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Uno de los utensilios de cuarcita hallados en la Unidad TD8 de Gran Dolina - AOC/EIA
Dos utensilios de cuarcita hallados en la unidad TD8 del yacimiento de Gran Dolina permiten documentar por primera vez la presencia humana en la Sierra de Atapuerca (Burgos) hace unos 600.000 años, un período en el cual aún no se disponía de evidencias en este sentido en ninguna de las cavidades de este complejo arqueopaleontológico.
Además, se constata de este modo presencia humana ininterrumpida en la Sierra de Atapuerca a lo largo de 1,4 millones de años. Estas dos piezas, a la que hay que sumar un fragmento de una tercera de sílex neógeno, han sido descubiertas por miembros del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) y de la Universitat Rovira i Virgili (URV) durante la campaña de excavación de este mes, muy determinada en tiempo y número de participantes por las limitaciones que impone la Covid-19.
Con este hallazgo se puede afirmar que ha sido una campaña clave para la comprensión de la secuencia de ocupación humana del yacimiento de Gran Dolina, pues se han aportado datos sobre una fase relativamente desconocida en toda Europa occidental, y con un innegable interés científico: la situada entre las intensas ocupaciones documentadas en la Unidad TD6 (900.000 años de antigüedad) y las que se corresponden con el gran impacto registrado en la sierra de Atapuerca en momentos ya del Achelense (representada en el yacimiento por la Unidad TD10, a partir de hace unos 450.000 años).
Foto: El consejero de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, Javier Ortega; y los codirectores del Proyecto Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, presentan el balance de la campaña de excavaciones 2020 en los yacimientos de la sierra de Atapuerca / Foto: JCyL
La industria lítica encontrada en el nivel 8 de Gran Dolina se compone de cantos de río trabajados para descuartizar animales cazados y quizás fabricar herramientas de madera. Quiénes fueron sus creadores es un misterio. «No sabemos qué tipo de homínidos eran», reconoce José María Bermúdez de Castro, codirector de Atapuerca, tras dar a conocer los resultados de las últimas excavaciones, marcadas por el parón debido a la pandemia del covid-19. La razón principal es que existen escasos restos de esa época en Europa. La pieza más importante es la mandíbula de Mauer, descubierta en 1907 en la localidad alemana del mismo nombre y cuya especie humana fue bautizada con el nombre de Homo heidelbergensis. «Se trataba de un homínido de aspecto bastante arcaico, pero con características que ya apuntaban a los neandertales», indica el investigador.
El nuevo hallazgo sugiere que probablemente Atapuerca estuvo ocupada desde hace unos 1,2 millones de años, época a la que pertenece el trozo de mandíbula encontrada en 2007 en la Sima del Elefante (el fósil europeo más antiguo, derecha) hasta la actualidad. Hace 850.000 años se asentó allí Homo antecessor. «Desde entonces y hasta hace 120.000 años seguramente todas las poblaciones estaban relacionadas. Tenían un mismo origen, el suroeste de Asia, lo que ahora son Irak, Siria e Israel», explica Bermúdez de Castro. A su juicio, «fueron llegando poblaciones, unas aculturaron a otras, pudieron hibridarse, algunas desaparecieron... Es un modelo muy complejo del que todavía no tenemos idea».
De otro lado, en la Sima del Elefante y Cueva Fantasma, los esfuerzos se han centrado en acondicionar los yacimientos para poder desarrollar con plenas garantías el método científico que impone el trabajo de campo de la arqueología. En la misma unidad de TD8 se han identificado abundantes restos de macromamíferos, entre los que destacan el oso, la hiena o el jaguar, además de herbívoros como el rinoceronte, el caballo o los cérvidos. Ello ha permitido ampliar la colección de restos de carnívoros, el grupo más desconocido de este yacimiento.
Así, en la Sima del Elefante, por ejemplo, se han retirado grandes bloques del interior de la cueva de parte del techo que se cayó hace sobre 1,4 millones de años. Dicho desplome se produjo cuando los sedimentos arcillosos del nivel 7, el estrato más antiguo conocido hasta el momento en la Sierra de Atapuerca, ya estaban depositados en el interior de la cavidad.
Miembros del IPHES y de la URV, al pie de Gran Dolina, esta semana - Susana Santamaría/EIA
En este nivel se han recuperado restos de tortuga, oso y castor, que refuerzan la hipótesis de que las condiciones medioambientales de la sierra hace 1,4 millones de años eran más templadas y húmedas que las de ahora. En estos niveles predominan los restos de équidos, con prácticamente representación de todos los elementos del esqueleto, seguidos de restos de bóvidos, cérvidos y suidos. Entre los carnívoros se han recuperado restos de hienas, osos, cánidos (lobo y zorro), tejón y lince. Esta unidad ha proporcionado en el sector próximo a Cueva Fantasma varias lascas de sílex, que evidencian el uso de este espacio por parte de los neandertales, siguiendo la pauta descrita en el sector de entrada de la misma. También se ha llevado a cabo en Cueva Fantasma el perfilado del frente oriental de la excavación, que ha consistido en regularizar el importante desnivel provocado por una intrusión de la actividad de la antigua cantera, y obtener un perfil que permita establecer correlaciones estratigráficas entre diversos sectores de este yacimiento. En el sector superior esto ha afectado apenas a un metro de superficie, en donde se documenta el rico nivel fosilífero de Sala Fantasma descubierto en 2019 (SF30).
Por su parte la unidad 20, se caracteriza por un nivel cementado de conglomerados y bandas de arcillas que contienen restos fósiles de herbívoros (équidos, bóvidos, rinocerontes y especialmente ciervos) y carnívoros (pantera, hiena, oso). En la parte inferior del perfilado, destaca la unidad 21 por la abundancia de restos fósiles de hiena, y coprolitos de este animal, que indican el posible uso de este espacio como letrina. En este nivel además se han recuperados restos de équidos, bóvidos, cérvidos y rinocerontes. También se han obtenido restos de otros grandes carnívoros como el león, pantera y oso.
Excavación en Cueva Fantasma, en el nivel SF30 - AOC/EIA
Excavaciones en Gran Dolina
Finalmente, los trabajos llevados a cabo por miembros de la URV-IPHES en otros yacimientos de la Sierra de Atapuerca incluye el hallazgo de un fragmento de cráneo humano procedente de la Sima de los Huesos (450.000 años), en donde este año los trabajos han sido puntuales.
Además, se está trabajando en un nuevo yacimiento, la entrada a la cavidad Galería de las Estatuas, cuyo techo colapsó hace 50.000 años. Diversos instrumentos de cuarcita, sílex y areniscas muestran grandes similitudes con el complejo Musteriense, de manufactura neandertal, como así son igualmente las ocupaciones que en los últimos años se están excavando en el mismo yacimiento, pero dentro de la cavidad, a la que actualmente se accede por el Portalón de Cueva Mayor.
Fuentes: elmundo.es | abc.es | 23 de julio de 2020
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