Uno de los dos mosaicos romanos encontrados en Écija. - M.R.
Vía:
elCorreoweb.es |Manuel Rodríguez | 14 de junio de 2010
La excavación arqueológica previa a una obra privada sacó a la luz recientemente dos mosaicos romanos de gran factura.
Uno de ellos está ya desenterrado completo, y tras ser extraído, fue trasladado al
museo del municipio. El otro sólo pudo sacarse a la luz de forma parcial y volvió a cubrirse para dejarlo conservado en el mismo lugar, que este periódico se reserva para no dar pistas y facilidades a posibles ladrones y expoliadores. Porque ambos mosaicos son dignos de la categoría de obra de arte, según los expertos.
El primero, que se podrá disfrutar en el museo una vez restaurado, es una exedra, un semicírculo de tres metros de diámetro, con motivos geométricos simulando una concha marina. Según los expertos, decoraba el suelo de una habitación semicircular con dos pilastras,
"dos pequeñas columnas a los lados, una típica estancia de terma doméstica", en palabras del arqueólogo municipal
Sergio García-Dils.
El mosaico que queda enterrado es distinto. En temática y en tamaño. Para empezar sólo se desenterraron unos seis metros de una pieza que no se sabe qué longitud puede tener pero que sobresalía con mucho del solar en que se encontró y se prolongaba por una calle cercana, lo que hizo imposible su extracción.
"No podemos desenterrarlo sin cargarnos literalmente la calle", precisó el arquitecto municipal. Y eso, además, sin tener la certeza de que el mosaico esté integro ni seguridad acerca de lo que se pueda hallar rebasando los límites del solar donde está la pieza.
Esa dificultad insalvable hizo a los expertos decidir que el mosaico permaneciera enterrado. La obra que está proyectada en el solar no le va a afectar, según sus propietarios, y el mosaico lleva siglos -si no milenios- en ese sitio, por lo que su conservación sería óptima.
"Como al fin y al cabo el fin de la arqueología es que los restos se conserven, sacar los trozos desenterrados hubiera supuesto mutilar el mosaico", dijo.
El mosaico en cuestión representa una escena circense. Los arqueólogos opinan que conmemora una carrera de cuadrigas o carros: se observa perfectamente una victoria alada y dos figuras masculinas, además de dos nombres, Amandus y Pinna, que podrían ser de aurigas. También se intuye parte de la spina, el centro del hipódromo, que pudiera ser el circo de la antigua
Astigi.
Piezas como la descubierta en Écija solían conmemorar alguna carrera famosa,
"y por eso tienen esos nombres las figuras que aparecen", continuó el arqueólogo municipal, quien comparó la importancia de estos espectáculos con los partidos de fútbol.
"Las carreras de carros eran el balompié de la época, al menos la afición era la misma", aseveró.
Esa importancia llevó a un vecino de la Écija romana a colocar en el suelo de su vivienda la representación de una carrera para dar prueba palpable (y, ahora, arqueológica) de su afición.
Tras este importante descubrimiento, que todavía tiene que ser terminado de estudiar por los expertos, la ciudad de las torres reivindica su pasado y sigue brindando sus tesoros para los amantes de la arqueología y para la ciudadanía en general, que tiene así más posibilidades de saber de su pasado, merced a un interés por conservar el patrimonio y profundizar en su conocimiento y divulgación, como una manera también de implicarse en su conservación.
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No es de extrañar que Écija (
Colonia Augusta Firma Astigi) haya proporcionado otros dos nuevos mosaicos romanos, dado el buen número de ellos que en la misma se han hallado hasta ahora.
Lástima que no se haya ofrecido a los medios de comunicación una foto del mosaico enteramente recuperado y que se trasladó al museo arqueológico de la ciudad. Habrá que esperar. De momento, podemos solazarnos contemplando a continuación los mosaicos encontrados en Écija, que ofrece la
web oficial de turismo de la ciudad, ciertamente, de excelente factura:
Mosaico del "Don del vino".
Hacia el siglo II d.C.
Procedencia: excavaciones en la calle Espíritu Santo c/v Barrera de Oñate (Écija, 1990)
Magnífico mosaico polícromo, en el que se representan un cortejo dionisíaco (con el dios Baco, niño, montando una pantera) y escenas relacionadas con el mito del descubrimiento de la fabricación del vino, regalo divino. El cuidado modelado de las figuras y sus excepcionales calidades pictóricas motivaron que este mosaico fuera seleccionado para ocupar un lugar destacado en el Pabellón de Andalucía de la Exposición Universal de Sevilla de 1992.
Mosaico "El triunfo de Baco"
Hacia mediados del siglo II d.C.
Procedencia: Plaza de Santiago (Écija)
En el emblema (medallón central) se representa a Baco en una cuadriga tirada por centauros y centauresas; alrededor aparecen figuras alegóricas de las estaciones del año y escenas de la mitología griega (Leda y el Cisne, Orfeo y una musa, uno de los Dióscuros).
Mosacio de "Las estaciones del año"
Segunda mitad del s. II d.C. o inicios del siglo III d.C.
Procedencia: excavaciones en la Avenida Miguel de Cervantes, 35 de Écija, 2003-2004
Singularísimo mosaico polícromo cuyo tema se relaciona con las estaciones del año: en el octógono central se representa la apoteosis del dios Annus ("Año"), personificación romana del ciclo anual, sentado en un trono entre dos Victorias aladas, que aparece rodeado de alegorías de las cuatro estaciones, en forma de cestas de frutos de cada época del año y de amorcillos o erotes con los atributos correspondientes y animales y aves propios de cada estación: un jabalí y patos (el invierno); un toro, una paloma y una golondrina (la primavera); un león, una perdiz y un abejaruco (el verano). Cada grupo estacional está separado por una figura que sopla, posibles alegorías de los vientos. Dos orlas recuadran la composición central: la primera con roleos vegetales, lirios, cisnes, máscaras y cabezas de felinos (éstas, símbolos del dios Baco); la segunda, con motivos geométricos.
Mosaico de "El dios Océano"
Mosaico del Océano, durante su exacavación en la Plaza de España.
Mosaico "El castigo de Dirce"
Hacia el siglo III d.C.
Procedencia: antiguo Convento de la Merced (Écija).
Lugar actual de emplazamiento: Sala capitular del Ayuntamiento de Écija.
Representa una escena de la mitología griega: el de la reina Dirce, castigada por sus hijastros a morir despedazada, atada a los cuernos de un toro, por haber usurpado a la madre de éstos el trono de Tebas.
Mosaico "El triunfo de Baco"
Hacia el siglo III d.C.
Procedencia: calle Miguel de Cervantes, 22 (Écija).
Lugar de actual de emplazamiento: Museo Arqueológico de Sevilla.
Mosaico de gran tamaño en el que aparece un cortejo triunfal del dios Baco, montado en un carruaje tirado por tigres.
Mosaico doble
Sorprendente mosaico que presenta un juego óptico: si se mira por un lado, un anciano calvo y barbado, y si se mira por el otro, un niño. Se trata de personajes relacionados con el cortejo de Baco (el anciano es un sileno, y el niño podría ser el propio dios, ambos portando atributos báquicos, como el cayado de pastor y el tympanon o pandereta báquica)
Este mosaico se ha conservado in situ , como parte del futuro “parque arqueológico” de la Plaza de Armas, que permitirá al público visitar una interesante secuencia de vestigios, a partir del primitivo poblado ibero-turdetano de Astigi, pasando por la época romana, hasta el alcázar medieval.
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