e Historia de Guatemala  (IDAEH) y el Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT) están llevando a cabo el Proyecto Mirador, que contempla entre los estudios e investigaciones, el desarrollo de un turismo sostenible en la región, que permita beneficios directos a la población.

Más de ocho importantes ciudades mayas se organizaron en un itinerario que contempla en reconocimiento de la selva y de la arqueología, con el lema preservando el pasado para salvar el futuro.

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Comentario por Luis Castaño Sánchez el abril 29, 2013 a las 2:13pm

Supongo que este comentario no sonará muy académico u ortodoxo pero...

¡Qué pasada!

Comentario por María // el abril 30, 2013 a las 8:57pm

Si;impresionante.Gracias por este post con tanta información,Guillermo

Comentario por Mariano el mayo 2, 2013 a las 1:04am

Excelentes trabajos los que hace Hansen por allí, tuve la suerte de trabajar cerca de estos sitios.

Comentario por FAUSTO CHICO MARTINEZ el abril 30, 2018 a las 6:52pm

Muchas felicidades a este esquipo de investigadores dirigidos por el experto Hansen, ya que se encuentran dando lo mejor de su esfuerzo por salvaguardar y patrimonio digno de admiración por tan inconmensurable legado cultural de nuestros ancestros en esta complicada region con un arduo clima tropical. Lastima que el saqueo haya dañado en gran escala el valor de esta cultura sobresaliente. 

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