Las Casas del Águila y la Parra inauguran el día 22 una muestra documental que ilustra cómo las conductas sexuales básicas no han variado en los últimos 40.000 años
Guillermo Balbona
Foto: Venus de Monpazier (Francia). 25.000 años B.P. Apenas 5 cm de estatura.
Conocer el momento exacto en que el sexo se convirtió en erotismo. Un hecho que puede parecer inasible e imposible de certificar y datar. Pero la iconografía en piedra, el encuentro entre patrimonio, arte y expresión permite seguir las claves. Una muestra de grabados y pinturas revela y enseña el itinerario de los comportamientos sexuales que se vivieron en la época paleolítica, a través de una exhaustiva documentación gráfica de uno de los actos más viejos de la humanidad. La exposición, bajo el epígrafe ‘Sexo en piedra’, exhibida en otoño en la Fundación Atapuerca, recala ahora en Cantabria. Los investigadores rastrean en las líneas y figuras para entender cómo el comportamiento sexual del hombre paleolítico ha variado muy poco respecto al actual. También se puede apreciar cómo el sexo ha sido clave en la especie humana, y cómo afectaba en las relaciones sociales. El primer Kamasutra, el sexo oral, el voyerismo, la masturbación... Un estudio diferente y una exposición especial de los primeros comportamientos sexuales, «siempre claves para entendernos como especie humana». 'Sexo en piedra' viaja esta semana de Burgos a las Casas del Águila y La Parra, en Santillana del Mar, antes de que la exposición visite otros destinos geográficos españoles. La muestra será inaugurada el próximo miércoles, día 22, tras su paso por la sede de Atapuerca.
La exposición, organizada de forma conjunta por la Consejería cántabra y la Fundación de los famosos yacimientos de Atapuerca, es fruto del acuerdo de colaboración para la realización de actividades, firmado por ambas instituciones el pasado mes de julio. 'Sexo en piedra' pretende mostrar los comportamientos sexuales de época paleolítica (entre 38.000 y 11.000 años) a través de la documentación gráfica relacionada con el arte mueble y el arte parietal.
El consejero de Cultura Javier López Marcano sostiene que, además de estrechar lazos de colaboración entre ambas instituciones, la exposición constituye una «embajada cultural que realza dos de los hitos subterráneos más universales Patrimonio de la Humanidad: Altamira y Atapuerca».
El discurso expositivo está basado en el libro de igual título 'Sexo en piedra', publicado por los arqueólogos e investigadores Javier Angulo y Marcos García, éste último coordinador de Cuevas Prehistóricas de Cantabria de la Consejería de Cultura, y a su vez comisarios de la exposición.
El objeto de este trabajo documental es «ilustrar y acercar al gran público, de una forma sencilla y didáctica, al conocimiento de los comportamientos sexuales de la época paleolítica como paso previo para entender el proceso evolutivo denominado 'hominización sexual'». Es decir un documento ilustrativo del paso de una actitud meramente reproductiva, más propia del comportamiento animal, a un comportamiento propiamente humano en el que entran en juego otros factores como el erotismo, el placer, la belleza, el amor o la sensualidad.
Los documentos que mayor información presentan en este sentido son los grabados, las pinturas y los dibujos en piedra y hueso que las últimas sociedades de cazadores-recolectores del Paleolítico Superior ha legado en cuevas, abrigos y rocas al aire libre. En el presente, según los investigadores, «la sexualidad es un motor de las relaciones sociales, por lo que el estudio y la exposición de los primeros comportamientos sexuales se consideran claves para entendernos como especie humana», tanto desde una óptica antropológica como etnográfica, ya que las bases de nuestros comportamientos sexuales pueden reconocerse durante la etapa correspondiente al Paleolítico Superior, con la consiguiente evolución experimentada en este ámbito desde el Homo Sapiens hasta nuestros días.
La muestra, pese a su claro fundamento científico, posee un criterio y un carácter divulgativo, y se estructura en tres grandes bloques donde se explican los principales hallazgos y trabajos realizados por los investigadores en el campo de las relaciones sexuales con el contexto de la organización social, las manifestaciones artísticas y la evolución humana en general.
Así, el visitante se encontrará con un discurso temático que se inicia con 'Los primeros Homo Sapiens europeos y la explosión del comportamiento simbólico', para continuar con las 'Imágenes humanas sexuadas y comportamientos sexuales', y finalizar con la parte dedicada a 'Un presente eterno: los primeros documentos y las bases de nuestro comportamiento sexual'.
Investigaciones
La exposición, que recala ahora en Cantabria, es el resultado de diversas investigaciones promovidas desde la Consejería de Cultura y el Hospital Universitario de Getafe.
En ella básicamente se reconstruye, a partir de esos documentos del arte mueble y rupestre paleolítico, «la doble faceta sexual de nuestros antepasados más próximos: la sexualidad reproductiva, conducente al mantenimiento de la especie, y la sexualidad placentera, donde el acto sexual se convierte en erotismo y en un fenómeno sociológico».
Marcos García subraya que desde Portugal hasta Rusia, «numerosas imágenes masculinas y femeninas sexuadas, con los rasgos genitales explícitamente representados, informan sobre las actitudes sexuales en los albores de la Humanidad y nos muestran que en poco hemos cambiado».
Para ello se recurre a proyecciones, reproducciones de alta calidad, locuciones, escenografías y textos sintéticos.En los diferentes espacios temáticos que se exhiben destacan las llamadas «venus». Pequeñas esculturas de entre hace 30.000 y 21.000 años reproducen el ideal de mujer reproductora. Un canon de mujer de «abundancias anatómicas» con pechos, caderas y nalgas abultadas.
La exposición, producida por Digital Model, de alto contenido visual y de sugerencias sonoras, y que combina los colores rojo y negro y juegos de espacios de luz y penumbra. Una museografía cercana a nuestros «espacios y ambientes sexuales».
A través del recorrido se destaca que no sólo se han mantenido conceptos como el sexo por placer o para la reproducción, que ya se registraba en cuevas y abrigos de hace miles de años, sino incluso conductas sexuales que hoy están «mal vistas». La exposición cuenta con ese montaje sobre un fondo negro dividido en diversas estancias que pretenden dar al espectador una sensación de «intimidad».
Efectos audiovisales
El montaje -en el que se combinan efectos audiovisuales con murales y piezas del paleolítico de varios países europeos- comienza con una explicación general del contexto de las condiciones de vida del Paleolítico.
En otro bloque de la exposición, el de mayor amplitud, se exhibirán un audiovisual explicativo y diferentes imágenes humanas sexuadas y comportamientos sexuales recogidos en ese ámbito de la historia y del arte.
Se expone en ese apartado la muestra diferenciada entre la sexualidad por placer y la sexualidad como mecanismo de reproducción para la continuidad de la especie.
Para los organizadores, 'Sexo en piedra' revela que las conductas de nuestros ancestros paleolíticos están presentes las bases de nuestro comportamiento sexual. «Una sexualidad cultural que debe hacernos reflexionar sobre el origen de nuestros tabúes y condicionantes que marcan nuestra existencia y nuestro destino».
El consejero López Marcano ha trasladado desde el inicio del proyecto su voluntad de seguir profundizando en el hermanamiento entre «dos hitos del comportamiento de nuestros antepasados» como son Atapuerca (Burgos) y Altamira (Cantabria). Insiste en que el patrimonio es «básico» para la cultura y el atractivo de Cantabria, y cree que el Gobierno cántabro está abierto a llevar la colaboración con la Fundación Atapuerca a «trabajos de excavación e investigación que se puedan realizar en la comunidad cántabra y en Castilla y León».
Cultura considera que esta exposición es el umbral de colaboraciones futuras y abre la posibilidad de que la Fundación Atapuerca se implique en el proyecto de la segunda parte del museo de Arqueología y Prehistoria de Cantabria.
la idea de la colaboración surgió hace un año cuando se exhibieron en el Mercado del Este las fotografías de los primeros yacimientos arqueológicos de Cantabria y de sus investigadores. A juicio de los organizadores, se ha avanzado en una senda muy importante y es que fundaciones como la de Atapuerca «establezcan relaciones con distintas administraciones , y se genere una especie de red invisible que nos ayuda a estar presentes en muchos lugares y foros». Marcano cree que la exposición de Santillana del Mar supone «un puente de unión entre dos nombres de referencia» del mundo de la prehistoria. «Sería imposible poner a Altamira en su concepción más alta sin conocer Atapuerca y viceversa».
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