Foto: Izquierda: Mano de mortero con restos de granos de avena. Derecha: Grano de almidón de avena aumentado proveniente de la mano de mortero hallada. Stefano Ricci, Marta Mariotti Lippi / University of Florence

Fuente: PHYS.ORG | New Scientist | 8 de septiembre de 2015 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)

Un equipo de investigadores de diversas instituciones de Italia han encontrado evidencias de avena molida por cazadores recolectores del Paleolítico Superior en un mortero de piedra con restos de granos todavía intactos.

En su artículo, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), el equipo, dirigido por Marta Mariotti Lippi (izquierda), de la Universidad de Florencia, describe la reliquia de piedra y el estudio de la misma, y ofrece algunas teorías sobre por qué creen que individuos del Paleolítico Superior molían granos de avena.

En lo que los investigadores describen como el primer ejemplo conocido de consumo de avena, la mano del mortero, que fue hallada en la Grotta Paglicci (una cueva descubierta en la década de 1950), en el sur de Italia, representa un intento de los primeros europeos de obtener un grano de avena más aceptable para su consumo.

Interior de la Grotta Paglicci, Italia, con pinturas en sus paredes. Credito: Stefano Ricci

Una mirada más cercana a los restos de granos que permanecen en la mano del mortero reveló que habían sido calentados antes de molerlos, lo que prueba el intento de secarlos previamente a su posterior transformación, tal como se hace hoy en día. El polvo resultante, un tipo de harina -señala el equipo de investigación-, fue utilizado para hacer probablemente un tipo de gachas de avena o tal vez como ingrediente principal en un pan cocido.

"Hay aquí una relación a explorar entre la dieta, la experimentación con alimentos de plantas procesadas, y la sofisticación cultural", afirma Matthew Pope (derecha), del University College London.

Los artefactos hallados han sido datados con una antigüedad de aproximadamente 32.000 años y fueron elaborados por gentes pertenecientes a la cultura Gravetiense, los cuales también dejaron pinturas en las paredes de las cuevas, obras de arte-mueble, tecnología lítica y ósea, y un elaborado sistema de enterramientos.

"Estas personas fueron descritas hace 15 años como los 'cazadores de la Edad de Oro', y los detalles de todo ello todavía se están completando", dice Erik Trinkaus (izquierda), de la Washington University, en St Louis, Missouri.

Calentar los granos antes de su transformación tenía sentido, señala el equipo de investigación, dado que el clima era mucho más frío y húmedo durante aquel período de tiempo. También señalan que moler la avena para convertirla en harina habría hecho más fácil acarrearla, puesto que estas gentes se mudaban a nuevas ubicaciones en busca de comida y podían almacenarla durante un largo y frío invierno.

No es probable que estos individuos cultivaran los granos de avena, pues la agricultura no se produjo hasta mucho más tarde. En cambio si tuvieron que caminar en busca de plantas específicas que tuvieran los tipos de granos que podían utilizar, recolectarlos y luego molerlos y almacenarlos. Un proceso laborioso, pero que aparentemente bien valía la pena el esfuerzo.

El equipo de investigación señala que otras piedras de moler que datan de aproximadamente del mismo período de tiempo ya se habían encontrado antes, pero fueron usadas para moler raíces y espadañas. Ellos especulan que más estudios darán lugar a que se constate que otras antiguas piedras de mortero conocidas se utilizaron también para moler granos.

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