Tres equipos, uno a cada lado y otro a la espalda, maniobran una réplica de una estatua de la Isla de Pascua por un camino de Hawai, tratando de demostrar que se pudieron haber transportado las estatuas balanceándolas. El experimento fue conducido por los arqueólogos Terry Hunt y Carl Lipo, y se informa de ello en la edición de julio de la revista National Geographic.

 

 

¿Se trasladaron las famosas estatuas de la Isla de Pascua balanceándolas o rodándolas? Después de hacer un pequeño balanceo sobre las mismas, los investigadores dicen que están seguros de que los indígenas levantaron las monumentales figuras en posición vertical, y luego las balanceaban de un lado a otro para que "caminaran" hacia sus posiciones.

 

Sus conclusiones encajan con un escenario que proyecta a los nativos de la isla de la Polinesia en el papel de hábiles ingenieros trabajando con lo poco que tenían a mano, en lugar de víctimas de una catástrofe ambiental autoimpuesta.

 

"Mucho de lo que la gente piensa saber sobre la isla resulta ser falso", me dijo Carl Lipo, un arqueólogo de la Universidad Estatal de California, en Long Beach.

Lipo, y el antropólogo de la Universidad de Hawai, Terry Hunt, exponen su investigación en un libro titulado "Las estatuas que caminaban" (izquierda) así como en el número de julio de la revista National Geographic. 

 

Su historia sirve de contrapunto a una oscura obra sobre la Isla de Pascua que se detalla en "Colapso: por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen" (derecha) el libro más conocido del científico de la Universidad de California, Jared Diamond.

 

Dos escenarios

En el escenario de Diamond (izquierda) la sociedad de la Isla de Pascua se presenta como una que optó por el fracaso a través de la superpoblación, los conflictos y la deforestación. Los polinesios colonizaron la isla hace 1.600 años atrás, y talaron los bosques de palmeras como parte de una estrategia de roza y quema que llevó a una agricultura intensiva, la degradación del suelo, el conflicto, el canibalismo y la despoblación masiva. En el momento de la llegada de los europeos en el siglo XVIII, la sociedad de la Isla de Pascua estaba contra las cuerdas.

 

Las estatuas de la isla, conocidas como moái, jugaron un papel importante en este escenario. Diamond se basa en los hallazgos de otros investigadores que afirman que los monolitos, que pesan hasta 90 toneladas, fueron arrastrados a sus lugares por cientos de isleños usando árboles derribados -como trineos-, rodillos y palancas. Los caciques rivales reclutaron a tribus enteras para erigir monumentos a su gloria. Las estatuas rotas que se encuentran a lo largo de los caminos de la isla han sido un testamento en piedra tallada del fracaso final de la sociedad.

 

Ver vídeo en este enlace

Las excavaciones recientes están revelando nuevos descubrimientos acerca de la altura  de las estatua de Isla de Pascua. Dara Brown, de Msnbc.com, habla con  Jo Anne Van Tilburg, arqueóloga y directora del Proyecto  Estatua de la Isla de Pascua, sobre los hallazgos de las excavaciones recientes.

 

Hunt y Lipo tienen una opinión diferente: la forma en que ellos lo ven, la Isla de Pascua no fue nunca un gran lugar para vivir. "Nunca fue frondosa y nunca hubo mucha gente en la isla", dijo Lipo.

 

En este escenario, los polinesios se establecieron en la isla hace aproximadamente 1800 años, y trajeron consigo las ratas. Los indígenas se las comían, pero debido a que los roedores eran una especie invasora que no tenía otros depredadores naturales, se apoderaron de la isla y se deleitaban con las nueces de palma, acelerando el ritmo de la deforestación. La población se mantuvo relativamente estable durante siglos, pero cuando llegaron los europeos, los isleños que estaban allí fueron víctimas de enfermedades que sus sistemas inmunológicos no pudieron combatir.

 

Los arqueólogos Carl Lipo y Terry Hunt de pie delante de una réplica a escala real de una estatua de piedra de Isla de Pascua. 

Hunt reconoce que, "desde el punto de vista de la diversidad biológica, fue una catástrofe". Pero dijo que los métodos de cultivo utilizados por los antiguos isleños fueron diseñados para sacar lo mejor de una mala situación. Se amontonaban rocas para crear parcelas de jardín circulares, conocidas como "manavai", y los cultivos se sembraban dentro de dichos círculos. Los nutrientes se filtraban rápidamente fuera de la tierra, pero la roca fresca se pulverizaba y se añadía al suelo como abono.


"Ellos fueron capaces de diseñar sus vidas de una manera que era realmente estable y sostenible", dijo Lipo.

 

Las estatuas desempeñaban un papel diferente en el escenario alternativo de los dos científicos. Dijeron que no se emplearían a muchas personas en mover las estatuas si ellas eran levantadas verticalmente y luego balanceadas a través del camino. La aceptación de llevar a cabo esta tarea habría ayudado a desahogar la presión social, y podría haber servido como una especie de pegamento social, dijo Hunt.

 

"En realidad, se pondría mucho del esfuerzo en el proceso de trasladar una estatua, en lugar de realizar enfrentamientos mutuos", me dijo. "El mover un moái era un poco como jugar un partido de fútbol".

 
Ensayar el transporte

Después de que "Las estatuas que caminaban" saliera publicado, Diamond cuestionó fuertemente las conclusiones alcanzadas por Hunt y Lipo, declarando en el blog del experto en el clima, Mark Lynas, que ellos estaban "considerados claramente equivocados por prácticamente todos los otros arqueólogos con programas activos sobre la Isla de Pascua". Diamond se refirió al debate en detalle, incluyendo la idea de que las estatuas podrían haber sido desplazadas verticalmente.

 

"Eso parece una inverosímil receta que llevaría al desastre", escribió Diamond. "Imagínelo usted mismo: si le dijeran que transportara una estatua de 90 toneladas y 10 metros de altura sobre un camino de tierra. ¿Por qué correría el riesgo de vuelco y rotura de la estatua al transportala en posición vertical con todo su peso concentrado en su pequeña base, en lugar de evitarlo colocándola horizontalmente y distribuyendo su peso en toda su longitud?".

 

Lipo y Hunt tuvieron su propia contra-réplica publicada en el blog de Lynas. El debate sobre el registro histórico depende de la interpretación sofisticada de las pruebas de datación por radiocarbono, análisis del polen y las marcas de dientes en cáscaras de nuez de palma, etc. ¿Pero la parte acerca del transporte horizontal o vertical? Eso puede ser fácilmente comprobado.

 

Jo Anne Van Tilburg (izquierda), de la Universidad de California, ya había demostrado previamente que el método horizontal era viable, siempre y cuando usted tuviera un montón de trabajadores y de troncos. Lipo y Hunt ensayaron su propio experimento: construyeron un moái de 5 toneladas, con el peso distribuido como si fuera una estatua real. Luego ataron cuerdas alrededor de ella, la levantaron utilizando una grúa, y se la dejó reposar libremente.

 

Se pudo ver inmediatamente que la estatua se caía hacia adelante si la grúa relajaba la tensión de la línea. Hunt dijo que él y Lipo estaban a punto de irse del disgusto cuando al operador de la grúa se le deslizó unos dos o cuatro metros la parte frontal de la estatua y lo había parado. "Tan pronto como vimos esto, Carl y yo dijimos: ¡Por supuesto! Esto tiene perfecto sentido!".

 

Los investigadores encontraron que el vientre de la estatua producía una caída hacia delante del centro de gravedad que facilitaba el transporte vertical. Un equipo de tan sólo 18 personas podía usar cuerdas atadas a la estatua por detrás y por delante y hacerla avanzar (en comparación, el equipo de Van Tilburg utilizó 60 personas). El truco del transporte vertical es trabajar con cuatro tiradores de cuerdas en cada lado, además de 10 personas para tirar de la estatua desde atrás, como si estuvieran deteniendo a un perro que fuera lanzado hacia delante de un camino

"Es realmente muy desconcertante y magnífico, todo al mismo tiempo", dijo Hunt.

 

Por supuesto, una estatua de 90 toneladas es más grande que una de 5 toneladas, pero Hunt encontró que la técnica era escalable. "Con la física de una estatua más alta, usted tiene una mayor fuerza de palanca", me explicó. "Con ella obtendrá casi el punto donde podrá hacerlo de la misma manera".

 

"No hemos fracasado"

El experimento de la estatua caminando no sólo demuestra enteramente que el escenario propuesto por Hunt y Lipo es cierto, sino que es consistente con las afirmaciones de la tradición oral de los isleños de que las estatuas "caminaban" por el terreno en los tiempos antiguos. También ofrece una explicación alternativa para las estatuas en ruinas que cubren los caminos: cuando se pierde el control de las cuerdas eso es lo que sucede, y usted no tiene ninguna buena manera de mover las piezas rotas.

 

¿Así que las estatuas se balanceaban o rodaban? El debate sobre los dos escenarios que rodean el pasado de la Isla de Pascua bien puede continuar durante generaciones. Pero está claro cuál es el escenario preferido por los mismos isleños.

 

"La gente joven... está de celebración. Yo no creo que haya otra palabra para ello", dijo Hunt. "Uno de ellos se me acercó y dijo: 'Es muy importante para mi generación saber que no somos unos fracasados'. Eso trajo lágrimas a mis ojos".

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Comentario por Paloma el junio 22, 2012 a las 10:46am

Desde luego se lo pasaron bomba jugando a las marionetas con la estatua, incluidos los gritos acompasados al movimiento. 

Este verano podriamos organizarnos para hacer andar algo por España, algo que pese mucho, antropomorfo y muy antiguo, no se me ocurre qué... mecachís. 

Si me olvido de lo de antropomorfo se me ocurren los Toros de Guisando ¿quién se apunta? :)

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el junio 22, 2012 a las 1:19pm

Bueno, Sr. Servan, al menos estos dos americanos, Carl Lipo y Terry Hunt, presentan una interpretación del devenir de la Isla de Pascua bastante más amable que la del Sr. Diamond. Algo es algo.

Que los yanquis aparezcan a barullo por la Isla de Pascua no es de extrañar. Los que tienen dinero para estas y otras cosas se pueden permitir el lujo. Aquí en España me temo que la actividad arqueológica se va a quedar viéndolas venir, como comúnmente se dice.

Ya yendo al asunto del post, no parece que el método del balanceo de la estatua tenga tanto problema con las dimensiones utilizadas. En cuanto a subir y bajar una ladera tiene las mismas o más dificultades que si se emplea el método horizontal, utilizando troncos rodantes. Eso sí, dada la fuerza de gravedad en ambos casos (hacia arriba como hacia abajo), se necesita más personal para tirar de las cuerdas.

En cualquier caso, habría que experimentar con una estatua de dimensiones como las verdaderas, con una altura de 9 metros, por ejemplo, para ver hasta qué punto la técnica empleada es factible. En tal caso el peso y el centro de gravedad se elevan, y por tanto habría que utilizar mucha más fuerza de trabajo (a lo mejor tanta como utilizando el método horizontal).

En fin, ensayar y presentar propuestas, en esto de trasladar grandes estructuras pétreas, lo vemos muy a menudo. Se me ocurre que algunas de las soluciones presentadas para trasladar los bloques pétreos de Stonehenge podrían también servir para el caso de las estatuas de la Isla de Pascua.

Saludos

Comentario por José Luis Santos Fernández el junio 23, 2012 a las 6:05pm

Vídeos: 

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La Isla de Pascua fue una vez hogar de una próspera civilización: los Rapa Nui. Se encuentra situada a 4.000 km de la costa chilena y a 2.400 de Tahití. Se la considera el lugar habitado más remoto del planeta.

Esta civilización polinesia, que contaba solo con tecnología de la edad de piedra, fue capaz de tallar y erigir unos de los monolitos más asombrosos del mundo: los moáis. Acompañamos a Michael mientras explora la isla e intenta averiguar cómo pudo florecer esta civilización con tan escasos medios, cómo se tallaron y trasladaron los moáis, cómo recorrieron sus habitantes miles de kilómetros en canoas, y, lo que es más importante, por qué se produjo el colapso de esta civilización.

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Comentario por Viriato el junio 25, 2012 a las 5:58pm

Estoy de acuerdo con Guillermo en que el hecho de plantear teorías es habitual y muy convencidos tienen que estar para aventurarse a tal posible conclusión, con lo fácil que parece rebatirla. A mí se me ocurre decirles que se me antoja imposible el traslado de ejemplares de gran envergadura por ese método (creo recordar que ví un moai de más de 20 metros sin eximir). Es decir, como prueba está bien, pero en comparación, esa réplica es una miniatura. Por otro lado, no conocemos más datos de la investigación. Si esto fuera posible (esa explicación), los moais acomodados en los ahu, después de "andar" tanto, tendrían un desgaste descomunal en la base (tal vez por eso llegaron sin piernas :)  ). 

Está claro que una vez trasladados a su ubicación final, pudieron ser perfilados para un mejor asentamiento por lo que podría conjeturarse que la prueba del desgaste en su traslado pudo ser eliminada al llegar al altar... pero entonces... se viene abajo la teoría de la falta de equilibrio! Es decir, no hace falta hacerlos barrigones para que ayude al traslado. Simplemente, se desbasta la base en la parte delantera y, de ese modo, para asentarlo en el ahu solo se tiene que perfilar la parte trasera para que quede completamente perpendicular al suelo. Si no fuera así y no estuvieran perfectamente equilibrados no los veríamos tan verticales en la actualidad (independientemente de si están recolocados o en su posición original).

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