Calota craneal del homínido denominado 'Mongolanthropus'. © Instituto de Historia y Arqueología y Academia de Ciencias (Mongolia)
Un antiguo cráneo humano encontrado en Mongolia, y que ha sido objeto de controversia durante años, ha sido por fin
datado y analizado genéticamente: sus resultados demuestran que es el humano moderno más antiguo encontrado en la región, según una nueva investigación de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
El estudio, publicado en
Nature Communications, utilizó la datación por radiocarbono y el análisis de ADN y reveló que el único fósil de hominina del Pleistoceno descubierto en Mongolia, inicialmente llamado
Mongolanthropus, es en realidad un humano moderno que
vivió aproximadamente entre 34.000 y 35.000 años atrás. El cráneo, que se encontró en el valle de Salkhit, en el noreste de Mongolia, es hasta la fecha el único fósil de un homínido del Pleistoceno encontrado en el país.
La calota craneal está casi completa e incluye las crestas de las cejas y los huesos nasales. La presencia de características arcaicas o antiguas ha llevado en el pasado a que el espécimen se vinculara con especies homininas arcaicas no caracterizadas, como el
Homo erectus y los
neandertales. Investigaciones anteriores sugerían dataciones para el espécimen que van desde el Pleistoceno medio temprano hasta el Pleistoceno tardío terminal.
Sin embargo, el equipo de Oxford volvió a colocar la muestra entre hace 34.950 y 33.900 años, unos 8.000 años más antiguo que las dataciones iniciales realizadas mediante radiocarbono en el mismo espécimen.
Vista del lugar donde se halló la calota craneal, en el Valle de Salkhit, en Mongolia © Instituto de Historial Histórico y Arqueología y Academia de Ciencias (Mongolia).
Datación por aminoácido
Para hacer este descubrimiento, el equipo de Oxford utilizó una nueva técnica optimizada para la datación mediante radiocarbono de huesos muy contaminados. Este método se basa en la extracción de uno solo de los aminoácidos del colágeno presente en el hueso. El aminoácido hidroxiprolina (HYP), que representa el 13% del carbono en el colágeno de los mamíferos, fue el objetivo de los investigadores. La datación de este aminoácido permite una mejora drástica en la eliminación de elementos contaminantes modernos en las muestras.
La nueva y fiable datación obtenida mediante radiocarbono de este espécimen muestra que la misma se remonta al mismo período que la industria de herramientas de piedra del Paleolítico Superior Temprano en Mongolia, la cual generalmente se asocia con los humanos modernos. Dicha datación es más tardía que la evidencia más temprana para humanos anatómicamente modernos en la gran Eurasia, que podría ser superior a 100.000 años en China, según algunos investigadores.
"La investigación que hemos realizado muestra nuevamente los grandes beneficios del desarrollo de métodos químicos mejorados para la datación de material prehistórico contaminado, ya sea en el sitio después del entierro, o en el museo o laboratorio con fines de conservación". dijo el
Dr. Thibaut Devièse (izquierda), primer autor del nuevo artículo y director del desarrollo de métodos en análisis de compuestos específicos de la Universidad de Oxford.
"El robusto tratamiento previo de la muestra es crucial para construir cronologías fiables en arqueología".
El equipo del profesor
Svante Pääbo, del Instituto Max-Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, Alemania, también realizó análisis de ADN de la calota craneal del espécimen.
Diyendo Massilani (derecha) y sus colegas reconstruyeron el genoma mitocondrial completo de la muestra, el cual se encuentra dentro de un grupo de humanos modernos (
haplogrupo N) que está muy extendido en Eurasia hoy en día, lo que confirma la opinión de algunos investigadores de que la calota craneal corresponde, de hecho, a un ser humano moderno. En la actualidad, se están realizando trabajos adicionales a fin de obtener ADN nuclear que arroje más luz sobre la genética del espécimen.
"Esta enigmática calota craneal ha desconcertado a los investigadores durante algún tiempo", dijo el profesor Tom Higham (izquierda), quien dirige el grupo de investigación PalaeoChron de la Universidad de Oxford.
"Una combinación de ciencia de vanguardia, incluida la datación por radiocarbono y la genética, ha demostrado que esta calota sigue siendo de un humano moderno, y, además, los resultados encajan perfectamente en el registro arqueológico de Mongolia, que vincula a los humanos modernos con la industria del Paleolítico Superior Temprano en esta parte del mundo".