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Estructuras documentadas en la zona sur de Río Arillo. Foto: Universidad de Sevilla.
El templo de Hércules, llamado Melqart por los fenicios, fue el santuario más icónico y transitado de la península ibérica en la Antigüedad. Hasta allí navegó el cartaginés Aníbal para encomendarse al dios antes de lanzarse a una nueva campaña bélica, y también fue el escenario en el que Julio César derramó unas lágrimas al quedarse prendado por una estatua de Alejandro Magno.
Su fama se debe a los textos de los autores clásicos, quienes narraron estas dramaturgias y su monumentalidad, y no por haber sobrevivido a los derroteros del tiempo. Su ubicación exacta lleva décadas, por no decir siglos, siendo motivo de debates académicos y numerosas hipótesis.
Una nueva investigación parece, al fin, haber resuelto uno de los grandes enigmas arqueológicos patrios. Unos trabajos de teledetección con LiDAR realizados por el doctorando Ricardo Belizón Aragón (izquierda) y el profesor Antonio Sáez Romero (derecha), del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, han documentado una serie de estructuras antiguas en un área comprendida entre Camposoto (en el término municipal de San Fernando) y Sancti Petri (entre los términos de San Fernando y Chiclana). Según sus conclusiones, esos vestigios podrían corresponderse con los del templo de Melqart-Hércules.
El estudio se inició por el interés de Belizón en tratar de determinar cómo era durante la Antigüedad ese paisaje que tradicionalmente ha sido abundante en hallazgos, como esculturas de mármol o exvotos fenicios. Los datos obtenidos a través de los métodos de teledetección se han combinado con imágenes del Modelo Digital del Terreno del Instituto Geográfico Nacional y los documentos escritos y arqueológicos ya existentes sobre la zona, principalmente restos materiales de época púnica y romana de procedencia subacuática, descubiertos en un área que va desde Sancti Petri hasta La Caleta, en Cádiz.
Foto: El templo de Melkart podría estar bajo la desembocadura del Caño de Sancti Petri.
Después, los investigadores de la Universidad de Sevilla, en colaboración con la Delegación Territorial y del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio, han realizado distintas prospecciones no invasivas. Los resultados, de momento, son preliminares. Los trabajos de los arqueólogos también han determinado la existencia de restos en los alrededores del caño de Sancti Petri de otras estructuras que podrían corresponderse a puertos y edificaciones que indicarían que allí hubo una ciudad romana que podría ser del tamaño de Baelo Claudia, por ejemplo, un paisaje completamente distinto al que se estimaba hasta ahora.
Principales estructuras y transformaciones del terreno detectadas en el área de la actual desembocadura del caño de Sancti Petri, en la que se aprecia la estructura rectangular sumergida del posible templo de Melkart, a partir del análisis de las imágenes PNOALIDAR.
"Los datos recopilados han revelado la existencia en la Antigüedad de un entorno totalmente distinto al supuesto hasta el momento: un nuevo paisaje costero y un litoral muy antropizado desde antiguo, con la presencia de posibles espigones, edificios de gran tamaño e incluso de una posible dársena portuaria cerrada", ha destacado la Universidad de Sevilla en una nota de prensa.
El profesor Francisco José García, durante la presentación. Foto: Antonio Vázquez.
El director del departamento de Prehistoria y Arqueología de esta Universidad, Francisco José García Fernández (izquierda), ha asegurado que "se trata de un hallazgo de primer nivel, de enorme importancia histórica porque forma parte del ADN de la cultura occidental y de la historia de Andalucía. Alabo la discreción, la meticulosidad y la prudencia de la investigación. Soy reacio a la arqueología-espectáculo que está en boga en la actualidad, pero en este caso el hallazgo es espectacular".
La nueva estructura documentada está ubicada a una profundidad de entre tres y cinco metros y tiene unas dimensiones de unos 300 metros de largo por 150 metros de ancho. El hallazgo, que ha suscitado gran revuelo, se ha presentado este miércoles en la sede del CAS con la presencia de autoridades políticas y académicas.
La delegada territorial de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo, durante la presentación de los restos de edificaciones antiguas localizados entre Camposoto y Sancti Petri. JUNTA DE ANDALUCÍA FOTO: JUNTA DE ANDALUCÍA JUNTA DE ANDALUCÍA.
Los resultados de estas actuaciones, desarrolladas en el marco del Proyecto Ergasteria de la Universidad de Sevilla, que pueden tener una correlación con la información que autores antiguos como Estrabón, Silio Itálico o Filóstrato proporcionan sobre el santuario de Melqart- Hércules, deberán ser investigados con profundidad para reconstruir la historia de la zona y determinar la cronología, tipología y usos que tuvieron cada una de las estructuras detectadas. Se trata de un área sometida históricamente al vaivén de las mareas, lo que dificulta todavía más los trabajos.
Las futuras investigaciones, han apuntado los investigadores, se centrarán en la realización de prospecciones arqueológicas (terrestres y subacuáticas), estudios documentales y geoarqueológicos específicos y un muestreo paleoambiental. Todo ello encaminado, de forma interdisciplinar, a fomentar el conocimiento del pasado y a la "protección y puesta en valor de unos restos arqueológicos excepcionales".
Una posible reconstrucción del templo de Hércules situado sobre el actual islote de Sancti Petri.
El investigador Ricardo Belizón ha mostrado su alegría e "impacto" por haber realizado este hallazgo en el curso de los trabajos para su tesis doctoral. No obstante, ha manifestado una cautela que también abandera Antonio Sáez: "Somos científicos, el tiempo y la investigación nos dirá si es o no es", han comentado ambos tras explicar que ahora "se inicia un trabajo de muchos muchos años" para corroborar su teoría.
Porque el debate va para largo. Otra investigación en curso en la que trabajan expertos de las Universidades de Cádiz y Sevilla, coordinada por el catedrático de Historia Antigua, Lázaro Lagóstena, apunta que el más famoso y viejo templo de Occidente podría ubicarse en el Cerro de los Mártires, en San Fernando (Cádiz). Una ubicación que está a unos cuatro kilómetros de distancia de las estructuras ahora documentadas.
Fuentes: elespanol.com | larazon.es | eluniversal.com | diariodepontevedra.es | 15 de diciembre de 2021
Sabe alguien si se puede cortar la entrada de aguas del caño para favorecer las actuaciones sobre las estructuras?. De confirmarse la hipótesis la importancia de monumento lo justificaría. ¿Qué impacto tendría esto?
Ortofoto de Google Earth, en 2015, donde se distingue el arrastre arenoso del caño, donde supuestamente se ubica el templo de Hércules. UNIVERSIDAD DE CÁDIZ.
Los expertos solo se ponen en una cosa de acuerdo: Julio César lloró de emoción al descubrir la estatua de Alejandro Magno en el interior del templo del dios Hércules-Melqart, edificado en algún lugar de la bahía de Cádiz. Pero sobre el punto exacto donde eso ocurrió, no hay consenso científico. La tesis presentada esta semana sobre la posible localización del santuario bajo el agua en el caño de Sancti Petri, una zona costera e intermareal de la bahía entre Chiclana de la Frontera y San Fernando, ha abierto un debate entre dos grupos de investigadores. La idea explicada públicamente el miércoles por un estudiante de doctorado de la Universidad de Sevilla, Ricardo Belizón, respaldado por un equipo de científicos de la Universidad de Sevilla y del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, colisiona con la hipótesis que sostienen investigadores de las universidades de Córdoba y Cádiz, que lo ubican en el cerro de los ... un área del Ministerio de Defensa en San Fernando alejada 300 metros de la línea de costa.
Para llegar a conclusiones tan dispares, ambos grupos de expertos han utilizado la llamada tecnología LiDAR, que a grandes rasgos es un sistema de medición de posiciones de forma remota, basado en un sensor de barrido láser que registra los retornos contra la superficie; es decir, un sistema que permite medir la distancia entre el punto de emisión hasta un objeto. Con los resultados obtenidos, se puede elaborar así un mapa en 3D de alta resolución. Los arqueólogos, entre otros grupos profesionales, lo usan para ubicar objetos bajo la superficie terrestre.
Pero Antonio Monterroso-Checa (izquierda), profesor del Área de Arqueología de la Universidad de Córdoba, y cuyo estudio La ubicación del santuario de Melqart en Gadir: aportación de los d... sostiene que el templo está en San Fernando, advierte de que “el LiDAR no es un radar. Con el agua, la luz emitida por el LiDAR hace efecto espejo, no traspasa, y el procesamiento informático genera un pixelado aleatorio como solución. El radar, en cambio, es una onda radio que sí puede, en determinadas bandas de frecuencia, atravesar superficies. Son cosas distintas”.
Es decir, el choque con el agua de la luz del LiDAR genera lo que se llama un “artefacto”: una mala triangulación de los puntos y un pixelado en forma de triángulos, que puede resultar de lo más heterogéneo. O lo que es lo mismo: los datos de la Universidad de Sevilla serían erróneos, según Monterroso-Checa, y bajo el caño de Santi Petri no habría nada. Los resultados de ese estudio “que por desgracia se pasea en los medios estos días”, considera el experto de la Universidad de Córdoba, solo muestran “una incapacidad de triangulación de la luz rebotada en una lámina de agua por parte de un software. Nada de realidad”.
Ortofoto digital donde se distinguen los restos de cauce y sus arrastres, según el estudio de Monterroso-Checa. UNIVERSIDAD DE CÁDIZ.
Al otro lado, Milagros Alzaga, jefa del Centro de Arqueología Subacúatica (CAS) del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico y partícipe del posible hallazgo en Sancti Petri, prefiere guardar silencio y no entrar en acusaciones cruzadas. Antonio Sáez Romero, profesor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, mantiene la misma postura que Alzaga y remite a los datos aportados en la presentación pública de este pasado miércoles, apoyada por la Junta de Andalucía y elaborada tras una ponencia científica la semana pasada en la Universidad Sapienza de Roma. En ella, los científicos dejaron claro que tras descubrir esas “aberraciones” en el territorio —que dibujan el posible templo, embarcaderos, un puerto interior y una gran masa de construcciones aún por definir—, contrastaron con los expertos del Instituto Geográfico Nacional por si podía tratarse de un error en triangulación, y estos lo descartaron.
Sin embargo, los técnicos de Teledetección de la Universidad de Cádiz piensan justo lo contrario. Para ellos, las imágenes que aparecen en las pantallas de los ordenadores no muestran ninguna construcción ni templo alguno bajo los caños de Santi Petri. De hecho, detallan que si emplean los programas de visualización Arcgis o Global Mapper para interpretar los datos, el resultado es negativo. No hay nada de nada.
Pero los defensores de la posibilidad de que el templo se encuentre bajo el caño sostienen que sus suposiciones están sustentadas también con averiguaciones combinadas con fuentes históricas, el mapa de hallazgos arqueológicos y varias visitas al lugar. La superposición de toda esta información geoposicionada muestra coincidencias destacadas, dicen, como es el caso del resto de una columna bajo el agua —documentada hace años— que coincide en su situación con los datos reflejados en el LiDAR. Con toda esa información y tras más de un año de pesquisas, los científicos de la Universidad de Sevilla se han animado a presentar sus resultados preliminares, a modo de hipótesis, que solo se podrán confirmar tras campañas y prospecciones arqueológicas que pueden durar años.
Monterroso-Checa replica, sin embargo, que Sancti Petri nunca pudo ser el lugar donde se levantó el templo porque, debido a su fondo rocoso, los barcos que intentasen aproximarse a él en la Antigüedad habrían necesitado entre seis y ocho metros más de profundidad para mantener una navegación segura. Eso habría hecho que el templo sobre el islote estuviese directamente bajo las aguas, algo que no ocurriría en el caso de San Fernando, que siempre estaría por encima de este nivel.
Lázaro Lagóstena (izquierda), catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Cádiz, vaticinó el pasado marzo a EL PAÍS:
“Todo es discutible y habrá un gran debate. La tecnología no invasiva nos permitirá confirmarlo pronto. La bahía de Cádiz es una caja de sorpresas arqueológicas”.
Fuente: elpais.com | 18 de diciembre de 2021
Vídeo del programa Zona Historia (de Onda Cádiz TV) sobre la posible ubicación del templo de Melkart- Hércules.
Dibujo de A. Álvarez Marsal, dirigido por Manuel Bendala, que representa cómo pudo ser el templo de Melqart.
Mattan murió asfixiado en un grave incendio que arrasó parte de la ciudad de Gadir, en algún momento entre finales del siglo VII y principios del VI antes de Cristo. El cuerpo de este gadirita de 35 años, sepultado entre los restos de calles y viviendas, es una de las centenares de piezas del rompecabezas del pasado fenicio de Cádiz que los arqueólogos llevan más de un siglo intentando recomponer. Cada hallazgo e hipótesis mueve el apasionante rompecabezas que, en las últimas dos décadas, ha reescrito la historia conocida de una de las colonias más importantes y ricas fundada por los habitantes de Tiro (en el actual Líbano) más allá del Estrecho de Gibraltar, en los confines de su mundo conocido. La nueva propuesta de localización del afamado templo de Melqart en la zona de Sancti Petri (entre San Fernando y Chiclana) podría ser la respuesta a una de esas grandes incógnitas que jalonan un pasado gaditano en constante revisión y recomposición. Los científicos consultados tienen muchas dudas y una sola certeza: en Gadir aún queda mucho margen para grandes sorpresas.
Los restos arqueológicos sitúan el asentamiento de los fenicios en las islas que componían la bahía de Cádiz entre finales del siglo IX y principios..., no tan lejos de la fecha dada por el historiador romano Veleyo Patérculo, que fija la fundación de Gadir en el 1104 a.C., exactamente 80 años después de la caída de Troya. Los orientales no debían ser desconocidos para los autóctonos que vivían en la zona en el final de la Edad de Bronce, ya que, como sostiene la arqueóloga Paloma Bueno Serrano (izquierda), los recién llegados “seguían rutas comerciales muy antiguas” conocidas desde hacía muchos años. Por ahora, no hay constancia de que esos primeros habitantes se resistieran, pero sí de que apreciaron lo que esos recién llegados les ofrecían. “Lo fenicio gustó por todo el Mediterráneo porque se asimiló su cerámica, su teñido de telas, sus hornos o tipos de molienda nueva. Fue una revolución tecnológica”, apunta Bueno.
No hay dudas entre los expertos del motivo por el que escogieron la actual Cádiz para una de sus fundaciones más antiguas, junto a Útica y Cartago (en la actual Túnez). El golfo de Cádiz les ofrecía minas de plata y otros metales, recursos pesqueros como el atún rojo y una posición geoestratégica envidiable. “Era un centro logístico. Cádiz tuvo un papel similar al que tuvo Cartago de control del Mediterráneo central”, asegura Ángel Muñoz Vicente (derecha), arqueólogo y jefe del Departamento de Protección de Patrimonio Histórico de la Junta en Cádiz. Pero lo que no está tan claro es qué punto escogieron para ubicar la ciudad —o ciudades— y sus templos, desde el más conocido de Melqart, a los de Astarté o Baal Hammon que citan las fuentes grecolatinas.
Recreaciones dirigidas por el arqueólogo José Gener de cómo era Cádiz durante el siglo VII antes de Cristo, dividida en dos islas.
En el devenir de esa ciudad original durante los más de 500 años que transcurrieron hasta la llegada de los romanos en el siglo I a.C., solo algo se mantuvo inalterable: el templo de Melqart. “Siempre fue lo importante. Fue una referencia para los locales y los foráneos. Es un hito marítimo, económico y un centro de sabiduría”, apunta Antonio Saez Romero, profesor del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Sevilla y copartícipe de la nueva hipótesis de la ubicación del santuario de Melqart.
Tanto es así que la consagración del monumento a la principal deidad fenicia se produjo poco después de la fundación de Gadir, como legitimación del asentamiento de la ciudad. “A nivel pragmático, la advocación de un dios te protege”, explica Ana María Niveau de Villedary (izquierda), profesora de Prehistoria de la Universidad de Cádiz especializada en el mundo fenicio.
En el interior del templo se encomendaban los tratos comerciales o se acuñaban las monedas. Su importancia fue tal que trascendió a la propia Gadir y, por obra y gracia del sincretismo, el monumento acabó consagrado como ese lugar dedicado al Hércules romano en el que Julio César lloró amargamente, al darse cuenta de que no había alcanzado las mismas gestas que el conquistador Alejandro Magno.
Pero otra cosa muy diferente es localizar el lugar donde pudo estar el edificio. Unos expertos lo sitúan en el Cerro de los Mártires —como asegura la hipótesis de la Universidad de Córdoba y de Cádiz— o en Sancti Petri —como defiende la Universidad de Sevilla y el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico—. Encontrar su localización sería “el premio Gordo” de todas las incógnitas que plantea Gadir, como asegura el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Mariano Torres Ortiz (derecha), debido a la gran cantidad de respuestas que podría dar sobre la vida y política de los gadiritas.
En esos años, la bahía era un archipiélago de islas, de las que sobresalían dos: Kotinoussa y Erytheia, ambas cercanas, pero divididas por un canal natural. Esa división, descubierta a principios de 2020 por el arqueólogo Darío Bernal, fue uno de esos golpes en la mesa que reconfiguraron el panorama conocido de entonces. “Esto está en construcción y deconstrucción constante. Hay que tener honestidad científica de saber cuándo lo que dijiste hace 10 años ya no vale. Es lo que me estimula”, explica Niveau de Villedary.
El islote de Sancti Petri, el caño y la punta del Boquerón, lugar en el que podría estar ubicado el templo de Melqart, según una última hipótesis. JUAN CARLOS TORO.
Pero las dudas sobre su organización territorial van mucho más allá. Por ahora, hay evidencias de asentamientos fenicios en Doña Blanca (en El Puerto de Santa María, el yacimiento más extenso), varios puntos de Cádiz capital, en San Fernando (en este caso, son hornos de cerámica) y en Chiclana de la Frontera (el hallazgo más reciente que aún está en excavación). Lo que no está tan claro es si todos esos puntos funcionaban como una entidad administrativa única, a modo de ciudad mancomunada que compartía hasta topónimo. Paloma Bueno y Ángel Muñoz se muestran partidarios de esta posibilidad. “Las fuentes griegas nos hablan en plural de Gadeiras, como un conjunto de ciudades y ocupaciones”, explica la experta, encargada de las excavaciones de Chiclana. Pero Mariano Torres tiene sus dudas: “Todos ellos debieron formar parte de la misma entidad política, pero Gadir se aplica a la zona de la actual Cádiz”.
Aunque para Antonio Saez, se plantea una duda aún más interesante: “Hablamos de lo que es Gadir, pero ha pasado desapercibido que la ciudad tiene sus altibajos, con épocas de bonanza y de vacas flacas”. La presencia del propio Mattan —nombre dado por sus descubridores—, abandonado en la isla de Erytheia habla de cómo los fenicios reconstruyeron la zona tras un evento catastrófico, pero la acabaron abandonando apenas medio siglo después por un motivo desconocido. Ese cambio, a mediados del siglo VI a.C. coincide con un periodo de conflictos en el Mediterráneo y con una potente reorganización de Gadir. “Quizás entonces alcanzaron independencia, ya desvinculada de Oriente. Quizás pasaron de una organización tipo colonial a ciudades independientes con asambleas que se podrían equiparar a las polis griegas”, apunta Mariano Torres.
La duda, por ahora, parece difícil de despejar, dada la ausencia de epigrafías que dejaron esos gadiritas y de grandes investigaciones en Tiro o Sidón —también en el Líbano—, por la situación de inestabilidad que sufre la zona en las últimas décadas. Lo que sí está claro es que lo que vino después es el mayor periodo de esplendor de Gadir, atestiguado por la tumba de un sacerdote en la Casa del Obispo de Cádiz, los imponentes sarcófagos antropomorfos —masculino y femenino— que se conservan en el Museo de Cádiz o el acuñamiento de monedas. “Gadir tuvo gran importancia porque se va a convertir en el centro de comercio de las minas de Huelva, los salazones o la ruta del estaño. Era enormemente rica”, explica Mariano Torres.
Por cada replanteamiento de lo conocido sobre el emporio de la antigüedad, los cimientos de la historia de Gadir se tambalean para dar lugar a una nueva realidad aún en construcción. Pero los arqueólogos no perciben estos cambios como un fracaso. “Hacemos el mejor modelo posible con los datos disponibles. Cuanto mayor es el número de evidencias, menores serán los cambios”, apunta Mariano Torres. “Me parece muy apasionante, porque estamos creando un nuevo modelo explicativo. Llegó un momento que tuvimos que romper los modelos explicativos del pasado, dado que ya no valían. Hay que investigar y ser creativos”, tercia con entusiasmo Niveau de Villedary.
Fuente: elpais.com | Jesús A. Cañas | 27 de diciembre de 2021
El sistema lidar ofrece información de una plataforma sobre el nivel del mar, por lo que no existe.
Los datos que han difundido la Universidad de Sevilla y el CAS del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico sobre una gran estructura portuaria bajo el agua que presumiblemente podría ser el Templo de Melkart “no son reales”. Concretamente, la tecnología Lidar que se utilizó con información procedente del Instituto Geográfico Nacional (IGN) para generar esta noticia “muestra una plataforma de 150 por 200 metros a 63 centímetros sobre el agua, y no bajo el agua, por lo que no existe”.
Así lo confirma Kiko Sánchez Díaz (izquierda), cartógrafo que trabaja en la Junta de Andalucía, doctorando en Prehistoria de la Universidad de Sevilla precisamente con una tesis sobre el uso del Lidar en arqueología y durante varios años trabajador del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (que ha respaldado esta investigación de la USE).
Para que lo entendamos, Sánchez explica que “Lidar es un sistema láser aéreo que manda pulsos de luz y mide el rebote en el terreno y, de este modo, la altura en los sitios, sacando un mapa automático de España”.
Lo que ocurre, puntualiza, es que “el software da error en algunas situaciones, por ejemplo si hay agua, y es lo que ha ocurrido aquí, que no se ha filtrado esta información”. De este modo, señala, “se ha producido una interpolación del modelo digital porque el Lidar no sirve para el agua”. Es decir, “el software de interpolación ha generado un artefacto por falta de datos de entrada, pero allí no hay nada”.
Vista aérea en 3D del Caño de Sancti Petri.
Según este cartógrafo, "la Junta de Andalucía ha hecho un nuevo vuelo de la zona de Sancti Petri en 2020, del que me han facilitado los ficheros Lidar y tras procesarlo he obtenido nuevas imágenes más actualizadas del sitio que muestran que la estructura que aparecía en 2015, ahora ya no está".
Lo explica con una nueva imagen digital del terreno que ha facilitado y que ilustra esta información y lo que aparece en color azul está en cota cero; en rojo hasta un metro sobre el nivel del mar, mientras que la verde está entre cero y uno, por lo que, definitivamente, "la plataforma está sobre el agua y no existe, pues allí no se ve nada".
Masa de agua en el Caño de Sancti Petri. Kiko Sánchez Díaz desde © Orto_PNOA.
Aberración gráfica del procesado © LiDAR_PNOA MDT 05 sobre © Orto PNOA © Kiko Sánchez Díaz.
Arrastre de agua y arena en la zona del supuesto hallazgo © Google Earth 2015 Antonio Monterroso.
Superposición de la aberración al arrastre del caño. © MDT 05 LiDAR_PNOA sobre Orto Google Earth 2015. Antonio Monterroso desde © MDT 05 LiDAR_PNOA sobre Orto Google Earth 2015.
Aberración del MDT 05 combinada con los márgenes, arenas y caños menores de ambas orillas en Orto_PNOA © UCA Unidad de Geodetección UCA desde © MDT 05 LiDAR_PNOA sobre Orto_PNOA
Comprobarlo es fácil, asegura, tal y como han hecho tras el supuesto hallazgo varios expertos de la Universidad de Cádiz, de la Universidad de Córdoba y de la Universidad de Sevilla, a la que pertenece él mismo, al igual que los investigadores de Melkart. “Es cuestión de descargarse el fichero de datos del Instituto Geográfico Nacional, que son públicos”. Asimismo, también ha contactado con la dirección del propio Instituto Geográfico Nacional, “desde donde me han confirmado que estamos en lo cierto y que estos datos no valen, que son erróneos, y así se lo han hecho saber a los propios investigadores”.
Respecto a la difusión de una información que era sencilla de contrastar, añade que “los propios compañeros podrían haber venido al departamento de Geografía en la misma Universidad de Sevilla y le habríamos confirmado que no estaban en lo cierto”. Por este motivo supone que el lanzamiento de "la noticia ha respondido más a una cuestión política que científica, pues se han saltado varios...
Orto_Pnoa_2018 sobre MDT 01 generado desde © Lidar-PNOA Antonio Monterroso
Ausencia de cualquier "realidad" en el MDT 01 generado desde © Lidar-PNOA Antonio Monterroso desde MDT 01 generado desde © Lidar-PNOA.
La hipótesis del hallazgo presentada hace varias semanas en el CAS habla de un edificio de 150 metros de ancho por más de 300 metros de largo que aparece a modo de gran estructura portuaria central con amarraderos, a unos 3 o 5 metros de profundidad. Al sur de esta estructura también ubicaron varias cimentaciones, un puerto interior en forma de dársena cerrada, varios espigones y se ha documentado una zona de villa doméstica relacionada.
Todo este conjunto, dijeron entonces, tendría que ser constatado con prospecciones geofísicas en la zona del Caño de Sancti Petri, que son las que definitivamente determinarían si se trata del templo sagrado de la antigüedad más anhelado en la Bahía de Cádiz.
Foto: Presentación de la hipótesis del hallazgo del templo de Melkart. / LOURDES DE VICENTE
"Los tiempos de la ciencia no son los de la política". Con estas palabras resume el cartógrafo Kiko Sánchez Díaz la polvareda levantada por el anuncio por parte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía del hallazgo del "posible templo de Hércules", que se ha desvanecido como una pompa de jabón ante la evidencia del error metodológico. Según ha demostrado Sánchez Díaz, la confusión se debe a una mala interpretación de los resultados obtenidos a través del sistema Lidar, un láser aéreo que manda pulsos de luz y mide el rebote en el terreno, y que hubiera debido ser contrastado y discutido con más calma.
Las prisas por dar buenas noticias jugaron en cambio una mala pasada a los responsables políticos, que el pasado mes de diciembre corrieron a hacerse eco de una investigación realizada por la Universidad de Sevilla junto al Centro de Arqueología Subacuática del IAHP. Según este estudio, una gran plataforma terrestre localizada en la desembocadura del caño de Sancti Petri, entre San Fernando y Chiclana, permitiría reconocer un edificio de 150 metros de ancho por más de 300 metros de largo que no podría ser sino el legendario templo fenicio-púnico de Hércules Gaditano, del que ya hablaba el historiador Estrabón.
El problema radicaba en que el programa funciona perfectamente en tierra, a través de la medición del rebote de la luz, pero en el agua se generan huecos, porque la luz no se fija, como cuando se proyecta una linterna sobre una superficie líquida. Así, entre las masas de tierra y el agua quedan huecos, que el programa rellena artificialmente con lo que algunos expertos no dudan en llamar "una aberración".
Lo llamativo del caso es que el error en que se fundaba la noticia no requería de sofisticados medios: a Sánchez Díaz le bastó trabajar con un portátil desde su casa, descargarse el fichero de dominio público y comprobarlo.
"Otros compañeros me han dicho que ya lo habían visto también, no he sido el único", afirma el cartógrafo, doctorando en Prehistoria de la Universidad de Sevilla con una tesis precisamente sobre el uso del Lidar en la arqueología.
Foto: Localizador de la zona donde se han buscado los vestigios. Carlos Gámez.
Algunos arqueólogos consultados por elDiario.es Andalucía, que prefieren no figurar con sus nombres por no alimentar la polémica, van más allá y aseguran que en la difusión de la noticia las autoridades andaluzas se han saltado todos los controles de tutela legal. "Esto es de dimisión de la Consejera para arriba, ¿o va a seguir todo el mundo en su puesto? Ha sido una absoluta perversión del método científico, equivalente a decir que el coronavirus se cura bebiendo lejía. La noticia ha llegado a Italia y Francia, donde los expertos no han tardado en desmentirla, y nos ha sumido en la vergüenza absoluta. ¿Cómo se arregla esto?". De hecho, la consejera Patricia del Pozo, en un balance de su gestión hecho en Cádiz, valoró especialmente "el importante hallazgo del posible templo de Hércules, que parece que se encuentra aquí cerquita y que ha sido posible gracias a un trabajo con la Universidad y el Instituto de Arqueología".
Porque, en esto coinciden todos, "el asunto no se va a parar aquí". No es asunto menor, al menos, que el objeto de la búsqueda fuera el templo de Hércules, quizá el monumento más simbólico del país, y desde luego de Andalucía. "En materia arqueológica no vamos a ver una cosa igual que esta, nunca. Cómo se ha consentido que el resultado lo analice una persona sin la formación debida, cómo no se ha consultado a las instituciones oportunas, cómo no se ha creado una comisión para estudiar el caso, son cuestiones que nos seguimos preguntando. Al final, ha sido como cuando se cae un avión: una cadena de errores".
Sánchez Díaz se lo explica con una expresión técnica: un sesgo de confirmación. "Si estás esperando encontrar una cosa, de golpe en la pantalla la ves, y ya crees que la has encontrado… Aunque no exista", comenta. "Como decía mi director de tesis, lo normal en estos casos es escribir un artículo para alguna revista de reconocido prestigio, donde se realizan revisiones inter pares, y los expertos deciden si el artículo está de puta madre o si el autor ha metido la pata. Hablo de publicaciones como Nature o Science, o en nuestro campo, Remote sensing o Archeological Prospection. Y luego, que un periodista pueda hacer su reportaje basándose en ese artículo científico, y así tienes cierta garantía de que lo que se cuenta ha sido revisado por gente que sabe".
Un estudio, publicado recientemente en la revista ‘Spal’, abre una nueva hipótesis en la que se ubica a este legendario santuario en el Cerro de los Mártires, en San Fernando.
Posible ubicación del Templo de Melqart-Hércules en San Fernando. FOTO
Por el lado político, ya han empezado a oírse manifestaciones que nada tienen que ver con el triunfalismo inicial. Ayer mismo, la delegada de Cultura y Patrimonio Histórico de la Delegación Provincial en Cádiz, Mercedes Colombo, subrayaba que "tal y como se explicó en la rueda de prensa de presentación siempre se dijo que era una hipótesis, nunca se confirmó que fuera verdad, por lo que había que estudiarla". Y añadió que "hay que comprobar la nueva hipótesis que ha aparecido", refiriéndose a la documentación aportada por Sánchez Díaz. Éste, por su parte, aclara: "yo no he formulado ninguna hipótesis. Yo no sé dónde está el templo, solo digo que lo que se ve en el Lidar no es el templo". E insiste en que "las prisas son malas consejeras, y en ciencia hay que ir siempre con cuidado, haciendo un trabajo menos espectacular".
Por último, los arqueólogos consultados por este medio recalcan que el hecho de que el estudio con el sistema Lidar haya propiciado ese error de interpretación no significa que el templo de Melqart no exista. "Existe y está en la bahía de Cádiz, sin duda", aseveran. Lo que espera, después de todo el ruido ocasionado por el caso, es que sirva para impulsar una operación institucional bien organizada. Y que los políticos aprendan a tener un poco de paciencia.
Fuente: eldiario.es | 11 de enero de 2022
La Real Academia de San Romualdo organizó una mesa redonda para debatir la localización del templo - JPB.
A pesar de que se haya escrito largo y tendido, el legendario templo de Melkart y su ubicación continúa siendo un misterio para la comunidad científica que trabaja, en distintas vías, con el fin de descifrarlo. Sigue sin haber consenso y, entre tanto, se producen «ataques» o «campañas de desprestigio» entre compañeros.
«Nuestro trabajo es serio, lo hacemos sin prisa y nunca la vamos a tener», es la conclusión que se extrae tras concluir la mesa redonda titulada 'De Estrabón a la teledetección. Nuevas propuestas sobre el paisaje del entorno de San Fernando en la antigüedad' organizada por la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes y celebrada este martes 1 de febrero en el auditorio del Centro de Congresos Cortes de la Real Isla de León.
En el debate organizado por la Real Academia de San Romualdo participaron expertos del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, en concreto, los miembros del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la US Antonio Sáez Romero, Ricardo Belizón Aragón y Eduardo Ferrer Albelda, así como Milagros Alzaga García, del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
El acto, incluido en su dilatado programa previsto para este curso 2021-2022, ha sido de entrada libre hasta completar el aforo, después de que se asegurasen de establecer todas las medidas preventivas vigentes ante la actual situación sanitaria.
La elección de Melkart como tema central de la mesa redonda no fue fruto de la casualidad. El santuario gaditano y su localización han sido centro de controversias entre investigadores tras el reciente estudio de la Junta de Andalucía, Universidad de Sevilla y CSIC que fue presentado a mediados del pasado mes de diciembre en el Centro de Arqueología Subacuática de Cádiz (CAS) dependiente del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH).
En las instalaciones del Balneario de Nuestra Señora de la Palma y el Real de Cádiz se presentaron los restos de edificaciones antiguas localizados en el área comprendida entre Camposoto y Sancti Petri y que podrían corresponder al templo fenicio-púnico de Melkart y de Hercules Gaditanus en época romana.
Este hallazgo fue identificado a partir de los trabajos de documentación realizados a través de un Sistema de Información Geográfica y la aplicación de métodos de teledetección (LiDAR, acrónimo en inglés de Laser Imaging Detection and Ranging/ Detección y rango de imágenes láser) llevados a cabo por Ricardo Belizón Aragón y Antonio Sáez Romero, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la US, en el marco del «Proyecto Ergasteria» financiado por la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades y dirigido por los profesores Eduardo Ferrer Albelda y Antonio Sáez Romero, también de la institución hispalense.
Sin embargo, esta hipótesis es del todo refutada por otro grupo de investigadores, como el profesor titular de Arqueología de la Universidad de Córdoba, Antonio Monterroso Checa o el cartógrafo Kiko Sánchez Díaz, doctorando en Prehistoria de la Universidad de Sevilla. Ambos expertos coinciden en su rotundidad al afirmar que los datos aportados por el LiDAR son erróneos ya que aseguran que este sistema no es idóneo para buscar bajo el agua.
En vista a las críticas recibidas, la propia delegada de Cultura y Patrimonio Histórico de la Delegación Provincial de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo, matizó que lo que se presentó como Templo de Melkart era simplemente «una hipótesis, y como tal hay que estudiarla».
Colombo aclaró que «nunca se dijo que era una verdad lo que allí se exponía». Con relación a las dudas surgidas en las últimas fechas y que cuestionan la veracidad del descubrimiento del ansiado Templo de Melkart, la delegada recalcó que «los datos que han salido ahora también son hipótesis, y como tal, habrá que, científicamente, ver si es verdad o no».
Asimismo, Colombo aseguró que «la presentación se dio cuando los que lo habían hecho, que era la Universidad de Sevilla y el Centro de Arqueología Subacuática, creyeron que se debía dar, si era pronto o tarde lo decidieron ellos». Finalmente, la delegada territorial de Cultura subrayó que «las hipótesis hay que estudiarlas» y que estas «se van a estudiar; igual que se estaba estudiando la hipótesis que dice lo contrario, se están estudiando las dos».
Las novedades del legendario templo de Melkart, a debate por expertos en arqueología. En la imagen, el caño de Sancti Petri con la Punta del Boquerón.
El profesor Antonio Sáez Romero comenzaba la mesa redonda asegurando que el debate sobre el templo de Melkart «puede llevar varios siglos y los historiadores no nos ponemos de acuerdo en donde ubicarlo y como reconstruir el escenario».
Asimismo se mojó sobre la problemática del yacimiento y la polémica suscitada entre investigadores contrarios a los hallazgos presentados el 15 de diciembre asegurando que «se ha criticado de forma muy vehemente» su aportación. «Se plantea la cuestión como un enfrentamiento y no una cuestión académica, un espectáculo totalmente lamentable y evitable», afirma.
Para Sáez Romero, «se ha confundido la opinión con el argumento científico». Es más, se asegura que esta polémica mediática pertenece a una «campaña de desprestigio» con «eslóganes simples, directos y efectivos como que la hipótesis se desmorona o que el LiDAR no sirve para el agua o el error informático». Esta intervención en San Fernando sirve para demostrar que «no existe ninguna prisa ni improvisación ni la va a haber». «La hipótesis no solo se basa en las imágenes de MDT05». «Alguno de los miembros del equipo lleva más de 25 años trabajando en este proyecto, por lo que no se ha investigado con prisa e improvisación precisamente», concluye.
Por su parte, Ricardo Belizón profundizó en el Proyecto Ergasteria en el que se hizo un estudio sobre los principales centros de producción de la San Fernando de la antigüedad. «Veíamos necesario realizar un estudio paleogeográfico de la zona, con todo el revuelo hemos vuelto a comprobar todo», analiza. Los hornos encontrados durante el avance de la tesis demostrarían que la cota del mar (paleoplaya) se encontraría a 1,28 metros sobre el nivel del mar.
Fruto de este estudio, «nos encontramos con esta estructura en el Río Arillo y en la zona de Sancti Petri, cuando me di cuenta lo miramos y volvimos a mirar. Los datos LiDAR es cierto que no profundizan bajo el agua, pero nos pusimos en contacto con el CAS para comentar lo que habíamos encontrado. Nos dicen que, posiblemente, los huecos sin datos fueran rellenados con datos de otros sensores pertenecientes a otras instituciones. Llevamos un año trabajando con el Instituto Geográfico Nacional, les hemos pedido que repliquen la zona MDT y les ha sido imposible de momento».
«El origen de los datos no lo sabemos, por lo que hicimos una inspección con los miembros del CAS a Río Arillo», cuenta Belizón Aragón. En esta expedición, «vimos una pieza del acueducto, sillares, cerámica por toda la extensión e incluso parte de un edificio», profundiza. «Aprovechando una marea muy baja estuvimos en la pulpera, observamos que la roca tenía embutida cerámica y que podía tratarse de una estructura antrópica. Más al sur encontramos restos de estructuras».
«Debemos dejar claro que no todos los testimonios escritos no son iguales», comenzaba su participación Eduardo Ferrer. «Sobre el Santuario de Melkart se ha escrito mucho y bien», opina. Antes de la época tardeholenística no hay referencias al santuario, tampoco el Pseudo Escimno hace referencia al templo a finales del II a.C. Las noticias sobre el santuario se concentran a partir de finales del siglo I a.C.
Desde este enfoque histórico, el autor Estrabón asegura que la ciudad se sitúa sobre la parte occidental de la isla. Otro autor, Mela, repite la localización del santuario en esta parte. Otra referencia se basa en el itinerario de Antonino que describe la vía que comunicaba Malaca con Gades. Silenio y Posidonio destacan «que el templo está casi a ras de mar». «Siempre se ha intentado localizar en Sancti Petri el Templo, pero las excavaciones son infructuosas. Algunos autores, con anterioridad, han ubicado el santuario cerca de la Punta del Boquerón». En esta idea profundizó Milagros Alzaga con multitud de documentación aportada desde el siglo XII destacando los hallazgos submarinos casuales encontrados durante el siglo XX que se encuentran expuestos en el Museo de Cádiz. Gracias a esto se concluye que «se está trabajando en un entorno de gran valor arqueológico» y en el que los investigadores proseguirán sus actuaciones.
En definitiva, «el entorno estudiado es de alto potencial arqueológico, en el que queremos seguir investigando». Por ello, los expertos participantes en la ponencia ya han presentado su estudio para que sea catalogado dentro de la subvención de Proyectos y Ayudas a la Investigación en el ámbito del Plan Andaluz Investigación de Investigación, desarrollo e Innovación. «Queremos presentar un Proyecto General de Investigación a la Consejería de Cultura y presentar también aquellas solicitudes de actuaciones arqueológicas puntuales que nos lleven a tener una mayor recopilación documental, realizar sondeos. Solamente estas actuaciones serán las que nos den la cronología y la tipología y la funcionalidad de los espacios arqueológicos que investigaremos en una área desde Río Arillo hasta Sancti Petri».
Foto: Vista del emplazamiento del Cerro de los Mártires. Es la elevación más prominente de las islas gaditanas con unos 34 m. sobre el nivel del mar. En la ladera sur y a su pie se encuentra el yacimiento púnico-romano de Gallineras. En época protohistórica debió estar muy próximo a la costa. Alejado ahora un tanto debido a los aterramientos que han dado lugar a la formación de un cordón de marismas alrededor de las islas que conforman el archipiélago gaditano.
El estudio presentado por los expertos del CAS y la US choca directamente con las investigaciones efectuadas por las universidades de Cádiz y de Córdoba quienes también han centrado sus esfuerzos en la búsqueda del más antiguo y famoso santuario de Occidente: el Templo de Melkart-Hércules.
Este arduo trabajo de localización está siendo llevado a cabo con nuevas tecnologías no invasivas aplicadas a la arqueología. Durante el pasado mes de marzo, el profesor Monterroso Checa aseguró, «con sólida base», la hipótesis de que este santuario no estuvo en el islote de Sancti Petri, como se había señalado hasta ahora.
De hecho, en esta nueva vía de investigación se propone como mejor emplazamiento el Cerro de los Mártires en San Fernando. La propuesta se basa en la utilización de los datos del Instituto Geográfico Nacional y del Instituto Español de Oceanografía, además de otros argumentos histórico-arqueológicos, como base cuantitativa de invalidación de esa situación tradicional en función de las oscilaciones, acciones y nivel del mar en el s. IX. a.C.
Foto: Ruinas en el Cerro de los Mártires, en San Fernando. Juan Carlos Toro.
Al respecto y en respuesta a las críticas, Sáez Romero asegura que esta investigación se basa en cuatro axiomas «descartar todas las fuentes bibliográficas anteriores; asegurar que el Cerro de los Mártires está sin explorar, cuando no es verdad; decir que todos los templos fenicios estaban en alto; cuando existen ubicaciones llanas documentadas y una nueva propuesta paleogeográfica con una cota de nivel del mar fenicio +6/+10 metros; pero son cotas relativas y los estudios aseguran que está a medio metro respecto al actual».
El debate sobre el templo de Melkart no solo llega a los expertos, su alcance supera otros estratos ya que existe mucho en juego. Aprovechando ambas líneas, la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada, ya expresó su satisfacción por el avance de la investigación de la US y el CAS, además participa en la mencionada labor de la UCO.
Cavada insiste en que «para San Fernando, la provincia de Cádiz y toda Andalucía el templo gaditano de Hércules es un elemento patrimonial y turístico de primer orden» y por ese motivo «las administraciones debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para su localización, puesta en valor y desarrollar su potencial turístico».
En palabras de la primera edil, «no es descabellado pensar que en esta parte de San Fernando y la Bahía de Cádiz pueda estar enterrada una pieza arqueológica al nivel de la Mezquita de Córdoba o la Alhambra de Granada. Por eso hay que descubrirla y ponerla en valor cultural, patrimonial y turístico como la gran joya que es».
Fuente: lavozdigital.es | 1 de febrero de 2022
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