Hallan restos humanos en un recién localizado y posible primer dolmen de Antequera (Málaga)

Proceso de excavación del monumento funerario megalítico a los pies de la Peña de los Enamorados de Antequera / ANTONIO J. GUERRERO

No son los únicos. A Menga, Viera y El Romeral se le pueden sumar más estructuras dolménicas, como es la que se está excavando en la Peña de los Enamorados de Antequera. El impulso del conjunto arqueológico de los Dólmenes trajo consigo diferentes proyectos de investigación desde 2005, que están acercándonos más a la cultura neolítica de las Tierras de Antequera.

El último de ellos es el inicio de la excavación de una estructura megalítica de uso funerario, donde de momento han aparecido dos cráneos, según nos confirma el catedrático de Prehistoria, Leonardo García Sanjuán (izquierda). Tras el inicio de acuerdo entre la familia Moreno-Gozálvez, propietaria de la finca, y la Junta de Andalucía, se han iniciado las excavaciones al pie del tajo «colorao» donde la tradición popular indica que se arrojaron los amantes de la Peña de los Enamorados. Los estudios buscan mayor precisión de la actividad neolítica en la zona mediante la aplicación de métodos de radiocarbono y luminiscencia, que permitan confirmar que se trata de una zona necrológica previa a la construcción del Dolmen de Menga que podría tener más espacios y usos, sin descartar hasta un poblado.

El sitio que ahora se investiga se descubrió en 2005 y luego hubo prospecciones de superficie y geofísicas entre 2009 y 2013, pero no se ha excavado formalmente hasta ahora. A pie de trabajo, García Sanjuán destaca que una vez finalicen su primera campaña tendrán más datos de la caracterización de dicho sitio de Piedras Blancas, pero también del paisaje megalítico de Antequera en general. «La Peña de los Enamorados es un complejo arqueológico importantísimo, que tiene la génesis de la imagen megalítica de Antequera. En los próximos decenios se necesitará de una gran investigación arqueológica», añade, al tiempo que considera que «debe haber mucha información y restos bajo las tierras que la rodean hasta ahora desconocidas».

Vista de la Peña de los enamorados.

Desde 2005 conocían esta estructura, «pero una cosa es tener un indicio de superficie y otra es hacer una excavación que lo que te permite es comprobar. Ahora estamos constatando lo que se presuponía. En una semana, hemos corroborado que esta estructura es una tumba dolménica, neolítica, que integra elementos construidos a una arquitectura natural, que sería la geología, estos afloramientos que surgen del propio monumento natural». A ellos se le suman piedras cortadas y colocadas a mano, en una construcción mixta en la zona norte de la Peña de los Enamorados.

Excavaciones en el abrigo de Matacabra en la propia Peña de los Enamorados / SUR

«Es un monumento que tiene la posibilidad de ser de la misma época del Dolmen de Menga, o incluso anterior. Lo sabremos cuando tengamos comprobaciones radiocarbónicas», argumenta sobre la fecha de la misma. Entre los primeros hallazgos, «hay material lítico que estamos encontrando que sugiere que es bastante antiguo. Encaja con la idea que este sitio es anterior a la construcción de Menga; y por esa razón, el Dolmen de Menga se orienta hacia aquí», lo que le dio el valor universal excepcional como Patrimonio Mundial.

La Peña de los Enamorados fue considerada como un santuario del periodo Neolítico, contemplada así desde el asentamiento de la Cueva del Toro en el Torcal de Antequera. Así lo analizó el comité de evaluación de la UNESCO para su declaración como Patrimonio Mundial, presidido por Margaret Gowen. El director del conjunto dolménico, Bartolomé Ruiz, mostró todo el conjunto formado por El Torcal, los Dólmenes y la zona de la Peña de los Enamorados, donde ya comprobaron la existencia de esta estructura funeraria que ahora se investiga a pie de campo.

«Tras los primeros trabajos, hemos encontrado industria lítica de tipo microlítico, con pequeñas láminas talladas, un betilo, una especie de piedra sagrada, que estaba en la entrada de la zona funeraria de la estructura megalítica, algunos elementos de cerámica del período Neolítico final», apostillan.

Sobre el betilo, revelan: «Tiene una función apotropaica, que es una especie de figura protectora del espacio funerario y entre los primeros restos ya hemos encontrados dos cráneos y aparecerán más a lo largo de los próximos días». García Sanjuán destaca su importancia, «porque nos da una dimensión nueva del paisaje megalítico de Antequera. Ahora nos estamos situando en el origen del espacio megalítico de Antequera. Si confirmamos que es anterior a Menga, aquí tendríamos los primeros ensayos de lo que es la arquitectura megalítica».

Exterior del dólmen de Menga y su acceso.

El profesor de la universidad sevillana considera que ante la majestuosidad del Dolmen de Menga, siempre se han preguntado de dónde aprendieron, «de dónde sacaron el conocimiento, la técnica y la ingeniería para hacer una cosa tan espectacular como Menga. Pues puede que aquí empezaran a crear su tradición m.egalítica que tiene en Menga la culminación de su tradición arquitectónica».

Así, desde la Peña de los Enamorados, en Menga, se integra lo natural, «al construirse sobre un cerro ante el paso del agua que viene del Torcal de Antequera por medio del río de la villa». Ahora ante esta excavación, «es probable que sea el primer monumento megalítico de la zona de Antequera, pero hay que esperar a las pruebas radiocarbónicas», insiste García Sanjuán. Prevé que precisen de dos a tres años para poder llegar a las conclusiones del inicio de la excavación por el que «el primer foco puede ser este».

Fuente: diariosur.es | 16 de septiembre de 2020

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Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el octubre 12, 2020 a las 7:03pm

El profesor David Wheatley explica las excavaciones de la tumba dolménica a pie de la Peña de los Enamorados de Antequera

El profesor David Wheatley, de la de Southampton (Reino Unido), explica las excavaciones de la tumba dolménica a pie de la Peña de los Enamorados de Antequera, en la zona conocida como del tajo “colorao” donde han descubierto un enterramiento megalítico con restos humanos; y descarta que unas grande piedras fueran menhires. Entrevista realizada el martes 29 de septiembre en la excavación que la familia Moreno Gozálvez, propietaria de la finca, ha permitido que se realice para seguir avanzando en el conocimiento de la cultura dolménica en Antequera.

Por su parte, García Sanjuán está investigando unas piedras naturales que pudieron tener un uso de santuario a pie de la Peña y explica en un vídeo que. “es una posibilidad que aquí se haya transformado o ajustado el espacio de alguna forma, pero en general se han desprendido de la Peña. No hay evidencias de bloques trabajados, pero en algún caso se podría haber preparado”.  


Fuente: elsoldeantequera.com | 6 de cotubre de 2020
Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el mayo 11, 2023 a las 9:40pm

Según la investigación, la tumba dolménica de la Peña de los Enamorados (Antequera) se orientó con el amanecer del solsticio de verano

Panorámica de la Peña de los Enamorados, al fondo de la imagen, y, en primer término, la tumba descubierta en Peñas Blancas. M. Ángel Blanco de la Rubia.

La población de Antequera, situada a 45 kilómetros de Málaga, es uno de los cinco enclaves megalíticos europeos que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y el único que incluye "monumentos naturales" junto a aquellos construidos por el hombre. Junto a los tres grandes megalitos erigidos en el III y IV milenio a. C. (Menga, Viera y El Romeral),  Antequera posee dos formaciones geológicas naturales que jugaron un papel fundamental en el origen y desarrollo de estas grandes construcciones monumentales durante el Neolítico Superior y la Edad del Cobre en la región: El Torcal y La Peña de los Enamorados.

Ha sido en este último lugar, La Peña de los Enamorados, un macizo calizo de 880 metros de altitud, y más concretamente en el yacimiento de Piedras Blancas, situado a los pies de este macizo montañoso, donde un equipo de arqueólogos españoles descubrieron un complejo funerario que, según revelan, en su última investigación, en la revista Antiquity, habría sido construido en parte por las manos del hombre, aprovechando la roca natural, hace aproximadamente unos 5.000 años.

Mapa en relieve sombreado que muestra la ubicación de los sitios emblemáticos del complejo megalítico de Antequera y la alineación del eje central de Menga.  (diseño: D. Wheatley).

UNA TUMBA ELEGIDA CUIDADOSAMENTE

Según el autor principal del artículo, Leonardo García Sanjuán, profesor de Prehistoria en la Universidad de Sevilla, la ubicación de la tumba de Piedras Blancas fue "elegida cuidadosamente" y utilizada en tres fases distintas antes de ser abandonada entre 1950 y 1180 a.C. El recinto funerario está formado por una estructura casi rectangular, de 4,5 metros de largo por 1,45 metros de ancho, y fue excavada en la roca madre y delimitada, al este y al oeste, por una serie de losas medianas. 

Aunque los investigadores aún no han podido establecer si el recinto funerario estuvo cubierto, sí han podido confirmar que las losas de piedra se dispusieron "cuidadosamente" para que coincidieran "con el amanecer del solsticio de verano". También se localizó una "piedra triangular en forma de flecha" situada en el suelo y orientada en dirección del sol naciente, así como algunas losas grabadas con motivos diversos. Los trabajos de investigación también han desvelado que los cuerpos habrían sido colocados sobre una plataforma de piedra y acompañados de diversas ofrendas cerámicas. 

A) Vista general del sepulcro megalítico de Piedras Blancas excavado desde el este, con numeración de las piedras. En el otro extremo, las dos losas 'en forma de flecha' unidas al lecho rocoso; B) Piedra nº 6 (estela), con una losa colocada horizontalmente en su base (para ofrendas); C) Piedra nº 4, incluido el dibujo lineal de la decoración ondulada natural que ostenta; D) Losa fragmentada con decoración ondulada hallada en el interior del sepulcro, en la parte superior del relleno (fotografías de M. Ángel Blanco de la Rubia y L. García Sanjuán; trazo y realce cualitativo de imagen de la fotografía de la piedra nº 4 de M . Díaz-Guardamino).

REUTILIZACIONES Y TRANSFORMACIONES

Los autores han revelado también que "la tumba incluía un conjunto sustancial de huesos humanos (95 huesos y 40 dientes), algunos restos de fauna, lítica y cerámica. También se registró una gran cantidad de piedras utilizadas para crear características y espacios específicos dentro de la cámara funeraria. La evidencia estratigráfica y la datación por carbono de los restos humanos sugieren que la tumba se usó durante tres períodos principales", afirman en el estudio. 

Así, según la investigación, la tumba fue restaurada alrededor del año 2500 a.C., y se le  añadieron varios nichos más para poder contener dos entierros. Los arqueólogos creen que se trataba de un hombre y una mujer de alto estatus, aunque aún no han podido esclarecer si fueron enterrados simultáneamente o en el transcurso de un siglo.

Posteriormente la tumba sufrió otra transformación significativa ya que, según los investigadores, "se colocaron piedras en la entrada como para bloquearla o sellarla y se enterraron los huesos de al menos dos niños y tres mujeres". Con el paso del tiempo la tumba fue abandonada y ha permanecido intacta desde entonces, esperando a dar a conocer todos sus secretos.

Canto apotropaico hallado a la entrada del sepulcro megalítico de Piedras Blancas (fotografía de L. García Sanjuán): A) el canto tal como fue hallado; B) representaciones fotogramétricas del mismo (diseño de M. Díaz-Guardamino).

Conclusiones

El hallazgo del nuevo monumento megalítico en la Peña de los Enamorados amplía de modo considerable el conocimiento sobre el Patrimonio de la Humanidad de Antequera. Ya se pueden determinar varios elementos notables:

Primero, la ubicación y el concepto arquitectónico de la tumba subrayan el diálogo sutil, pero sofisticado, entre las formaciones naturales y los monumentos hechos por el hombre durante el Neolítico. 

En segundo lugar, junto con el cercano abrigo de arte rupestre de Matacabras, la tumba enfatiza aún más la importancia de La Peña de los Enamorados como foco de actividad neolítica; esto subraya el carácter de la misma como hito y geo-escultura. 

En tercer lugar, el estudio en profundidad de la geología, la arquitectura y la orientación de la tumba revela un arreglo sofisticado a través del cual la talla de las losas (ya sea como estelas, como artefactos astronómicos, o como lienzos decorados con motivos naturales de origen marino) se sumó a la orientación natural del sustrato geológico para 'domesticar' la luz solar; esto tenía la intención de producir un efecto visual específico (incluso dramático) en el amanecer del solsticio de verano, una época del año cargada de símbolos. En este sentido, el diseño arquitectónico de la tumba de Piedras Blancas juega un papel no muy diferente al de Newgrange en Irlanda. De hecho, aunque no está directamente orientada a la salida del sol, Menga se creó para que, durante el solsticio de verano, la luz del sol produjera un cierto efecto en el lado derecho de la cámara.

Análisis arqueoastronómico de la tumba megalítica de Piedras Blancas: A) Amanecer en el solsticio de verano de 3400 cal aC; B) Luz solar canalizada para iluminar la losa nº 4 con líneas ondulantes (diseño de C. González-García).

Nuestras observaciones sugieren que las formaciones y elementos naturales, especialmente los afloramientos rocosos, pero también el agua y la luz, jugaron un papel importante en la forma en que las sociedades neolíticas crearon el paisaje monumental de Antequera. “Las creencias religiosas de los primeros pobladores del Neolítico, de quienes erigieron los grandes monolitos, no se levantaron solo con las piedras. Antes de sus hazañas de ingeniería, veneraban el mundo que los rodeaba, las montañas, las cuevas, los árboles y los manantiales”.

Quizás la prueba definitiva de la sólida base natural o geológica de los monumentos megalíticos de Antequera sea su persistencia. Si bien aparentemente fue fundada en los últimos siglos del cuarto milenio a. C., la tumba de Piedras Blancas todavía estaba en uso en la Edad del Bronce Antiguo a principios del segundo milenio a. C. Su notable biografía da testimonio no solo de la poderosa y profundamente arraigada inspiración natural del concepto de monumentalidad, sino también del legado de 'creación de lugares' de las sociedades del Neolítico tardío, y del fuerte sentido de mantenimiento de estos lugares durante la Edad del Cobre y del Bronce.

Fuentes: nationalgeographic.com.es | cambridge.org | 11 de mayo de 2023

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