El código indo, el misterio de la civilización perdida que desconcierta a los arqueólogos

Foto: Sello con una antigüedad de 4.000 años en el que se muestra un enigmático unicornio. Fue hallado en el enclave de Mohenjo-daro (Pakistán).

Fuente: elconfidencial.com | 25 de octubre de 2015

Nadie oyó hablar de la cultura del valle del indo durante cuatro milenios, hasta que hace algo menos de un siglo arqueólogos indios y británicos se toparon por accidente con sus restos. Fue sir John Marshall (derecha) quien encontró un montón de ladrillos y sellos en lo que hoy es la parte occidental de Pakistán y, en colaboración con otros investigadores locales, se topó con las populosas ciudades de Harappa y Mohenjo Daro, las dos grandes capitales de la civilización inda.

A lo largo del siglo XX, diversas excavaciones permitieron descubrir cada vez más información sobre esta civilización que floreció entre el 2600 y el 1900 a.C. en un el vasto terreno del valle del Indo que hoy en día abarca gran parte de Pakistán, el sur de Afganistán y la parte occidental de la India. Esto la convierte en la civilización antigua más extensa, que pudo llegar a estar compuesta por un millón de habitantes. Hoy en día, y a pesar del enigma que rodea gran parte de su historia, se considera una civilización a la altura de la egipcia y la mesopotámica.

Estrictamente hablando, se trata aún de una cultura prehistórica, puesto que no se dispone de ningún documento literario descifrado, tan sólo restos arqueológicos como los cientos de estatuillas de terracota que sir Mortimer Wheel (izquierda), uno de los grandes excavadores de la cultura inda, encontró en Harappa.

Sin embargo, restos de posible escritura aparecidos en sellos de barro cocido y piedras lisas han estado volviendo locos a los investigadores desde finales de los años 60. En uno de los más célebres se puede ver lo que nuestra cultura consideraría un unicornio (¿o es un toro?), junto a signos pictográficos que recuerdan poderosamente al rongorongo, el sistema de escritura de la Isla de Pascua.

En el último número de Nature puede leerse un amplio reportaje sobre la cultura del valle del indo en general y su escritura en particular escrito por Andrew Robinson (izquierda), el periodista británico especialista en lenguas perdidas que ha publicado en España  'Metrum: la historia de las medidas' (Paidós Ibérica) o 'Grandes científicos' (Lunwerg) y que publicará el próximo mes 'The Indus: Lost Civilizations' (derecha).

“Una vez vistas, las marcas en la piedra no pueden olvidarse”, explica en el artículo. Robinson las observó por primera vez a finales de los 80, cuando se le pidió participar en un documental sobre el enigma indo, el cual nunca salió a la luz y cuyo objetivo era premiar con una cuantiosa cantidad a aquel que pudiese descifrar el código.

Foto: Sellos encontrados en Mohenjo-Daro con representaciones de animales incluyendo la imagen de un unicornio (arriba a la izquierda) y marcas de escritura del Indo. Se remontan a 2.500 a.C.

El enigma de las rocas

“Son pequeñas obras maestras de un realismo controlado, con una fuerza monumental para, por una parte, ser totalmente desproporcionadas respecto al tamaño, pero, por otra, completamente fieles”, dejó escrito Mortimer Wheeler. Pero ¿de qué se trata exactamente? Robinson intenta responder a la pregunta a partir de los más de 100 intentos que en vano se han propuesto descifrar el enigma, el último de ellos este mismo año, cuando el profesor de la Universidad de Harvard, Bryan Wells, aseguró en un libro que se trataba de un gran sistema de 958 signos.

De lo que no cabe ninguna duda, asegura Robinson, es de que la dirección de la escritura es de derecha a izquierda y que en los documentos se repiten una serie de caracteres y estructuras sintácticas, algo que ha descubierto el trabajo del indólogo de la Universidad de Helsinki, Asko Parpola (derecha). A pesar de las aseveraciones de Wells, señala Robinson, muy pocos investigadores creen que se trate ni de un alfabeto ni de un silabario (en el que cada signo representa una sílaba, como el kana japonés), sino que probablemente se trate de un sistema logosilábico (como los glifos mayas o la escritura cuneiforme sumeria) en el que se juntan los signos que representan sílabas con los logogramas que representan palabras y conceptos.

Si tan complicado resulta resolver el acertijo es porque el material del que se dispone no da mucho de sí, al contrario de lo que ocurrió a lo largo de los últimos siglos con el egipcio o el linear A de la civilización minoica de Creta. No hay una inscripción bilingüe como la de la Piedra Rosetta, ni conocemos los nombres de los dioses o héroes indos que puedan darnos una pista. Tampoco los investigadores están seguros del idioma que puede haber antecedido este tipo de escritura. Algunos han asegurado que se trata de un precursor del sánscrito, aunque Robinson se decanta por el dravidiano, desarrollado en el sur de la península india.


Las fronteras de nuestro conocimiento

A pesar de la resistencia de estos signos a ser descifrados, Robinson se muestra optimista debido a los nuevos métodos de investigación que han sido aplicados, entre otros, por el propio Bryan Wells. Al considerar que las inscripciones encontradas debían ser un sistema completo de escritura, el profesor se propuso demostrarlo creando un corpus de todos los textos disponibles hasta la fecha que puede consultarse en Archaeo Astronomie. También el profesor de informática, Rajesh Rao (izquierda), de la Universidad de Washington, ha calculado la entropía condicional de un buen puñado de lenguas (la posibilidad de que un elemento haya sido elegido por azar dados otros elementos previos) y su conclusión es que la del indo es muy similar a la del sumerio, lo que aumenta las posibilidades de que efectivamente se trate de una lengua.

Lo que por el lado tecnológico es esperanzador, por el político es desesperante. Robinson recuerda que la zona arqueológica más rica sufre una gran inestabilidad, como ocurre en el Colistán pakistaní, muy cerca de la frontera con India, y donde se encuentra la ciudad de Ganweriwala, que puede arrojar tanta luz sobre la vida de los habitantes de la zona como Harappa y Mohenjo Daro. Ello ha provocado que durante las últimas décadas la investigación se haya paralizado. De la voluntad de inversores depende que el indo pase a engrosar la lista de lenguas como el linear A, el etrusco, el rongorongo o el egipcio que han sido descrifradas en el último siglo o siga siendo uno de los grandes misterios de la historia humana.

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Comentario por José Luis Santos Fernández el octubre 26, 2015 a las 9:50am

Sellos del Golfo Pérsico, 2500-1800 a.C. en el Museo Británico de Londres. Estos sellos se utilizaron en el comercio. La mayoría eran en forma de botón, algunos eran cilíndricos o de otras formas diferentes. El sello de la parte superior izquierda tiene una inscripción de la escritura del Valle del Indo. La cultura de Dilmun era la conexión de la ruta comercial entre la cultura Mesopotámica y la del Valle del Indo.

Comentario por Antonio el octubre 26, 2015 a las 10:47am

¿El etrusco y el lineal A (no linear)  han sido descifrados? Un cosa es que se puedan , más o menos, leer. Pero, ¿se comprenden? Algo parecido ocurre con el ibérico.

Comentario por mercedes sanchez de la muela el noviembre 10, 2015 a las 12:09pm

Creo que no es correcta  la interpretación de las imágenes de los sellos como unicornios. Soy veterinario y creo que las imágenes corresponden a bóvidos.

1.- En las imágenes se aprecia el prepucio del animal colgando en la zona media del abdomen con un terminación en punta. Esta localización corresponde a los bóvidos en los que el prepucio ademas de tener esta posición termina con un penacho de pelo semejante a la imagen de los sellos. En el caballo el prepucio apenas se ve, queda cubierto por la extremidad posterior.

2 En los bóvidos el rabo es largo y en mas de la mitad de su longitud tiene un pelo corto, solamente al final tiene pelos largos, que es la imagen de los animales de los sellos, En el caballo la cola esta cubierta de pelo largo ofreciendo una imagen muy distinta de los supuestos unicornios.

3 Por último, si trazamos dos lineas imaginarias, una sobre el lomo de los animales representados en los sellos y otra siguiendo la linea del abdomen, vemos que prácticamente son paralelas, esto es una morfología bovina, en los equinos la linea del abdomen no es paralela al lomo , el vientre se denomina  "recogido" , como imagen de vientre recogido véase el perfil de un pura sangre de carreras.

Por ultimo la morfología de la grupa ampulosa y redondeada es mas la de un toro que la de un caballo asi como el perfil de las extremidades a partir del carpo (rodilla del caballo) es mas el perfil de un ungulado que el de un solipedo.

Gracias y un saludo

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el noviembre 11, 2015 a las 1:50am

Estimada Mercedes:

La legendaria criatura del unicornio no siempre ha sido representada por un caballo, tal como se viene haciendo preponderantemente desde época medieval. Su descripción iconográfica ha ido variando y mutando a lo largo de los tiempos, siendo a veces descritas sus características como propias de un asno, un chivo, un ciervo, un rinoceronte, un buey o un uro, (y en muchas ocasiones con mezclas de estos animales), etc.

En la propia Wikipedia recuerdan, en relación con el unicornio en la cultura del valle del Indo, donde se han hallado unos 2000 sellos, éstos representan todo tipo de animales de la zona y que en la cuarta parte de los mismos se encuentran grabados de animales de cuerno único y curvo.

Un saludo cordial

Comentario por mercedes sanchez de la muela el noviembre 11, 2015 a las 1:03pm

Gracias por la aclaración, daba por supuesto que el animal denominado unicornio era una caballo

Saludos

Comentario por Roberto el noviembre 12, 2015 a las 12:14am

La verdad es que siempre pensé que era una representación esquemática del animal al presentarlo de pérfil, pero es cierto que incluso en las pinturas rupestres aunque se presente al animal de perfil se le pinta con los dos cuernos

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