El Gobierno regional pelea con una decena de entidades y particulares por la titularidad de la imagen y la marca de la plancha de bronce que contiene la primera inscripción en la lengua que precedió al vasco
El reciente hallazgo en un monte de Navarra de la Mano de Irulegi, una plancha de bronce de apenas 36 gramos de peso, 14,3 centímetros de altura y un grosor de un milímetro, ha revolucionado las investigaciones sobre el origen del euskera por la inscripción que contiene con el vocablo sorioneku, similar al vocablo vasco actual zorioneko, que puede traducirse como “buena fortuna”. Fechada en el siglo I a. d. C., está considerada como el primer documento escrito en vascónico, el precedente del vasco. Pero además del debate lingüístico, el descubrimiento ha provocado una polémica mercantil. Pocos días después de la presentación en rueda de prensa de este histórico hallazgo, el 14 de noviembre de 2022, miles de productos con la imagen de la mano salieron a la venta. El olor a negocio ha hecho que, desde el mismo día de su presentación, por lo menos una decena de empresas y particulares —uno de ellos ha presentado dos registros— hayan solicitado la titularidad de la marca —Mano de Irulegi / Irulegiko Eskua— o de la imagen. Otra petición es la del Gobierno de Navarra, propietario legal del hallazgo, que ha solicitado la titularidad para fines educativos y culturales.
A todas ellas hay que añadir otra solicitud, la más sonada: la presentada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, la empresa que ha dirigido la excavación del yacimiento donde encontró la mano. Una labor que realizó gracias a la financiación de la Administración foral y del Ayuntamiento del Valle de Aranguren, promotor principal del proyecto, en cuyo término municipal se encontró el objeto. Aranzadi registró la solicitud de marca a su nombre a las 9.56 horas del 14 de noviembre de 2022. Exactamente, 34 minutos antes de que comenzara la rueda de prensa organizada por las dos Administraciones públicas y la entidad. En concreto, Aranzadi presentó una solicitud mixta, puesto que pide la titularidad tanto del gráfico denominativo —de los términos y expresiones que se refieren a la pieza, tales como “Irulegiko Eskua”, “Euskararen Eskua”, “la Mano de Irulegi” o “la mano de la felicidad”— como del elemento gráfico, que es una foto de la Mano realizada por el equipo de arqueólogos.
La acción de Aranzadi no gustó ni al Ejecutivo ni al Ayuntamiento del Valle de Aranguren, y fuentes consultadas aseguran que la Administración foral desconocía que se iba a realizar este movimiento. El Gobierno de Navarra ha anunciado este miércoles que va a oponerse a las solicitudes de registro presentadas para garantizar que tanto la marca como la imagen sean de acceso libre y gratuito para todo aquel que desee comercializar con ellas. Si lo logra, confirman diversas fuentes a este medio, el Ejecutivo retiraría su correspondiente solicitud de titularidad.
Según el registro de la propiedad, de las 13 solicitudes existentes, siete piden la titularidad del vocablo sorioneku o la variación sorioneko, mientras que las restantes piden la de la denominación —Mano de Irulegi / Irulegiko Eskua— o de la imagen del objeto. De acuerdo con la normativa vigente, en los dos meses siguientes a la publicación del diseño registrado, cualquier persona o entidad puede formular oposición a la concesión de ese registro alegando que se incumple alguno de los requisitos de protección establecidos. Los diferentes periodos de alegaciones vencen entre el 30 de enero y el 4 de marzo. El primer plazo que vencía es el de la solicitud de propiedad industrial de la imagen gráfica de la mano, fácilmente recurrible, por lo que todo apunta a que el Ejecutivo ha presentado su correspondiente oposición.
¿Qué puede hacer el Gobierno foral?
La intención del Ejecutivo es garantizar que haya un uso libre de este hallazgo. Es decir, que ninguna empresa ni entidad pueda enriquecerse con un objeto que forma parte del Patrimonio Arqueológico de Navarra, compuesto por “los bienes muebles e inmuebles de carácter histórico que resulten susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o no extraídos, tanto si se encuentran en la superficie como en el subsuelo o bajo las aguas”. Así lo establece el artículo 55 de la Ley Foral 14/2005, de 22 de noviembre, del Patrimonio Cultural de Navarra, que añade que en dicho patrimonio también se incluyen los “elementos geológicos y paleontológicos relacionados con la historia..., sus orígenes y antecedentes, que sean susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica”. Siguiendo esta norma, al ser patrimonio navarro, es un bien de dominio público. No obstante, el informe jurídico encargado por el Gobierno advierte de que esta ley se refiere al hallazgo arqueológico como tal, no a la expresión con la que se lo conoce ni a las diferentes representaciones gráficas o escultóricas que puedan desarrollar terceros.
En lo que se refiere a la imagen gráfica —solicitada por dos entidades—, la norma de Protección Jurídica del Diseño Industrial exige que, para solicitar la titularidad de un diseño, este no debe haber sido accesible al público antes de la fecha de presentación de la solicitud de registro. Teniendo en cuenta que la mano fue expuesta el día 14 de noviembre, ya no es novedosa para las solicitudes posteriores.
Javier Velaza, experto en epigrafía y uno de los analistas que estudiaron la mano, explica las inscripciones descifradas en noviembre de 2022. Iñaki Porto (EFE)
Lo mismo sucede con la denominación de Mano de Irulegi, ya sea en castellano o euskera, puesto que la primera vez que este término aparece es en un documento del Gobierno de Navarra, en el informe realizado por la restauradora que descubrió la inscripción. Un documento que no era accesible entonces al público. Por lo tanto, todo apunta a que Aranzadi —una de las entidades que la solicita— no podría atribuirse la titularidad de la denominación, ya que, en un primer momento, la sociedad clasificó la mano como un aplique de casco.
En el aire, y a expensas de un análisis jurídico más sosegado, queda la cuestión del término sorioneku, cuya titularidad quieren obtener varias empresas y particulares. Puede considerarse un término general perteneciente a una lengua, el vascónico. Por lo que es complicado que alguien pueda atribuirse su propiedad intelectual. En todo caso, esta podría recaer en los dos expertos analistas que descifraron el texto, Joaquín Gorrochategui y Javier Velaza. Sin embargo, eso no tendría por qué evitar que una empresa utilizara este término para designar, por ejemplo, una marca de bebidas.
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