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Foto: Nacho Orejas
La exposición "La Vía de la Plata y mil caminos" presenta piezas de los yacimientos del campamento romano de La Carisa, Gijón y Lucus Asturum y de la necrópolis de Paredes
Vía: La Nueva España 20 de febrero de 2009
Más de medio centenar de piezas procedentes de excavaciones de yacimientos arqueológicos del campamento romano de La Carisa, de los de Gijón y Lucus Asturum (Lugo de Llanera) y de la necrópolis de Paredes (Siero) se exponen desde hoy por primera vez en el Museo Arqueológico de Oviedo como parte de la exposición "La Vía de la Plata y mil caminos".
Entre ellas se muestra el "depósito de Cenero", un conjunto de 200 monedas del siglo II que fueron halladas durante las obras de construcción de la autopista AS-II, restos de vasijas de barro y cerámica, piezas de cristal del siglo IV, restos de mosaicos y placas de mármol de la época romana.
"Hacia el Finisterre Cantábrico. Novedades de Arqueología Romana en Asturias" es el apartado de la exposición que engloba estos descubrimientos arqueológicos, que pasarán en un futuro a formar parte de la exposición permanente del museo.
La catedrática de Arqueología de la Universidad Autónoma Carmen Fernández Ochoa ha sido la encargada de seleccionar estas piezas con las que se pretende contribuir a comprender la presencia romana en la región.
Este apartado se ha añadido al contenido expositivo de la muestra "La Vía de la plata y mil caminos", organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) y el Gobierno del Principado de Asturias.
La muestra, la primera que acoge el recién remodelado Museo Arqueológico, será inaugurada esta tarde por el ministro de Cultura, César Antonio Molina, y permanecerá abierta hasta el próximo 15 de abril.
Esta exposición, que repasa los más de 2.000 años de una ruta occidental de la Península Ibérica que hoy se mantiene a través de la Autovía de la Plata (A-66),cuenta con treinta paneles didácticos y un centenar de piezas que han podido ser vistas ya en el Museo Romano de Astorga (León) y en el Monasterio de San Isidoro del Campo de Santiponce (Sevilla).
La Vía, cuyo trazado fue fijado por los romanos entre Emérita Augusta (hoy Mérida) y Astúrica Augusta (la actual Astorga), aunque con prolongaciones al sur y al norte, puede conocerse a través de piezas como miliarios romanos y cerámicas, relieves, epigrafías, vidrios y materiales y maquetas de maquinarias de construcción de varias épocas.
La prolongación hacia el norte de la vía, entre Astorga y Gijón es conocido como el ramal transmontano, que en la exposición abierta hoy está presente con un panel y el Ara de Lucio corona Severo, perteneciente al Museo Arqueológico de Asturias.
Para el director general de Patrimonio del Gobierno regional, José Luis Vega, es interesante de la muestra haya sido "complementada con la aportación que hizo Asturias a la romanización y a ese camino que llega hasta Gijón".
Para la presidenta de la SECC, Soledad López, se trata de un recorrido desde un millar de años antes de Cristo hasta la actualidad por un espacio que no sólo fue fundamental para el control militar de la Península, sino que también fue primordial para los intercambios comerciales. EFE
Hola, de nuevo, profesora Alicia:
Plantea usted que la noticia que puse (tomada de un medio de comunicación) es en parte completamente denunciable. Según sus palabras, “la denuncia pública de la falsedad y del invento puramente turístico de una "Vía de la Plata" romana que llegaría desde Huelva, o al menos Itálica, hasta Santiago de Compostela, por un lado, y Gijón por el otro”. Y a renglón seguido arremete contra los objetivos de la exposición que van en este sentido.
Bien, está usted en su derecho. Al fin y al cabo, la polémica al respecto -que se arrastra, es verdad, desde hace ya unos años- todavía se mantiene entre especialistas y no especialistas (aunque cada vez con menor intensidad).
Sin embargo, déjeme decirle que su posición la veo excesivamente crítica y poco ponderada, y, por tanto, no estoy de acuerdo con usted, salvo en cuestiones como las que explico en el punto 3 de más abajo.
Veamos:
1º Todo el mundo, con un mínimo de conocimientos de historia antigua, sabe que, en rigor, como usted recuerda y subraya, la calzada o Vía de la Plata era la que discurría entre Astorga y Mérida. Eso nadie lo discute. Pero no es menos cierto que esa Vía de la Plata no se puede considerar como un especie de circuito cerrado o cuyo principio y fin (dependiendo del sentido) acabaran en vías muertas, sino que tendrían sus prolongaciones o ramificaciones.
Si se fija usted, verá que el propio título de la exposición, “La Vía de la Plata. Una calzada y mil caminos”, procura ser muy cuidadoso con estas consideraciones. Es decir, se está haciendo referencia explícita a “una calzada” (la “Vía de la Plata” que iba de Astorga a Mérida) de la que derivarían “mil caminos” (hacia Gijón, Sevilla, Santiago, etc).
2º La exposición, pues, no atenta contra el rigor histórico y conceptual de la llamada “Vía de la Plata”, ni colabora “convenciendo a los ciudadanos de hechos que nunca existieron” -tal como usted sugiere-, y así viene confirmado por su contenido y por el aval y refrendo no sólo de los comisarios de la misma, Enrique Cerrillo, catedrático de arqueología de la Universidad de Extremadura, y Ana Montalvo, arqueóloga de la Junta de Extremadura, sino por otros notables especialistas que han colaborado en el montaje de la misma, así como en la elaboración de su catálogo, tales como Carmen Fernández Ochoa, José Manuel Roldán Hervás, Antonio Rodríguez Colmenero y Manuel-Abilio Rabanal Alonso, etc., por citar sólo algunos.
3º Cierto es -y en eso puede usted (y otros) tener razón- que, al margen de esta exposición, en la utilización del nombre “Vía de la Plata” se producen algunos usos y abusos poco admisibles, pues no se especifica con claridad qué se debe entender por tal en sentido estricto, sino que se dice sin más que esas ciudades o puntos de interés arqueológico o histórico, que estaban en esos “mil caminos”, correspondían a la denominada “Vía de la Plata“, llegando el público lego en la materia a creer que dicha vía es la que iba desde Gijón a Sevilla, y para más inri la que circula exactamente por la carretera N-630 y/o por la A-66.
Aspecto éste que se encuadra dentro de la defensa variopinta que llevan a cabo las comunidades autónomas en defensa de sus particulares intereses político-económico-turísticos, y que, guste o no, o se haga con mejor o peor celo científico, en numerosas ocasiones cuentan con la anuencia “diplomática” de los especialistas en historia, arqueología, etc.
Un ejemplo de lo primero lo constituye, sin ir más lejos, la institución denominada “Ruta de la Vía de la Plata”, en cuya página web, a la hora de definir qué es “la Ruta de la Plata”, se dice:
En época romana, especialmente durante los reinados de los emperadores Trajano y Adriano, se creó en el occidente peninsular una gran ruta de comunicación que unía la cornisa Cantábrica con las tierras del sur de Hispania.
En ningún apartado se dice siquiera que dentro de esa ruta la “Vía de la Plata” era, en realidad, la que iba de Astorga a Mérida, y que lo demás serían ramificaciones o prolongaciones.
Es más, el mapa que se ofrece sobre dicha ruta está así definido enteramente (de Gijón a Sevilla). Lo curioso, además, es que, en la relación de la red de ciudades que constituyen dicha institución, no figura Astorga (obviamente debido a su posición contraria o de rechazo a esta institución), si bien sí la hacen figurar (como no podía ser de otro modo) en el trazado de la ruta.
Asimismo, se puede comprobar que la red de ciudades que constituyen esta institución son, quitando a Astorga (que de momento, como digo, no se ha adherido), las principales que jalonan no sólo la “Vía de la Plata” en sentido estricto, sino las que constituían sus prolongaciones o ramificaciones. Lo cual quiere decir que, a día de hoy, la polémica sobre la utilización de su denominación lleva vías de superarse por los motivos político-económico-turísticos que se derivan de la misma y a que todas las ciudades implicadas interesan.
En cualquier caso, por lo que he podido observar, puede decirse que en líneas generales las informaciones que se acompañan sobre la “Vía de la Plata”, tanto a través de internet como de folletos o propaganda diversa, aún cuando apelen a un sentido lato de la misma, suelen concretar, en su gran mayoría, que nace de la originaria vía entre Astorga y Mérida.
4º En resolución: no veo por ningún lado razones suficientes para que usted estime que la noticia que yo puse sea, ni en parte ni en todo, denunciable. Está usted en su derecho, le repito, pero no es suficiente o al menos es escasamente ponderada.
La noticia hace referencia a que con motivo de la reapertura del Museo Arqueológico de Oviedo (o de Asturias para ser más precisos y no herir de paso susceptibilidades), a través de la exposición “La Vía de la Plata. Una calzada y mil caminos”, se incorporan a la misma, bajo la supervisión de la doctora Ochoa, nuevos elementos o piezas encontradas en las ultimas excavaciones arqueológicas realizadas en determinados lugares de Asturias. Si usted cree que ello contribuye a la confusión del concepto estricto de “Via de la Plata”, debería (sin perjuicio de que pueda denunciarlo o criticarlo en más instancias) decírselo directamente a ella, puesto que supongo que, al ser colegas de la misma Universidad y Facultad, podrán intercambiar a menudo impresiones.
Si, por el contrario, lo que le molesta es la segunda parte de la información que se ofrece (pero siempre en relación a lo anterior), esto es, que la muestra da a conocer no sólo los aspectos de interés históricos que la “Vía de la Plata” proporciona, tanto en sentido restringido (de la que se hace eco la propia noticia) como en sentido lato, es decir, de sus prolongaciones (y de ahí las aportaciones que hace la doctora Ochoa), le he dado ya razones más arriba de por qué no estoy de acuerdo con usted.
El único “pero” que se puede dar a la noticia en sí, a mi juicio, es el hecho de que se diga o sugiera groseramente que la “Vía de la Plata” se mantiene a través de la Autovía de la Plata (A-66), pero ya sabemos todos que pedir precisión o cierto rigor al mundo periodístico es como pedir peras al olmo.
Como siempre, ya sabe que le doy mis saludos más cordiales.
Bueno, profesora Alicia, me alegro de que al menos haya quedado claro que estamos de acuerdo de que es verdad que en muchas ocasiones se hace una lectura muy errónea -desde instancias políticas y empresariales- sobre la significación histórica de llamada "Via de la Plata".
Ciertamente es muy complicado luchar contra este estado de cosas (hay más ejemplos, aparte de este caso de la "Vía de la Plata") por la amplia maraña de intereses (en ocasiones espúreos) que se cruzan al socaire de las iniciativas políticas (económicas, culturales, etc) que llevan a cabo las diferentes autonomías.
También es verdad que muchos especialistas en historia, arqueología, etc., se ven más o menos forzados a admitir ciertas connivencias con los poderes políticos sobre el resultado de sus trabajos si quieren conseguir la financiación que les permita realizarlos. Naturalmente, parto de la base de que tratarán siempre de acomodar, hasta donde sea posible y admisible, el rigor científico con las exigencias e intereses que a menudo están en juego.
No cabe duda que una de la misiones que tiene todo especialista en estas materias es tratar de clarificar todos aquellos aspectos que, por una razón u otra, a su juicio, inducen a confusionismos u errores de planteamiento o resultado. Es evidente que, en el actual panorama del mapa politico autonómico (con múltiples intereses enfrentados y contradictorios), esta labor se hace más necesaria que nunca en aquellos aspectos en los que se deben dirimir la trascendencia de conceptos y hechos históricos.
Me quedo, en cualquier caso, reflexionando sobre sus últimas palabras. Quizá tenga usted razón, y si bien se mira, quizá éste sea el mejor destino para una calzada cuya definición romana nunca existió como tal, y por la que tampoco se transportó nunca "plata". Pues, a veces, para conocer algo mejor, o conocer otras cosas, se hace necesario teñirlo de otro color (tal como se hace en algunos casos en medicina).
Saludos
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