Un peso en forma de cebú proveniente del Tel Beth-Shemesh (Israel). Crédito: A. Hay.

El mantenimiento del ganado comenzó en el antiguo Creciente Fértil y propició el surgimiento de economías complejas y luego de ciudades. Posteriormente, fue toda esa zona donde los primeros imperios del mundo se levantaron y cayeron. Y ahora, un análisis de ADN antiguo ha revelado cómo la prehistoria del animal doméstico más grande de la región, la vaca, concuerda con tales eventos.

Un equipo internacional de genetistas, liderado por investigadores del Trinity College de Dublín, ha descifrado la prehistoria bovina temprana mediante la secuenciación de 67 genomas antiguos de ganado salvaje y doméstico cuyo muestreo se realizó sobre un periodo de ocho milenios.

"Esto nos ha permitido mirar directamente en el pasado y observar los cambios genómicos que ocurrieron en el tiempo y el espacio, sin tener que depender de la variación genética del ganado moderno para inferir eventos de su población pasada", dijo la investigadora postdoctoral de Trinity, Marta Verdugo, quien es la primera autora del trabajo que acaba de publicarse en la revista líder internacional, Science.

Los bovinos más tempranos son el Bos primigenius taurus, sin ascendencia de Bos primigenius indicus, o cebú, manadas que tuvieron un origen diferente en el Valle del Indo.

"Sin embargo, se produjo un cambio dramático hace unos 4.000 años, momento en el que detectamos una afluencia masiva y generalizada de la genética del cebú desde el este", agrega Verdugo.

El cebú (Bos taurus indicus), una de las subespecies de Bos taurus

La rápida afluencia que se produjo en este punto, a pesar de que el Bos primigenius taurus y el cebú del Creciente Fértil coexistieron durante los milenios anteriores, puede estar vinculada a una dramática sequía de varios siglos que se vivió en toda esta gran zona geográfica, conocida como un evento climático de hace unos 4.000 años. En ese momento, los primeros imperios del mundo en Mesopotamia y Egipto se derrumbaron y la reproducción llevada a cabo con toros-cebúes adaptados a la aridez pudo haber sido una respuesta a dicho cambio climático por parte de los antiguos pastores.

El profesor de genética de poblaciones en el Trinity College, Dan Bradley, dijo: "Este fue el comienzo de la gran diáspora del cebú, la cual continúa hasta nuestros días: los descendientes del ganado del antiguo Valle del Indo se crían en en la actualidad en cada región del trópico continental".

La secuenciación del ganado salvaje del Creciente Fértil, esto es, de los uros (Bos primigenius primigenius), también permitió al equipo desentrañar la domesticación de este animal formidable. Si bien su similitud con el ganado temprano de Anatolia concuerda con un origen primario en esa zona, resulta claro que diferentes poblaciones silvestres locales también realizaron importantes contribuciones genéticas adicionales a los rebaños en el sureste de Europa y en el sur del Levante, añadiendo una composición distintiva a las poblaciones europeas y africanas de estos animales en la actualidad.

"Hay un gran poder en la genómica antigua para descubrir aspectos nuevos e imprevistos de nuestra historia antigua", agregó el profesor Bradley.

Fuente: phys.org | 11 de julio de 2019