El retraso de 20 años en la entrega de los hallazgos de Atapuerca hace dudar de su validez a dos investigadores

Excavaciones en el yacimiento de Atapuerca, en la provincia de Burgos. MEH

Dos destacados investigadores acusan en un trabajo científico a la Junta de Castilla y León de permitir, en contra de la legislación española y autonómica, que los restos arqueológicos encontrados en los Yacimientos de Atapuerca (Burgos) hayan tardado hasta 20 años en ser depositados en un museo para poder ser analizados y validados por otros científicos.

El último número del Boletín del Seminario de Arte y Arqueología de la Universidad de Valladolid publica un trabajo de los profesores Manuel Santonja Gómez  (izquierda), investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), y Alfredo Pérez-González (derecha), ex-director de dicho centro, en el que ofrecen otras versiones totalmente opuestas a las mantenidas hasta ahora por los equipos de los co-directores de esos yacimientos en relación con los hallazgos en Galería, y que recoge eldiariocyl.es. También en el mismo se alude a otros hallazgos de la Dolina TD6 y a la Sima de los Huesos.

Los yacimientos de la sierra de Atapuerca comenzaron a tener especial relevancia científica y social a partir del hallazgo de los restos de la Sima de los Huesos en 1992. Dos años después tenía lugar la localización de los huesos de una nueva especie, el Homo anteccesor, y la fama mundial para el lugar arqueológico burgalés.

La ciudad de Burgos acoge, a raíz del éxito de Atapuerca, el llamado Complejo de la Evolución Humana, que incluye el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana y el Museo de la Evolución Humana, inaugurado en 2010. Su creación fue la apuesta de Castilla y León por la investigación evolutiva tras la declaración en el año 2000 de los Yacimientos de la Sierra de Atapuerca como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Las excavaciones están amparadas bajo la Fundación Atapuerca, creada por iniciativa de los tres codirectores del proyecto: Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Tiene una sede en la localidad más próxima al yacimiento, Íbeas de Juarros, y de ella forman parte las principales instituciones y empresas de Burgos. La preside el empresario Antonio Miguel Méndez Pozo, condenado en los años 90 por el llamado 'caso de la construcción de Burgos', que supuso su paso por la cárcel.

Museo de la Evolución Humana, ubicado en Burgos JCYL/CONSEJERÍA DE CULTURA.

Años sin entregar hallazgos arqueológicos

El artículo titulado 'Sobre la definición en clave exclusivamente achelense del yacimiento de Galería (Atapuerca, Burgos)' revisa las conclusiones de las campañas arqueológicas realizadas entre 1982 y 1996, concluyendo que no se confirma "la interpretación exclusivamente achelense de la industria de Galería y descartan la posibilidad de reconocer una secuencia evolutiva en el registro arqueológico allí recuperado".

La legislación actual señala que las competencias en Patrimonio (arqueología incluida) están transferidas a las autonomías, y son las que legislan sobre la materia. Hay una ley estatal (la Ley de Patrimonio Histórico de 1985) que sirve de marco de referencia, pero cada autonomía tiene su propia legislación, con matices diferentes, a veces importantes. La norma de 1985 dispone en su artículo 44 que los bienes arqueológicos aparecidos en excavaciones (y también hallazgos casuales y otros) son bienes de dominio público, lo que significa que nadie se puede apropiar de ellos.

La legislación de Castilla y León en vigor es fundamentalmente la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León (12/2002) y el Reglamento para la Protección del Patrimonio Cultural de Castilla y León (Decreto 37/2007). En ella se señala en su apartado de patrimonio arqueológico (artículos 101 y siguientes) que es obligado "entregar al museo señalado en la resolución para su custodia los bienes muebles y restos separados de inmuebles que fueren descubiertos antes de que concluya el plazo de vigencia de la autorización en los términos del artículo siguiente. Este plazo podrá prorrogarse por un año, previa solicitud motivada al efecto".

Yacimiento de Cueva Fantasma. Imagen|Junta CyL.

El plazo de las autorizaciones de todas las excavaciones que concede Castilla y León concluye siempre –y así es también en el caso de Atapuerca– el 31 de diciembre del año que se concede. Luego, según este artículo, se les podría conceder a cada campaña una prórroga de un año más para entregar los materiales encontrados ese año. Aunque si se toma al pie de la letra el artículo no se admitirían prórrogas de más de un año, en la práctica se vienen concediendo –justificando que son necesarias para concluir el estudio de los materiales hallados– prórrogas por años sucesivos.

En el caso del Yacimiento de Atapuerca, el lugar donde hay que depositar todo el material arquelógico hallado es el Museo de Burgos, junto a un informe y la memoria de la excavación.

La memoria final de la excavación de Galería, de las campañas a las que se refiere el trabajo presentado por estos investigadores en el Boletín de la UVA (las de los años 1982-1995), se publicó por la Junta de Castilla y León en el año 1999, pero hasta 2017 no estuvieron los restos arqueológicos totalmente depositados en el Museo de Burgos (antes llevaron algunos, pero no se depositó todo hasta 2017). Esto supone un retraso de 18 años en la entrega de lo localizado, aunque se supone que la normativa no admite más prórrogas que otra al año de localización de los restos.

En Atapuerca se ha seguido casi siempre el siguiente itinerario: una vez encontrados restos arqueológicos viajan habitualmente a Tarragona; los de Sima de los Huesos a Madrid; y otros a diferentes lugares, a los centros de trabajo de los especialistas encargados de su estudio, y siempre fuera del control de la Junta de Castilla y León. Además, estos restos muy pocas veces han estado a disposición de la comunidad científica, y siguen así en buena medida, con lo cual -dicen otros investigadores- los del Equipo de Atapuerca pueden lanzar las interpretaciones que quieran y nadie las puede contrastar al no tener acceso a los materiales.

Imagen del artículo 'Sobre la definición en clave exclusivamente achelense del yacimiento de Galería (Atapuerca, Burgos)'.  A) Bifaz ovalar sobre nódulo de sílex, con fractura distal (sigla no publicada, GSU4). Pieza solo mencionada en Carbonell et alii, 1999: fig. 35b, interpretando erróneamente como lasca el soporte –BN2GC- y amplias zonas corticales como talladas (ver recuadro). B) Hendedor de tipo 0, sílex (G21-48, GSU11). Publicado como BN2GC en Carbonell et alii, 1999: fig. 29a, con interpretación errónea de las zonas corticales del anverso (ver recuadro). Esta pieza se define como cleaver en García Medrano et alii, 2015: fig. 9J, y en Ollé et alii, 2016: fig. 2D, con la misma ilustración fotográfica en ambos casos.BSAA arqueología, LXXXIV, 2018, pp. 5-5 3. E-ISSN: 2530-6367

Dudas en las conclusiones

Sobre el trabajo publicado por la Universidad de Valladolid, (la industria lítica de Galería, fruto de las campañas a las que ese artículo científico hace referencia) está en la actualidad depositado en el Cenieh, pero sin acceso abierto hasta que se comprueben los inventarios entregados, inventarios que, según dicen estos expertos investigadores, son deficientes.

En relación a Galería y ya en el apartado exclusivamente científico, señalan que la industria lítica allí encontrada no es exclusivamente 'Achelense' como se ha mantenido desde el principio. Estos investigadores, aceptando la datación de entre 200.000 y 360.000 años, concluyen que los pobladores no son grupos humanos homogéneos, existiendo una mezcla de entre los que llegaron de África, a través del estrecho de Gibraltar, y los individuos que ya habitaban ese lugar, encuadrados como cultura del Musteriense Antiguo. Es decir, se produjo una interrelación entre esas dos culturas del Paleolítico Antiguo (Achelense y Musteriense). El Paleolítico Antiguo incluye el Paleolítico Inferior y el Medio. Lo 'Achelense' corresponde al Inferior y lo Musteriense al Medio.

Por lo que se refiere a Trinchera Dolina (TD6), datada hace 900.000 años y donde se encontró al Homo antecessor, al que muy bien se podía haber llamado el 'Hombre de Burgos o de Atapuerca', dicen los investigadores que los dos metros de sedimentos de ese nivel no son concluyentes para afirmar que hubo una ocupación estable de la cueva, canibalismo entre sus habitantes incluido.

En la Sima de los Huesos, datados los hallazgos hace 430.000 años, con el bifaz Excalibur (derecha) como el más mediático de todos ellos, desmienten que fuera una ofrenda, un ritual al que ha apuntado el equipo de descubridores del mismo, puesto que esa pieza está alterada, rodada, lo que viene a significar que llegó a ese lugar de manera fortuita y que no se depositó intencionadamente por los posibles ocupantes de esa sima.

Además, y esto puede ser importante, al menos para lo que están significando las excavaciones, denuncian que hasta 20 años después de haberse encontrados los restos no se hayan podido estudiar, puesto que han permanecido fuera de los lugares donde debieran haberse depositado e inventariado hace muchos años, es decir, en el Museo de Burgos y en el CENIEH. Así, universidades de Tarragona, Zaragoza o Madrid son las primeras en recibir los hallazgos de cada campaña y más tarde, tras 20 años, regresan a donde tenían que haber estado mucho tiempo antes.

Incluso han afirmado que, cuando regresan muchas de esas piezas arqueológicas (así dicen respecto a los de Galería), la catalogación en ellas realizada no se ajusta a los estándares científicos al uso, lo que significa que cuando alguien quiere investigar se encuentran con el problema de que no dan ni descripciones ni referencias suficientes para localizar las piezas, y hay que revisar cajas completas para encontrar la pieza que quieres ver.

Los investigadores solicitan a la Junta de Castilla y León que aplique la legislación existente en materia arqueológica, puesto que las piezas encontradas salen de la Comunidad y regresan muchos años después, ajenas a cualquier control desde la Consejería de Cultura, y sobre todo sin acceso libre para los investigadores interesados. La Junta tiene competencias completas en materia de investigación, custodia y control del patrimonio arqueológico de Castilla y León.

Para Santonja y Pérez-González, "romper ese recorrido con plazos desproporcionados, como los que rodean toda la intervención desarrollada en Atapuerca desde hace 40 años, produce consecuencias muy adversas para la investigación ya que, como en este caso, puede retrasar décadas el debate científico".

La campaña de excavaciones de este año en la sierra burgalesa se verá afectada por la Covid-19, con menos días y menos excavadores. 50 personas participarán este año, frente a 250 de otras temporadas, entre los días 1 y 25 de julio, apenas 25 días frente a los 45 habituales.

Fuente: ileon.com| 28 de junio de 2020

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Comentario por María José Grech el junio 29, 2020 a las 2:34pm

Parece que la legislación y competencias de la Junta de Castilla y León son insuficientes sobre la investigación de unos restos arqueológicos de la importancia que tienen los hallazgos de Atapuerca. Las quejas del resto de investigadores, principalmente sobre plazos de entrega y posibilidad de investigar también sobre dichos hallazgos, comprensibles, no aportan un ápice al estudio y clasificación de los mismos, ni tampoco las dudas, más o menos razonables, a las evidencias científicas que dichos halllazgos proporcionan, que, por su indudable complejidad, requieren unos plazos de estudios mucho más amplios que el año concedido por la mencionada Junta. Al no haberse planteado ninguna gueja por dicho Organismo, no parece que la devolución de los hallazgos en ese plazo haya planteado ningún problema, toda vez que han estado, y siguen estando, perfectamente localizables y en adecuado estado de conservación, no desaparecidos ni escamoteados. ¡Ojalá ocurriera lo mismo con todos los restos arqueológicos pertenecientes a nuestro territorio!.

Las rivalidades y divergencias de criterios entre los científicos son absolutamente necesarias y justificables, toda vez que la Ciencia tiene el método de "prueba y error" como base de sus estudios. Nada está escrito de antemano, ni las conclusiones son definitivas hasta que han sido depuradas a través de muchos años, muchas pruebas, y mucha paciencia. Y aún así, siempre cabe la posibilidad de que otro descubrimiento posterior pongan todas las tesis y conclusiones precedentes patas arriba. Cómo ejemplo está la historia del descubrimiento del "hombre de Orce", de la misma magnitud e importancia que los descubrimientos de Atapuerca, y cuyo ninguneo científfico inicial ha impedido su seguimiento e investigación posterior adecuados. Son piezas distintas pertenecientes a un mismo puzzle, una laguna científica insuficientemente documentada, pertenecientes a la recurrente interacción "humana" entre África y Europa a través del Estrecho de Gibraltar a lo lago de más de dos millones de años, y su indiscutible relevancia en el poblamiento de nuestro continente.  En vez de rivalidades inoperantes, sería muchísimo más útil una estrecha colaboración científica multidisciplinar de ámbito nacional, priorizando, indiscutiblemente, el conocimiento y evidencias científicas a todos los niveles.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el julio 9, 2021 a las 12:53pm

El yacimiento de Galería (Atapuerca) no es representativo del Paleolítico inferior europeo

Esta cavidad se compone de seis unidades de sedimento, que van desde la base hasta los niveles superiores que colmatan la misma.

El yacimiento de Galería, uno de los más destacados de Atapuerca si consideramos los medios invertidos en su investigación, ha sido excavado en varias etapas. La primera de ellas transcurrió entre 1982 y 1996, y los resultados obtenidos y su interpretación por el Equipo Investigador de Atapuerca (EIA) se dieron a conocer en una amplia monografía publicada por la Junta de Castilla y León en 1999. Las conclusiones entonces propuestas establecían que los restos arqueológicos registrados en Galería eran el resultado de ocupaciones temporales de la cueva en la segunda mitad del Pleistoceno Medio, realizadas por grupos humanos con tecnología achelense. La industria lítica de Galería se valoraba como uno de los más notables conjuntos del achelense en Europa, estimando que su larga secuencia estratigráfica permitía ampliar de manera importante el conocimiento de su evolución en el sur del continente.

De manera inmediata a algunos investigadores nos llamó la atención que el reducido conjunto de material tallado encontrado en Galería, unas 1.300 piezas repartidas por una larga serie de niveles y un espesor superior a 12 m, permitiera establecer conclusiones tan firmes e importantes. Pero para contrastar las hipótesis publicadas era imprescindible conocer bien los materiales arqueológicos que las sustentaban, lo cual no ha sido posible hasta que han sido depositados en el Museo de Burgos y puestos así a disposición de la comunidad científica.

En 2017, 18 años después de la publicación de la monografía final de la excavación, pudimos iniciar el estudio de la industria lítica de la primera etapa de excavaciones en Galería. Los resultados han sido publicados primero en el Boletín Arqueológico de la Universidad de Valladolid y recientemente en Trabajos de Prehistoria, órgano del Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (C.S.I.C.). En ambos trabajos proponemos un modelo de interpretación de Galería muy diferente al propuesto por el EIA.

Complejo de Galería / M.A. Martín Merino.

Las revisiones que hemos efectuado destacan en primer lugar el carácter discontinuo de la estratigrafía de Galería. Los niveles de Galería corresponden a etapas cortas, separadas por intervalos temporales más o menos prolongados, décadas, siglos o milenios. La industria lítica que contienen procede en buena medida del exterior de la cavidad y fue acumulada en el interior de la cueva fundamentalmente por procesos naturales.

La baja densidad de industria registrada en todos los niveles, incluso la ausencia total de restos en alguno de ellos, junto a las discontinuidades estratigráficas y la procedencia exterior de las piezas talladas, son factores determinantes que no se han tenido en cuenta en las interpretaciones anteriormente propuestas.

Hachas de mano de Galería (Atapuerca), unidad GIII: 1. Hacha de mano ovalada, extremo distal 
fracturado, nivel TG11 (GSU 4). 2. Hacha de mano de contorno ovalado irregular, cota TG11
(GSU 12). 3. Hacha de mano amigdaloide parcial alargada, nivel TG10A. 4. Hacha de mano con
soporte de herramientas amigdaloide, nivel TN7. Pedernal (1) y cuarcita (2, 3, 4).


La influencia de los  procesos geológicos que determinaron la formación de los depósitos resulta un factor que condiciona de manera fundamental la interpretación arqueológica. La procedencia exterior de los sedimentos de Galería implica que gran parte del material arqueológico reconocido no fue producido ni utilizado en la cueva, sino que fue trasladado a su interior por procesos sedimentarios. Los conjuntos de industria recuperados en cada uno de los niveles de Galería no constituyen por tanto conjuntos homogéneos, e incluso pueden corresponder a distintos grupos humanos, con tecnologías tanto achelenses de tradición africana, como de tipo musteriense, asociadas a neandertales y desarrolladas en el continente europeo.

Una parte reducida de esos conjuntos (31 piezas de un total de  1329) está formada por hachas bifaciales y grandes lascas con filo transversal, utensilios propios del achelense. Los resultados de la revisión de estos utensilios descartan la posibilidad de llegar a establecer con tan exiguo conjunto cualquier tipo de tendencia evolutiva y nos permite concluir que las interpretaciones anteriormente publicadas por el EIA, que consideraban la industria de Galería como una secuencia marcada por una evolución progresiva y entre las más representativas del Achelense europeo, carecen de fundamento.

Hachas de mano de Galería (Atapuerca), unidad GIIb: 1. Hacha de mano amigdaloide, nivel 
TZIIc. 2. Hacha de mano lanceolada, nivel TG10B. 3. Hacha de mano amyg-daloide parcial,
nivel TG10B. 4. Hacha portaherramientas con borde transversal, nivel TG10C. Pedernal (1, 3, 4),
cuarcita (2).


Nuestro estudio pretende contribuir al debate científico sobre Atapuerca –cosa que en alguna instancia superior del CENIEH, que no ha querido emitir una nota de prensa sobre nuestros resultados, no se debe compartir- y debería haber aparecido hace tiempo. Pero no se ha podido realizar hasta que el depósito en el Museo de Burgos de los materiales obtenidos en las campañas de 1982 a 1996 se ha completado. Solo más de 20 años después de finalizada la primera fase de excavaciones en Galería, y de la publicación por los investigadores de Atapuerca de la monografía que recoge sus interpretaciones, ha sido posible proponer hipótesis diferentes. Atapuerca tiene algunos yacimientos de primera importancia mundial, nadie lo duda, pero todos los materiales que se obtienen en ellos son bienes de dominio público y no pueden permanecer durante décadas inaccesibles a los investigadores que no pertenecen al equipo de Atapuerca.

Las características estratigráficas y arqueológicas de Galería, ahora bien conocidas, restan mucho interés a este yacimiento; pero se sigue excavando, aunque la finalidad científica de estos trabajos resulte etérea. Leyendo las declaraciones a la prensa de algunos directores del EIA, parece que el único fin es aumentar y acumular hallazgos, criterio que también es el que parece haber determinado las excavaciones que se han iniciado en otras cavidades de Atapuerca. Tan desproporcionadas intervenciones sirven poco más que para respaldar la actividad de grandes equipos de excavación. Se consumen así recursos públicos muy superiores a los que se invierten en  el resto de la actividad arqueológica realizada en Castilla y León, aunque los resultados previsibles no justifiquen los presupuestos invertidos.

Fuente: burgosnoticias.com | 7 de julio de 2021

Comentario por María José Grech el julio 12, 2021 a las 9:26am

Si es asi, les deseo todo el exito posible en el desempeño de su magnífica actividad, y que la evidencia científica, libre de cualquier tipo intereses personales, sea la que ponga las cosas en su sitio.

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