Hallan en la costa de Cádiz unas termas romanas excepcionalmente conservadas

Foto: Termas muy bien conservadas en los Caños de Meca, Cádiz.

Las dunas que rodean el Cabo de Trafalgar, uno de los espacios más emblemáticos y visitados de la costa de Cádiz, han protegido durante dos mil años unas termas romanas que ahora han salido a la luz en un estado excepcional de conservación, con una estructura de casi cuatro metros de altura.

El hallazgo ha sorprendido tanto a los arqueólogos de la Universidad de Cádiz que lo han descubierto como a las miles de personas que durante los años habrán caminado sin saberlo y mientras se dirigían a la playa sobre las dunas que han ocultado estas termas.

"Es una estructura con un estado de conservación excepcional en la península ibérica y, en general, en el Mediterráneo Occidental", explica a EFE el catedrático de Arqueología de la Universidad de Cádiz, Darío Bernal (izquierda), "Y es que normalmente los restos aparecen como mucho con 50 o 60 centímetros de altura", añade.

Lo llamativo de este caso es que la estructura mantiene en pie casi cuatro metros de alzado, con sus puertas y sus ventanas.

Sofisticado complejo termal rural

Darío Bernal y su equipo han constatado que se trata de un sofisticado complejo termal rural, que disponía de un circuito de aire caliente alimentado por un horno que emanaba a través de cámaras en suelo y en las paredes.

Su hipótesis es que estas termas servirían para dar un servicio de higiene, y de ocio, a los trabajadores de las almadrabas, de las fábricas de salazones y de acuicultura de la zona, unos empleos que a buen seguro impregnaban de olor y suciedad a quienes lo desempeñaban.

Subsuelo de las termas en el que se aprecia la cámara de combustión por donde circula el aire caliente dentro de una sala calefactada.

De hecho, cuando Darío Bernal y su equipo comenzaron a excavar la parte de la construcción que permanecía visible sobre el suelo, un muro de unos treinta centímetros, esperaban encontrar una cetaria, un vivero comunicado con el mar donde se mantienen para su engorde crustáceos y pescados.

Arqueostra

Estas estructuras son en realidad el objetivo del proyecto de investigación Arqueostra que este equipo de arqueología desarrolla en el Cabo de Trafalgar y en los Caños de Meca para estudiar el origen de la acuicultura, una práctica que inventaron los romanos, en Andalucía y en Marruecos.

Muy cerca del propio Faro de Trafalgar, a unos 500 metros del lugar en el que han emergido las termas, ya emergieron hace años unas estructuras de viveros y piletas romanos (derecha) supuestamente de una etapa anterior al nuevo hallazgo.

Estructuras de una factoría de salazón con más de diez piletas y viveros romanos.

Los arqueólogos tratan ahora de buscar otros restos en esta zona de una industria, la pesquera, que en la época imperial gozaba de un gran esplendor, y que tuvo en las costas gaditanas un especial desarrollo. De hecho se ha constado que la salsa de pescado garum, que se fabricaba en Baelo Claudia, en Tarifa, fue exportada a distintos rincones del imperio.

"El hallazgo de estas nuevas termas, con varias habitaciones que posiblemente contarían con distintas temperaturas y piletas con agua, da idea de que el enclave pesquero que habría en esta zona era mucho más importante de lo que pensábamos ya que no sólo albergaba fábricas de producción pesquera", explica Darío Bernal.

"Si tenían un complejo termal, probablemente hay varios edificios más soterrados que esperamos poder investigar y sacar a la luz en los próximos meses", añade.

Estructuras de un 'balneum' hallado igualmente en la inmediaciones.

Las termas funcionaron unos 300 años, entre el siglo IV y V d.C.

"También se investigarán los restos de estuco rojo, blanco y negro y de mármol que se han hallado en las termas, y que dan idea de cómo estarían recubiertos los muros de este edificio, el cual debió funcionar unos 300 años entre el siglo IV y V d.C.", según explica a EFE el arqueólogo José Ángel Expósito.

Estos asentamientos de acuicultura serían un prueba de que, tras la pacificación de Hispania, a esta zona llegaron colonos italianos de clase alta que implantaron los modelos de desarrollo urbanístico que tenían en su tierra de origen.

"Es sus residencias de recreo solían tener viveros. Era un elemento de ostentación. Hay muchísimos escritos que relatan como las élites romanas presumían del tamaño de sus viveros y de las especies que criaban para consumo propio o para vender. Cicerón siempre atacaba estos excesos", cuenta Darío Bernal.

Las termas halladas ahora, conservadas gracias a la rapidez con la que, al ser abandonadas, el viento las sepultó en arena, son otra prueba más del rico mundo romano que habitó en estas costas.

La Junta de Andalucía, competente en la gestión del patrimonio histórico, debe ahora decidir si, una vez concluyan las investigaciones, pone en marcha una estrategia de musealización que incorpore este enclave como un nuevo aliciente para visitar esta costa o si deja que el viento vuelva a cubrir de arena estos restos.

Ver vídeo en este enlace.

Fuentes: libertaddigital.com | diariodecadiz.es | diarimes.com | 17 de mayo de 2021

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Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el mayo 18, 2021 a las 6:44pm

           Un auténtico complejo pesquero 

   

El hallazgo de estas termas viene a confirmar que el enclave pesquero que había en la zona es de un gran potencial. El grupo de Investigación HUM-440 del Departamento de Historia, Geografía y Filosofía de la Universidad de Cádiz ya documentó el pasado marzo los restos de una zona residencial romana en la que vivían los dueñ.... También se excavó una industria de salazones en la misma zona con piletas en buen estado de conservación y otra ubicada a unos 500 metros en la playa, así como un yacimiento prehistórico con elementos cerámicos asociados y restos vinculados a esta misma industria, entre otros importantes restos.

 

Estos asentamientos de acuicultura serían un prueba de que, tras la pacificación de Hispania, a esta zona llegaron colonos italianos de clase alta que implantaron los modelos de desarrollo urbanístico que tenían en su tierra de origen, "pues los italianos patentaron la acuicultura". 

De hecho en estas residencias solían tener viveros, "lo que suponía un elemento de ostenación, riqueza y poderío en aquella época, pues hay muchos escritos que relatan cómo las élites romanas presumían del tamaño de sus viveros bien para consumo propio o venta", añade el catedrático de Arqueología Darío Bernal. 

El proyecto Arqueostra pretende estudiar el origen de la ostricultura en Andalucía y Norte de África, por lo que decidieron ahondar en el yacimiento del Cabo de Trafalgar que es conocido por las fuentes clásicas, donde lo citan como el promontorium de Juno, "pues era un hito muy importante en la navegación", contextualiza Darío Bernal.

"Los primeros estudios de todos estos hallazgos se remontan a los 70, pero no había gran información salvo la existencia de un yacimiento bastante deteriorado. La sorpresa por tanto ha sido mayúscula en esta primera fase en la que se vuelve a constatar la potencia arqueológica de todos estos restos romanos que eran más importantes de lo que parecían y están en mucho mejor estado de conservación de lo que se esperaba", decía a este medio Bernal.

Los arqueólogos de la UCA esperan localizar más edificios soterrados vinculados a esta actividad y que esperan poder investigar y sacar a la luz en los próximos meses.

Los restos no se pondrán en valor

Como viene siendo habitual en la mayoría de las excavaciones, los restos localizados se cubrirán para ser protegidos, pero no se pondrán en valor. Una vez concluya el trabajo de campo de cara a la documentación de estos vestigios, se procederá a tapar para evitar daños tanto vandálicos como de agentes naturales, pues se trata de una zona donde combate mucho el temporal, explica Darío Bernal.  

Fuente: diariodecadiz.es | Fotos | 17 de mayo de 2021

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el mayo 20, 2021 a las 7:33pm

Descubren restos humanos y un ajuar de 4.000 años de antigüedad en el yacimiento de Los Caños de Meca

Pendiente de oro de gran pureza recuperado en la necrópolis de Los Caños - FRANCIS JIMÉNEZ.

Desde principios de mayo, Barbate ha centrado las miradas de expertos y curiosos tras descubrirse  restos arqueológicos de gran valor patrimonial en la playa de Marisucia de los Caños de Meca. Junto al Faro de Trafalgar unas misteriosas estructuras eran desenterradas por el grupo HUM-440 de la Universidad de Cádiz. Éstas fueron identificadas como termas romanas del siglo I a.C. las cuales presentan un estado de conservación «excepcional» gracias a la protección de las dunas. Las estructuras alcanzan los 4 metros de altura y, a pesar de contar con varios siglos de antigüedad, mantiene las formas de los arcos, planta, puertas y ventanas.

Necrópolis de 4.000 años de antigüedad

Las playas de Los Caños de Meca siguen albergando misterios que comienzan a resolverse. Durante un recorrido realizado por los arqueólogos, el mediodía del 20 de mayo, han desvelado el descubrimiento de una fosa, ubicada en las proximidades del Faro de Trafalgar, que data de principios de la Edad del Bronce.

Los investigadores de la UCA, a partir de estudios previos de 1998, realizaron una cata en la que participaron los alumnos del Máster de Patrimonio. Aprovechando el proyecto existente, se solicitó una excavación que terminaría por descubrir una apertura completa en el terreno que resultó ser la mencionada fosa. Gracias a la misma se encontraron restos humanos que procedían de la Prehistoria.

En su interior, se halló un corredor y al fondo una cámara funeraria de 3 metros de diámetro. Concretamente, esta necrópolis se compone de siete cadáveres; seis mujeres y una niña. Los restos tienen una antigüedad aproximada de unos 4.000 años, por lo que se datan a comienzos de la Edad del Bronce.

Los huesos y dientes hallados se encontrarían en «un estado perfecto de conservación», por lo que será posible realizar análisis de ADN para comprobar la consanguineidad, así como estudios de isótopos para conocer la dieta y aventurarse a dibujar las formas de vida y costumbres de los habitantes de la costa gaditana desde el siglo II a.C.

El ADN podría llegar a revelar la procedencia o el origen de los cuerpos enterrados, como sucedió con el hallazgo de la Loma del Puerco (Chiclana) en la que se determinó que el origen de los restos encontrados en tumbas era del norte de África. Del mismo modo, estas muestras genéticas podrían dar pista del color de pelo y ojos e incluso posibles enfermedades hereditarias.

Un ajuar con piezas de oro puro

«Estamos realizando una serie de analísticas, hemos empezado con pruebas de carbono 14 y creemos que en un mes llegarán los resultados», comenta Eduardo Vijande Vila (izquierda), profesor titular del Departamento de Historia, Geografía y Filosofía de la UCA. Estas investigaciones se están llevando a cabo en un laboratorio de Florida y podrían aproximarse, en caso del desgaste de los dientes y de los huesos, si se tratan de individuos que murieron por causa natural o no.

Asimismo, además de las muestras humanas, los arqueólogos han  hallado un ajuar con elementos de adorno personal entre los que destacan piezas de oro y níquel. Concretamente, la joya más preciada por los descubridores la compondría un pendiente de oro «de gran pureza». Un hallazgo excepcional que pertenecería a finales de la prehistoria.

Los estudios sobre el terreno proseguirán ya que la UCA mantiene la hipótesis de que la tierra estaría cubriendo una necrópolis de gran proporción en las playas de Barbate. «Estamos en un enclave único, por lo que quizás esta zona se estableció como tributo para sus seres queridos».

La necrópolis se erige la pieza histórica más antigua descubierta, hasta la fecha, dentro del yacimiento de Los Caños de Meca. Este yacimiento está compuesto por las termas romanas, una torre de la Edad Media, el paso de la calzada romana, una factoría de salazón y una piscifactoría. Por tanto, en el Tómbolo de Trafalgar se condensan vestigios que se remontan desde la Prehistoria hasta la época moderna. Los descubrimientos «solo acaban de comenzar», afirman los arqueólogos.

Proyecto Arqueostra

Todos estos hallazgos partieron del proyecto ArqueostraDarío Bernal Casasola, catedrático del departamento de Historia, Geografía y Filosofía de la Universidad de Cádiz, es codirector de este estudio promovido por la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad financiado con fondos FEDER que nace «para indagar los orígenes de la ostricultura en Andalucía», una práctica que iniciaron los romanos en la comunidad y en Marruecos.

Este fin dirige las investigaciones hacia Barbate, «lugar de esteros en el que se ubica el único vivero de acuicultura que conocemos hoy en día», justifica el profesor. Más de una veintena de profesionales, pertenecientes al grupo HUM-440 del Laboratorio de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de Cádiz (Labap), trabaja desde hace dos campañas en las inmediaciones del Cabo de Trafalgar.

Previamente, la UCA realizó una evaluación integral de todas las evidencias patrimoniales existentes, tanto en el Tómbolo y en el Cabo de Trafalgar como en la playa de Los Caños de Meca.

En este sentido, el Consistorio ya tenía constancia de la existencia de un yacimiento histórico en Los Caños. En 1977 el arqueólogo Fernando Amores Carredano halló unas construcciones que fueron inmediatamente tapadas. Sin embargo, un temporal las dejaría descubiertas a principios de la década de los 90 protegiéndose, de nuevo, con la misma arena.

Fuente: lavozdigital.es| 20 de mayo de 2021

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el junio 2, 2021 a las 12:32am

El yacimiento de Los Caños de Meca vuelve a cubrirse de arena hasta su futura puesta en valor

El pasado viernes 21 de mayo comenzaron las labores de cubrición preventiva de los diferentes hallazgos que componen el yacimiento de Los Caños de Meca (Barbate). La playa, junto al Cabo de Trafalgar, ocultaba joyas patrimoniales que convierten a la zona en una nueva Baelo Claudia y que aporta información determinante sobre las costumbres y formas de vida de los habitantes de la costa gaditana desde el siglo II a.C.

Investigadores del grupo HUM-440 del Laboratorio de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de Cádiz (Labap) iniciaron sus intervenciones arqueológicas en el Tómbolo hace dos campañas. Gracias a las excavaciones, llevadas a cabo por una veintena de profesionales, ha sido posible desenterrar unas termas romanas con paramentos de varios metros de altura, una tumba intacta monumental de la Edad de Bronce y unas piletas de salazones romanas completas que ya se encuentran, de nuevo, protegidas bajo el manto de las dunas que guardarán todos estos tesoros culturales hasta su definitiva puesta en valor.

En otoño se retomarán las excavaciones

A través de los diferentes vestigios recuperados, la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, catalogaba al yacimiento de Barbate como «una zona enormemente atractiva para las civilizaciones, con una historia brutal que constituye un enorme paseo por la naturaleza y por el tiempo».


Una «maravilla» para la consejera de Cultura que solo representa «el inicio, el punto uno» del conjunto de investigaciones que se llevarán a cabo en el Tómbolo de Trafalgar. «Solo se han producido dos excavaciones y la UCA tiene previsto iniciar una tercera durante el otoño». Del mismo modo, Cultura también prorroga las investigaciones por un año más, «para que el equipo arqueólogo pueda trabajar con continuidad».

Mientras se produce esta tercera fase anunciada por Patricia del Pozo, el conjunto del yacimiento ha sido cubierto de manera preventiva «con arena y geotextil de cara a su protección inmediata ante la inminente llegada del turismo a la zona y de los agentes meteorológicos».

Asimismo, la Consejería de Cultura iniciará los trámites para proteger como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología de Zona Arqueológica, para, finalmente, musealizarlo, «de forma que en un futuro y una vez lo planteemos con el Ministerio de Medio Ambiente que es propietario de la zona, pueda plantearse un circuito que potencie el incuestionable valor patrimonial de una zona con un gran valor medioambiental».

La puesta en valor es un proceso que no se antoja sencillo de resolver al encontrarse varias administraciones implicadas en las investigaciones. «Depende de Costas, del Parque Natural de la Breña y las pertinentes autorizaciones de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico. La Delegación de Cultura de Cádiz escuchará a todas las partes y se tomará una decisión», cuenta Darío Bernal Casasola catedrático del departamento de Historia, Geografía y Filosofía de la UCA y codirector de las investigaciones en Los Caños.

Los secretos del yacimiento de Los Caños

Desde principios de mayo, Barbate ha centrado las miradas de expertos y curiosos tras descubrirse los primeros restos arqueológicos de gran valor patrimonial en la playa de Marisucia de los Caños de Meca, Junto al Faro de Trafalgar, las cuales fueron identificadas como termas romanas del siglo I a.C. Éstas presentan un estado de conservación «excepcional» según indica Bernal Casasola. Las estructuras alcanzan los 4 metros de altura y, a pesar de contar con varios siglos de antigüedad, conserva las formas de los arcos, plantas, puertas y ventanas.

Los investigadores constataron que se trata de un «complejo termal rural que disponía de un circuito de aire caliente alimentado por un horno que emanaba a través de cámaras en suelo y en las paredes». Las termas sirvieron para «dar un servicio de higiene, y de ocio, a los trabajadores de las almadrabas, de las fábricas de salazones y de acuicultura de la zona», uso muy necesario que contrastaba con los empleos mencionados, los cuales impregnarían de mal olor a los trabajadores.

A unos 500 metros del hallazgo de Marisucia, cerca del Faro de Trafalgar, se encuentra la segunda estación del yacimiento de Los Caños: unas estructuras de viveros y piletas pertenecientes a la época romana.

«Es sus residencias de recreo solían tener viveros. Era un elemento de ostentación», explica Darío Bernal a EFE. De igual modo, el descubrimiento del complejo termal de Marisucia advierte a los arqueólogos de una posible presencia de nuevos edificios a su alrededor.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el enero 21, 2022 a las 12:26am

Investigadores de la UCA reinician los trabajos arqueológicos en el yacimiento del Cabo Trafalgar – Caños de Meca

Vista aérea de la villa romana documentada en el cabo de Trafalgar. Foto: Universidad de Cádiz.

Una vez terminada la temporada estival, investigadores de la Universidad de Cádiz (más de una decena pertenecientes al grupo de investigación HUM-440), liderados por el catedrático de Arqueología, Darío Bernal, y el profesor ayudante doctor, José Juan Díaz, ambos del departamento de Historia, Geografía y Filosofía de la UCA, han reiniciado los trabajos de campo en el yacimiento del Cabo Trafalgar – Caños de Meca en Barbate, encaminados a la delimitación de las estructuras arqueológicas de las diversas partes del yacimiento (villa romana,  balneum y estructuras asociadas y necrópolis prehistórica), a efectos de poder proponer un polígono de afección arqueológica para, a medio plazo, proceder a la protección de los restos mediante la figura jurídica que corresponda.

Los trabajos desarrollados se han ejecutado con cargo a dos contratos menores financiados por la Delegación Territorial en Cádiz de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, por un total de unos 27.000 euros. Estas actividades, como ha comentado la delegada territorial de Cultura en Cádiz, Mercedes Colombo, durante una reciente visita al yacimiento en compañía de su homónimo en Desarrollo Sostenible, Daniel Sánchez, “permitirán acometer la primera fase prevista en los trabajos de puesta en valor, consistentes en el estudio arqueológico y arqueométrico de los hallazgos de las primeras campañas de excavación y en un programa de sondeos arqueológicos mecánicos y manuales destinados a la definición en detalle del área de dispersión de hallazgos en las diversas zonas del yacimiento”.

Los resultados obtenidos hasta la fecha son del máximo interés, en palabras de Darío Bernal, ya que “la entidad de los restos arqueológicos en la villa romana triplica la extensión de los hallazgos conocidos previamente al desarrollo de esta última campaña de excavación y presentan un excelente estado de conservación”. Se han hallado 13 piletas de salazones romanas, que presentan sus alzados completos (entre 1,5 y 2 m de profundidad de media), con remates de coronación íntegros, totalmente revestidos de hormigón hidráulico (opus signinum). Estos nuevos hallazgos “convierten a la villa romana del Cabo Trafalgar en una de las más importantes de todo el litoral andaluz, y la única conocida en toda la antigua provincia romana de la Baetica en la que conviven las actividades de acuicultura y de producción de garum y salazones de pescado”.

El nuevo edificio hallado en el yacimiento.

Nuevo edificio hallado en yacimiento

Los trabajos arqueológicos en torno al balneum romano, que presenta una conservación “excepcional”, con más de 4 metros de alzado en sus paramentos, se encuentran en fase de desarrollo actualmente, y han permitido verificar que su tamaño es notable, al menos en torno a una superficie de más de media hectárea (150 x 50 m aproximadamente). También se han descubierto dos edificios romanos en el entorno del complejo termal, totalmente desconocidos previamente: el primero de ellos, con una superficie de unos 150 m2, se relaciona con la industria pesquero-conservera, y está dotado de tres ambientes: un pasillo en forma de L al aire libre; una zona con 3 piletas de salazones; y una habitación para la limpieza y despiece del pescado, donde se halla una gran mesa longitudinal, de unos 8 m de longitud con forrado superior de sillería, que es muy similar a la conocida de las fábricas de Cotta en la Mauretania Tingitana (entorno del actual Tánger), y única en su género en toda la península Ibérica.

Asimismo, se ha documentado la puerta y una escalera de acceso a un segundo edificio, que será excavado en el futuro, y cuyos paramentos presentan 2 m aproximadamente de alzado conservado. Y se acaban de iniciar los trabajos alrededor de la necrópolis megalítica de la Edad del Bronce para tratar de verificar la existencia de otras sepulturas prehistóricas. En estos últimos meses, se ha comenzado el estudio de laboratorio tanto de los restos óseos de los ocho individuos documentados (análisis paleopatológicos, dataciones absolutas por radiocarbono, ADN antiguo,…etc.) como del ajuar recuperado.

Los estudios de campo, tal y como han explicado los investigadores de la UCA, se han acompañado de perforaciones geoarqueológicas encaminadas a la reconstrucción del paleopaisaje y a determinar la paleotopografía del tómbolo del Cabo Trafalgar, así como a la reconstrucción de las lagunas costeras (lagoons) que en su momento rodearon al yacimiento, y cuyos recursos también fueron aprovechados en la Antigüedad. Se han realizado también prospecciones geofísicas encaminadas a la detección de potenciales restos arqueológicos bajo el manto dunar de génesis eólica que cubre toda la zona objeto de estudio.

En relación al estudio de los hallazgos arqueológicos, se puede avanzar que “el estudio en curso de desarrollo verifica la continuidad ocupacional en el yacimiento romano entre época de Augusto y finales del siglo IV o inicios del siglo V d.C”. Estas novedades han permitido "cubrir un vacío histórico de más de 300 años existente con antelación, ya que se planteaba que la villa romana se había abandonado en momentos avanzados del siglo I d.C., situación que es posible entender actualmente pues la ocupación humana se trasladó a la playa de los Caños de Meca, donde las posibles cetariae e instalaciones anexas, como el balneum documentado, estuvieron en funcionamiento hasta poco antes del paso de los vándalos con Genserico por el estrecho de Gibraltar (año 429 de la era)”.


Burgaíllos, ostras y mejillones

Los científicos han podido llevar a cabo, en paralelo, los primeros análisis arqueozoológicos de la fauna terrestre y marina, destacando la localización de un gran conchero de época julio-claudia, donde los mariscadores romanos desecharon los restos de sus capturas, especialmente burgaíllos (Phorcus lineatus). Además, se han recuperado restos de ostras (Ostrea edulis) y de mejillones (Mytilus galloprovincialis), posiblemente algunas de las especies que fueron objeto de cría y engorde en los viveros romanos de la villa.

En las próximas semanas se ultimarán los trabajos de campo y después se darán a conocer de manera detallada los resultados científicos de estas investigaciones interdisciplinares, ejecutadas por la Universidad de Cádiz y por otras instituciones colaboradoras (Universidad de Estrasburgo y Centre National de la Recherche Scientifique; y la universidad alemana de Marburgo).

Las actuaciones se han desarrollado al amparo de una actividad arqueológica puntual aprobada por la Junta de Andalucía y del proyecto de investigación ARQUEOSTRA (Arqueología de la ostricultura romana. Técnicas interdisciplinares para la determinación de los orígenes de la acuicultura en Andalucía y Marruecos), FEDER-UCA18-104415. Y cuenta con la autorización del Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate, a través de la Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía en Cádiz.

Estos trabajos se desarrollarán a lo largo de 2022 con otras actuaciones de investigación, conservación, puesta en valor y transferencia, con el objetivo final de que “a medio plazo este importante y multi-secuenciado yacimiento gaditano pueda ser disfrutado por la ciudadanía, y convertirse en seña de identidad patrimonial de estos paradisíacos paisajes costeros gaditanos, a los que se les une a partir de ahora la variable patrimonial”, han concluido sus portavoces.

Fuente: cadiznoticias.es | 19 de enero de 2022

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