Fuente: pagina12.com.ar | Pedro Lipcovich | 23 de marzo de 2014

“Recuerdo haber tenido en mis manos dos mandíbulas, una de neandertal y otra de un humano moderno, y la del humano moderno cabía toda en la parte interior de la otra”, rememoró, en su diálogo con Página/12 desde Francia, Fernando Ramírez Rozzi  (izquierda), director de investigación en el Centre National de la Recherche Scientifique de Francia, especialista en evolución del crecimiento y desarrollo en homínidos.

“Los neandertales eran enormemente más grandes que el hombre moderno. Posiblemente medían dos metros de alto; su caja torácica era una vez y medía mayor que la nuestra; los fémures que hemos encontrado son enormes”, agregó.

Quién sabe si el tamaño importa, pero “Una colega decía: ‘Una ve un neandertal y se enamora’. La capacidad craneana era también mayor que la nuestra, es decir que tenían un cerebro más grande, pero ya se sabe que la inteligencia no tiene relación con el tamaño del cerebro”, advirtió Ramírez Rozzi.

En cuanto a los orígenes, “El neandertal se habría originado en la zona euroasiática a partir del 'Homo heidelbergensis', que habitaba en Europa hace 300 mil años. Se cree que esta especie, o una especie antecesora, llegó a Europa hace 1.200.000 años. En cuanto al hombre moderno, se habría originado en Africa hace 200.000 años, a partir del 'Homo ergaster', que vivió en Africa hace, también, 1.200.000 años. Pero desde entonces hasta los primeros hombres modernos hay muy pocos fósiles: hay un agujero de casi un millón de años, en Africa, y de 500.000 a un millón de años en Europa. Es poco lo que sabemos y se hace muy difícil precisar el ancestro común más cercano entre el neandertal y el hombre moderno”, observó el investigador.

Respecto del encuentro entre ambas especies, “Si bien se cree que, hace 125.000 años, hubo una primera migración del hombre moderno desde Africa hacia la península arábiga, no prosperó, lo cual es atribuible a razones climáticas: la aridización del Medio Oriente. Recién hace 60.000 años, el hombre moderno volvió a salir de Africa: en ese momento pudo haber ya cruzamiento con los neandertales, que estaban en el Medio Oriente. En esa región los neandertales se extinguieron antes que en Europa, donde desaparecieron hace unos 30 mil años, pero entre tanto pudo haber más de cinco mil años de convivencia entre ambas especies”, señaló Ramírez Rozzi.

Las relaciones no siempre fueron cordiales: “Hace cuatro años, varios investigadores produjimos papers que sugieren encuentros violentos entre ambas especies. En la cueva de Shanidar, en Irak, se encontró en la pelvis de un Neanderthal una punta de lanza y se demostró que, por la forma como entraba en el hueso, la lanza había sido arrojada como una jabalina. Pero se sabe que la anatomía del neandertal no le permitía lanzar jabalina, y se propuso entonces que ese neandertal había sido muerto por un humano moderno. Por mi parte, en una cueva de Francia encontré dos mandíbulas: una tenía la típica morfología del humano moderno y la industria de piedra que la rodeaba pertenecía a la cultura de Aurignac, de humanos modernos; pero había un fragmento de mandíbula con morfología de neandertal, y allí había marcas de corte iguales a las que presentaban, en ese mismo lugar, mandíbulas de animales: propuse entonces que, como esos animales, el neandertal había sido comido por los 'Homo sapiens'”, contó el investigador argentino.

Una de las contribuciones de Ramírez Rozzi fue el trabajo “Sorprendente crecimiento rápido en el neandertal”, publicado hace unos años en la revista Nature. Allí se analiza el crecimiento de los dientes en esa especie: “Sorprendentemente, los neandertales tenían el período más corto de crecimiento dental. Como el crecimiento dental es un excelente indicador del desarrollo somático, nuestros resultados sugieren que los neandertales se desarrollaban más rápido incluso que su antecesor inmediato, el 'Homo heidelbergensis'”.

Y, por último, “hasta hace poco se pensaba que los neandertales no cocinaban sus alimentos, pero en el sarro de los dientes se encontraron vestigios de células silíceas de plantas quemadas, lo cual indica que habrían comido alimentos cocinados”.

El enigma de la extinción 

Fuente: pagina12.com.ar | Pedro Lipcovich | 23 de marzo de 2014

Bueno, ya sabemos que los neandertales enamoraron a nuestras chicas, pero ¿por qué se extinguieron? Una reciente investigación revoluciona la perspectiva científica sobre el tema y ofrece la explicación más original y consistente que se haya intentado. La novedad del trabajo, publicado por dos científicos franceses, consiste en que, en vez de buscar explicaciones en la biología, las encuentra en una ciencia humana, la demografía. Examina a los neandertales como examinaría a cualquier población humana y advierte que pudieron haber caído en la “trampa demográfica” que se produce cuando una población es demasiado escasa o dispersa para generar y sostener avances tecnológicos y culturales.

Jean-Pierre Bocquet-Appel  (izquierda) y Anna Degioanni  (derecha), del Centre National de la Recherche Scientifique de Francia, publicaron en la revista Current Anthropology su trabajo “Estimación demográfica de los neandertales”, donde se señala que “Los datos biológicos sugieren para neandertal y humanos modernos un marco demográfico similar en cuanto a longevidad, edad de la menarca, duración de la gestación, etcétera”. Pero los investigadores estiman que la población de los neandertales fue siempre relativamente baja, “entre 5000 y 70.000 individuos”. Es que “la demografía de los neandertales, que vivían bajo condiciones de alta fluctuación climática, estaba sujeta a frecuentes cuellos de botella. Esta inestabilidad demográfica, combinada con su fragmentación en distintas áreas geográficas y con variaciones en su distribución, podría haber limitado su potencial para la creatividad técnica, precisamente por su pequeña cantidad, conduciendo a lo que se denomina, en teoría macrodemográfica, una ‘trampa boserupiana’”.

Se refiere a la teoría de la demógrafa Ester Boserup, quien formuló que existen requerimientos poblacionales mínimos para que las innovaciones tecnológicas puedan generarse y desarrollarse suficientemente; así, la agricultura misma habría surgido como resultado de las mayores posibilidades creativas generadas por el incremento de población. La trampa boserupiana se produce cuando un grupo humano no logra desarrollar una masa crítica poblacional suficiente como para que las innovaciones tecnológicas se generen y prosperen.

Bocquet-Appel y Degioanni señalan que “La homogeneidad de los restos de cultura lítica (de piedra) de los Neandarthal es llamativa y sugiere una elasticidad técnica muy baja, pese a la significativa presión de los cambios ambientales, que debiera haber favorecido innovaciones. Así, la tecnología de caza de los Neanderthal, “al utilizar lanzas en vez de matar las presas a distancia mediante proyectiles, como en el arco y la flecha, mantenía contacto directo y peligroso con los animales”.

Estas limitaciones “Han planteado cuestionamientos sobre la eficiencia cognitiva de los Neanderthal”, señalan los autores que, en cambio, plantean “la hipótesis de limitaciones técnicas en el sistema de producción de los cazadores Neanderthal debido a una trampa demográfica”, ya que, “en cualquier población, la producción de innovaciones depende no sólo de sus capacidades cognitivas biológicas, sino también de su tamaño demográfico". La población demográficamente más numerosa producirá la mayor cantidad de innovaciones. La población neandertal “estaba básicamente estancada, con frecuentes cuellos de botella y episodios de declinación”.

Además, “Los neandertales pueden haber padecido el handicap propio de un sistema de cazadores especializados, básicamente carnívoros”, con escaso aprovechamiento de nutrientes vegetales. Y “El costo metabólico de un neandertal adulto es muy alto en relación con el de un humano moderno: 3500 a 5000 kilocarías diarias versus 2150 a 2400. La alimentación de cada neandertal debe haber requerido casi el doble de la cantidad de carne que consumían los humanos modernos. Para alcanzar estos requerimientos mediante la caza, tuvieron que expandirse y dispersarse. Su variación geográfica y fragmentación podría ayudar a entender por qué se estancaron en lo tecnológico y probablemente también en lo social”.

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