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La Ciudad Perdida Dorada, descubierta por Zahi Hawass y su equipo en la orilla occidental de Luxor. Foto: Cordon Press
El Gobierno egipcio anunció este jueves el hallazgo bajo la arena, en la monumental Luxor, de una gran ciudad de unos 3.000 años de antigüedad que se hallaba perdida y que se encuentra en un buen estado de conservación.
"Se trata del mayor asentamiento administrativo e industrial de la era del Imperio egipcio en la orilla occidental de Luxor", situada en el Nilo, a escasos kilómetros de la antigua Tebas, concretamente en la otra orilla, la occidental, destinada a las tumbas y a los templos mortuorios. indicó el Ministerio de Turismo y Antigüedades egipcio en un comunicado, quien calificó el descubrimiento como "la mayor ciudad jamás encontrada en Egipto".
Las inscripciones jeroglíficas halladas en los tapones de arcilla de las vasijas de vino del yacimiento indicaban que la ciudad data de la época de Amenofis III (ca. 1386-1353 a.C.). Fotografía de Zahi Hawass.
Se trata de la ciudad ‘El ascenso de Atón’, que habría nacido alrededor del palacio de Malkata fundado por el faraón de la dinastía XVIII Amenofis III, y que en realidad ya se había excavado parcialmente en los años 30 por C. Robichon y A. Varille, según recuerda el egiptólogo José Miguel Parra (derecha), lo que no resta importancia a la excavación actual que “con los conocimientos científicos permitirá descubrir muchas más cosas que hace casi un siglo”.
En este sentido, la ciudad corresponde a uno de los periodos más apasionantes del Imperio Nuevo, cuando Amenofis III, padre de Akenatón (conocido como el faraón hereje), habría fundado el llamado ‘palacio del deslumbramiento de Atón’, y toda la infraestructura que conllevaba, apartado de Tebas, todavía no se sabe exactamente por qué. Se dice, por ejemplo, que sirvió para realizar su primera fiesta Heb Sed en la que el faraón renovaba su reinado, o se especula que pretendía huir de alguna epidemia desatada en la capital, o quizás ¿ya quería marcar distancias con el poderoso clero del dios Amón como seguramente sí hizo su hijo instaurando el primer monoteísmo con el dios Atón y trasladando la capital a Akhetatón, la actual Tell el-Amarna?
El arqueólogo Zahi Hawass a la entrada de una tumba descubierta, construida hace 4.200 en el complejo piramidal de Saqarra. Ben Curtis / AP.
A la espera de que el yacimiento ayude a reconstruir el puzle de estos años cruciales del antiguo Egipto, los arqueólogos, dirigidos por el famoso egiptólogo Zahi Hawass, están recuperando zonas importantes de la ciudad.
"Las calles de la ciudad están flanqueadas por casas, con piedras en sus muros de hasta tres metros de alto, y muestran una forma de “zigzag, con un único punto de acceso, lo que hace pensar que tenía una función defensiva", asegura Hawass.
Hawas explicó que "muchas misiones extranjeras habían buscado esta ciudad y no la habían encontrado" y, según el Ministerio de Antigüedades, "las capas arqueológicas han permanecido intactas durante miles de años, como si sus antiguos residentes las hubieran dejado ayer mismo".
Restos de muros de ladrillos en la ciudad recientemente descubierta. Foto: Cordon Press.
En todas las áreas excavadas, los arqueólogos han hallado asimismo numerosas herramientas empleadas en algún tipo de actividad industrial como el hilado y el tejido. También se han desenterrado escorias metálicas y restos de fabricación de vidrio, aunque aún no se ha localizado el área principal donde se llevaba a cabo dicha actividad. En una habitación se encontraron los esqueletos de un toro y una vaca. También se localizaron los restos de una persona enterrada con los brazos extendidos a los costados y con los fragmentos de una cuerda enrollada alrededor de sus rodillas. La ubicación y posición de este esqueleto es extraña y los egiptólogos esperan que su estudio ayude a dilucidar su significado.
Esqueleto humano localizado durante los trabajos de excavación. Foto: Cordon Press.
Uno de los hallazgos más recientes es un recipiente que contiene unos diez kilos de lo que parece ser carne seca o hervida; lleva una inscripción: "Año 37, carne aliñada para la tercera fiesta de Heb Sed del matadero del corral de Kha, hecha por el carnicero luwy". Esta valiosa información no solo proporciona los nombres de dos personas que vivieron y trabajaron en la ciudad, sino que confirma que esta se hallaba en activo durante el período de corregencia de Amenofis III con su hijo Akenatón.
Una cerámica con una inscripción desenterrada durante las excavaciones. Foto: Cordon Press.
Otro hallazgo interesante es un sello de barro con una inscripción aún legible: "gm pa Aton", que se puede traducir como "el dominio del deslumbrante Atón". Se trata del nombre de un templo dedicado al disco solar que fue construido por Akenatón en el recinto de Karnak, en Tebas. Un año después de la fabricación de este revelador recipiente, la capital fue abandonada y la corte se trasladó a Tell el-Amarna. ¿Pero realmente fue así? ¿Se volvió a poblar la ciudad cuando Tutankamón regresó a Tebas y restableció la ortodoxia religiosa? Posiblemente futuras excavaciones puedan aclarar lo que realmente sucedió aquí hace 3.500 años.
"La ciudad está en buenas condiciones de preservación, con sus muros casi completos y con estancias llenas de objetos de la vida cotidiana, lo que ha permitido la datación del asentamiento", dijo el Ministerio de Antigüedades.
"El hallazgo de esta ciudad perdida es el segundo descubrimiento arqueológico más importante desde el hallazgo de la tumba de Tutankamón", según Betsy Brian (izquierda), profesora de Egiptología de la universidad estadounidense John Hopkins y citada en el comunicado.
"El solo hecho de ubicar los centros de fabricación brinda detalles sobre cómo los egipcios hicieron lo que hicieron bajo un gobernante grande y rico como Amenofis III. Esto aportará conocimiento durante muchos años por venir"
De acuerdo con esta arqueóloga "'El Ascenso de Atón' no solo permitirá echar una mirada en la vida de los antiguos egipcios en una época en el que el Imperio estaba en su apogeo, sino también arrojará luz sobre unos de los más grandes misterios de la historia: ¿Por qué Akenatón y Nefertiti decidieron trasladarse a Tell el-Amarna?, la región en la que se construyó una nueva capital imperial en el siglo XVI antes de Cristo".
Vista general de las excavaciones en la ciudad. Foto: Cordon Press.
Las excavaciones que llevaron al hallazgo se encuentran entre dos templos, uno dedicado a Amenofis III y otro para Ramses III, en Luxor, y habían comenzado en septiembre de 2020 para tratar de encontrar el templo mortuorio de Tutankamón.
Pero a las dos semanas de empezar, la misión arqueológica se llevó una gran sorpresa cuando empezaron a aparecer ladrillos de adobe por todas partes y los arqueólogos comenzaron a desenterrar la gran ciudad.
Hasta ahora han logrado desenterrar varias áreas de la ciudad, donde se han encontrado una panadería, una gran cocina con hornos y piezas de cerámica para el almacenamiento de alimentos en la que debió trabajar un gran número de personas, así como un barrio administrativo y residencial.
También han hallado un área de trabajo con moldes para la producción de amuletos y objetos decorativos y una zona para la fabricación de ladrillos usados en la construcción de templos y que llevan el sello con el nombre el faraón Amenofis III.
Objetos arqueológicos exhumados durante las excavaciones. Foto: Cordon Press.
Gran necrópolis
Al norte del asentamiento se descubrió también una gran necrópolis, cuya extensión aún no podido ser determinada. Hasta ahora, la misión ha descubierto allí un grupo de tumbas excavadas en la montaña (hipogeos) de diferentes tamaños a las que se puede acceder a través de escaleras excavadas en la roca, una característica común de la construcción de tumbas en el Valle de los Reyes y en el Valle de los Nobles. Queda aún mucho trabajo por hacer y Zahi Hawass espera descubrir allí muchas tumbas intactas, repletas de tesoros...
Fuentes: elespañol.com | lavanguardia.com | nationalhgeographic.com.es |tn.com.ar | 8 de abril de 2021
Las murallas de la ciudad en forma de zigzag. Khaled Desouki, AFP.
Egipto sorprendió al mundo entero la semana pasada anunciando el gran descubrimiento de una ciudad perdida en el desierto días después de que las momias de sus faraones desfilaran por El Cairo hacia su nueva morada eterna, el Museo de las Civilizaciones. Ambos eventos han sido vistos como una operación propagandística para llamar la atención de los turistas cuando la pandemia les permita viajar.
El traslado de los reyes y reinas parecía propio de Hollywood, solo le faltaba una última carroza con el nombre de Cleopatra VII y el rostro de Elisabeth Taylor. Y respeto al descubrimiento, muchos egiptólogos coinciden: ya se conocía la ubicación de la ciudad desde los años 30, documentada por los arqueólogos Robichon y Varille, a pesar de que el controvertido Zahi Hawass, responsable de la excavación, defienda la originalidad del hallazgo. “Es imposible… que descubra algo que se descubrió previamente”, ha afirmado.
Sea lo que sea, el resurgir de las entrañas del desierto de la ciudad llamada ‘El ascenso de Atón’, bautizada como la ‘Ciudad Dorada Perdida’ por Hawass, no deja de tener su relevancia arqueológica. A pesar de los escasos detalles que han trascendido del hallazgo, sí se conocen algunos aspectos que alientan a pensar a que la información que se obtenga en el yacimiento ayude a rellenar lagunas de conocimiento sobre el mundo faraónico.
Parece que no hay ninguna duda al respeto. La ciudad habría nacido durante el extenso reinado de 38 años (del 1402 al 1364 a. C.) de Amenofis III, farón de la brillante dinastía XVIII del Imperio Nuevo. Se habría desarrollado alrededor del palacio de Malkata que mandó construir a la otra orilla del Nilo, la occidental, dedicada a los enterramientos y templos mortuorios.
El hijo de Amenofis III revolucionó el panorama religioso decretando el primer monoteísmo conocido de la historia. Castigó especialmente al dios Amón y a su poderoso clero y elevó a Atón, el disco solar, como dios principal. De ahí que también se cambiara el nombre de Amenofis IV por Akenatón. Pero ya su padre manifestaba predilección por Atón, como se puede comprobar por el nombre de la ciudad, ‘El ascenso de Atón’ e incluso de su palacio, llamado ‘el palacio del deslumbramiento de Atón’.
Se espera que los trabajos arqueológicos permitan conocer más detalles sobre los motivos de este importante cambio de rumbo religioso y que parece que incluso pueda remontarse al reinado de Tutmosis IV, abuelo de Akenatón. De momento, se habrían encontrado en las excavaciones algunas escenas que representan al dios Atón.
No está claro por qué Amenofis III mandó construir el palacio de Malkata. Podría ser que decidiera pasar allí los últimos años de su reinado, pero sobre todo se piensa que sirvió para celebrar la importante fiesta Sed, en la que los faraones tenían que demostrar que seguían siendo válidos para gobernar el doble país del Nilo cuando ya llevaban treinta años de reinado.
Parece que algunos restos excavados avalarían esta tesis, y que responderían a preparativos del jubileo real, como jarras con alimentos como pescado seco y hasta diez kilos de carne seca.
“Encontramos tres distritos principales, uno para la administración, uno para que los trabajadores duerman, uno para la industria y un área para la carne seca”, detalló Hawass cuando se informó del descubrimiento. De momento, el área más excavada desde el inicio de los trabajos el pasado mes de septiembre, corresponde a la parte sur de la ciudad, donde se concentraban los talleres. Aún queda por recuperar toda la zona norte.
Entre los elementos recuperados, destacan una panadería, una gran cocina con hornos y cerámicas para el almacenamiento. También se han encontrado herramientas como moldes para fabricar amuletos, instrumental para fabricar metal y vidrio o incluso para tejer, además de piezas de orfebrería como anillos o collares.
Hawass fue rotundo al afirmar de que se trata del “asentamiento administrativo e industrial más grande de la era del imperio egipcio".
Otro de los aspectos destacados de la ciudad es su imponente muro en forma de zigzag, una construcción no demasiado habitual, con un único acceso para controlar entradas y salidas. Entre los muros, se han encontrado algunos restos humanos, como el esqueleto de una persona que ha aparecido enterrada con los brazos extendidos y una cuerda alrededor de las rodillas. También se ha recuperado un toro que podría haber sido sacrificado en honor al faraón.
Uno de los aspectos que llama la atención es que la ciudad tuvo un corto periodo de actividad, como mucho se habría extendido a la época de Tutankamon y su sucesor Ay. Se han encontrado además puertas tapiadas que podrían señalar que se abandonó a conciencia, de ahí que esté aparecido tan bien conservada.
Fuente: lavanguardia.com | 12 de abril de 2021
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