Foto: Panel principal del yacimiento.

El conjunto situado entre La Zarza y Alange, del más puro estilo esquemático tanto por la técnica utilizada como por las tipologías y técnicas representadas, ha sido declarado recientemente Bien de Interés Cultural.

Vía: Hoy.es | Hipólito Collado Giraldo| 25 de junio de 2011 

Fotos: Pedro Benítez

El abrigo de la Calderita (La Zarza, Badajoz) es uno de los principales referentes extremeños en la investigación del arte rupestre prehistórico regional. Se descubrió a mediados de la segunda década del siglo XX gracias a los trabajos de prospección de Henri Breuil y su incondicional acompañante Tomás Pareja, quienes recorrieron toda esta sierrilla entre los días 31 de mayo y 2 de junio de 1916. Los primeros resultados de este estudio fueron exhibidos en la Exposición de Arte Prehistórico Español organizada por la Sociedad Española de Amigos del Arte en 1921 en Madrid.

Posteriormente, en 1924, José Ramón Mélida recogía breves referencias sobre La Calderita en el volumen dedicado a la provincia de Badajoz de su Catálogo Monumental de España (Mélida, 1924: 28-30), indicando que fue descubierto por el investigador francés abate Henri Breuil y calificando a sus representaciones como típicas del arte esquemático.

Años más tarde, en 1929 vio la luz un interesante trabajo del extremeño Virgilio Viniegra Vera, oficial de Telégrafos en Badajoz y académico de la Real Academia de la Historia. Comisionado por el Centro de Estudios Extremeños, Virgilio Viniegra viaja hasta la localidad de La Zarza, desde donde accede al abrigo de La Calderita acompañado en la excursión por el juez de paz, el farmacéutico y el fotógrafo de dicha localidad. El trabajo resulta interesante por cuanto que recoge abundantes referencias bibliográficas sobre el arte rupestre esquemático extremeño, aunque resulta muy poco riguroso en sus calcos. Ese mismo año el abate Breuil, posiblemente enterado del estudio que Eduardo Hernández-Pacheco junto al gran dibujante Francisco Benítez Mellado realizaron del friso de la Calderita en 1926 y que incomprensiblemente nunca llegaron a publicar, se apresuró a hacer lo propio con sus trabajos sobre este lugar en una revista alemana (Breuil, 1929:14-30) dando de este modo una dimensión internacional a las pinturas del abrigo extremeño.

Foto: Figuras del sol y la luna.

Pocos años después, en 1933 sale a la luz la magna obra del abate Breuil, 'Les pintures rupestres schématiques de la Péninsule Ibérique', cuyo segundo volumen (Bassin du Guadiana) está dedicado íntegramente a la provincia de Badajoz. Es tal la importancia que presenta este conjunto de La Zarza que Breuil le dedica un capítulo íntegro en el que se localiza el yacimiento, se describe el entorno y las figuras agrupadas por tonalidad. De este modo, el abrigo de La Calderita adquiere una gran relevancia y pasa a ser considerado como una de las estaciones pictóricas más importantes de la región, siendo citado en un amplio número de artículos y libros sobre el arte rupestre esquemático extremeño publicados entre los años 50 y 90 como los firmados por autores como Álvarez Sáez de Buruaga y Hernández Pacheco (1952), Rubio Andrada (1966), Pilar Acosta (1968), Amador Carretero y otros (1979), Rodríguez Díaz (1986) u Ortiz y Caballero (1990).

Sin embargo, no será hasta el año 1998 cuando se publican los resultados de un nuevo estudio sobre La Calderita, cuya finalidad era revisar y actualizar las consideraciones e interpretaciones vertidas en los estudios precedentes. La encargada de realizar este necesario trabajo fue Magdalena Ortiz Macías, quien, dentro de un estudio monográfico sobre el arte rupestre esquemático de la Comarca Sur de Mérida, presenta los calcos de esta estación rupestre realizados a partir de la copia directa de las pinturas, consiguiendo una buena y exhaustiva documentación del conjunto.

Foto: Panorámica de la Sierra de Peñas Blancas, donde está el yacimiento.

Tal y como dijo Mélida, se trata de un conjunto del más puro estilo esquemático, tanto por la técnica utilizada como por las tipologías y temas representados. El abrigo está en una gran pared cuarcítica y supera los diez metros de longitud. Sus amplias superficies rocosas sirvieron como lienzo sobre el que se plasmaron varios centenares de figuras realizadas con pintura de color rojo y trazos continuos de diferentes grosores, combinando el uso de trazos gruesos realizados con la yema del dedo para unas figuras y trazos finos para otras, estos últimos realizados con pequeños pinceles o apliques de fibra vegetal o animal.

Su variedad temática es variopinta reuniendo un importante conjunto iconográfico en el que se combinan y asocian figuras de muy variadas tipologías: ramiformes, esteliformes, zooomorfos, signos geométricos, antropomorfos, bitriangulares, espirales, puntos, barras, pectiniformes, etc. Todo ello conformando un mensaje pictórico, a fecha actual indescifrable, en el que sin ninguna duda se plasmaron diferentes aspectos (sociales o religiosos) de las sociedades o grupos humanos que participaron en la creación de esta obra hace más de 5.000 años.

Foto: Figuras esquemáticas en el abrigo conocido como La Fuente.

Un lugar irrepetible

Merece la pena conocerlo. Merece la pena aprovechar una cálida tarde de verano, el último sol del otoño, una fría mañana de niebla invernal o una cálida tarde de primavera para subir a ver las pinturas rupestres del abrigo de La Calderita, a medio camino entre La Zarza y Alange, o cualquier otro lugar con arte rupestre de los más del medio millar que pueblan las sierras de Extremadura, desde Cabeza del Buey hasta Albuquerque o desde Las Hurdes hasta Hornachos. Porque cualquier momento es bueno para disfrutar de un patrimonio irrepetible que tiene sentido en su perfecta integración con el paisaje, con la naturaleza; pues es en plena naturaleza cuando el visitante que se acerque a cualquiera de estos pequeños rincones comprenderá la verdadera esencia del arte rupestre, observando y dejándose atrapar por el entorno que le rodea y que le ayudará a comprender por qué y para qué los hombres de la prehistoria durante más de 5.000 años, ya desde antes del Neolítico y a lo largo de la Edad del Cobre y del Bronce dibujaron y grabaron estos símbolos sobre la roca.

Merece la pena conocerlo y más aún si solos o en compañía, preparan su visita a La Calderita. Busquen en las bibliotecas, indaguen y conviértanse por un momento en arqueólogos que revisan los documentos que otros investigadores nos dejaron. Descubrirán así las fantásticas reproducciones que realizó el abate Henri Breuil a comienzos del pasado siglo de las pinturas de este abrigo tan singular; o mejor aún, conozcan las fantásticas interpretaciones que Virgilio Viniegra Vera, erudito local, realizó pocos años después y que encontrarán en el tercer volumen de la Revista del Centro de Estudios Extremeños de 1929 y compárenlas con las reproducciones mucho más ajustadas de Magdalena Ortiz que encontrarán en su libro sobre la 'Pintura rupestre esquemática al sur de la comarca de Mérida' que acertó a publicar la Diputación de Badajoz en 1998.

Foto: Detalle del panel principal del yacimiento.

Merece la pena conocerlo, contemplar en directo los símbolos pintados en rojo, superpuestos unos sobre otros, que nos indican el uso reiterado de este enclave durante la prehistoria dejando bien a las claras la importancia que este espacio tuvo para grupos humanos que poblaron este territorio hace varios miles de años. Una importancia que ha llevado a la Consejería de Cultura y Turismo a declararlo de forma específica como Bien de Interés Cultural, el máximo grado de protección y reconocimiento que actualmente otorga la legislación vigente en materia de Patrimonio Cultural en Extremadura y a dotarlo de una infraestructura básica que facilita su visita, retirando el viejo cerramiento para permitir su contemplación sin cortapisas a través de una pasarela que nos acerca un poco más a los paneles pintados. Todo ello acompañado por un nuevo proyecto de investigación que va a poner al día nuestro conocimiento sobre estas manifestaciones artísticas. Un proyecto en el que técnicos de la Consejería de Cultura y Turismo en colaboración con equipos de la Universidad de Extremadura y otros compañeros de Portugal y Colombia están aplicando las más modernas tecnologías de reproducción digital y análisis físico químicos para conocer aspectos relacionados con los pigmentos que se utilizaron en su realización, su proceso de ejecución y ajustar, siempre y cuando los resultados de las nuevas metodologías lo permitan, la cronología de estas figuras. Un trabajo en pleno proceso de elaboración y que en un período no dilatado en el tiempo deberá ser publicado.

Merece la pena conocerlo, disfrutar de la magia del arte rupestre de nuestros antepasados, de sus símbolos con los que supieron trasmitirnos sus preocupaciones, sus ideas, sus creencias; en definitiva su vida. Pero además de conocerlo, aún merece mucho más la pena respetarlo, saber apreciarlo y conservarlo para que los nietos de nuestros nietos, puedan, igual que nosotros podemos hacerlo hoy, seguir contemplando un legado irrepetible.