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Ilustración: Luis Pascual Repiso.
Después del periodo Neolítico las poblaciones europeas mostraron un aumento en la altura e inteligencia, una reducción de la pigmentación de la piel y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares debido a cambios genéticos que redujeron las concentraciones del colesterol HDL 'bueno'. Estos cambios reflejan los procesos evolutivos en los humanos y resaltan el impacto que tuvo la revolución neolítica en nuestro estilo de vida y salud, escriben un grupo de investigadores de Nijmegen (Países Bajos) y Hannover (Alemania) en Frontiers in Genetics. La investigación de estos eventos pasados ofrece puntos de partida interesantes para la ciencia y el cuidado de la salud hoy en día.
Al igual que las plantas, los animales y otros organismos, los humanos son organismos dinámicos con rasgos variables. Mire cómo se comportan los humanos y su apariencia y verá diferencias en el color de la piel, los hábitos alimenticios, la susceptibilidad a las enfermedades, la altura, etc. Estas características externas se denominan 'fenotipo'. La apariencia (fenotipo) puede estar influenciada, por ejemplo, por factores genéticos, hábitos sociales y culturales, el comportamiento alimentario y factores ambientales.
Los científicos de la Universidad de Radboud y el Instituto Radboud de Ciencias Moleculares de la vida, en Nijmegen (Países Bajos), en cooperación con colegas del Centro Helmholtz para la Investigación de Infecciones (HZI, Hannover), han investigado si podrían rastrear el desarrollo de algunos rasgos humanos complejos de los europeos modernos desde hace, digamos, 50.000 años a.C. hasta el presente. Estos son rasgos complejos como la altura y la inteligencia. En este caso, 'complejo' significa que tales rasgos no están determinados por un gen o dos genes, sino por docenas o incluso cientos de genes. Cada uno de estos genes implicados tiene solo un efecto muy pequeño en los rasgos que se consideran.
Ilustración que recrea un pastor y su ganado en la región de Stonehenge durante el periodo Neolítico. Foto: Cordon Press.
Arqueología genética
¿Cómo se puede rastrear todos los genes que interfieren con la altura? Esto se puede hacer con una técnica llamada GWAS: estudios de asociación del genoma completo. Se toman todos los genes humanos (genoma) y se comprueba qué genes tienen un efecto en la altura. No es una relación causal (no se sabe exactamente cómo esos genes influyen en la altura), sino una relación estadística (siempre son los mismos genes los que aparecen cuando se determina la altura). En un gran estudio de población, se puede obtener una lista de genes relacionados con la estatura humana y comparar esta lista de genes de los europeos modernos con los de nuestros antepasados lejanos. La investigación arqueológica ya ha desenterrado a más de 800 personas cuyo ADN ha sido mapeado. En última instancia, esta referencia brinda una especie de línea de tiempo de los genes de altura europeos, en la que se puede buscar cambios y puntos de inflexión en el camino.
Acelerar los procesos evolutivos
Los investigadores implicados analizaron no solo la altura, sino también otras características complejas como la pigmentación de la piel, el peso/IMC, el metabolismo de los lípidos, la inteligencia y las enfermedades cardiovasculares. "En general, vemos un cambio claro de algunos de estos rasgos antes y después de la revolución neolítica, es como si hubiera habido una aceleración de los procesos evolutivos", dice Mihai Netea (izquierda), responsable del Departamento de Medicina Interna del Centro Médico de la Universidad de Radboud.
El Neolítico es un período importante en el desarrollo humano, a menudo denominado 'revolución neolítica'. Los cazadores-recolectores errantes desaparecieron lentamente y fueron reemplazados por agricultores asentados localmente, lo que dio como resultado un estilo de vida completamente diferente, un cambio en la dieta y en diferentes costumbres socioculturales.
Altura, color de la piel, colesterol
Yang Li (derecha), investigadora del HZI Centro Helmholtz de Investigación de Infecciones (Braunschweig, Alemania, dice: "Durante este período Neolítico de transición no solo encontramos un cambio claro en la altura del cuerpo, sino también en el color de la piel. Los europeos, por ejemplo, han conservado su color de piel oscuro durante un tiempo notablemente largo, el cual se aclara, de modo efectivo, durante este período. Ello puede deberse a las migraciones de poblaciones provenientes de Oriente Medio con un color de piel menos pigmentada. En muchos genes involucrados en el metabolismo y en aquellos involucrados en el riesgo de enfermedades cardiovasculares hemos comprobado pocos cambios, solo con uno excepción obvia: el colesterol HDL, a menudo llamado colesterol 'bueno', muestra una clara disminución. El mismo aumenta el riesgo de artrosclerosis, pero también tiene un vínculo con la inteligencia".
Los marcadores genéticos estudiados relativos a la altura, a la pigmentación de la piel y a la capacidad de bronceado sufren importantes variaciones a partir del periodo Neolítico. Foto: Yunus Kuijpers et al. / Frontiers in genetics.
Inteligencia
Hay un cambio en los factores genéticos que lleva al desarrollo de la enfermedad de las arterias coronarias por medio de una disminución del colesterol HDL. Esto plantea la pregunta, ¿cuál es la ventaja evolutiva de esta menor concentración de colesterol HDL? Li aduce: "Tal vez sea debido al desarrollo de las funciones cognitivas, pues el colesterol es fundamental para el desarrollo y el funcionamiento del cerebro. Algunos cambios mínimos en los genes -llamados polimorfismos- responsables del metabolismo del colesterol se han relacionado con las funciones cognitivas, mientras que las variaciones en los niveles de HDL y LDL se han relacionado con cambios en la inteligencia, el aprendizaje y la memoria. Todo ello son hipótesis, no hay pruebas, pero ilustra la importancia de esta investigación, en la que estamos explorando los factores que pueden influir en el desarrollo de los rasgos humanos complejos".
Útil para el presente
Esta investigación evolutiva sobre el cambio de los rasgos humanos en el pasado de los europeos también puede ser útil para el presente. Netea concluye: "Nos puede ayudar a comprender la fisiología de los humanos contemporáneos, y es posible que podamos adaptar mejor las medidas de salud pública en poblaciones específicas. La investigación ha descubierto, por ejemplo, que las poblaciones asiáticas tienen un mayor riesgo de complicaciones metabólicas y cardiovasculares con un índice de masa corporal (IMC) más bajo en comparación con las poblaciones europeas. Tal circunstancia podemos tenerla en cuenta en las estrategias de prevención. Obsérvese la migración masiva del campo a la ciudad, la cual va acompañada de cambios notables en los hábitos sociales y culturales, el comportamiento alimentario y los factores ambientales. ¿Qué significado tendrá todo ello en importantes rasgos fisiológicos humanos, debido a las presiones evolutivas sobre dichos rasgos y los propios genes, así como en las enfermedades humanas de las sociedades modernas?"
Fuentes: Radboud University Medical Center | nationalgeographic.com | 6 de abril de 2022
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